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La bitácora personal de Ricardo Martín
Comentando cosas desde 2004
30 de junio de 2008

El post definitivo sobre ‘Doctor en Alaska’

Ahora que estoy a punto de finalizar el visionado de las seis temporadas de ‘Doctor en Alaska’ me parece un buen momento para escribir sobre una de las mejores (o quizás la mejor) serie de televisión que he visto hasta la fecha. Aunque hace unos meses ya había hablado sobre ella, aquellas impresiones primerizas se quedan muy cortas. El mundo de Cicely muta, parece que todo sigue igual, pero sin embargo todo está cambiando constantemente poco a poco y capítulo a capítulo.

Son muchas las webs que los aficionados dedicar a ‘Doctor en Alaska’. Es una lástima que muchas de ellas estén ya abandonadas, sin actualizar y alguna hasta ya no existe. Tiene su mérito que una serie dirigida a un público minoritario y que dejó de emitirse en España hacia 1997, todavía concite la atención y sea objeto de culto por parte de muchas personas.

A lo largo de las diferentes temporadas mi idea sobre la serie ha ido madurando. Me comenzó pareciendo una serie «rara» y «poco convencional» en la primera entrega. Pero a medida que se iban quemando las nuevas etapas, comenzó a conformarse todo un universo propio con múltiples tentáculos que enraizan en los orígenes de la cultura norteamericana, tanto indígena como anglosajona, en las preguntas elementales del ser humano, en el particular humor casi indescifrable para el no iniciado o en la política.

Uno de los aspectos que a mi modo de ver hacen interesante a ‘Doctor en Alaska’ es el uso de un peculiar realismo mágico «made in» Alaska, donde se mezclan animales que parecen humanos, espíritus indígenas que vienen del más allá para aconsejar a los de su tribu sobre los asuntos más peregrinos (inolvidables las apariciones de El Que Espera, el anciano espectro que ayuda a Ed) o materializaciones de duendes. Esta faceta casi folklórica se mezcla con un extraño cosmopolitismo con continuos guiños al cine (sobre todo a Woody Allen y a Ingmar Bergman), a la televisión (por ejemplo con alusiones a ‘Seinfeld’, en las parodias a ‘Twin Peaks’ o en el episodio en el que Shelley se engancha a la televisión por satélite), a la cocina de alto nivel (mi personaje favorito de la serie es el paranoico, malhumorado y taciturno chef Adam), a la religión (sobre todo a la judía).

Sin lugar a dudas, por encima de todo esto, la verdadera columna vertebral de la serie es la relación de amor/odio entre los dos principales protagonistas, el maniático y cascarrabias doctor Joel Fleischman y la tan guapa como borde Maggie O’Connell. En torno a ellos giran todas las demás situaciones, sobre todo en las primeras temporadas. Después la serie se volverá mucho más coral y para mi gusto algo más aburrida.

Como dije antes, existen multitud de webs de fans de ‘Doctor en Alaska’. Ahí va una lista con algunas de las mejores:



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