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La bitácora personal de Ricardo Martín
Comentando cosas desde 2004
7 de junio de 2007

El logo de Londres 2012

El polémico logo de Londres 2012

Se ha montado una buena polémica con la presentación hace unos días del logotipo, la imagen de marca que representará a los Juegos Olímpicos de verano de Londres de 2012. Creado por el estudio londinense Wolff Olins, parece que el diseño no ha gustado a todos e incluso parlamentarios de la cámara baja británica han pedido que se retire. Lo cierto es que en un mundo donde cada vez los diseños gráficos están más estandarizados, especialmente en eventos y productos dirigidos al gran público, el anguloso y estridente logotipo de Londres 2012 ha caído como una bomba en sectores conservadores.

Ya ocurrió algo parecido cuando se presentó Cobi, la mascota diseñada por Mariscal para las olimpiadas de Barcelona ’92. Diseño imperfecto, casi como un garabato de un niño pequeño. La idea era difícil de pasarla a tres dimensiones. Sin embargo fue un éxito y marcó un referente. Marcó el comienzo de los logotipos «a mano alzada», repletos de curvas y lejos de los formalismos. Un diseño fusilado casi literalmente en Sidney 2000.

Tal y como dicen los expertos en diseño, el logo de Londres 2012 es el principio de un nuevo estilo de anagramas olímpicos. Tras esas formas rectas se esconde una cifra, 2012, un atleta esperando el testigo en una carrera de relevos o incluso me ha parecido ver las letras LNDON (London). Como todo buen logo, la primera vez que se ve ya no se olvida. Y eso ya es un punto a su favor en un mundo donde observamos a diario miles de imágenes, sonidos y vídeos.

En la web oficial de la olimpiada pueden verse diversas versiones del logo con distintas combinaciones de colores, a cada cual más provocadora. También podemos ver un vídeo promocional sobre la imagen que se ha intentado transmitir. Veremos si finalmente se mantiene este logo, si se retoca o si se cambia completamente.

6 de junio de 2007

El movimiento estudiantil alemán y la RAF

El pasado domingo, el diario El País publicaba en uno de sus suplementos un interesante reportaje sobre los precedentes alemanes al mayo del 68 francés. El artículo rescata del olvido el origen, auge y declive del movimiento estudiantil alemán. La culminación del movimiento germano tuvo lugar el 2 de junio de 1967, en una protesta con motivo de la visita a Berlín del Sha de Persia, el dictador que dirigía Irán con la connivencia de los Estados Unidos.

Lo más sorprendente es que el Sha llevaba entre su guardia personal a «matones» que, ante las manifestaciones, se tomaron la justicia por su cuenta. Contaban también con la complicidad de la policía alemana, dirigida aún por antiguos y activos simpatizantes nazis como Hans-Ulrich Werner. Con estos mimbres, nada bueno podía suceder. Y así fue. Durante los incidentes fue asesinado uno de los líderes del movimiento de los estudiantes, Benno Ohnesorg. Esto provocó que la sección más radical (de tendencias marxistasde los manifestantes reaccionaran. Aquel fue el comienzo de una rebelión encabezada por Rudi «el Rojo», un estudiante de la RDA huído al oeste. Rudi mantenía un curioso discurso. A pesar de su filiación de extrema izquierda, criticaba a la Alemania comunista y la tachaba de «fascismo de izquierdas». Rudi también terminó asesinado un año después.

El movimiento estudiantil, en un principio pacífico, devino en multitud de grupos a principios de los setenta. Algunos fueron muy radicales y se constituyeron en bandas terroristas, como la RAF o Fracción del Ejército Rojo. La RAF cometió varios atentados sobre todo en los setenta y principios de los ochenta. El artículo muestra una historia sórdida de destrucción y muerte. Paradójicamente, algunos simpatizantes de las corrientes de izquierdas pasaron después a formar parte del poder al que criticaban. Es el caso del ex ministro de exteriores alemán Joschka Fischer. Cosas de la vida.

5 de junio de 2007

Rompiendo lo roto

Era el paso siguiente. Después del atentado en el aparacamiento de la T4 de Barajas, ETA ha decidido finalmente romper «oficialmente» su «alto el fuego permanente». Han sido casi seis meses desde el final de facto en el que los más optimistas aún no había perdido la esperanza del todo. Un período en el que el principal partido de la oposición ha realizado una tarea de barrenamiento, acoso y derribo sin parangón, a pesar de la gravedad del atentado.

