rmbit - La bitácora personal de Ricardo Martín
La bitácora personal de Ricardo Martín
Comentando cosas desde 2004
30 de abril de 2008

Posts diarios

En el blog Reflexiones e Irreflexiones he encontrado una referencia a un artículo de Social Media Today que me parece interesante para la gente que, como yo, solemos escribir a diario. Su título ya lo dice todo: ‘Efectos negativos de escribir posts a diario’. Si bien un día normal no me supone (prácticamente) ningún esfuerzo ponerme a escribir algo, cuando llegan fechas señaladas como estas, con un puente de por medio, venirme a Zamora y la desconcentración que eso conlleva, me quedo en blanco y voy aplazando la nueva entrada más y más.

En el artículo se comentan algunas cosas que merecen ser reflejadas aquí (y que puede que me sirvan de coartada para escribir menos en el futuro). Aunque, como se dice, el posteo diario es una de las reglas básicas para fidelizar lectores, aumenta la presencia en buscadores y en general amplia la presencia propia en internet, también conlleva unos cuantos inconvenientes que traduzco con cierta libertad del original:

  • Los usuarios leen superficialmente los artículos. Sobre todo si son un poco largos, añado yo.
  • Baja la calidad de los contenidos. Quizás sea cierto, aunque eso es tan relativo que sería muy difícil de medir. Me he encontrado con lectores que, ante una misma entrada, me han dado opiniones bien distintas.
  • Menos suscriptores al feed RSS. Consecuencia directa de los dos puntos anteriores.
  • Menos comentarios. Eso sí es cierto, porque tras siete posts, los más antiguos desaparecen a la segunda página de rmbit. Y, sinceramente, a menos que se esté buscando algo concreto, rara vez se pasa de la portada. Eso significa que los comentarios quedan perdidos entre la avalancha de nuevas entradas sin dar posibilidad para el debate.
  • Presión sobre el «bloguero». Como dije al principio, es totalmente cierto, porque uno pierde la rutina que le proporciona las ideas y la inspiración imprescindible para postear.
  • Y para terminar, una obviedad: escribir a diario no supone un mayor éxito. Lógicamente los temas tratados han de tener un mínimo de originalidad, proporcionar enfoques diferentes y hacer interesantes los temas que quizás a priori no lo sean para mucha gente.

Básicamente creo que es bastante acertado. Yo, mientras pueda, seguiré tomándome esto como el reto de escribir a diario… Hasta que me canse.

29 de abril de 2008

Condenados a no encontrar vida inteligente

Ya sé que el título de este post induce a chistes fáciles y ya muy manidos. Antes de nada, me estoy refiriendo a vida inteligente fuera de nuestro planeta. El pasado 22 de abril, la NASA celebró su primer acto de conmemoración de los 50 años desde su creación. Uno de los invitados de excepción fue el científico Stephen Hawking y uno de los temas que trató fue el de la vida extraterrestre. Aunque se mostró algo escéptico porque dijo que «la vida extraterrestre es muy rara», mantiene que esas civilizaciones alienígenas enviarían señales al espacio.

Esto me hizo pensar en que iniciativas como SETI@home están destinadas al fracaso al igual que cualquier otro tipo de búsqueda mediante señales de radio (la única forma que tenemos de captar actividad lejana). Y no sólo lo digo porque en la inmensidad del universo es como buscar una aguja en un pajar, sino porque desconocemos completamente qué tipo de vida inteligente estamos buscando. Puede parecer una tontería, pero el programa SETI@home da por supuestas algunas cosas de las que yo dudaría. Por ejemplo he hecho de que se rastree el universo intentando localizar emisiones en la frecuencia de los 1420 MHz. ¿Y por qué esa frecuencia? Porque es la frecuencia que emiten los átomos de hidrógeno, el elemento químico más simple del universo. Mucho suponer ¿no?

Además, ¿cómo podemos ponernos en la mentidad de unos seres (si es que son seres) de los que no sabemos absolutamente nada, ni siquiera si sus esquemas mentales son mínimamente similares a los nuestros y sus patrones de razonamiento son homologables a los de los humanos? ¿Cómo sabemos que emiten ondas de radio? ¿Y si sus preocupaciones son otras y no buscar otras civilizaciones, por ejemplo ocultar su presencia ante posibles agresores externos? Lo que está claro es que si alguna vez los encontramos, serán muy diferentes de como nos los hemos imaginado y, paradójicamente, quizás nunca lleguemos a comunicarnos con ellos.

