Hanns Heinz Ewers
Cuando el estudiante de medicina Richard Bracquemont decidió ocupar la habitación número siete del pequeño hotel Stevens, situado en el número 6 de la rue Alfred Stevens, tres personas se habían ahorcado en esa misma habitación colgándose del dintel de la ventana en tres viernes sucesivos.
Así comienza el relato ‘La Araña’ (1908) del escritor alemán Hanns Heinz Ewers. Cuando lo leí, hace ahora casi veinte años, se convirtió de inmediato en uno de mis textos favoritos. Esa mezcla de suspense, terror (horror quizás) y rutina cotidiana me pareció en su momento muy original. Sobre su autor apenas supe nada, pero ha resultado ser un personaje bastante interesante. Vivió en una de las más turbulentas etapas que ha vivido Europa, concretamente entre 1871 y 1943. Su estilo sigue la corriente del terror romántico gótico, ya muy tardío, junto con otros autores como H. P. Lovecraft.
Aparte de los clásicos componentes de todo relato gótico, Ewers incluyó ciertos elementos ocultistas tan de moda en la época de la Golden Dawn de Aleister Crowley. No llegó a conocer en persona al mago británico pero sí mantuvieron cierto contacto epistolar. La polémica siempre acompañó a Ewers. Su relación con la Sociedad Thule, una de las oscuras bases ideológicas del nazismo, hizo que muchos lo acusaran de apoyar el movimiento nacionalsocialista alemán. Lo cierto es que fueron los propios nazis quienes calificaron al autor y a su obra de «decadente» y «depravada». Para colmo estudió los ritos ocultistas judíos e incluso su mujer era judía. Aún así nunca renunció a sus ideales arios, aunque entendidos de manera un tanto peculiar. Nadie sabe a ciencia cierta si Ewers realmente apoyó al movimiento nazi hasta el final o fue un nazi descarriado que al final no comulgaba totalmente con esas ideas. Murió sumido en la pobreza en Berlín en 1943.
La naturaleza extraordinariamente compleja del personaje y sus poliédrica personalidad hacen que siga despertando polémicas. Su gusto por la vida bohemia y decadente, por el ocultismo, por los ritos judíos y a la vez, por la defensa de la raza aria y de la Gran Alemania, tienen difícil casamiento. Quizás eso hace de Ewers un autor tan atractivo para los estudiosos.