‘Black Mirror’, el apocalipsis sociotecnológico
La cadena de televisión británica Channel 4 ha estado emitido a lo largo de este mes de diciembre una miniserie de tres episodios bajo el título de ‘Black Mirror’. A pesar del poco tiempo transcurrido desde su emisión, ya ha provocado múltiples reacciones. Incluso en España ya se han escrito algunas reseñas. Hace dos días tuve la oportunidad de ver esas tres entregas. El argumento, diferente en todas ellas, tiene mucho de kafkiano y de orwelliano. La figura de un gran hermano tecnológico planea inquietante. Podría considerarse que ‘Black Mirror’ es una serie de terror, no por ofrecer escenarios sobrenaturales, sino precisamente por todo lo contrario. Su realismo es aterrador.
Uno de sus principales aciertos es que nos pone en evidencia ante el espejo forzando hasta el absurdo (¿O quizá no tanto?) situaciones que en mayor o menos medida ya se están dando a causa de una mala utilización de las tecnologías que nos rodean. El impacto de las nuevas tecnologías, de internet y, sobre todo, de las redes sociales (justa o injustamente) sobre el poder y la opinión pública es el tema del primer episodio, ‘The National Anthem’, y sin duda el mejor de todos. El argumento, a veces intencionadamente y a veces no, proporciona decenas de dilemas morales, sociales y políticos bastante incómodos. El segundo transcurre en un futuro no muy lejano. El mundo de ’15 Million Merits’ es el de la tiranía social que puede provocar el falso mundo del espectáculo y de la tecnología. Los protagonistas viven en un entorno tan irreal como despótico. Ambos capítulos tienen muchos niveles de lectura. Queda a la capacidad del espectador elegir el nivel de profundidad en su interpretación. El tercero, ‘The Entire History of You’, en cambio es más plano y se centra en la violación de la privacidad que la tecnología puede llegar a generar (de hecho ya lo está haciendo). En un país como el Reino Unido, tan preocupado por la seguridad como por la defensa de la intimidad, sin duda es siempre un tema de interés. A mí, sin embargo, me ha parecido algo flojo.
La factura de esta producción de Channel 4 es impecable, tanto a nivel artístico, trabajo de actores, guiones sólidos e interesantes y una estética muy cuidada. ‘Black Mirror’ sale de la calenturienta cabeza de Charlie Brooker, salvo el tercer episodio, obra de Jesse Armstrong. Para los seguidores de ‘Doctor Who’, sólo una curiosidad, el director de ’15 Million Merits’ es Euros Lyn, también realizador de varios episodios de la añeja serie. En definitiva, un gran descubrimiento de esos que dan mucho (muchísimo) que pensar y que hablar. Veremos si finalmente se emite en España. Imprescindible si te inquieta el mundo tecnológico en el que vivimos.
En el apartado de contras, hay algo que no sé muy bien como interpretarlo. La producción no es precisamente independiente, sino que corre a cargo de Endemol, uno de los mayores productores de telerrealidad y/o telebasura del mundo. Precisamente uno de aspectos criticados en la serie (eso sí, implícitamente) es ‘X-Factor’, un espacio a lo ‘Operación Triunfo’. ¿La disidencia que se muestra en ‘Black Mirror’ es pura fachada, un producto más que vender? Cuando veáis ’15 Million Merits’ sabréis a lo que me refiero. De todos modos, que cada uno lo juzgue.
Y ahora algunos vídeos promocionales que se emitieron por Channel 4. Todos ellos muy bien hechos. Ya podíamos aprender aquí en España…