Me parece bien esta nueva tendencia del cine español de buscar sus argumentos en nuestra historia reciente. La nueva hornada de directores, además de calidad y originalidad, tiene mucho que decir sobre esta representación de lo que fue la «cultura del pelotazo» de los ochenta y noventa, del retrato de una España estrenando una democracia frágil y que se sacude décadas de atraso, escondiendo ese polvo y esa caspa debajo de la alfombra para hacer como si no existiera. Lo peligroso es que sale a relucir cuando se intentan cambiar los muebles de sitio o tirar los viejos.
Alberto Rodríguez (‘Grupo 7’, ‘La Isla Mínima’) es posiblemente el mejor de esos nuevos realizadores enfrentándose a temas que otros no quisieron o no pudieron. El rocambolesco caso de la fuga y entrega de Luis Roldán (un no muy convincente Carlos Santos), prófugo de la justicia española, y de su relación con el «espía» y hombre para todo Francisco Paesa (Eduard Fernández), sirve de excusa para trazar un thriller político inusual por estas latitudes. La historia es contada por el socio y amigo de Paesa, Jesús Camoens (nombre ficticio para un personaje real, bien interpretado por José Coronado) y sirve de hilo argumental narrativo para evitar –a veces sin conseguirlo– que el espectador se pierda en una trama excesivamente comprimida y a ratos incomprensible. También los personajes se aprecian distantes, excesivamente fríos.
En definitiva, la sensación que queda después de terminar el visionado, es de una oportunidad algo desperdiciada para contar bien una historia real, pero de película. En todo caso una obra correcta, entretenida y de una factura de calidad. 6,5/10.
Hace unos cuantos años vi la película ‘This Is England’, de Shane Meadows. Esta producción británica de 2006 contaba la historia de los jóvenes marginales de la Inglaterra menos fotogénica, de sus familias desestructuradas y sus vidas marcadas por la precariedad y la falta de futuro. No es muy habitual que de una producción cinematográfica surja una serie que continúa su argumento y sus personajes. En este caso Meadows se explaya en qué ha sido de los protagonistas a lo largo de tres etapas separadas por dos años cada una. Son tres ventanas a las que nos asomamos para comprobar si los chicos siguen bien.
Si la cinta original transcurría en 1982, la primera parte de la serie (‘This is England ’86’, una producción de 2010) avanza hasta 1986 y el mundial de fútbol de México. Vemos a unos protagonistas más crecidos y maduros, a la búsqueda de un futuro. Al contrario que en la película, se ahonda en las vidas personales de los personajes, y sobre todo en su interacción con los demás y con el entorno, que casi siempre les es hostil. Para mi gusto, la mejor de todas es la segunda. ‘This is England ’88’ transcurre en las navidades de 1988. Es oscura, tensa e intensa. Una serie de acontecimientos cambiarán para siempre vida de algunos de los protagonistas. Por último, Meadows juega a las cuatro estaciones de 1990 con los cuatro episodios de ‘This is England ’90’ al calor de las nuevas drogas sintéticas y del sonido Madchester.
Hay muchas cosas que me gustan de la serie. Su realismo, y el realismo que los actores transmiten al guión. También la complicada mezcla entre violencia, desolación, tensión y sensibilidad. Un equilibrio que solo un maestro puede lograr. Y por último el detallismo y el cuidado de todos los elementos que aparecen en pantalla. Parece obvio que sea así, pero estamos demasiado acostumbrados a los anacronismos y a las chapuzas temporales (¿Verdad ‘Cuéntame Cómo Pasó’?). En definitiva, una perfecta tetralogía (si incluimos la película original) para conocer de verdad cómo es la vida de las clases bajas urbanas inglesas. 9/10.
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