‘Alger Confidentiel’
Uno no puede acertar siempre con lo que selecciona para visionar. El trabajo de elección de la siguiente serie a ver muchas veces no es sencillo y hemos de fiarnos de referencias externas o, simplemente, se trata de una selección al azar. El caso de la coproducción francoalemana ‘Alger Confidentiel’ (‘Argel Confidencial’) es paradigmático. Lo tenía todo para poder haber sido una producción de calidad. Un argumento que, si bien es manido, podía haberse desarrollado de forma original contando con un factor geográfico exótico e interesante (la Argelia de Bouteflika después de las primaveras árabes y su relación con sus vecinos y con los países europeos), lo cierto es que dilapida esa posibilidad.
‘Alger Confidentiel’ nos cuenta la turbia relación entre el sector armamentístico y los gobiernos dictatoriales. En este caso Argelia. Un comerciante –traficante– de armas alemán es secuestrado en el país norteafricano y una operación millonaria de venta de armamento corre el riesgo de frustrarse. Para resolver el entuerto contratan a Ralf Eley, una especie de James Bond mezclado con McGiver alemán al servicio de su país, que se encargará de resolver el asunto de la manera más discreta posible. Por otra parte, un grupo de argelinos preparan en Berlín un ataque para interceptar esas armas y organizar un golpe de estado que cambiará el destino de Argelia.
Sin ser malos actores, resuelven la papeleta de forma poco más que correcta. Los giros dramáticos, los tópicos por doquier e incluso la estética nos hace pensar en una de esas películas teutonas que emiten por las tardes en las televisiones generalistas. Sin ambición, rutinaria y nada más. Cuatro capítulos –al menos es corta– que entretienen y nada más. 4/10.