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La bitácora personal de Ricardo Martín
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23 de julio de 2012

El búnker de Hitler en Berlín

No hay duda de que Berlín es una de las ciudades más interesantes de Europa. Muchos de sus monumentos fueron arrasados por los bombardeos de la segunda guerra mundial, por el muro y por el abandono. Muy poco queda de lo que fue la capital alemana a comienzos del siglo XX. Por sus calles transcurrieron algunos de los momentos más críticos y tensos de nuestra historia reciente y también acontecimientos que tuvieron tal repercusión que el mundo es diferente por su culpa. El centro del terror nazi, el centro de la guerra fría, y, finalmente, el fin del peligroso statu quo de los dos bloques estuvieron allí.

Hoy Berlín es una ciudad moderna, reconstruida o restaurada en su mayor parte a lo largo de los últimos 15 o 20 años. Apenas conserva alguna cicatriz de su turbio pasado. Uno de los ejemplos de ese borrado sistemático –ya sea por los aliados después de la victoria en la guerra o por el régimen de la RDA— es el búnker donde Hitler y Eva Braun se suicidaron cuando los soldados del ejército soviético se aproximaban al recinto. En los últimos días he estado investigando un poco los avatares que ha sufrido este lugar a la vez tan interesante y tan terrorífico, con la intención de poder estar sobre el terreno no dentro de mucho tiempo.

Tras la llegada de Hitler al poder en 1933, su obsesión fue reconstruir la ciudad de Berlín para convertirla en la Germania nazi con ayuda de su arquitecto y urbanista de cabecera Albert Speer. Uno de los primeros (y de los pocos) en ser construido fue la Reichkanzlei o Cancillería del Reich entre 1938 y 1939. El lugar, destinado a ser la sede del gobierno de Hitler, estaba entre Ebert Strasse (entonces rebautizada como Herman Goering Strasse), Voss Strasse y Wilhelm Strasse, muy cerca de la Potsdamer Platz y de la misma Puerta de Brandemburgo. El mastodóntico edificio, enorme pero no especialmente espectacular, contaba con un jardín trasero que prácticamente era una continuación del Tiergarten, el principal parque de la ciudad. Y precisamente en ese parque se ubicó el búnker.

Construido en 1943, ya en plena guerra, el búnker fue diseñado y construido para soportar los bombardeos. Contaba con muros de hormigón armado de 4 metros de grosor y un avanzado sistema de ventilación mediante extractores. Los únicos elementos visibles de la construcción eran una curiosa torre cilíndrica con tejado cónico y un cubo que era la salida de emergencia. Hitler la habitó desde enero de 1945, al comprobarse que el complejo presidencial de la Cancillería no era segura dados los frecuentes bombardeos aliados. Ya no saldría vivo de allí.

El 30 de abril de 1945 el ejército soviético entra en el centro de Berlín. Su principal objetivo es el núcleo de poder, la manzana desde donde se dirigieron los designios de Alemania. Sobre el cuerpo de Hitler existen muchas versiones. Por un lado se dijo que se enterraron los restos, por otro que se incineraron y por otro que algunas partes del cuerpo se llevaron a Moscú como botín de guerra.

Lo interesante del tema es que, tras la división de Berlín en cuatro sectores entre los aliados, la zona del búnker quedó en la zona soviética y los restos de la construcción se mantuvo tal y como quedó después de la chapucera voladura de 1947 hasta 1988. Existen algunas imágenes donde en época reciente puede verse entre la maleza las evidencias de que el siniestro edificio estuvo ahí. Pero por desgracia, en 1988 se demolió lo que quedaba, incluyendo parte del búnker, para construir apartamentos y un aparcamiento para vehículos. La idea, tanto por parte de los aliados occidentales como de la Unión Soviética era la de no dejar absolutamente ningún rastro del búnker, tal vez para evitar que se convirtiera en lugar de peregrinaje de nostálgicos. De hecho, hasta hace unos pocos años el lugar no estaba señalizado como tal. Fue en 2006 cuando se colocó un panel explicativo con la situación del Führerbunker.

Pero es bastante probable que debajo del aparcamiento exista aún gran parte de la construcción. Eso al menos indican las investigaciones realizadas para el documental de Discovery Channel ‘Inside Hitler’s Bunker’ que analiza el terreno donde se encuentran los restos mediante georadar, obteniendo una imagen que coincide en su disposición con los muros exteriores. Dado que se encuentra en una zona no construida, ¿Sería tan descabellado desenterrar lo que quedara y crear un museo? Seguro que los que pretendemos visitar Berlín se lo agradeceríamos. Porque, como yo, otros muchos piensan que desenterrar la historia es la mejor manera de conseguir que nunca jamás se repita.

Para terminar, os dejo con la localización exacta del lugar hoy día en un mapa de Wikimapia, el foro de Axis History, en el hilo dedicado a las imágenes de los restos del búnker de Hitler y también el documental del que os hablaba antes. De todos los que he visto, es sin duda el que más se centra en el búnker:



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