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La bitácora personal de Ricardo Martín
Comentando cosas desde 2004
26 de mayo de 2007

‘Une Femme est une Femme’

El largometraje de Jean-Luc Godard ‘Une Femme est une Femme’ (1961) puede considerarse sin lugar a dudas como uno de los títulos clásicos del cine francés y por tanto del cine europeo. Desde luego cualidades tiene para ello. Godard firmó su segunda película larga con 31 años, tras haber dirigido dos años antes su legendaria ‘A Bout de Souffle’ (‘Al Final de la Escapada’). Las cualidades de éstas dos primeras obras son comunes: frescura a prueba de bombas, ganas de innovar tanto en forma como en fondo e intención de jugar con el espectador.

La puesta en escena es más que curiosa, a medio camino entre un alocado y extraño musical donde los protagonistas hablan en vez de cantar y ejecutan escenas casi como coreografías y un melodrama convencional. La importantísima banda sonora instrumental que marca cada una de las escenas corre a cargo de Michel Legrand, que será un habitual en las siguientes películas de Godard. En el cuadro de actores están Anna Karina, que será musa del director a lo largo de buena parte de su carrera, Jean Paul Belmondo que repite después de ‘A Bout de Souffle’ y Jean-Claude Brialy.

‘Une Femme est une Femme’ terminó de refundar el cine europeo de la época y lo introdujo en los años sesenta. Después ya nada sería igual. Cambio de valores, de roles sociales donde la mujer es la que tiene el poder de decidir sobre su vida. Y por supuesto, también una renovación del lenguaje cinematográfico que influiría de manera decisiva en los realizadores contemporáneos y sucesores de Godard.

25 de mayo de 2007

La nueva web de Carlos Canales

Soy un seguidor acérrimo de la ‘Tertulia de la Zona Cero’ que emite Onda Cero dentro de ‘La Rosa de los Vientos’ las madrugadas de domingo a lunes a la una. En él se tratan temas curiosos, enigmas y misterios de lo más variopinto. Sus componentes son Juan Antonio Cebrián, Jesús Callejo, Bruno Cardeñosa y Carlos Canales. Este último ha estrenado hace poco su nueva página web. Con él ya son tres (junto con Juan Antonio y Jesús) en tener su propio sitio en internet. Carlos puede considerarse como una enciclopedia andante y es buena muestra de lo que un cerebro puede llegar a almacenar. Ha escrito libros, algunos muy especializados sobre historia, es abogado, investigador del mundo del misterio y aficionado a la informática entre otras cosas.

La web carloscanales.com no tiene demasiada información ni tampoco su formato lo permite, repleto de gráficos. Cuenta con secciones como la agenda, donde se cuelgan las fechas de actos y actividades públicas donde Carlos estará presente, los boletines con datos complementarios sobre las tertulias de las que hablé antes, artículos sobre cualquier tema (por cierto, ilustrado con una foto del autor en Zamora, en uno de los miradores del Duero), cuadros pintados con acuarela (aunque parezcan fotos con filtros del Photoshop) y por último su figuritas bélicas.

24 de mayo de 2007

Cáceres en Cromavista

Una foto de Cáceres que no está en la selección para Cromavista

Han pasado casi dos años desde la última vez que actualicé mi web de fotografías experimentales y de viajes, conocida como Cromavista. En aquella ocasión fueron un puñado de fotos de Gijón después de pasar un fin de semana por allí. Ahora, y fruto de mi «exilio forzoso» por motivos laborales en la ciudad de Cáceres, surgen estas nuevas once fotografías sobre el casco antiguo de la urbe extremeña seleccionadas de entre casi doscientas. No ha sido fácil elegirlas. Por un lado no quería caer en los tópicos de sacar las fotos habituales de monumentos, plazas y demás, pero también quería que fueran representativas de la ciudad.

Finalmente creo que todas las elegidas tienen el «toque Cromavista» que estaba buscando, a medio camino entre la experimentación, la foto artística y lo tópico. También me he recreado un poco en los detalles aprovechando que la cámara con la que hice las fotos tiene un zoom óptico de seis aumentos. Espero que os gusten.

