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La bitácora personal de Ricardo Martín
Comentando cosas desde 2004
18 de marzo de 2006

El botellón

No hace tanto tiempo que servidor practicaba esto del botellón. En contra de lo que puede deducirse de las informaciones que salen últimamente en los informativos de radio, televisión y prensa, el llamado botellón no es, al menos desde mis ojos, una reunión de bandas de jóvenes gamberros que destrozan y ensucian las ciudades para divertirse. Ya se que puede ser algo exagerado, pero es más o menos lo que se está diciendo. Esta mañana, en los informativos de Telecinco informaban sobre los altercados producidos en Barcelona y sobre el peligro del alcoholismo. Pero nada desde el punto de vista del joven, de como transcurre su fiesta, de cómo es el botellón desde dentro. Más que el beber por beber (que también existe), puede considerarse como una de las principales actividades sociales juveniles, aunque no la única.

Ya escribí el 23 de septiembre de 2004 sobre este tema a raíz de la aprobación de varias ordenanzas municipales en Madrid y otras ciudades, prohibiendo beber alcohol en la calle. Lo que dije en aquella ocasión fue lo siguiente:

Esta tarde en un espacio de noticias se mostraba un reportaje sobre la ley antibotellón y sus efectos. En la Comunidad de Madrid, la multa por beber en la calle es de 300 €, conmutables por cuatro horas de charla sobre los efectos del alcohol. Se comentaba también que lo único conseguido con esta norma es disgregar los puntos de encuentro de los jóvenes, pero de ningún modo erradicarlo. Era una ley claramente condenada al fracaso. Más todavía cuando no se ataja la raíz del problema. El «problema» es la falta de actividades de entretenimiento asequibles o gratuitos. El cine es caro, los bares suministran bebidas dudosas, los locales a menudo no cumplen las medidas de seguridad, están mal climatizados y son demasiado ruidosos para poder charlar. Eso siempre y cuando no cobren entrada. La ausencia de alternativas es el verdadero problema: hacer un botellón es barato, se puede hacer en cualquier parte e incluso en verano se puede disfrutar de una temperatura agradable. Yo como participante de varios botellones puedo decir que si realiza de manera responsable, es un buen modo de hacer vida social. Si las cosas se hacen bien, todos podremos convivir mejor, aunque parece difícil en una sociedad que no cuida a sus jóvenes.

Poco o nada han cambiado las cosas desde entonces. Los jóvenes se quieren divertir, de forma barata y tener un mínimo espacio vital que en los bares no se tiene. Ni más ni menos. Esta misma noche, en el parque de San Martín están convocados los jóvenes zamoranos para celebrar nuestro particular botellón. Veremos qué es lo que ocurre.



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