La infame gala de Eurovision
Ayer por la noche estuve viendo la infame gala que seleccionó al candidato que nos representará en Eurovision este año. Como supongo que ya sabréis, Rodolfo Chikilicuatre fue el elegido. Más adelante le dedicaré unas palabras. Debe ser que no estoy demasiado acostumbrado a este tipo de espacios «musicales», pero lo de anoche me pareció cutre, poco original, poco preparado y que rozó la telebasura en algunos momentos. Eso del espectáculo por el espectáculo cuando no se sabe hacer queda forzado. No ayudaron las continuas confusiones lingüísticas de Raffaella Carrá, la terrorífica espontaneidad de Rosa de España o las dotes de showman que demostró el veterano José Luis Uribarri.
Con estos mimbres poco podía esperar. Y estuve tan fuera de lugar que me planteé si estaba perdiendo el tiempo viendo semejante engendro. Lo mismo habrán pensado otros fans de La Casa Azul y de Muchachada Nuí. Joaquín Reyes y los suyos debían tener cuentas pendientes con Televisión Española. De otro modo no me explico cómo se prestaron a aparecer en el programa y en un entorno que no era el suyo. Soltaron alguna pulla sobre D’Nash (los participantes españoles del año pasado en el festival), pero en general sus apariciones fueon olvidables.
El populacho irredento compuesto por seguidores de los distintos participantes en la final dio también mucho juego y llegaron a ser los protagonistas de la noche cuando, después de leer el veredicto de las votaciones, se oyeron gritos bastante insistentes de «¡Tongo!» o «Esto es una farsa» que la Carrá intentó aplacar. No en vano, durante la actuación del Chikilicuatre se profirieron abundantes abucheos.
Entre todo este mar de confusión casi me dio cierta pena ver a Guille intentando defender lo suyo con honestidad, creyendo sinceramente en lo que hacía y en que Eurovision puede cambiar. Pero era evidente que aquel no era ni el momento ni el lugar. Era predicar en el desierto. Y a la hora de las votaciones telefónicas era difícil que quedara algún indie kid ante el televisor, máxime cuando era sábado por la noche. Al final quedó en un decepcionante tercer lugar.
Visto lo visto y ante la perspectiva de que La Casa Azul no iría a Belgrado, casi me alegré de que ganara Rodolfo Chikilicuatre, aunque me produjera vergüenza ajena, tanto como la gala de anoche. Aquí os dejo la actuación de Guille que lo dejó casi sin voz al final. Será una de las pocas oportunidades que tengamos de escuchar esta versión especial de ‘La Revolución Sexual’, más corta y sin el sample del ‘Machine Gun’ de The Commodores: