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La bitácora personal de Ricardo Martín
Comentando cosas desde 2004
26 de febrero de 2010

Esto sólo lo arreglamos entre todos

De todos es conocido que las noticias pesimistas se propagan y venden mucho más y mejor que las positivas. Rara vez encontraremos un diario escrito o un noticiario televisivo que comience con una buena noticia. En alguna ocasión he comentado que las crisis económicas son también crisis de confianza y que el estado de ánimo de la sociedad influye en la situación económica y viceversa. Se retroalimentan y es necesario romperlo en algún punto.Una interpretación puramente mercantilista diría que la euforia invita a salir a la calle y a consumir. Puede que esa sea la razón por la que se ha puesto en marcha una curiosa iniciativa para insuflar ánimos y confianza a la sociedad.

Detrás de «Esto sólo lo arreglamos entre todos», que así se llama, están entre otros Javier Gómez Navarro, presidente del Consejo Superior de Cámaras de Comercio, una veintena de empresas españolas (Telefónica, Iberia, El Corte Inglés, BBVA, Santander, La Caixa, Caja Madrid, Repsol, Cepsa, Endesa, Iberdrola, Mapfre, Abertis, Mercadona, Indra, Renfe y Red Eléctrica) y personajes públicos como Ferrán Adriá, Pau y Marc Gasol, Andreu Buenafuente o Montserrat Domínguez. En el momento de escribir estas palabras se habían unido a la iniciativa más de ocho mil personas, la mayoría de ellas anónimas. De lo que se trata es de adquirir el compromiso de difundir las ideas que esta iniciativa propone y que se resumen en su breve manifiesto, que reproduzco íntegramente aquí:

Somos gente como tú, y pensamos lo mismo que tú piensas. Y lo que hacemos es lo que tú hubieras hecho en nuestro lugar.
Te lo explicamos.
Hace unos meses Jaime, un profesional del marketing, creyó que había que hacer algo para darle la vuelta a la situación de desánimo que la crisis ha provocado en todos nosotros. Creyó que para arreglar la situación lo primero que había que conseguir era recuperar la confianza. Y se puso en marcha.
Hizo lo que sabe hacer: redactó un plan de marketing. Lo compartió y perfeccionó con Susana, su mujer.
Cuando estuvo listo lo presentaron a las Cámaras de Comercio, y como también estaban pensando lo mismo que pensamos todos, se entusiasmaron con el proyecto y decidieron contárselo a algunas de las empresas más importantes del país para buscar su apoyo. Esas compañías no lo dudaron, y decidieron apoyar la iniciativa de forma anónima y desinteresada. Como resultado de este apoyo, se creó la Fundación Confianza. Gracias a su esfuerzo hoy estamos aquí. Con un objetivo, con un plan y con la financiación necesaria para poder publicitar este lugar e intentar hacer algo.
La última parte de la historia empieza ahora y tú eres el protagonista, todos lo somos. Ahora toca hacer realidad lo que estábamos pensando, toca hacer, dejar de esperar a que los otros nos solucionen los problemas.
Vamos a empezar a arreglar esto, y lo vamos a arreglar nosotros, que no le quepa a nadie la menor duda.

Pero no podía faltar «un lado oscuro». Porque también hay quienes han criticado o han ridiculizado la medida con titulares del tipo «Gómez-Navarro sale al rescate de Zapatero». Prácticamente todos estos reproches provienen de la derecha, del entorno del PP y satélites afines. No quieren ni oír hablar de optimismo ni de propuestas que no sean echarle la culpa al Gobierno (central, se entiende). Cuando no saben cómo meterse con el asunto se ponen en plan presuntamente ingenioso a hacer análisis gramaticales (como en El Confidencia Digital) y buscarle tres pies al gato. Bueno, no pasa nada, tampoco contábamos con ellos.

