Las hienas ya han comenzado su festín. Como quien abandona un cadáver al sol, siempre hay animales dispuestos a carroñear con gran alborozo y dar buena cuenta del cuerpo inerte. Desde hace unos días ya podemos ver, no sin cierta pena, cómo aquellos que desde años critican a Zapatero afilan aún más sus palabras con aún más barbaridades (sí, aún más) de las que hasta ahora vomitaban. Los objetivos son los de siempre. No importa que ellos en tiempos jamás defendieran al sector público (más bien lo consideraban una rémora para el crecimiento económico). Ahora ponen el grito en el cielo por los recortes del déficit.
Porque, independientemente de si estamos de acuerdo o no con las medidas propuestas por el Gobierno (yo no lo estoy), existe un límite que nadie nunca debería cruzar. Mucho más en determinada prensa que ya tiene antecedentes de sobra. Lo más suave pasa por las insidias contra los sindicatos. Esta mañana sin ir más lejos podía leerse en varios diarios la noticia de que el Gobierno «regala» 16 millones de euros (15.750.000 para ser más exactos) a las organizaciones sindicales. Como parece que a algunos les da alergia consultar las fuentes, me voy al BOE de ayer día 17 y echo una ojeada hasta que lo encuentro: «Resolución de 3 de mayo de 2010, de la Subsecretaría, por la que se convoca para el ejercicio 2010 la concesión de subvenciones a las organizaciones sindicales en proporción a su representatividad por la realización de actividades de carácter sindical.» [PDF]. Justamente eso. Todo aquel que tenga un sindicato puede optar a una subvención. No veo donde está el problema. Ya sabemos que desde hace tiempo la derecha la tiene tomada con estas organizaciones porque no le han montado la huelga a Zapatero. No sé si ya lo he dicho, pero hasta la fecha el actual Gobierno no ha aprobado ningún «decretazo» contra los derechos de los trabajadores. A lo mejor lo han hecho y yo estaba en la luna…
Esto de los 16 millones me lleva a otro asunto también muy manoseado estos días en recortes de articulillos de prensa, PowerPoints variados, foros con participantes airados y correos electrónicos demagógicos y simplistas. Me refiero a la supresión de ministerios y a un supuesto ahorro de «mucho dinero». Supongamos que eliminamos los departamentos ministeriales de menor entidad, Vivienda e Igualdad. Aunque este último, visto lo visto, hace cada vez más falta para amansar el mucho machismo reaccionario que todavía queda en España. En cualquier caso el Ministerio presidido por Bibiana Aído cuenta con una Secretaría de Estado y una Subsecretaría. De esa Secretaría «cuelgan» Direcciones Generales que, en el hipotético supuesto de que se suprimiera el ministerio, tendrían que pasar a otro departamento. Por ejemplo los destinados a coordinar las políticas contra la violencia de género, el Instituto de la Mujer o el de la Juventud. Lo mismo pasaría con los funcionarios que trabajan allí. El ahorro, a la postre, no sería más que de unos pocos millones de euros.
Esto no es poco dinero, pero olvidamos que las magnitudes en las que nos estamos moviendo estas cantidades no es ni siquiera calderilla. Recordemos que el ahorro necesario es de 15 MIL millones. Al hilo de esto, el pasado domingo leí en el diario Público un artículo interesante sobre medidas alternativas de recorte. Desconozco si son viables o no, o si se ahorraría lo que se dice, pero al menos merece la pena prestarle un poco de atención. Sólo en gasto de las tropas españolas en misiones en el extranjero (Somalia, Afganistán y Líbano) se ahorrarían 750 millones y la partida para I+D militar, 950 millones más. En total 1.700 millones de euros. Aunque fuera la mitad sería un buen pellizco. Un ingreso bastante curioso y en el que yo no había pensado es que los premios de las Loterías y Apuestas del Estado tributen igual que cualquier otro premio. Serían en torno a 1.165 millones de euros. El apartado destinado a financiar a la Iglesia Católica también tiene su aquel. Lo justo sería la autofinanciación y que ella abone los 600 millones de euros destinados a pagar a los profesores de religión católica en los colegios. Eso por no hablar de la casilla del IRPF, un privilegio heredado de tiempo atrás, o el Concordato, otro tanto. Pero de esto nunca se hablará… Mientras, nosotros pagaremos el pato.