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La bitácora personal de Ricardo Martín
Comentando cosas desde 2004
23 de abril de 2017

‘A Time for Drunken Horses’

Bahman Ghobadi es el único cineasta que lleva la voz kurda más allá de sus fronteras. Siempre lo hace de forma contundente, brutal, sin concesiones, pero también con una sensibilidad despojada de artificios muy complicada de conseguir en la pantalla. Sus películas siempre están a medio camino entre la ficción y el documental, con los niños en el centro de la historia, la parte más vulnerable de la humanidad en un entorno donde todo es inhumano: La naturaleza, el trabajo, la familia, la casa, el pasado y el futuro. Aún así, los personajes de las obras de Ghobadi luchan por mantenerse a flote con terquedad. Ya vimos hace años ‘Las Tortugas También Vuelan’ (2004) y ahora he tenido ocasión de ver ‘A Time for Drunken Horses’ (‘Zamani Barayé Masti Asbha’ en persa y ‘Demek Jibo Hespên Serxweş’ en kurdo), que es su obra de debut en la ficción cinematográfica en el año 2000.

Ayoub es un niño huérfano de 12 años cuyo hermano discapacitado Madi necesita una operación para seguir viviendo. Su único medio de subsistencia es el contrabando con mulas (a las que se les suministra alcohol para soportar el frío, de ahí el título) en la frontera montañosa y nevada entre Irán e Irak. Pero este camino es una senda minada desde tiempos de la guerra y a menudo se producen emboscadas militares iraquíes. Aún así, Ayoub tiene la determinación de conseguir el dinero para la intervención de su hermano.

No hay duda de que Ghobadi tiene una mano especial para dirigir a los niños –que además son actores no profesionales–, hacer que se comporten como adultos y resultan estremecedoramente convincentes frente a la cámara. Pero el resultado es efectivo y consigue llamar la atención hacia aquellos que más sufren el sinsentido de las guerras y sus consecuencias. Una cinta que seguro que remueve algo en el espectador. 8,5/10.

27 de marzo de 2017

‘El Hombre de las Mil Caras’

Me parece bien esta nueva tendencia del cine español de buscar sus argumentos en nuestra historia reciente. La nueva hornada de directores, además de calidad y originalidad, tiene mucho que decir sobre esta representación de lo que fue la «cultura del pelotazo» de los ochenta y noventa, del retrato de una España estrenando una democracia frágil y que se sacude décadas de atraso, escondiendo ese polvo y esa caspa debajo de la alfombra para hacer como si no existiera. Lo peligroso es que sale a relucir cuando se intentan cambiar los muebles de sitio o tirar los viejos.

Alberto Rodríguez (‘Grupo 7’, ‘La Isla Mínima’) es posiblemente el mejor de esos nuevos realizadores enfrentándose a temas que otros no quisieron o no pudieron. El rocambolesco caso de la fuga y entrega de Luis Roldán (un no muy convincente Carlos Santos), prófugo de la justicia española, y de su relación con el «espía» y hombre para todo Francisco Paesa (Eduard Fernández), sirve de excusa para trazar un thriller político inusual por estas latitudes. La historia es contada por el socio y amigo de Paesa, Jesús Camoens (nombre ficticio para un personaje real, bien interpretado por José Coronado) y sirve de hilo argumental narrativo para evitar –a veces sin conseguirlo– que el espectador se pierda en una trama excesivamente comprimida y a ratos incomprensible. También los personajes se aprecian distantes, excesivamente fríos.

En definitiva, la sensación que queda después de terminar el visionado, es de una oportunidad algo desperdiciada para contar bien una historia real, pero de película. En todo caso una obra correcta, entretenida y de una factura de calidad. 6,5/10.

15 de marzo de 2017

‘This is England’, la serie

Hace unos cuantos años vi la película ‘This Is England’, de Shane Meadows. Esta producción británica de 2006 contaba la historia de los jóvenes marginales de la Inglaterra menos fotogénica, de sus familias desestructuradas y sus vidas marcadas por la precariedad y la falta de futuro. No es muy habitual que de una producción cinematográfica surja una serie que continúa su argumento y sus personajes. En este caso Meadows se explaya en qué ha sido de los protagonistas a lo largo de tres etapas separadas por dos años cada una. Son tres ventanas a las que nos asomamos para comprobar si los chicos siguen bien.

Si la cinta original transcurría en 1982, la primera parte de la serie (‘This is England ’86’, una producción de 2010) avanza hasta 1986 y el mundial de fútbol de México. Vemos a unos protagonistas más crecidos y maduros, a la búsqueda de un futuro. Al contrario que en la película, se ahonda en las vidas personales de los personajes, y sobre todo en su interacción con los demás y con el entorno, que casi siempre les es hostil. Para mi gusto, la mejor de todas es la segunda. ‘This is England ’88’ transcurre en las navidades de 1988. Es oscura, tensa e intensa. Una serie de acontecimientos cambiarán para siempre vida de algunos de los protagonistas. Por último, Meadows juega a las cuatro estaciones de 1990 con los cuatro episodios de ‘This is England ’90’ al calor de las nuevas drogas sintéticas y del sonido Madchester.