28 de abril de 2008

Nuestro propio servidor de vídeos Flash

Desde que leí un artículo en el blog de David de Ugarte sobre cómo construirse un servidor de vídeos Flash al estilo de YouTube no he hecho más que darle vueltas al asunto. Ahora que he tenido un rato he podido trastear con el tema. Siempre he querido ser lo más independiente posible de las plataformas masivas en la red, léase YouTube, Flickr y otras muchas. Más que nada porque al final son ellos los que deciden sobre tus contenidos y en el fondo hacen lo que quieren. La desventaja es el espacio en el servidor que ocupan los vídeos Flash, aunque también es verdad que hoy día los precios de los alojamientos están bastante baratos y ofrecen una capacidad respetable. Yo tengo 500 Mb ahora mismo, más de la mitad desocupados. Me sería muy complicado realojar todos los vídeos que tengo enlazados en mi cuenta de YouTube y en esta bitácora. Pero por lo menos que este post sirva para que los manitas de la web puedan experimentar un poco con esto de ser su propio servidor de vídeos.

Existen tres posibilidades, según lo que queramos hacer. La primera, y más sencilla, es utilizar un pequeño plug in para nuestra bitácora (en WordPress, aunque supongo que para otras plataformas también los habrá). Su nombre es Flash Video Player y lo he usado a modo de prueba. Como podéis comprobar abajo, funciona perfectamente y no he tenido más que seguir las indicaciones que vienen. Este accesorio permite insertar vídeos en nuestros posts a través de una simple etiqueta insertada en el cuerpo del artículo, y que viene a ser del estilo [ flashvideo filename="video/myvideo.flv" / ], donde "video/myvideo.flv" es la ruta (absoluta o relativa) y el nombre del archivo del vídeo. En el panel de control de WordPress podemos configurar la apariencia y el comportamiento del reproductor. De todos modos está muy limitado (color, botones y poco más).

[flashvideo filename=»http://www.ricardomartin.info/videos/broadcast_papercuts.flv» /]

La segunda opción es acudir al código fuente gratuito de alguno de los muchos clones de YouTube que circulan por ahí. En esta página hay catorce para elegir. Nos los bajamos y, siguiendo las instrucciones, conseguiremos instalarlos en nuestro servidor. La pega que les he encontrado es que los más completos incluyen un sistema propio de conversión de los vídeos a .flv, y para este proceso es necesario instalar una extensión de servidor. Lamentablemente muchos proveedores de hosting no permiten a sus clientes instalar complementos en sus servidores ni acceder a ellos. Luego veremos que la mejor opción será convertirlos en nuestro ordenador con un programilla y subirlos a una carpeta del servidor ya en formato Flash.

La tercera y última opción, para los más exigentes (y valientes), es obtener el código fuente del reproductor de vídeo Flash. Yo he conseguido el Media Player, que es de código abierto. Si tenemos conocimientos suficientes de Flash y ActionScript podremos modificarlo a nuestro antojo. En su página web puede consultarse la abundante documentación que lo acompaña y con la que es muy difícil perdernos. También hay algunos ejemplos que podemos utilizar en nuestros proyectos. Sólo recomendado para aquellos que tengan tiempo y ganas…

Conversión de ficheros de vídeo a .flv

Por suerte en el Mac es muy sencillo convertir a este formato, ya que el propio reproductor multimedia QuickTime tiene esta opción de serie. No hay más que abrir el vídeo y exportarlo (Archivo/Exportar…), seleccionando el formato flv. Para los desafortunados que no tengáis un Macintosh existen múltiples aplicaciones gratuitas para Windows y GNU/Linux que realizan esta tarea. No hay más que hacer algunas búsquedas por Google para dar con el programa adecuado.

27 de abril de 2008

Esa cosa que llaman crisis

Hoy toca un poco de reflexión de «todo a cien». He estado leyendo el artículo ‘¿El apocalipsis del capitalismo?’ que el suplemento (renovado, por cierto) de Negocios de El País dedica a analizar las causas de la crisis económica mundial que se avecina, o que ya está aquí según muchos. Si no lo habéis leído, os lo recomiento. Viene a corroborar básicamente todas las ideas que yo tenía sobre todo este follón económico que desata inquietudes no sé si justificadas o no. Me tenía a mí mismo como un agorero cuando veía la sobreabundancia a la que nos estábamos malacostumbrando. Las familias se endeudan peligrosamente para obtener cualquier bien de consumo o directamente la tan ansiada vivienda.

En Estados Unidos ingenuamente se pensó que el poder financiero de la primera potencia mundial tragaría con todo y durante un tiempo todo el monte fue orégano. Surgieron las famosas subprimes, créditos a un bajísimo interes y concedidos prácticamente sin avales. Se abusó de ellas sin que nadie (por nadie se entiende al Estado) pusiera coto. Pero claro, el mercado y la economía mundial son como organismos vivos que mutan y sufren altibajos debidos a factores reales o imaginarios. Ha bastado una subida no muy alta de los tipos de interés para que todo el tinglado se colapse y muchos no puedan devolver sus créditos. O sea, los bancos se han terminado endeudando hasta niveles nunca vistos antes.