23 de febrero de 2010

De subproductos mediáticos y personajillos inocuos

Anoche, por suerte, no vi la gala de selección del candidato que representará a Televisión Española en el añejo Festival de la Canción de Eurovision que se celebrará en Oslo el próximo 29 de mayo. En realidad este año no estoy siguiendo mucho el tema de las candidaturas ni los preparativos. Y es que uno a estas alturas ya está un poco cansado de ver siempre lo mismo, casi las mismas canciones, el mismo show, las mismas caras. Aunque realmente no sean las mismas sí lo son. Si hay algo que se salga de lo «normal» es para ofrecer un espectáculo bochornoso y barriobajero (en el peor sentido, claro).

Esta mañana me he enterado por los medios de la accidentada emisión de ayer. Un tal John Cobra armó un buen follón al insultar al público que le abucheaba durante y después de su «actuación» (por llamarlo de alguna manera). Buscando un poco más leo en Je Ne Sais Pop que el susodicho ha sido carne de cañón televisiva de la peor calaña y se ha arrastrado por los platós más infectos, como el de ‘El Diario de Patricia’, la meca de este tipo de subpersonas. También se ha dejado ver por internet y tiene vídeos suyos en YouTube, unos vídeos que ni me he molestado en mirar. ¿Cómo ha podido llegar un personaje así a una televisión que intenta ser seria a marchas forzadas?

Lo cierto es que el resto de candidatos tampoco eran para tirar cohetes. Tras la fugaz participación en la gala de 2008 de La Casa Azul, ahora todas las galas sin nuestro representante indie nos saben a poco. Esa es la verdad. Es una pena que en un sistema de selección por votación popular ningún indie de primera fila se haya dignado a presentarse. El voto del respetable es la única forma de que la música menos convencional (y no me refiero a un esperpento), pero imaginativa y con el gancho suficiente para representarnos en un festival del calibre del de Eurovision sea visible. Todo esto lo digo porque no tenía un candidato, todos me parecían igual que ñoños y previsibles. Todos cortados casi por el mismo patrón (incluido el inocuo Daniel Diges y el tema ‘Algo pequeñito’, que da vergüenza ajena). Abajo la imaginación. Qué le vamos a hacer.

22 de febrero de 2010

‘El Ojo Izquierdo’

Ayer domingo, leí en el diario El País que el veterano periodista José María Izquierdo había creado un blog con un fin muy particular y al que yo también –en mi afán masoquista– soy algo aficionado. Me refiero a adentrarse en la caverna y desmontar sus machacones argumentos o al menos reirse de ellos. En general, en los medios de comunicación de la (extrema) derecha se mezclan tan torpemente unas materias primas tan exiguas o nulas (inventando si hay que inventar) y unos razonamientos tan simples e infantiles que no resulta difícil –como hemos visto aquí algunas veces– ponerlos en evidencia. En este artículo de presentación de ‘El Ojo Izquierdo’ que el propio autor escribe en el diario madrileño define claramente su misión:

«Casi nadie se atreve – gran mérito el de alguno que ya lo hace, incluso a diario- a afearles conducta, sacarle los colores, ponerles en evidencia, devolverles el mandoble o el vómito. […] Así sabrán cómo sermonea y manipula Pedro J. Ramírez, reza Juan Manuel de Prada o fascistea Alfonso Ussía. Y si algún día hay tiempo y fuerzas, a lo mejor también alcanzamos a transcribir a Jiménez Losantos o a César Vidal, e incluso a algún minino de la tele digital o alguna rata del subsuelo bloguero ultraderechista.»

Aunque salió a la luz ayer mismo, en el blog ya hay escritas entradas desde el día 16. Comentarios jugosos que no dejarán a nadie indiferente, siempre con la lengua afilada. Izquierdo no se corta un pelo a la hora de devolver el golpe de manera mucho más inteligente y sarcástica (el sarcasmo es la única forma digerible y una de las más eficaces de acercarse a algunos de estos despropósitos mediáticos, y si no que se lo digan al Gran Wyoming). No sabemos si esto tendrá una contrarréplica por parte de los cavernarios, pero estaría bien. No sé si verdaderamente el silencio les hace crecerse, pero tal y como él mismo dice, ahora alguien le va a dar la réplica. Y menuda réplica. Le deseo toda la suerte del mundo.