Ahora nada cambia, sólo se ponen unas cuantas palabras vacías antes de lo que, indefectiblemente, serán nuevos muertos. Desgraciadamente todos esperamos ya nuevas acciones, nuevos atentados y nuevas víctimas. Sólo hace falta que ETA marque con una cruz el lugar elegido. Mientras tanto algunos en el Partido Popular se dedican ya a hacer política barata y sin sentido. Las insidias sobre las supuestas negociaciones y cesiones secretas del Gobierno quedan en papel mojado cuando se ha roto aquello por lo que, según ellos, se había vendido el estado de derecho.

ETA llama fascistas a los miembros del ejecutivo. Rajoy dice que Zapatero no habla claro, es ambiguo y ha traicionado a las víctimas. La mayoría esperamos un cambio de su posición y que la racionalidad sosiegue a los conservadores. Lamentablemente, de un lado y de otro hay fanáticos que no cambiarán fácilmente de posición. El fuego cruzado al que está sometido el Presidente del Gobierno llega en un momento delicado, a nueve meses de las elecciones generales en el que se juega la reelección. Ningún analista político puede saber el peso que el fracaso del proceso de paz puede tener en el resultado. Lo que es una certeza es que la banda terrorista también quiere estar en la campaña electoral.

4 de junio de 2007

La última tontería sobre el himno

Da la impresión de que hay gente que se aburre mucho o que no sabe cómo ganarse su sueldo. Este parece ser el caso de Alejandro Blanco, presidente del Comité Olímpico Español, a quien le preocupa que el himno español no tenga letra. Esta preocupación no creo que sea compartida por los españoles, igual que no lo es (al menos a priori) la forma política del Estado (Monarquía o República) u otros asuntos «estatales» de hondo calado.

Oficialmente, por mucho que algunos quieran decir, el himno español nunca ha tenido letra como tal. Desde sus orígenes como himno en 1770, esta marcha Real o marcha granadera, que así se llama, ha tenido varias y siempre efímeras letras, a cada cual más hortera y ridícula. Acompañaron a la música los versos de Ventura de la Vega (1843), Eduardo Marquina (durante el reinado de Alfonso XIII) o José María Pemán (1942).

Pero no termino de entender esa afición por poner letra a una marcha militar del siglo XVIII. ¿Qué ventajas conlleva una letra para el himno? ¿Cómo debe ser? ¿Quién la decidirá? Me parece un tema que no interesa a nadie. Y por mi parte, si ya los himnos me parecen ridículos, mucho más me parecen sus letras. Como siempre, los que hablan desde sus púlpitos y que todo lo saben hablan de la España «acomplejada» (no sabía que «desacomplejado» era sinónimo de «facha»). Yo debo de ser acomplejado, porque me aburren soberanamente (nunca mejor dicho) las discusiones sobre cosas tan superficiales como esta del himno.

3 de junio de 2007

‘Hard Candy’, un ejercicio de estética

Hace ya unos meses vi ‘Hard Candy’, un film norteamericano de «terror psicológico» movido por el galardón que obtuvo en el festival de cine de Sitges en 2005. En general, la película me decepcionó, aunque fue una decepción amortiguada por la buena interpretación de la joven protagonista Ellen Page y por el diseño de producción y la fotografía, que me parecieron de lo mejor de la película. Pero lamentablemente, la estética y la interpretación no son nada sin un buen guión. Y el de ‘Hard Candy’ pudo serlo, pero peca de tramposo y poco creíble. Tras las pretensiones de ser un thriller que nos mantenga pegados al asiento, sólo hay burdos trucos que sirven para atraer la atención. Al principio los dejamos pasar, pero a medida que avanza la cinta uno se siente como si le estuvieran tomando el pelo. No voy a contar detalles de la trama para no desvelar nada a quien quiera verla pero los ingredientes principales son la fotografía, la pederastia y el asesinato.

Como digo, lo más conseguido es la interpretación sobresaliente de Ellen Page, encantadora a veces y monstruosa e irritante en otros. Sobre ella recae buena parte de la tensión de la película, lo que tiene mérito teniendo en cuenta que Page, con 18 años cuando hizo este papel, era prácticamente una debutante.

‘Hard Candy’ está vestida de diseño en plan modernillo. Diseño por los cuatro costados: en los decorados de la espectacular casa del protagonista, en el mobiliario, en el coche (un Mini), en el vestuario, en el ordenador portátil (un PowerBook aunque con la manzanita tapada), en los colores cuidadosamente elegidos y en la realización, casi de videoclip, que llega a distraer en ocasionese incluso a molestar, porque la película podría ser incluso más creíble con una ambientación menos efectista. David Slade (el director) no es Kim Ki-Duk ni Wong Kar Wai, maestros en la utilización poética de la estética. Aún así, el buen gusto no se lo puede negar nadie, pero si el guión se lo hubieran trabajado un poco más, sería una película por lo menos pasable.

