Recordando a Bergman y a Antonioni
El 30 de julio ha sido un día en el que dos etapas se cierran. Han desaparecido dos grandes figuras que cambiaron el cine y por extensión el arte del siglo XX. Ingmar Bergman (Uppsala, 1918) y Michelangelo Antonioni (Ferrara, 1912) son dos realizadores de una calidad indiscutible, aunque de trayectoria muy diferente.
Una de las primeras entradas de rmbit era una reseña breve sobre mi descubrimiento de Bergman. Fue en 2004 y la película era, cómo no, ‘El Séptimo Sello’. De inmediato conecté con su propuesta, tanto en forma como en fondo. Bien es cierto que años antes ya había visto ‘Fanny y Alexander‘ (1982) y ‘Persona’ (1966), pero ver el ‘Séptimo Sello’ (1956) fue ver su permanente obsesión por los temas elementales del ser humano. La muerte, la culpa, el pecado, el sexo, el paso del tiempo. Poco a poco fui accediendo al resto de su obra. Pasaron por mis manos ‘Fresas Salvajes’ (1957), ‘Sonrisas de una Noche de Verano’ (1955), ‘El Manantial de la Doncella’ (1959), ‘Como en un Espejo’ (1961), ‘Los Comulgantes’ (1962), ‘El Silencio’ (1963), ‘La Hora del Lobo’ (1968), ‘Gritos y Susurros’ (1972), ‘Secretos de un Matrimonio’ (1974) y sobre todo ‘El Rostro’ (1958), mi película favorita de Bergman. Su filmografía es bastante extensa y aún me quedan muchas películas por ver.
El caso de Antonioni es algo diferente. Hasta hace muy poco era un completo desconocido para mí. Y aún lo es en cierto modo. Sus películas ‘Las Amigas’ (1955), la excelente ‘El Eclipse’ (1962) y ‘Blow Up’ (1966) son las únicas tres obras que he visto hasta la fecha. La carrera de Antonioni, igual que las de otros colegas suyos de la Nouvelle Vague, es bastante irregular. Su primera etapa quizás sea la mejor. A partir de la segunda mitad de los años sesenta su cine se vuelve más experimental y menos inspirado para mi gusto. El ejemplo es la antes mencionada ‘Blow Up’, que a mí personalmente no me acaba de convencer.
Bergman y Antonioni, dos referentes para la intelectualidad de los sesenta y setenta y que han dejado su huella en el complicado arte del cine.