‘Londres es de Cartón’
Leí ‘Un Tranvia en SP’ hace ya bastante tiempo. Se trataba de la única novela de Unai Elorriaga que había leído hasta ahora. ‘Londres es de Cartón’ (Alfaguara, 2010) es la cuarta obra de este escritor vizcaíno y poco o nada tiene que ver con aquella. Su estilo ha ido evolucionando hacia una sobriedad que, sin llegar a ser inexpresiva, ofrece más bien imágenes abocetadas más que secuencias acabadas. Esa al menos es la impresión que me he llevado al leer este libro.
La acción transcurre en un Londres desdibujado en un tiempo indeterminado. Phineas es un joven que día tras día de verano sube a un tejado junto a sus amigos con la esperanza de que su hermana Dora regrese a casa tras estar veinte años desaparecida. El país parece haber salido de una dictadura en la que los llamados «carboneros» se hicieron con el poder. Durante su mandato la represión fue dura y los resistentes se reunían en los tejados para preparar sus acciones.
Siempre me ha puesto muy nervioso no saber en qué lugar concreto y en qué época se desarrolla un libro o una película. Ese aura de irrealidad consigue que me cueste centrarme en la narración. El caso de ‘Londres es de Cartón’ es uno de ellos. Poco sabemos además de sus protagonistas, más allá de los vagos parentescos. Tampoco se nos dice nada de la naturaleza de la dictadura y de su por qué, de sus orígenes. Está claro que Elorriaga prefiere centrarse en las relaciones entre los personajes, sus paranoias o sus miedos en un contexto de represión.