2 de junio de 2007

‘El Universo Mecánico’

Por pura curiosidad me he bajado los 52 capítulos de los documentales educativos ‘The Mechanical Universe’, mal traducido en España como ‘El Universo Mecánico’ (más bien sería ‘El Universo de la Física’ o ‘El Mundo de la Física’). Fue producida por la PBS, la televisión pública norteamericana (sí, existe) y por Intelecom en 1985. Cada episodio era una clase magistral, con pupitres y pizarra incluída, de un aspecto de la física. De hecho están pensados para ser puestos en las clases de los institutos norteamericanos. Incluso hoy día, la serie se sigue vendiendo a los centros en ediciones renovadas en DVD.

El profesor-presentador de ‘El Universo Mecánico’ era David Goodstein, profesor de física del California Institute of Technology. Las lecciones están contadas tal y como nos hubiera gustado que nos las contaran a nosotros en los tiempos del instituto. Se incluyen abundantes ejemplos, gráficos e infografías de la época (un poco cutres hoy día) que hacen que comprender los principios avanzados de la física sea sencillo. No se escatima tampoco en sobreimpresionar montones de fórmulas, desde las más sencillas a las más complejas, siempre explicando su origen empírico. La serie prácticamente cubre todo el espectro (nunca mejor dicho) de la física de nivel elemental (la inercia, la conservación de la energía, el movimiento armónico, las leyes de Kepler, el electromagnetismo… así hasta 52 lecciones.

En España se emitió a principios de los años noventa en La 2, dentro de lo que se llamó la televisión educativa. Los capítulos que me he bajado con el eMule son grabaciones pobres en VHS de aquella época. A pesar de esto, sigue siendo una buena forma de recordar la física de los tiempos del instituto, adquirir una base elemental de conocimientos sobre esta ciencia o presumir de «friki» y de raro ante los amigos y familiares.

1 de junio de 2007

40 años de ‘Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band’

La famosísima portada de Sgt. Peppers

He estado revisando los DVD de la ‘Beatles Anthology’. Hay una parte en el 6º DVD en la que John Lennon llega en un mini negro a los estudios Abbey Road de Londres. Un periodista apostado a la puerta le pregunta que si los Beatles se separarían en 1967. La misma pregunta se la hicieron a Ringo, a George Harrison y la Paul McCartney. Durante meses, la banda de Liverpool estaba muda. No había noticias sobre ellos. Pero, lejos de tomar carreras en solitario, los Beatles estaban preparando ya lo que sería su nuevo álbum. Un trabajo revolucionario en la historia del grupo y también en la de la música pop.

Primero llegaría un sencillo, quizás uno de los mejores publicados hasta la fecha. Ni más ni menos que ‘Strawberry Fields Forever’ (con un videoclip que es pura vanguardia incluso hoy) y ‘Penny Lane’ como cara B. Todos coinciden en que se trató de un avance de lo que posteriormente sería ‘Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band’. La idea de crear una banda imaginaria, alter ego de los Beatles, fue idea de McCartney tras un viaje a América. En realidad era una parodia de los largos nombres con que las bandas del hippismo norteamericano se bautizaban.

El álbum finalmente se publicó un 1 de junio de 1967 y se concebía como una sucesión de shows en falso directo, con un presentador que introducía a los artistas (Sgt. Pepper o Billy Sears), aunque la idea se quedó a medias. Tras los primeros temas, el resto se desarrolló como un disco «normal». Se tuvo total libertad de experimentación y cualquier idea para obtener un sonido que nunca se hubiera escuchado antes era bien recibida.

La portada no fue menos rompedora. Si famosa es la música, casi lo es más el diseño en sí mismo, con un collage de personajes famosos junto a la banda del Sargento Pimienta que, por supuesto, eran los Beatles con estrafalarios uniformes inspirados en los del Ejército de Salvación británico. En el aspecto formal fue la primera vez que en un disco pop se unían los temas y también el primero en el que se incluían las letras. Según se cuenta (yo no lo he comprobado) en las primeras ediciones, al final de la cara B el surco del vinilo entraba en un bucle de forma que no terminaba nunca, repitiendo una y otra vez una serie de sonidos, entre ellos un ultrasonido sólo audible para los perros.

Excentricidades aparte, ‘Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band’ nos ha dejado algunos de los mejores y más innovadores temas de la banda como ‘With a little help from my friends’, ‘Lucy in the sky with diamonds’ (y todo el asunto del LSD) o ‘A day in the life’ (mi favorita del disco).

El videoclip de ‘A day in the life’:

Pequeño reportaje en inglés sobre la portada del ‘Sgt. Pepper’s’:



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