‘Twelve’
La precocidad en el arte, y especialmente en la literatura, siempre me ha llamado mucho la atención. Uno de los últimos casos de «niños prodigio» es el del neoyorkino Nick McDonell, que en 2002 publicó con tan sólo diecisiete años su primera novela, titulada ‘Twelve’ (Anagrama, 2003). El libro es un retrato sincero, cercano y cotidiano de los jóvenes de clase alta de la ciudad de los rascacielos. Unos niñatos no siempre tontos que sólo se mezclan con las clases bajas para conseguir droga para sus fiestas salvajes. Salvando muchísimas distancias, ‘Twelve’ tiene algo de ‘Historias del Kronen’ a la americana, pero tampoco me hagáis mucho caso.
White Mike es un chico burgués de diecisiete años que ha decidido tomarse un año de vacaciones antes de ir a la universidad. Su principal trabajo durante este tiempo es el de ser el camello que proporciona las drogas a otros jóvenes como él. Al contrario de todos ellos, White Mike es un tipo culto, sensible, solitario, observador y taciturno. Vende una nueva droga llamada twelve y sus clientes se la piden con desesperación a pesar de ser la más cara. Harán cualquier cosa por conseguirla…
McDonell es despiadado tanto en sus descripciones de los niños pijos norteamericanos y de su modo de vida frívolo y descerebrado como en la de su entorno, sobre todo de los despreocupados padres. La novela está escrita de forma curiosa, a través de capítulos, algunos de una sola línea y otros de algunas páginas, que convierte la narración es algo fragmentario. Al final, todos estos fragmentos confluyen en una sola trama. Lo único que no me ha gustado son las últimas páginas, que no me han parecido que estén a la altura del resto del libro, pero en general me parece una obra más que digna. Recomendable.