Restos de la guerra civil en la Dehesa de la Villa de Madrid
Este es el ejemplo perfecto de cómo un –en principio– anodino paseo puede convertirse en un pequeño descubrimiento por una simple casualidad. El pasado lunes, día de Reyes, aprovechando mi estancia en Madrid y que museos y comercios estaban cerrados, decidimos dar una vuelta por la Dehesa de la Villa. El día estaba algo oscuro y desapacible, pero nos animamos a caminar un rato. Para quien no lo sepa, la Dehesa de la Villa es un pequeño bosque urbano situado al norte de la Ciudad Universitaria y al oeste del barrio de Tetuán y Valdezarza. A pesar de que está formada por cerros, montículos y valles, es posible dar una vuelta en terreno razonablemente llano siguiendo una vieja carretera reconvertida en pista para caminantes y corredores.
Mientras nos adentrábamos en aquella zona de vegetación no demasiado espesa recordé que aquel lugar apacible había sido uno de los escenarios de la guerra civil española. No estaba seguro, así que lo confirmé consultando por internet. Así fue como di con un par de blogs (Arqueología de la Guerra Civil Española y Caminando por los Restos de la Guerra Civil Española) que nos ayudaron mucho en la búsqueda. En principio, y como no estábamos familiarizados con los nombres de los lugares –Curva de la Muerte, Curva del Peralte, Cerro de los Locos y otros– la primera parte de nuestra incursión fue completamente a ciegas. La pequeña investigación no daba frutos. Lo que no sabíamos es que estábamos pasando justo por aquellos lugares sin saberlo.
Casi cuando era hora de volver –la luz no duraría mucho tiempo más– encontramos la primera referencia: el techo de un antiguo búnker de hormigón con el que nos topamos. Apenas era visible y en aquel momento no estábamos muy seguros de nuestro hallazgo. Seguimos avanzando campo a través sin más resultados durante un buen rato. Pero poco después llegamos e identificamos el Cerro de los Locos. A partir de aquí comenzamos a descubrir que el terreno se volvía muy irregular hacia las laderas del cerro. Habíamos dado con algunas antiguas trincheras. Un surco todavía muy visible se extendía por la loma, se bifurcaba, y desembocaba en un pequeño recinto junto a una torre de forma prismática con varias antenas. Un poco más abajo dimos con los restos de lo que nos pareció un búnker. Y más trincheras. Parte de estos restos habían sido transformados lamentablemente en tramos de un circuito de motocross. Ya con poca luz y apretando un poco el paso para no quedarnos a oscuras en medio del bosque encontramos un nuevo recinto en ruinas que parecía otro búnker.
Salimos ya a oscuras con la sensación de que aquellos restos históricos se estaban borrando poco a poco. Al igual que mucha otra gente que aprecia la historia, nos parece increíble que los vestigios de un capítulo importante de la guerra civil como fue la batalla de la Ciudad Universitaria, no tengan la consideración que se merece. Lo mínimo que se podría hacer es colocar unos letreros informativos sobre la ubicación de las trincheras y de los búnkeres. Posteriormente, ya en casa, encontré este interesante artículo de título «Guerra en la Universidad: Arqueología del Conflicto en la Ciudad Universitaria de Madrid».