17 de febrero de 2010

Una caverna muy oscura

Creo que no soy el único que piensa que la proliferación de organizaciones como Manos Limpias es un fenómeno en alza y que hace diez o quince años hubieran sido imposibles. La repercusión que este tipo de grupúsculos, apoyados o difundidos por medios de comunicación afines –que también han cobrando determinados tintes ultras en los últimos tiempos– es creciente y muy preocupante. ¿De qué es síntoma esto? ¿Por qué el terreno está abonado a estas asociaciones?

Yo tengo una teoría para todo esto. Nuestra sociedad, por lo general para bien, se está homologando con las de nuestro entorno, adoptando sus tics, vicios y virtudes. Los medios de comunicación son cada vez más similares a los de nuestros colegas europeos y, a la vez, son más y reflejan ideas que se han convertido en universales. Las comparaciones con nuestros vecinos se han convertido en algo normal. Aún conservamos (y conservaremos) nuestras propias idiosincrasias (dependiendo del territorio del que hablemos) pero añadiendo inquietudes y conceptos nuevos. Una de esas ideas es la que fomenta el odio hacia todo político «tradicional», en pos de una nueva estirpe más «cercana al pueblo» y que dice «lo que el pueblo quiere oír», que busca una supuesta justicia auténtica y la defensa de un nacionalismo con tintes racistas entre otros muchos rasgos. Es lo que simplificando se suele llamar populismo, que ha prendido en las últimas dos o tres décadas en la Europa occidental. Y también ha llegado a España. Es síntoma de que ya somos una sociedad moderna, rica, egoísta y, en consecuencia, conservadora. Es el intento vano de mantener la «esencia tradicional española» en el peor de los sentidos.

El caso de Manos Limpias (y también de otras como Hazte Oír) se ajusta a estas características. Bajo la apariencia de sindicato de funcionarios públicos, han saltado a los medios en numerosas ocasiones como denunciantes de lo que ellos consideran «injusticias». La práctica totalidad de estas denuncias se interponen contra iniciativas, colectivos, personajes o instituciones centristas (recuerdo una contra Alberto Ruiz-Gallardón), progresistas o que permiten un avance social o cultural. Uno de los casos más recientes lo tengo bien cerca. Se trata del curso de educación sexual de la Junta de Extremadura dirigido a jóvenes que fue denunciado por Manos Limpias, acusando al ejecutivo presidido por Fernández Vara, de delitos contra la integridad moral, corrupción de menores y malversación de fondos públicos. Ayer mismo fue archivada. El otro asunto, este a nivel nacional, ha tenido (de momento) más éxito al conseguir que sea admitida a trámite la acusación contra el juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón por la causa contra el franquismo.

Pero, tal y como cuentan en el blog ‘Las Malas Lenguas’ (y también en la Wikipedia), Manos Limpias ha denunciado a seres vivos y también alguno de trapo: un cura homosexual, la Federación Española de Fútbol, el Athletic de Bilbao, Javier Balza, el tripartito catalán, EiTB, Javier Madrazo, Iñaki Anasagasti, un militar homosexual, los guardia civiles homosexuales, Jordi Pujol, Jesús Polanco, contra unos bomberos que protestaron en calzoncillos, contra la Ley de Parejas de Hecho, y (atención) contra ‘Los Lunnis’.

Es lamentable, pero vamos a tener que convivir con fenómenos de este tipo, en respeto, en silencio e intentando (a pesar de que existen numerosos grupos de presión) que ni una sola de sus denuncias tenga éxito. Otra cosa no podemos hacer. Bueno sí podemos: una intensa labor de educación para que cosas así no terminen por prender en nuestra sociedad. Cuando lo hagan y nos demos cuenta, quizás ya sea demasiado tarde. Lo mejor es no asomarse (aunque a veces los medios nos empujen) a esa caverna tan oscura que da miedo, a ese inmovilismo a ultranza que nos da escalofríos, porque nos cuesta entender cómo en 2010 puede haber todavía personas que piensen así.

