Probando iOS 7: Un sistema avanzado bajo apariencia sencilla
Vivimos en unos años en los que la actualización de un sistema operativo para móviles es noticia en los medios. Hace diez años hubiéramos pensado que estábamos locos. Esta reflexión me surgió al ver la avalancha de informaciones acerca de iOS 7, el nuevo sistema operativo para iPhone. Yo conseguí bajarlo ayer por la tarde después de varios intentos.
A pesar de que ya habíamos visto muchas pantallas y conocíamos el diseño con bastante detalle, impresiona verlo instalado y funcionado en mi móvil. Las primeras imágenes que vi cuando fue presentado antes del verano no me acabaron de convencer y pensé que el diseño cambiaría a algo más «refinado» en la versión definitiva. Pero no. Lo que se mostró en su día es lo que hoy tenemos. Y tengo que decir que todas aquellas dudas se han disipado completamente. iOS 7 me parece valiente, atrevido, innovador, rápido y muy práctico. Como siempre, Apple ha cuidado todos los detalles, tanto lo que se ve como lo que no, o aquello que quizás descubramos dentro de unos meses.
Lo primero que llama la atención y «choca» es el colorido y el aspecto radicamente plano y algo infantil de los iconos. Tal vez algunos de ellos podían haberse diseñado de otro modo (el de Safari y el de Ajustes me parecen horribles), pero todo es acostumbrarse. El nuevo sistema permite que estos iconos puedan ser dinámicos, ya que están diseñados mediante vectores (para entendernos, no son imágenes «fijas»). Por ejemplo el icono de la aplicación Reloj muestra la hora, minutos y segundos reales y se actualiza en tiempo real. Otra novedad interesante son los paneles semitranslúcidos, igual que los fondos dinámicos. También lo es que ¡por fin! podamos acceder rápidamente a las opciones más habituales. En el centro de control podremos activar o desactivar las redes inalámbricas, el bluetooth, encender y apagar la linterna, ajustar el brillo de la pantalla y otras opciones útiles.
Todo en iOS 7 es muy ágil e intuitivo y acostumbrarse es cuestión de minutos. El nuevo teclado, aunque tiene características muy parecidas al antiguo, da la sensación de ser más fácil de usar, más cómodo. Por otra parte el asistente por voz Siri también funciona mejor y sabe dar respuestas más naturales a nuestras preguntas y comandos.
En definitiva, un paso adelante en cuanto a estética y tecnología que no es precisamente conservador. Apple ha buscado la originalidad, la diferencia y, por supuesto, la excelencia en el funcionamiento y en los detalles bajo una apariencia sencilla. Y eso no es nada fácil de conseguir.