Días después de la prueba se analizaban los resultados, tal y como muestra este artículo del 20 de marzo de 1897:
Verificadas las pruebas parciales del alumbrado eléctrico y apreciada por todos su bondad en el experimento por zonas, pudo notarse anoche que el suministro de fluido para toda la población, no disminuye como creían algunos mal pensados, la intensidad de la luz ni sus buenas condiciones, ni el aumento de consumo por los feriantes, ni por el teatro ni otras instalaciones grandes, influyen en el buen servicio general.
Pudieron notarse, en cambio, defectos de instalación irremediables en el primer intento y con los que se contaba, que dará lugar a rectificaciones de colocación que se acordarán.
La novedad fue realmente la de los arcos voltáicos, que instalados el mismo día y con alguna precipitación, causaron menos admiración.
La ocupación de la plaza, el efecto de las demás luces y probablemente la altura que habrá que rectificar algo, hacía que no se apreciara bien el efecto de los dos focos allí colocados.
La situación del de la cárcel, cuyo espacio luminoso no se conocía con el proyectado por el de los Descalzos, obscurece la calle de Santa Clara en el trayecto entre aquellos dos puntos, y será objeto de una rectificación o aumento de incandescentes en aquella zona.
En la calle de San Torcuato había también que cambiar la acera alguna lámpara.
El resultado, pues, en general satisfactorio, y es seguro que completo el alumbrado y con las modificaciones que se fueron apuntando, no tendrá que envidiar Zamora en alumbrado a ninguna otra capital de su clase.
A veces parece que los periodistas del Heraldo de Zamora sabían más que los ingenieros que instalaban el tendido eléctrico, diciendo dónde debían poner las «lámparas» y dónde no ponerlas:
Se nos dice que no está definitivamente acordado el sitio en que en la plaza de Sagasta, ha de emplazarse la columna que sostendrá el foco del arco voltaico que allí ha de colocarse, pero parece probable que se desista de que este foco alumbre las calles de Viriato y Quebrantahuesos, porque este implicaría una colocación inconveniente y peligrosa para el paso de carruajes al despacho central y al correo.
La cosa no tiene duda, el servicio a la estación de ocho trenes hace ese paso obligado en el sitio que se indica y peligroso ese entorpecimiento; el sitio es bastante céntrico para que merezca el arco solo para la plaza, y las calles laterales bastante cortas para que sea insignificante el ahorro de luz que se intentaba.
El foco de arco voltaico, debe situarse donde está el kiosko. Y no en otra parte.
Tras aquel primer ensayo general, los zamoranos y algunas fuerzas vivas de la ciudad comenzaron a impacientarse ante la llegada inminente de la Semana Santa. Se pretendía que todo estuviera listo para esas fechas. Esto se decía el 10 de abril de 1897:
Se está colocando en la Plaza Mayor los soportes para los focos del arco voltaico del alumbrado eléctrico público. ¿Lucirá esta Semana Santa? Es lo que procede.
A la par se alababa la belleza de las farolas instaladas:
Colocadas las columnas en la plaza mayor para los arcos voltaicos que establece la Electra, resultan del agrado del público, por su construcción y esbeltez.
Unos días después, el clamor popular pedía que se encendiera el alumbrado para la Semana Santa y así presumir de luz eléctrica delante de los numerosos forasteros que llegaban a Zamora para asistir a las procesiones:
En el artículo del sábado, solicitábamos del señor alcalde y del ayuntamiento, que usando, previo acuerdo y conveniencia con el contratista de la instalación eléctrica, que en todo el casco de la población y algunos de sus arrabales, está establecida, diera en los días de Jueves y Viernes Santo, el alumbrado público por medio de la electricidad.
Tan razonable y justa nos parecía esta pretensión y tan fuertes razones la abonan, que no dudábamos fuese desde luego acogida, presumiendo para creerlo así, el celo e interés que deberían tener nuestros concejales, y especialmente el alcalde, en complacer al vecindario en un servicio tan importante, y hasta el propio deseo que juzgábamos sentirían los señores del ayuntamiento, en mostrar a los forasteros que acudan a las procesiones de la Semana Santa, el alumbrado eléctrico como obra y adelanto proporcionado por ellos.
Pero como nada se haya hecho en este sentido, ni gestión alguna se haya practicado para satisfacer el expresado servicio en la forma indicada, claramente vemos que los representantes del pueblo, no acojen nuestra petición, que si solo fuera nuestra, significaría muy poco, pero es la expresión de los deseos del vecindario, que debieran tener mayor eco en la casa del concejo. […]
Bien quisiéramos conocer, para hacerlas públicas y dar esta satisfacción al vecindario las razones que haya para no acceder a lo pedido; pero tan altas deben ser, que nuestra limitada inteligencia no las alcanza, quizás también porque no estemos penetrados en los misterios de este asunto.
Por el pronto, sólo sabemos que la única razón que se expone en contra del alumbrado que pedimos, es el no establecer desigualdades en la población dando luz eléctrica en parte de ella y en otra no; pero esa razón no es tal, sino vana disculpa, pues no se trata, y nadie pretende establecer un servicio permanente, sino puramente accidental, que en nada perjudicaría a los arrabales en que aun no está hecha la instalación eléctrica y menos cuando, todo el casco de la capital la tiene, para todo se pide el servicio y en el casco de la población es donde se hace sentir la necesidad de ese alumbrado, en los días para los que se pide.
Finalmente se accedió y se conectó por primera vez el alumbrado público del centro de la ciudad. Eso sí, provisionalmente. Al finalizar la Semana Santa se desconectaría de nuevo:
Damos las gracias a nuestro amable alcalde y particular amigo don Ursicino Álvarez, por haber atendido nuestras indicaciones, prestando en los días pasados el servicio del alumbrado eléctrico por medio de la electricidad.
En las noches de Jueves y Viernes Santo, han podido apreciar los forasteros y vecindario de esta ciudad, la magnífica luz que la Electra dará en su día al servicio público que pagará el ayuntamiento, resultando por lo que hemos presenciado, que una vez estén corregidos los pequeños defectos de instalación de las lámparas en algunos, muy contados sitios, resultará un alumbrado superior y como no lo tienen varias poblaciones en que la conocemos.