El caso McKinnon
Las historias de los hackers y crackers siempre han fascinado a expertos y a profanos en temas de informática. Todos recordamos la película ‘Juegos de Guerra’ (1983) y quien más y quien menos ha fantaseado con entrar en los prohibidos y superprotegidos servidores de cualquier agencia de inteligencia de una superpotencia. Realizar este sueño sólo está al alcance de una élite y puede dar más de un quebradero de cabeza.
Y si no que se lo pregunten al británico Gary McKinnon. Este administrador de redes consiguió entrar entre 2001 y 2002 en más de cien intranets de la NASA y organismos militares norteamericanos. McKinnon también borró cuentas de usuario y produjo daños en las redes. Su misión era encontrar información secreta sobre OVNIs. Una información que supuestamente el gobierno de los Estados Unidos ocultaría. A pesar de esta búsqueda, McKinnon no encontró gran cosa.
Pero, ¿cómo se puede entrar en un servidor de alta seguridad? Según confiesa en una entrevista, con un programa escrito en Perl que le servía como rastreador de contraseñas. No ha dado más detalles. El tema es que se ha metido en un buen lío. El Reino Unido concedió hace un año la extradicción de McKinnon a EEUU para ser juzgado allí y finalmente hace sólo unos días se ha hecho efectiva esta extradicción. Se enfrenta a cumplir una condena de setenta años en la prisión de la base de Guantánamo. Algo totalmente desproporcionado, teniendo en cuenta que no ha desvelado ningún presunto secreto a los que tuvo acceso y que los sistemas que dañó fueron restituidos en una semana. Quizás de lo que realmente se le culpe es de herir el orgullo de la administración norteamericana y de su todopoderosa tecnología.
Convertido no sólo en un icono y un ídolo para los geeks, sino también para todos aquellos que defienden las libertades públicas, McKinnon cuenta con muchos partidarios a lo largo y ancho de la red. Están organizados a través de la web que pide su liberación (‘Free Gary McKinnon’). Su caso es digno de una película y a buen seguro que traerá mucha cola.