20 años entre ordenadores: Videojuegos (I)
No es nada fácil recordar cual fue el primer videojuego al que jugué. Por mucho que me retrotraiga en el tiempo, siempre existirá una vez anterior.
El primero que recuerdo de manera nítida es el ‘Pyramid’, un pequeño juego de laberinto al que jugaba en el MSX de un amigo. Se trataba del típico videojuego tipo «comecocos». Era simplísimo, pero a mi me enganchó. Corrían los últimos meses de 1986. Otro de los clásicos de aquella época que me dejó una huella imborrable fue el ‘River Raid’, que además fue el primer juego que tuve junto a mi primer ordenador, allá por diciembre de 1987. Se trataba de pilotar un avión, esquivando las paredes del cañón por el que discurría la acción, disparando a los helicópteros y repostando fuel para no caer.
Poco después conseguí mis primeros juegos «piratas». Eran quince, y cabían en un disquete de tres pulgadas y media. Superclásicos del MSX que consiguieron que pasara las horas muertas delante del ordenador. En mayo de 1988 descubrí ‘Vampire Killer’, un videojuego que suponía un salto cualitativo en cuanto a argumento y gráficos. Se puede decir que me pasé todo aquel verano intentando pasarme todos los niveles. En septiembre era ya todo un experto y conseguí terminarlo. ‘Vampire Killer’ marcó una etapa. Ya nada volvería a ser igual.