12 de febrero de 2010

Iñaki Gabilondo y ‘Hoy’

En este país en el que vivimos, normalmente los grandes profesionales no suelen ser valorados como merecen. Hay mucho periodista de tres al cuarto y con gran presencia en los medios que no tienen demasiadas cosas de las que sentirse orgulloso. Y luego están los de verdad, aquellos que realizan humildemente su trabajo con rigor y ganándose un prestigio a base de esfuerzo y hechos. Quizás en España no existan más de cinco ejemplos de periodistas veteranos que son respetados por casi todos sus colegas. Uno de ellos es Iñaki Gabilondo. Tras pasar por la dirección de informativos de Televisión Española en tiempos de UCD volvió en 1983 a la Cadena SER, donde había dado sus primeros pasos (a excepción de un pequeño periodo en la COPE). En 1986 se puso al frente de ‘Hoy por Hoy’, el programa matinal de la SER que haría suyo y que dirigió y presentó hasta 2005. En una arriesgada maniobra abandonó la radio para incorporarse a los informativos de la recién creada Cuatro. Durante esta etapa de casi cinco años, el informativo nocturno sufrió muchos e injustos cambios de formato y horario, pero yo siempre intenté seguirlo. Al final ya me resultaba imposible.

Así fue hasta el pasado lunes. Gabilondo sigue en televisión, pero cambia Cuatro por una posición más discreta pero indudablemente más interesante y agradecida en CNN+. ‘Hoy’, que así se llama el nuevo espacio, es un producto creado a la medida del periodista donostiarra, diseñado por él mismo junto al equipo que le ha acompañado a lo largo de este lustro televisivo con Silvia Intxaurrondo a la cabeza. La idea de este programa a medio camino entre la opinión y la información me parece muy acertada. Y su ejecución también lo es. Bajo un formato distendido pero sobrio, Gabilondo aplica ese afán didáctico que siempre tuvo y que ya es marca de la casa, queriendo siempre saber un poco más sobre aquellos temas que nos deja la actualidad del día a día.

Los invitados a ‘Hoy’ siempre son cualificados, nada de tertulianos. Gente que sin duda sabe de lo que habla. Una exposición sosegada, serena y profunda que nos aporta claves interesantes difíciles de escuchar en ningún espacio informativo de televisión. En definitiva, puede que CNN+ no tenga el predicamento que tiene Cuatro entre el gran público, pero no me cabe ninguna duda de que ‘Hoy’ se convertirá en un espacio de referencia para aquellos que buscan opiniones de calidad y, en general, un tipo de televisión que hacía tiempo que no veíamos y que parece más propio de un medio público (ajeno a la noticia-espectáculo) que a una cadena privada. Enhorabuena y suerte a todo el equipo del programa. Ojalá siga en antena muchos años. Lo único que echo de menos es que los programas no puedan verse en diferido en la web de Cuatro…

9 de febrero de 2010

Canon EOS 550D: la cámara que se «comerá» el mercado

Bajo un nombre tan discreto como EOS 550D, Canon presentó ayer esta nueva cámara fotográfica digital para aficionados avanzados. La polémica sobre la oportunidad de este lanzamiento precisamente en un segmento ya muy saturado y sólo un año después de su predecesora, la EOS 500D, está recorriendo las webs y foros especializados. A esto hemos de añadir que la mayoría de sus características son muy similares a las de la EOS 7D, teóricamente de la gama profesional o semiprofesional, pero con un precio oficial que se supone que rondará o superará la mitad (unos 800 euros de la 550D frente a los 1700 de la 7D).