Pero las crisis económicas, igual que los accidentes de aviación, está provocados por varios factores. El segundo de esos factores, que realmente no tiene solución, es el aumento de precio de los alimentos básicos. Los expertos todavía no se ponen de acuerdo si es porque parte de la producción se destina a los (mal llamados) biocombustibles, por la creciente demanda de los países emergentes de gran población (China e India sobre todo), por la especulación o por una combinación de todos ellos.

En España tenemos que sumar también la desaceleración en la demanda inmobiliaria. No dejaría de ser un simple reajuste si no existieran los factores anteriores, pero los precios de la vivienda en España han tocado techo, las familias se han hipotecado mucho más allá de sus posibilidades y los tipos de interés fijados por el Banco Central Europeo han subido al calor de los acontecimientos al otro lado del charco.

Todo esto me lleva siempre a la misma conclusión. En la economía globalizada actual todo vale, se juega con los bienes y materias primas de primera necesidad como si esto fuera el Monopoly. No importa que no se pueda acceder a la vivienda o que el trigo o el arroz suba hasta niveles escandalosos por culpa de los especuladores. Especuladores de cada vez tienen más poder y capacidad de decisión. El liberalismo (no ya el neoliberalismo) es un ejercicio de frivolidad que puede salirnos caros a todos y dar al traste, si no ha ocurrido ya, con nuestro estado del bienestar. Esperemos que, igual que ocurrió tras la crisis de 1929, el keynesianismo vuelva a estar «de moda» y los Estados intervengan como garantes de la igualdad y la protección a los ciudadanos más débiles. ¿O si no, de qué sirve un Estado si no se ocupa de las necesidades e inquietudes de sus habitantes?

26 de abril de 2008

He visto ‘Control: La Vida de Ian Curtis’

En octubre pasado dediqué una entrada a Ian Curtis y por extensión a Joy Division. Allí comenté que los de Manchester habían sido retratados en una película dirigida por Anton Corbijn, fotógrafo de bandas de rock y uno de los más importantes realizadores de videoclips de la historia. Curiosamente, uno de los primeros hitos en la carrera de Corbijn fue el de realizar varias sesiones fotográficas para Joy Division, por lo que ‘Control: La Vida de Ian Curtis‘ tiene un valor especial como documento. Y ha sido ahora cuando por fin he podido verla.

Después de toda su trayectoria, no sorprende el manejo que de todo lo audiovisual tiene Corbijn. Las formas son inmejorables y ‘Control’ está rodada en un blanco y negro inmaculado e impecable que dota a la cinta de un aura algo triste. Los movimientos de cámara son casi siempre parcos y distantes, pero precisos. La ambientación también es muy austera y parece filtrada por los ojos de Curtis.

El trabajo con los actores también es brillante. Aparte de que los parecidos están muy conseguidos, sobre todo el de Ian, los personajes son sólidos y muy creíbles. También las situaciones, los movimientos o las actuaciones televisivas están milimétricamente copiados. He estado revisando algunos vídeos de las escenas originales que luego se han recreado en ‘Control’ y he comprobado personalmente ese parecido.

En definitiva, y como era de suponer, es una película dirigida a todos los aficionados a Joy Division, al mundo del rock y en general al cine de bandas. Aunque es larga (más de dos horas), a mí se me hizo cortísima y muy entretenida.

25 de abril de 2008

¡Ruido!

Una de las cosas que diferencian de manera brutal a Cáceres de Zamora es el ruido. Sí, el ruido «ambiental», el típico de la ciudad. Esto ha sido una impresión mía no comprobada empíricamente… hasta que he visto la noticia de la publicación de un fantástico informe de los estudios sociales de La Caixa llamado ‘La Contaminación Acústica en Nuestras Ciudades’ [PDF].

Está comprobado que el umbral de ruido «normal» en una ciudad media está en los 60 o 65 decibelios (dB). A partir de aquí puede llegar a provocar trastornos nerviosos, insomnio y otras muchas, incluidas la propia pérdida de audición. El estudio está formado por ocho capítulos. En los primeros se hace una larga exposición sobre el ruido, sus efectos, los tipos que existen, las formas de medir el ruido o la normativa al respecto. En el resto se procede con el estudio en sí mismo y se ofrecen posible soluciones. Para el estudio se han elegido varias «ciudades modelo»: Madrid y Barcelona, Valencia y Zaragoza como ejemplos de ciudades grandes, Bilbao como ejemplo de ciudad de tamaño medio y Ávila, Palencia, Salamanca, Segovia, Zamora, Cáceres y Badajoz como ciudades pequeñas. Se eligieron estas por haber sido objeto de estudios exhaustivos sobre el tema.

