La frivolidad de un accidente aéreo
Durante estos días que han transcurrido desde el trágico siniestro del MD-82 de Spanair, he leído unos cuantos artículos, algunos con críticas muy duras, sobre el tratamiento que en televisión se ha dado de estos lamentables hechos. Pensé que el 11-M había marcado un antes y un después en la forma de respetar la intimidad de las víctimas y sus familiares. Me he dado cuenta de que no. A la mínima oportunidad escabrosa, ahí estarán los medios para meter sus cámaras en los rostros desencajados. Y no sólo eso, también se atreven a meter sus micrófonos.
No termino de comprender qué información puede aportar el hecho de interrogar a personas en estado de shock o de dolor intenso por la incertidumbre o por la muerte de un familiar. Me resulta obscena esta falta de respeto. La crítica la hago extensiva a prácticamente todas las cadenas de televisión. No se salva ninguna. Todas han querido estar ahí, como carroñeros a la búsqueda del horror, del sensacionalismo, lo que en definitiva es conseguir carnaza para la audiencia.