Adiós inmobiliarias, adiós
Han sido muchos años de crecimientos desbocados, de nadar en la abundancia, de los abusos en los precios de la vivienda, de la construcción sin freno, de especuladores del ladrillo. Pues todo eso se acabó. Esa época ha terminado. A lo largo de los últimos meses hemos asistido a un crecimiento moderado del precio de la vivienda, hace poco se estancó y ahora hasta baja. Los pisos construidos ya no tienen salida en el mercado, o como dirían los expertos, el sector está en «reajuste». La escandalosa sobrevaloración de la vivienda que ha hecho ricos a unos cuantos y ha hipotecado a la mayoría ha tocado techo.
La certificación de que constructoras, promotoras e inmobiliarias han vivido épocas mejores está en el caso de Martinsa Fadesa. Hoy se ha desplomado en bolsa y que está al borde de la suspensión de pagos. Vamos, en quiebra. No acabo de comprender cómo, empresas que hace unos pocos años estaban montados en el euro, no han sabido digerir el éxito y administrarse inteligentemente para cuando llegaran los malos momentos. Diversificar las áreas de negocio, invertir en otros mercados, yo que sé… Me parece incomprensible. Lo que es claro es que los que terminarán perdiendo son los pobres empleados de a pie…
Así que nada, adiós a la especulación, a la vivienda inalcanzable, a la construcción sin límites… Por fin. Veremos si dentro de unos pocos años uno podrá comprarse un triste piso a un precio mínimamente justo.