Automóviles chinos
Supongo que muy pronto marcas como Geely, Great Wall, Chery, Brilliance, Changan o Jiangling serán conocidas en Europa. Se trata de poderosas compañías del sector de la automoción procedentes de China. Fabrican automóviles a un coste notablemente inferior a los convencionales y toda la industria establecida tiembla ante la llegada de estos nuevos gigantes de oriente.
El mercado chino está poco a poco ocupando un lugar puntero en todos los sectores. Y en el automóvil no iba a ser menos. En cualquier caso, la llegada de los coches chinos no se producirá de la noche a la mañana. Primero han de cumplir las rigurosas normas de seguridad y de emisiones contaminantes. De momento la fama que se han ganado, parece que merecidamente, es bastante mala. Circula por internet un vídeo con un test de choque realizado por un club del automóvil alemán a un todoterreno Jiangling Landwind. El resultado fue el peor obtenido en una prueba desde hace 20 años.
Otro asunto polémico de los coches chinos es su afición por copiar modelos ya existentes. De hecho, la compañía coreana Daewoo ha presentado una demanda a Chery porque uno de sus modelos es una copia prácticamente exacta del Daewoo Matiz. La carrocería del mencionado Landwind es una copia del Opel Frontera. El Shuanghuan Sceo es una réplica del BMW X5 con interiores de Toyota e incluso circula por las calles chinas una «versión» del antiguo Seat Toledo, Zhonghua copia a Lancia, Geely a Mercedez-Benz y así un largo etcétera que pasa por casi todas las marcas tradicionales europeas, por supuesto con una fiabilidad y unos acabados infinitamente peores, aunque a un precio sin competencia.