Al entrar tanto Cáceres como Zamora en el estudio, podemos hacer interesantes comparaciones y llegar a algunas conclusiones no menos curiosas. En realidad el propio informe ya las hace:

Zamora también se ajusta al modelo general del resto de las ciudades castellanas. En conjunto no se superan los niveles recomendados, tanto durante el día como durante la noche, ya sea en período laborable, como en período festivo. No obstante, las noches de los días festivos suelen ser especialmente ruidosas, con valores que se consideran intolerables (niveles superiores a 70 dBA), en la Plaza Mayor y en alguna zona adyacente. [página 160]

El día festivo es especialmente tranquilo en Zamora, pero durante las noches de fiesta el ruido sufre un fuerte acelerón. En este momento, más del 40% de la población supera los niveles de ruido recomendados […] [página 160]

En Zamora […] la sensibilidad acústica se despierta sobre todo con las motos, los coches, la recogida de basuras, los vehículos pesados y las bocinas y sirenas. Como efectos perturbadores más significativos señalan: interferencias en la lectura y/o en el estudio; interrupción del sueño o interferencias cuando se ve la televisión. [página 161]

No está del todo claro que las ciudades más pequeñas sean menos ruidosas que las grandes, por lo menos, no todas. El ejemplo lo tenemos en Cáceres, una ciudad pequeña, cuyos niveles de contaminación acústica están muy por encima de los de Madrid, Barcelona y, por supuesto, de los de Zaragoza y Bilbao. […] La situación de Cáceres es muy similar a la de Badajoz, pero bastante diferente a la de Ávila, Zamora o Segovia. [página 167]

Recomiendo al menos echarle una ojeada a las 252 páginas del informe completo porque es bastante entretenido y se lee bien.

24 de abril de 2008

El 24p

Hoy toca de nuevo hablar de la alta definición. Más concretamente sobre los aparatos de televisión. Y es que comprar un televisor es cada vez más complicado. Vivimos un punto de inflexión dentro del mundo de la tecnología autovisual. La irrupción primero de las pantallas planas (ya sean plasma o LCD), luego de la TDT y ahora de la alta definición y los reproductores de Blu-Ray están cambiando la forma y las funcionalidades de algo que siempre fue inamovible. Podíamos cambiar la cadena de música porque no tenía reproductor de CD, pero el televisor era eterno. Desde que los primeros televisores en color se comercializaron en los años setenta no había habido un cambio tan radical en este electrodoméstico. Cuando comprábamos uno, podíamos tener la certeza de que no se iba a quedar obsoleto en al menos diez años.

Pero estaba claro que eso tenía que terminar. Los grandes fabricantes han aprovechado la coyuntura del cambio de tecnología (o la han provocado, quién sabe…) para entrar en la misma carrera loca que ya vivimos con los ordenadores personales. Hoy un televisor ya no es un televisor, es un ordenador en toda regla con todo lo que eso conlleva. Después del timo del HD Ready y su «media alta definición», ahora viene una nueva avalancha de prestaciones codificadas en siglas que pueden llegar a confundir. La primera de ellas es 1080p HDTV. Los televisores así etiquetados permiten sintonizar mediante TDT emisiones televisivas en 1080p (1080 líneas horizontales con fotogramas progresivos). La segunda de estas nuevas características es el 24p. Los que ya estén familiarizados con estas expresiones podrán deducir que se trata de televisores que permiten visualizar la señal recibida bien de un reproductor DVD o Blu-Ray o de las emisiones televisivas a 24 fotogramas progresivos por segundo en vez de los 25 progresivos o los 50 entrelazados de un televisor normal.

¿Y por qué convertir esta señal a 24p? Las películas se ruedan (o graban en el caso de cámaras de vídeo profesionales de alta definición) originariamente, como todos sabéis, a 24 fotogramas por segundo. Posteriormente, durante el proceso de conversión a MPEG-2 para ser emitidas o almacenadas en DVD/Blu-Ray), esta tasa pasa a 25 fotogramas progresivos. Es decir, que las películas que vemos en la tele o en discos estarían ligeramente «aceleradas» (0,04 segundos exactamente). Esto no creo que se note demasiado, pero sí es una característica más a añadir a los televisores de gama alta y, por supuesto, cobrar por ello. ¿Qué será lo siguiente?



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