‘Buda Explotó por Vergüenza’
Hace unas semanas hablé aquí de la película ‘A las Cinco de la Tarde’ de Samira Makhmalbaf. Sabía que era hija de otro afamado realizador iraní, Mohsen Makhmalbaf. Pero lo que desconocía es que Samira tenía una hermana, Hana, y que además era la artífice de ‘Buda Explotó por Vergüenza’ (2007). Si ya es extraño que en un país como Irán una mujer se dedique al mundo del cine, más inusual es todavía que dos hermanas compartan esta complicada profesión. Algo poco común incluso fuera del mundo islámico.
‘Buda Explotó por Vergüenza’ se convirtió el año pasado en uno de los fenómenos y toda una sorpresa dentro de los festivales cinematográficos. Con tan sólo 18 años Hana Makhmalbaf consigue trasladar a la pantalla la situación de Afganistán a través de la hábil metáfora de los juegos infantiles. Un símil que es también una eficaz denuncia del maniqueísmo, más propio de los niños que de los adultos, del conflicto afgano entre talibanes y fuerzas occidentales. Ese es quizás el principal acierto de la película.
Baktay es una niña afgana de seis años que vive al pie de las ruinas de los budas que destruyeron los talibán. Un día, influido por su amigo Abbas, decide ir a la escuela. Esto supondrá el inicio de una odisea que la llevará a sufrir diferentes contratiempos con los mayores y también con los demás niños del pueblo. A través de sus propias vivencias, Baktay mostrará a los espectadores la ruina de un país que no levanta cabeza y que incuba un odio entre los más pequeños que quizás llegue a explotar en el futuro. El trabajo interpretativo de los niños es impresionante y todo momento parece más un documento verídico que una ficción.
‘Buda Explotó por Verguenza’ es una película muy humilde en su factura. En sus formas recuerda más a un documental grabado en vídeo con cámara en mano que a una típica película Iraní. Sin embargo el fondo corresponde absolutamente a una típica película de Abbas Kiarostami o de cualquiera de sus compatriotas, con largos diálogos intrascendentes que mezclan detalles nimios de la vida cotidiana con la alegoría más profunda.