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La bitácora personal de Ricardo Martín
Comentando cosas desde 2004
15 de enero de 2008

Fin de legislatura

Este blog nació casi con el comienzo de la era Zapatero. Fue tan sólo cinco meses después de que el PSOE regresara a La Moncloa tras ocho años de gobierno de la derecha. Desde el principio he llevado a este sitio todas las vicisitudes y espantos que me provocaba o que me sugería el devenir de los acontecimientos en la que ha sido, sin duda, la legislatura más dura y sucia desde 1977. El Partido Popular, tras su inesperada derrota, se dedicó principalmente a restar legitimidad al nuevo Gobierno, a negar la mayor y a excusarse en los hechos del 11-M para justificar su derrota, cuando precisamente en esos días es donde está la clave injustificable de su fracaso, el momento en que el dique de basura acumulado a lo largo de los últimos cuatro años reventó y la ola se volvió contra ellos.

11-M, las fatídicas siglas del mayor atentado en suelo nacional, han sido algunas de las más repetidas a lo largo de todo este tiempo y uno de los ejes del discurso del Partido Popular, retorciendo sus argumentos hasta el delirio. Parece que hoy, a 15 de enero de 2008, ya nos hemos olvidado de la matraca que la derecha ha venido dando hasta hace bien poco con la autoría. Como por obra de encantamiento, el 11-M ha desaparecido sin dejar rastro. Sólo quedan algunos flecos (cada vez menos) en páginas interiores de El Mundo para alimento de los irredentos de la secta de los Peones Negros. ¡Qué tiempos aquellos del ácido bórico!

La utilización de la gente poco informada ha sido también una constante. Recordamos aquella recogida de firmas contra el Estatut catalán, ya fuera en mesitas en plan «ayuda-para-los-pobres» o bien a través de internet, con resultados de lo más jocoso. Recordamos la demagogia con el tema de los papeles de Salamanca, del absurdo boicot a los productos catalanes o de las docenas de archivos de Power Point (¡maldita la hora en que se inventaron!) con falacias y hasta calumnias sobre Cataluña que proliferaban por los ordenadores de media España.

También hemos visto como los obispos se manifestaban en la calle. La derecha se confundía con la ultraderecha a la hora de condenar los matrimonios entre personas del mismo sexo, o de «denunciar la persecución de la Iglesia» por parte de un Gobierno con cuernos y rabo. Hemos visto resurgir a los integristas católicos, Hazte Oír, los neocatecumenales, los de la COPE y demás personajes raros.

El último gran tema de acoso al Gobierno ha sido ETA. Unas siglas vomitivas que hemos tenido que oír hasta la extenuación a lo largo de esta legislatura. Primero como autores o co-autores junto al PSOE, a Al Qaeda, los servicios secretos marroquíes o quién sabe qué otros y después con el alto el fuego permanente y los contactos para explorar una posible salida dialogada a la violencia. El Partido Popular no podía desaprovechar la coyuntura para intentar introducir sus «argumentos». Aquellos meses se dijo de todo. Que se estaba negociando políticamente, que se entregaba Navarra a los terroristas (cuando al final fue el PSOE quien se lo entregó al PP después de las autonómicas de 2007), que el PSOE estaba pagando favores a los terroristas por el 11-M (sí, se dijo en algún medio afín a la derecha) y más cosas de las que es casi mejor no acordarse. Cuando ETA atentó en la T4, estoy seguro de que muchos se alegraron. Lo cierto es que se acabó la tregua, aunque no las acusaciones de seguir negociando. Después llegaría el asunto de De Juana, que quemaba al Gobierno en las manos y que terminó resolviendo no demasiado bien.

Y si hablamos de terrorismo, no podemos olvidarnos de la AVT. En estos cuatro años hemos visto que la principal asociación de víctimas se ha metido en política ocupando su lugar a la derecha del Partido Popular, en ese extremo tan concurrido junto a algunos obispos, «comunicadores», políticos y piezas de ajedrez. Han perdido una credibilidad que les costará mucho recuperar. Lástima por las víctimas.

Sí, ahora el Partido Popular se escuda tras las economía, un argumento normal y honesto que ha sido argumento de campaña desde siempre, para no tener que recordar todo lo que han dicho en su día, todo lo que hemos tenido que oír y ver. Aunque lo hagan agitando el espantajo de la crisis, la recesión y otras tonterías que esperemos que no calen en la gente, es un argumento normal.

Pero también voy a criticar al Gobierno. Me parece de lo más criticable su actitud pasiva ante todas estas provocaciones, agresiones e insultos. Quizás haya sido lo mejor, pero estoy seguro de que el Ejecutivo tiene infinidad de posibles herramientas que utilizar para neutralizar o al menos aplacarlas. Una de esas herramientas es la comunicación. Este ha sido un Gobierno autista, que no ha abogado por explicar sus argumentos a los ciudadanos de forma clara, rotunda y serena. Creo que hubiera sido una buena baza frente a la contaminación de la poderosa apisonadora mediática de algunos medios. Simplemente información y dejar las cosas claras. No hemos estado lo suficientemente informados.

La política de juventud del PSOE ha sido, en mi opinión, bastante mala. Desde las Keli Finder hasta la falta de ayuda para la vivienda ¡No queremos alquiler, queremos comprar un piso!. El mileurismo endémico se extendía por los jóvenes más afortunados mientras la especulación urbanística seguía imparable. El empleo es cada vez más precario, más temporal y peor pagado. La «flexibilidad» laboral no es más que un eufemismo, una excusa para que las empresas puedan contratar y despedir a su antojo a sus empleados, pura mercancía. Cierto que cada vez se firman más contratos indefinidos, pero son insuficientes. Lamentablemente, en estos asuntos, derecha e izquierda se tocan…

Me dejo muchas cosas atrás que por pereza u olvido prefiero no escribir. Quedan menos de dos meses para las elecciones y el resultado es incierto. Nadie puede aventurarse a pronosticar un resultado. Algo que aparte de emocionante es peligroso. No me quiero ni imaginar un empate técnico. ¿Qué ocurrirá? ¿Quién pactará con quién? ¿Entraremos en una nueva crisis política? ¿Habrá nuevas elecciones?



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