23 de mayo de 2007

‘El Shock de Leia’, lo nuevo (y de lo mejor) de Lagartija Nick

La portada de El Shock de Leia

La banda granadina Lagartija Nick son, gusten o no, un referente de lo que debe ser un grupo de música pop-rock. La mente inquieta de Antonio Arias ha tenido claro el camino que en cada momento ha querido seguir. Y lo ha conseguido. Partieron en 1990 con un punk-rock de tintes postmodernos y apocalípticos (magnífico su tema de 1992 ‘Nuevo Harlem’) para pasar al rock con ‘Su’ (1995), un gran disco. La colaboración con el cantaor Enrique Morente hizo que la banda diera un giro completo para dar una visión del flamenco nunca vista antes. ‘Omega’ (1996) es posiblemente uno de los mejores discos de la historia de la música popular española. En una búsqueda de su propia identidad y de sus raíces dieron con Val del Omar, un desconocido artista pre-multimedia granadino al que dedicaron su trabajo ‘Val del Omar’ (1998), repleto de letras crípticas (adaptaciones de poemas del propio Val del Omar) y sonidos electrónicos. Después de estos apabullantes discos llegaron, para mi gusto, a un momento valle, en la carrera de la banda. Sus siguientes tres discos me parecen olvidables, sobre todo para una banda del nivel de Lagartija Nick.

Pero los de Granada nunca dejan de sorprender. Hace unas pocas semanas me encuentro con que ‘El Shock de Leia’ (2007) es su nuevo disco, publicado el 14 de mayo. Detrás de este título homenaje a ‘Star Wars’ se esconde un álbum luminoso, repleto de melodías y canciones de dos o tres minutos que rozan a veces el pop clásico (el primer sencillo ‘Carmen Celeste’ es prueba de ello). La lucidez recobrada de Antonio Arias se nota en cada uno de los temas, en cada una de las letras, que recuerdan a los mejores cortes de ‘Su’ (de hecho ‘El signo de los tiempos’ es un tema compuesto en aquella época). Lagartija Nick vuelven a emocionar y a entusiasmar como si se tratara de su primer disco.

22 de mayo de 2007

Las elecciones de la renovación

Aquí en Extremadura parece que la retirada de Juan Carlos Rodríguez Ibarra de la candidatura a la Junta ha dejado un poco huérfanos a sus fieles. Lógico. Ibarra no era un candidato al uso, era casi un caudillo eterno que ha ganado elección tras elección desde que las autonomías son autonomías. Su receta era muy sencilla: decir a la gente lo que quería oir siempre con tono algo brusco, facilón y previsible (una fachada de «autoridad» para que nadie le llame «blando») unido en general a una buena gestión.

Algo parecido pasa con otro de los más carpetovetónicos personajes del PSOE. José Bono abandonó en 2004 el gobierno de Castilla-La Mancha para ser ministro de defensa del primer ejecutivo de Zapatero. El compañero de partido, latitudes y visión de la vida de Ibarra también gustaba de hacer declaraciones «ingeniosas». Podemos atribuirle el mérito (igual que Ibarra) de ganar simpatías entre sus adversarios políticos más conservadores.

El nuevo Partido Socialista de Zapatero ha sabido renovar sus candidatos autonómicos más rancios y olvidarse de la «política de pandereta» sin (según las encuestas) demasiado coste electoral. ¿Será el efecto estela o realmente los ciudadanos de las zonas más pobres de España han madurado y ya no necesitan caudillos?

21 de mayo de 2007

El aparato volador de Martínez Barrón

Los últimos años del siglo XIX estuvieron dominados por una fiebre por la tecnología, la innovación y la inventiva. La electricidad, la bombilla, la radio, el automóvil y muchos otros inventos que hicieron que hoy, ya en el siglo XXI, todo sea como lo conocemos. Se equivocan los que piensen que sólo se inventaba en «el extranjero». El caso de Torres Quevedo es sólo un ejemplo de gran inventor nacional. Pero incluso si cogemos la lupa y ampliamos el mapa, en nuestra propia provincia existieron humildes inventores que, con los pocos medios de que disponían, ideaban y planeaban (aunque no siempre construían) sus creaciones.

