Una semana probando Leopard
Leopard es el nuevo sistema operativo de Apple para los ordenadores Macintosh. Ha venido precedido de una campaña publicitaria sin precedentes dentro del mundo Mac desde los tiempos del famoso anuncio de la Superbowl en 1984. Por supuesto, esta campaña no es gratuita ni Leopard ha sido lanzado en cualquier momento. Han pasado ya unos cuantos meses desde que viera la luz el decepcionante Windows Vista. Apple es consciente y sigue con atención la evolución de su rival. La estrategia de la compañía de Steve Jobs es «recoger» a todos los desencantados con la plataforma PC-Vista que le sea posible. Y este quizás sea el mejor momento. Microsoft le ha hecho una estupenda campaña a Apple.
Pero vayamos con Leopard. Lo primero es decir que las comparaciones con Windows Vista son odiosas. Leopard es ligero incluso con ordenadores Mac antiguos de bajas prestaciones y mejora el rendimiento de su predecesor Tiger. Tal y como dice la publicidad, Leopard trae todo lo necesario para trabajar sin tener que instalar prácticamente nada. Bueno, eso no es ninguna novedad, ya ocurría con las anteriores versiones.
Lo que más me gusta de Leopard es que no rompe (como pasa con Windows Vista) con lo anterior, sino que es una continuidad, un avance con muchas mejoras. Y como tal, que nadie espere novedades espectaculares. Una de las cosas que no se ven es que se trata de un sistema operativo íntegramente de 64 bits, algo que sinceramente no he notado en nada. Lo que sí he notado es la vista rápida, mediante la que se pueden ojear videos y fotos sin abrirlas y hojear documentos PDF sin ejecutar el visor. Muy cómodo. También es de agradecer que el sistema cuente con una carpeta predeterminada para las descargas de internet, a donde van a parar todos los archivos bajados con Safari. El tema de los stacks (las pilas de carpetas y archivos) que en principio me parecía una chorrada, al final resulta ser muy útil y rápido. Una de las cosas que no he probado es Time Machine, la característica estrella de Leopard, un sistema para hacer copias de seguridad con dos clics y poder recuperar automáticamente archivos borrados o versiones antiguas.
Lo que sí he probado es Boot Camp, ahora integrado en el sistema operativo. Permite instalar Windows o Linux en muy pocos y sencillos pasos como si de un PC normal se tratara. Lo mejor es que en cualquier momento podemos eliminar la partición sin perder ningún dato y sin tan siquiera reiniciar el ordenador.
En definitiva, estoy encantado con Leopard y, si no fuera porque no funciona en un ordenador PC, sería seguramente el verdugo que enterraría a Windows para siempre.