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La bitácora personal de Ricardo Martín
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5 de octubre de 2010

Llívia y la «guerra de los stops»

Los que seguís habitualmente rmbit sabéis de mi gusto por las curiosidades geográficas, o más bien las rarezas. En este caso nos quedamos en España. Bueno, entre España y Francia. Llívia es uno de esos curiosos casos, fruto de los caprichosos tratados políticos de otros tiempos. Se trata de un «exclave» de la provincia de Gerona dentro de territorio galo. Son menos de trece kilómetros cuadrados situados a siete kilómetros de distancia de la frontera española y contiene además de la población de Llívia, los de Cereja y Gorguja, aunque sin apenas habitantes. En total lo pueblan unos 1600 gerundenses.

Todo comenzó con la firma en 1659 del Tratado de los Pirineos, con el que se zanjaba entre España y Francia la Guerra de los Treinta Años. Nuestro país cedía el Rosellón, parte de la Cerdaña y otros territorios pirenaicos. Al año siguiente se completó la operación con el Tratado de Llivia, por la que pasaban a soberanía francesa treinta y tres poblaciones españolas. Lo curioso del asunto es que Llívia se quedó fuera del traspaso por tener el título de villa y no de pueblo. Una cuestión de nomenclatura (o de categoría) hizo que el municipio catalán quedara exento y se convirtiera en una rareza geográfica.

Un lugar tan peculiar como este es fuente, como os podéis imaginar, de paradojas y cuestiones extrañas. La más sonada fue la llamada «guerra de los stops», un contencioso entre Francia y España que se alargó más de veinte años. Llívia está conectada con España a través de una carretera nacional, la N-154. No es necesario por tanto cruzar ninguna frontera para llegar. La carretera española discurre por territorio francés. En 1866 se estableció por medio de un tratado que la vía sería de libre circulación, entendiendo por tal que no existiría ninguna restricción para su tránsito. El problema llegó cuando en los años sesenta del siglo XX Francia construyó dos carreteras que cruzaban la N-154, colocando señales de STOP para que los llivienses se detuvieran ante el tráfico francés. Las señales fueron sucesivamente arrancadas y vueltas a colocar por unos y otros dando lugar a este kafkiano fenómeno. El diario La Vanguardia, el 12 de mayo de 1971, llevaba la noticia a sus páginas bajo el titular de «La instalación de una señal de «stop» provoca la reacción de los vecinos»:

El cruce de la carretera internacional Llivia-Puigcerdá con la francesa de Ur a Bourg-Madame, paralela al ferrocarril francés, es punto de frecuentes accidentes de circulación, debido en gran parte al intenso tráfico y sobre todo a existir en terreno francés una casilla de Aduanas que obstaculiza la visión del cruce. Para evitar esta situación de peligro se reunió en Madrid el pasado octubre la Comisión Internacional de los Pirineos, sugiriendo los comisionados franceses que qe situara un disco de stop en la carretera Puigcerdá-Llivia en lugar de un semáforo, por lo que el prefecto de los Pirineos Orlentales, recientemente autorizó la instalación de dicha señal, que ha provocado el mal, humor justificado de los vecinos de Llivia, habiendo sido reiteradamente colocada y arrancada por autores desconocidos. Informado el Gobernador Civil se ha dirigido a través del Ministerio de la Gobernación a los poderes públicos, para que la Comisión Internacional reconsidere la cuestión del stop.

Hoy el tema está resuelto con un puente por el que transcurre la dichosa N-154. Eso sí, el mantenimiento corre a cargo del gobierno francés.

  1. 1600 personas en 13m2!!!?

    Dicho por Miguel el 5 de octubre de 2010 a las 20:50

  2. Ya está corregido 🙂

    Dicho por Ricardo el 6 de octubre de 2010 a las 19:57



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