rmbit - La bitácora personal de Ricardo Martín
La bitácora personal de Ricardo Martín
Comentando cosas desde 2004
27 de abril de 2008

Esa cosa que llaman crisis

Hoy toca un poco de reflexión de «todo a cien». He estado leyendo el artículo ‘¿El apocalipsis del capitalismo?’ que el suplemento (renovado, por cierto) de Negocios de El País dedica a analizar las causas de la crisis económica mundial que se avecina, o que ya está aquí según muchos. Si no lo habéis leído, os lo recomiento. Viene a corroborar básicamente todas las ideas que yo tenía sobre todo este follón económico que desata inquietudes no sé si justificadas o no. Me tenía a mí mismo como un agorero cuando veía la sobreabundancia a la que nos estábamos malacostumbrando. Las familias se endeudan peligrosamente para obtener cualquier bien de consumo o directamente la tan ansiada vivienda.

En Estados Unidos ingenuamente se pensó que el poder financiero de la primera potencia mundial tragaría con todo y durante un tiempo todo el monte fue orégano. Surgieron las famosas subprimes, créditos a un bajísimo interes y concedidos prácticamente sin avales. Se abusó de ellas sin que nadie (por nadie se entiende al Estado) pusiera coto. Pero claro, el mercado y la economía mundial son como organismos vivos que mutan y sufren altibajos debidos a factores reales o imaginarios. Ha bastado una subida no muy alta de los tipos de interés para que todo el tinglado se colapse y muchos no puedan devolver sus créditos. O sea, los bancos se han terminado endeudando hasta niveles nunca vistos antes.

Pero las crisis económicas, igual que los accidentes de aviación, está provocados por varios factores. El segundo de esos factores, que realmente no tiene solución, es el aumento de precio de los alimentos básicos. Los expertos todavía no se ponen de acuerdo si es porque parte de la producción se destina a los (mal llamados) biocombustibles, por la creciente demanda de los países emergentes de gran población (China e India sobre todo), por la especulación o por una combinación de todos ellos.

En España tenemos que sumar también la desaceleración en la demanda inmobiliaria. No dejaría de ser un simple reajuste si no existieran los factores anteriores, pero los precios de la vivienda en España han tocado techo, las familias se han hipotecado mucho más allá de sus posibilidades y los tipos de interés fijados por el Banco Central Europeo han subido al calor de los acontecimientos al otro lado del charco.

Todo esto me lleva siempre a la misma conclusión. En la economía globalizada actual todo vale, se juega con los bienes y materias primas de primera necesidad como si esto fuera el Monopoly. No importa que no se pueda acceder a la vivienda o que el trigo o el arroz suba hasta niveles escandalosos por culpa de los especuladores. Especuladores de cada vez tienen más poder y capacidad de decisión. El liberalismo (no ya el neoliberalismo) es un ejercicio de frivolidad que puede salirnos caros a todos y dar al traste, si no ha ocurrido ya, con nuestro estado del bienestar. Esperemos que, igual que ocurrió tras la crisis de 1929, el keynesianismo vuelva a estar «de moda» y los Estados intervengan como garantes de la igualdad y la protección a los ciudadanos más débiles. ¿O si no, de qué sirve un Estado si no se ocupa de las necesidades e inquietudes de sus habitantes?



rmbit está bajo una licencia de Creative Commons.
Plantilla de diseño propio en constante evolución.
Página servida en 0,061 segundos.
Gestionado con WordPress