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La bitácora personal de Ricardo Martín
Comentando cosas desde 2004
30 de mayo de 2012

En las minas de Río Tinto

Una de las excursiones más interesantes que he hecho durante mis vacaciones en Huelva ha sido a las minas de Río Tinto. Estas minas son posiblemente las más antiguas de Europa y quizás del mundo. Aquí, desde tiempos prehistóricos el ser humano ha intentado obtener materiales útiles para sus propósitos. Cuando las civilizaciones fueron tomando forma, en la zona lo hizo en forma de tartesios, los habitantes del legendario reino cuyas riquezas naturales llegaron a oídos de todo el mundo antiguo. Le siguieron fenicios y romanos, después árabes y finalmente ingleses. Salvo algunas épocas, las minas de Rio Tinto no cesaron su actividad. De ahí que existan multitud de vestigios de todas estas civilizaciones.

Para poder visitar toda la zona es necesario acercarse primero hasta el Museo Minero situado en la localidad de Riotinto. Es recomendable ir pronto para evitar las prisas. El tiempo de visita del museo con calma es de entre una hora y una hora y media. A las 11.30 de la mañana, todos los días se avisa de la visita hasta la Peña del Hierro, una mina abandonada que se acondicionó en 2004 para los turistas. Como curiosidad, es también el lugar donde nace el río Tinto y donde los científicos de la NASA realizaron los experimentos a la búsqueda de organismos extremófilos.

La siguiente parada, hacia las 12.40, es el tren turístico minero, que recorre 12 km por la antigua línea que transportaba los minerales y los trabajadores hasta el lugar de explotación. El trayecto dura 1 hora y 30 minutos (35 minutos ida y otro tanto de vuelta con una parada de 15 minutos a la ribera del Tinto para hacerse fotos con el exótico río, llevarse un poquito de agua roja o incluso meter los pies) en el que puede verse parte de las viejas instalaciones, destartaladas y oxidadas máquinas de tren, vagones y el extraño paisaje que dejó la mina.

El tercer lugar que puede visitarse es la Casa nº 21, en el barrio inglés de Bellavista, a las afueras del pueblo de Riotinto. Un lugar cercado y cerrado, aislado del pueblo llano, donde vivían los directivos y técnicos ingleses de la mina hasta finales de los años 80 del siglo XX. Aunque allí no hay mucho que ver nos enteramos de cómo llegar hasta la Corta Atalaya, posiblemente el lugar más importante e interesante de toda la zona. Incluso dio nombre a un petrolero de la Unión de Explosivos Riotinto. No en vano se trata de la mina a cielo abierto más grande de Europa (aún lo es, a pesar de que fue cerrada en 1994) y la tercera del mundo. Es un óvalo gigantesco de más de 1 km de diámetro y 350 metros de profundidad. Desde 2001 está prohibido el paso al lugar (no está habilitado para las visitas turísticas) porque se negocia su reapertura.

Tanto en la Peña de Hierro como en el tren turístico y en la Casa nº 21 los guías explican todo lo explicable e incluso más, solventando todas las dudas que pudiéramos tener. Por si estáis interesados en hacer la visita, os dejo con la web del Parque Minero de Riotinto. También se han hechos algunos documentales con la historia del lugar, como por ejemplo ‘Riotinto, El Latido de la Tierra’ de Antonio Cuadri. Si os apetece leer, buscad ‘El Corazón de la Tierra’ de Juan Cobos Wilkins o la película homónima, también dirigida por Cuadri.

12 de mayo de 2012

Muestra Musical 94

Mi segunda recopilación musical del año, Muestra Musical 94, puede ser también la que menos tiempo me ha llevado «cocinarla». En apenas dos días tenía todas las canciones necesarias y, aunque el orden ha sufrido varios cambios en esta semana que ha transcurrido desde entonces, al final me he decidido a grabarla en un orden posiblemente más coherente que como estaban en un principio.

Para esta edición, mucho producto nacional, la mayoría ya conocidos por haber sido incluidos en otras compilaciones mías: Papá Topo, Linda Mirada, Aerolíneas Federales, Band à Part, Cola Jet Set, Los Punsetes, Lidia Damunt, Montevideo, Joaquín Pascual y los debutantes Blacanova y Mijail. De fuera de nuestras fronteras vienen Beach House, The Primitives, Best Coast y Papercuts. Todos mezclados en una ensalada de sonidos con cierto toque veraniego. Como siempre os dejo con los clips:

9 de mayo de 2012

48 fps: La polémica está servida

En los últimos tiempos se ha reavivado una vieja polémica cinematográfica, que más bien afecta a la técnica que al arte (aunque en cierto modo también). El anuncio de que la película ‘El Hobbit’ se está grabando en 3D con cámaras Red a 48 fotogramas por segundo ha provocado un ligero revuelo entre espectadores y críticos. Lo interesante del tema es que según se dice, las escenas pierden «credibilidad» y apariencia «de película». Los 24 fotogramas por segundo se implantaron a finales de los años veinte del siglo XX porque era la tasa mínima a la cual era posible la ilusión óptica del movimiento sin acelerarlo. El material de filmación, hasta la llegada del vídeo digital, era caro y utilizar una velocidad mayor suponía mayores costes. Todo el sistema de producción y distribución se adaptaron a los 24 fps.

