Jugar en un Mac
Al cambiarme de PC a Mac era consciente de que en muchos aspectos las cosas no volverían a ser como antes. Una de ellas era el tema de los videojuegos. Es verdad que yo nunca he sido un gran «jugón», pero me gustaba de vez en cuando echar una partidilla, sobre todo a aventuras gráficas, simuladores de coches y de estrategia. Por contra, también sabía que con una ATI Radeon X2600 HD se podrían convertir los videojuegos actuales a la plataforma de la manzana. En realidad no hay ningún impedimento técnico. Básicamente se trata de un asunto económico. Los usuarios de Mac que juegan son todavía muy pocos, es un mercado poco apetecible.
Pero en el último año esto está dejando de ser así. Al menos las grandes compañías del sector se están volcando con nuestro sistema. Electronic Arts fue la primera, y ahora otras se están abriendo paso. Yo lo estoy notando. Nada más comprarme el Mac, la oferta de videojuegos era muy escasa. ‘Quake 4’, ‘Sims 2’ o ‘Need for Speed Carbon’ fueron de los primeros títulos. Después llegarían ‘Colin McRae Rally 2.0’ (simulador de rallies) y últimamente ‘Call of Duty 2’ (arcade en primera persona sobre la segunda guerra mundial). Ahora estoy con ‘Tomb Raider Anniversary’.
El último de la saga de Lara Croft no deja de sorprenderme con su calidad gráfica, lo que demuestra que un Mac de gama media puede con un buen videojuego. Para probar hasta dónde daba de sí la tarjeta gráfica, lo puse al máximo de sus posibilidades: 1650 x 1050 píxeles de resolución, máxima calidad en las texturas con filtrado y demás opciones. La sorpresa ha sido que el ordenador lo mueve con total fluidez y sin saltos. Aún no me explico cómo, después de pasarme un par de horas jugando (y con el trabajo intensivo de procesador y tarjeta gráfica), el sonido de los ventiladores del ordenador apenas es perceptible.