Buscando en la hemeroteca del Heraldo de Zamora, he encontrado el curioso invento de Baltasar Martínez Barrón, un benaventano que diseño y presentó su aparato volador ante una comisión del ministerio de la Guerra. El bueno de Baltasar ya había patentado su invento. Intentaba ahora conseguir dinero para hacer realidad el proyecto. El periódico dedicaba un extenso artículo el 31 de enero de 1898 a este evento. Éste es un resumen:

Don Baltasar Martínez Barrón, del partido de Benavente, ha obtenido patente de invención por un aparato de navegación aérea del cual hemos podido procurar las siguientes noticias:

Un modesto vecino de un pueblo de Castilla la Vieja, que sin conocimientos científicos de ninguna clase, sin conocer las leyes de la mecánica y sin más guía que un instinto maravilloso y un espíritu de observación poderosísimo, ha llegado a impresionar a personas tan competentes como las que formaban la comisión encargada por el ministro de la Guerra de dar su dictamen sobre los trabajos presentados por don Baltasar Martínez Barrón, que así se llama el autor a que nos referimos.

[…] Consiste el aparato ideado por el señor Martínez Barrón en un cilindro provisto de una especie de cortavientos destinado a cortar el aire; de dos aletas, de dimensiones proporcionadas y de una cola o timón, que regula la dirección de dicho aparato. Una máquina de petróleo de un de los sistemas más conocidos, de fuerza de siete caballos, capaz, según los cálculos del inventor, de producir la ascensión del aerostático, o mejor dicho, del aereoplano, cuyo peso total es de 1.175 kilogramos, pone en movimiento las aletas, y éstas, a semejanza de lo que hacen las de las aves, imprimen un movimiento ascensional siguiendo la dirección de un plano inclinado y con una velocidad igual que la de las aves más ligeras.

El descenso se hace sin necesidad de que funcione el motor, por el mismo peso del aparato y siguiendo siempre la dirección de un plano inclinado, asegurando el inventor que este descenso se verifica con tal suavidad, que ni el más pequeño movimiento se advierte en los objetos contenidos en su interior.

[…] La velocidad que puede alcanzar es prodigiosa, pues según asevera el inventor puede recorrer 85 kilómetros por hora.

Nada he podido averiguar sobre Baltasar Martínez Barrón. Su historia se desvanece más allá de esta noticia. Imagino que no consiguió el dinero suficiente para seguir investigando y probar y mejorar su invento. La historia nos dice que cinco años después, los hermanos Wilbour y Orville Wright consiguieron, con su estrafalario aparato, volar durante 12 segundos. Otros cinco años más tarde, ese vuelo fue de 62 minutos. Había nacido la aviación.

20 de mayo de 2007

‘El Laberinto del Tibet’

Fotograma de El Laberinto del Tibet

En estos días estoy viendo una serie documental que hacía tiempo que tenía ganas de ver. ‘El Laberinto del Tibet’ (2000) es uno de los documentales españoles (coproducidos entre otros por TVE y Canal+) más ambiciosos y caros (unos 300 millones de pesetas y un equipo de 18 personas) realizados hasta la fecha. Fueron tres años de rodaje e investigaciones por las tierras tibetanas, accediendo con las cámaras hasta lugares donde nunca nadie antes había llegado. Quizás lo más sorprendente sea la colaboración de las autoridades chinas, que ocupan el país de los lamas desde 1960.

Igual de valiosos son los testimonios de exploradores pioneros y el material fotográfico y cinematográfico de éstos que había permanecido prácticamente inédito. Otra cosa digna de tener en cuenta es el enfoque de los documentales, huyendo siempre de los tópicos y acercándose a los ritos y costumbres menos conocidas en occidente.

Y como budismo y Tibet no es lo mismo, en el país del Himalaya no sólo hay monjes. También se ofrece una semblanza de la población corriente, de las ciudades, cada vez más parecidas a las de la China post-revolución y de los nómadas, los tibetanos que más sufren las inclemencias de un clima extremo. La narración de la serie es de Rafael Taibo, el impagable locutor de las aventuras submarinas de Cousteau. ‘El Laberinto del Tibet’ fue emitido originalmente por Canal+ en 2000 y por TVE en 2002.



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