Pero hace poco más de una década se comenzaron a utilizar las primeras cámaras digitales en producciones cinematográficas. La versatilidad de lo digital dejaba sin mucho sentido el viejo modelo basado en los 24 fps. Aún era pronto. Es posible que el momento de cambiar ya haya llegado. Las salas disponen ya de proyectores digitales que permiten la reproducción de películas a cualquier tasa y los sistemas caseros también.

El problema, entiendo yo, es más de «apariencias». No sólo se trata de que la película lo sea como tal, sino de que tenga ese «look». Curiosamente, la principal crítica que se le achaca es que se ve «demasiado real» o «demasiado definido». Yo todavía no he podido ver ni un solo segundo de las secuencias a 48 fps, pero imagino que más que de superproducción, ‘El Hobbit’ tendrá aspecto de programa de televisión (o de «culebrón») con todos los medios con los que hoy puede contar una película. Puede que Peter Jackson tenga razón y haya que terminar con un estándar obsoleto y que supone una limitación técnica que ya no tiene sentido. Quizás haya que mirar hacia adelante y olvidarse de los viejos prejuicios.

6 de mayo de 2012

Videoarchivo: El casco antiguo de Zamora en 1994

Debía ser una tarde de abril de 1994 cuando, cámara y trípode en mano, me puse a registrar en vídeo algunos monumentos del casco antiguo de Zamora. Aquellas secuencias formarían parte de la introducción del vídeo de Semana Santa que estaba grabando por entonces. En 2010 recuperé esas cintas en Video 8 para digitalizarlas. Desde entonces habían permanecido en un disco duro esperando a ser «rescatadas» y publicadas. Eso es precisamente lo que he hecho.

Estas secuencias son ahora pura historia. Muchas cosas han cambiado en el casco antiguo de Zamora desde entonces. La Catedral o el Castillo han sido rehabilitados, junto con su entorno, el edificio del Museo Etnográfico comenzaba su construcción en la plaza de Viriato, por citar sólo algunos de esos cambios. En el futuro espero recuperar más vídeos de mi archivo, tanto de Zamora como de otros lugares de España.

2 de mayo de 2012

‘La Aventura del Espacio’

El domingo pasado estuvimos visitando la exposición ‘La Aventura del Espacio’. Tenía muchas ganas de ver qué era lo que se exponía y, aunque pensaba que después de haber visto en persona la cápsula original del Apolo X en el Science Museum de Londres nada podría captar ya mi interés, me equivocaba completamente. Es verdad que algunas de las piezas de la muestra son reproducciones extremadamente fieles (los módulos de mando a tamaño real, la cabina del transbordador espacial, el Lunar Rover o las maquetas de los cohetes entre otros), lo mejor está en los pequeños objetos.

Y es que, salvo esas copias, ‘La Aventura del Espacio’ es una exposición básicamente de objetos cotidianos. Pudimos ver la comida con aspecto de vómito plastificado que comían los primeros astronautas y cosmonautas, las bolsas de vodka que los rusos se llevaban al espacio para alegrar esas órbitas alrededor de la tierra, los trajes reales de los tripulantes de, por ejemplo, el Apolo 16, el retrete espacial del Skylab o el legendario ordenador de vuelo también del Apolo.

Para todos aquellos que somos aficionados a la historia de la carrera espacial, sobre todo de su etapa dorada (digamos entre 1965 y 1975), la exposición es sorpresa tras sorpresa. Y por si alguien no la sigue del todo, la audioguía que se nos entrega a la entrada lo explica prácticamente todo, desde una descripción de algunos objetos, al funcionamiento de un Saturno V o de un motor de reacción. Conviene por tanto no perderse ningún rincón, ninguna vitrina, porque allí encontraremos, por ejemplo, una loseta del trasbordador, una de las cámaras Hasselblad que fueron a la luna o sobres autografiados con las firmas de Neil Armstrong o Buzz Aldrin. Para colmo se podían hacer fotografías sin ninguna limitación más allá de no usar flash.

Por último, y quizás esto fue lo peor, nos perdimos el principio de la conferencia gratuita que el exdirector de operaciones de la NASA en España, Carlos González, impartió sobre los contratiempos del Apolo XIII. Aún así, y a pesar de que el pequeño aforo de la sala hizo que tuviéramos que sentarnos en el suelo, fue muy interesante y divertida. Al final, por supuesto, cualquiera pudo preguntar cuanto quisiera.

En definitiva, una visita obligada para todos aquellos aficionados a la ciencia, a la astronaútica, o simplemente a la historia del siglo XX.



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