Ayer estuve comparando las prestaciones de ambas máquinas en el propio sitio de Canon y es sorprendente su parecido. Cierto que los materiales, su construcción y los acabados probablemente no tengan nada que ver, pero los resultados finales forzosamente no deben ser muy distintos. Ambas comparten el sensor de 18 megapíxeles, permite realizar vídeo a 1080p a 24, 25 y 30 fotogramas por segundo con la misma ratio de compresión mediante el códec H.264. También hay algunas diferencias. A favor de la 550D tenemos una pantalla de mayor definición, un menor tamaño del cuerpo y, por tanto, más ligero. Otras prestaciones novedosas son la limitación de ISO máximo (que no tiene la 7D). Está claro que la EOS 7D es una cámara de más entidad. Ahí están sus 19 puntos de enfoque frente a los 9 de la 550D, así como los 8 disparos por segundo en ráfaga frente a casi 4.

La presentación de la Canon EOS 550D me viene como agua de mayo en un momento en que ya casi me había decidido por la 7D. Tenía mis dudas de si aprovecharía al cien por cien una cámara tan «profesional» y, por supuesto, con el dinero que me iba a gastar. Ahora ya lo voy teniendo más claro… aunque ya se rumorea la salida de una hipotética 60D que vendría a suplir la 50D, o sea, el escalón inmediatamente inferior a la 7D… Desde aquí auguro a este nuevo modelo de Canon un gran éxito y, si la competencia no se despierta de una vez, se terminará llevando prácticamente todo el mercado tal y como ya estamos empezando a ver.

8 de febrero de 2010

La falsa inseguridad ciudadana

Algunos habréis leído algún artículo mío quejándome sobre el tema de la percepción que el ciudadano de a pie tiene de la Justicia española, de la política penitenciaria, de la inseguridad ciudadana y asuntos similares. Es algo que siempre está en el aire. A veces se agazapa bajo otros «problemas» (muchos de ellos también inventados a base de noticiarios televisivos tan machacones como falseados). La capacidad de aumento y distorsión de la realidad que tienen determinados medios audiovisuales deberían pasar por la capacidad de razonar y el sentido común de los televidentes. Pero lamentablemente en la mayoría de los casos no es así. Queda siempre la percepción pesimista, aumentada por acontecimientos que no dejan de ser anecdóticos y que salpican nuestras vidas cotidianas. Sólo hay que aplicar el filtro que queramos para darle el matiz adecuado.

Pero vamos a cosas concretas. El otro día leí en el blog de Nacho Escolar una reflexión que no suele oírse mucho en los medios: Somos uno de los países con más penas de cárcel, con un Código Penal más duro y que para nada se corresponde con nuestro índice de delincuencia. Lo de la seguridad ciudadana es algo que viene de lejos. Hace tiempo busqué información sobre qué países eran más inseguros (por número de delitos cada mil habitantes). Aquel estudio no he podido localizarlo, pero sí que he localizado una estadística sobre los países más «pacíficos» del mundo. No es exactamente lo mismo porque contiene parámetros que no nos favorecen en absoluto, como el hecho de tener una banda terrorista propia o el bajo índice de preparación y cualificación de nuestras Fuerzas Armadas (según ellos, claro). Aún así, y con todo eso en contra, nuestra posición es la 28º a nivel mundial y el 14º a nivel de Europa occidental, por delante de Francia, Italia o Reino Unido y justo detrás de Holanda. Pero es lo único que he encontrado.

Conviene leer este y otros muchos artículos similares que contradicen la idea que el ciudadano poco informado tiene sobre nuestra seguridad. Y como dije antes, esta idea de falsa inseguridad viene amplificada por determinados medios de comunicación, sobre todo televisivos, intentando convertir en norma lo que tan sólo son excepciones. Esperemos que sigan siéndolo durante muchos años. Moraleja: no nos dejemos llevar por las sensaciones, busquemos los datos y después saquemos nuestras propias conclusiones. Los medios (está claro que unos más que otros) obedecen a criterios políticos, de espectacularidad, de audiencia y no de racionalidad.



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