Hay muchas cosas que me gustan de la serie. Su realismo, y el realismo que los actores transmiten al guión. También la complicada mezcla entre violencia, desolación, tensión y sensibilidad. Un equilibrio que solo un maestro puede lograr. Y por último el detallismo y el cuidado de todos los elementos que aparecen en pantalla. Parece obvio que sea así, pero estamos demasiado acostumbrados a los anacronismos y a las chapuzas temporales (¿Verdad ‘Cuéntame Cómo Pasó’?). En definitiva, una perfecta tetralogía (si incluimos la película original) para conocer de verdad cómo es la vida de las clases bajas urbanas inglesas. 9/10.



1 de enero de 2017

Cuatro películas para empezar el año

Como es costumbre ya, reservo algunas horas de estas vacaciones navideñas que ahora termino para echar un vistazo a las películas que, cogiendo de aquí y de allá, están consideradas como las mejores del año según la crítica y el público. Este año, por desgracia, no han sido tan heterogéneas como habría querido. Son largometrajes occidentales todos ellos (británicos, norteamericanos o franceses), restando ese plus de exotismo que nunca viene mal a la hora de ver cine. Vamos ya con ellas…

‘The Hateful Eight’. Conocida aquí por el título un poco ridículo y cacofónico de ‘Los Odiosos Ocho’, se trata de la octava película del poco prolífico pero siempre interesante Quentin Tarantino. A primera vista puede parecer un western rodado a la antigua usanza (en celuloide de 70 milímetros), pero detrás de las apariencias se esconde un film moderno en su concepción y desarrollo, con un guión tarantiniano al cien por cien, con avances y retrocesos en el tiempo. Los personajes que se desenvuelven en un entorno cerrado son como piezas de un ajedrez, o de una trama a lo Agatha Christie. Casi tres horas de diálogos ingeniosos, ocurrencias casi paródicas, ironía y sangre a borbotones. Un buen trabajo de los actores, especialmente de Samuel L. Jackson y Jennifer Jason Leigh. Interesante. 7,5/10.

‘Carol’. Otro de los que puede que sean clásicos del futuro es esta producción británica dirigida por Todd Haynes e interpretada en sus papeles principales por Kate Blanchet y Rooney Mara. Se nos cuenta la historia de una relación imposible entre una empresaria de éxito y una dependienta de una tienda de juguetes. Presentada y dirigida con delicadeza, ‘Carol’ es una cinta melancólica con un final imprevisible. 7/10.

‘Elle’. La gran decepción de las cuatro es esta cinta de Paul Verhoeven (‘Robocop’, ‘Desafío Total’, ‘Instinto Básico’). No se puede decir que Verhoeven sea el realizador más regular del mundo del cine, pero el hecho de estar protagonizado por la siempre resultona Isabelle Huppert y las buenas críticas de los especialistas, me llevaron a seleccionarla. El guión no se sostiene y deja demasiados cabos sueltos, algunos importantes para la trama principal. Ya sólo por eso merecería ser un largometraje deficiente, pero hemos de añadir la poca originalidad de su argumento y lo predecible del final. Incluso en algunos momentos roza el ridículo. Mediocre. 4,5/10.

‘Spotlight’. La mejor de las cuatro. Thomas McCarthy, un realizador no muy conocido, dirige este film dentro de la tradición de cine de investigación periodística basada en hechos reales. En este caso nos cuenta la historia de un grupo de periodistas de la sección Spotlight del Boston Globe que en 2001 publicaron una serie de informaciones acerca de los abusos que durante décadas, alrededor de 90 sacerdotes católicos cometieron sobre niños y lo complicado que fue romper el pacto de silencio entre jueces, víctimas, jerarquía católica, autoridades políticas, etc. Una película precisa, bien dirigida, sencilla en su planteamiento, pero muy efectiva a la hora de contar los hechos. 8/10.

18 de septiembre de 2016

‘Irrational Man’

El problema de hacer una película por año es que, aunque seas muy bueno, tarde o temprano se producirá un bajón. Woody Allen, un indiscutible genio de la historia del cine y que está por méritos propios en lo más alto, es el ejemplo. La cita anual con el de Manhattan siempre es de agradecer, pero lo que veremos en la pantalla ya es otra cosa. El año pasado, en 2015, se estrenó ‘Irrational Man’, una cinta donde desarrolla una vez más algunos de los temas clásicos en las últimas obras de Allen: el crimen perfecto, la culpa y la mentira.

Abe Lucas, un oscuro profesor universitario de filosofía comienza a dar clase en una nueva ciudad. Crea gran expectación a su alrededor, algo que él rehuye. Borracho, existencialista, taciturno y poco sociable, conocerá a una joven estudiante. Mientras están juntos escucharán accidentalmente una conversación sobre un polémico juez conocido por sus sentencias arbitrarias e injustas. Abe planificará la forma de asesinarle. En esta tarea centrará todos sus esfuerzos. Aunque las cosas nunca salen como se planifican…

Aparte de los ya comentados clásicos temas allenianos que hemos visto ya en ‘Delitos y Faltas’ o ‘Match Point’, ‘Irrational Man’ tiene poco de Woody Allen. El guión es endeble y muy poco creíble. El personaje de Abe Lucas, bien interpretado por River Phoenix, es casi de risa –a pesar de que la película tiene poco de comedia– y sólo se salva por un final poco previsible. En definitiva, una obra más bien rutinaria que no entusiasmará ni a sus fans más fieles. 5,5/10.

7 de junio de 2016

‘La Sal de la Tierra’

Todos conocemos la obra de Wim Wenders por sus películas de ficción. Pero la loable afición del alemán por el género del documental también es una parte importante de su filmografía. ‘La Sal de la Tierra’, uno de sus últimos documentales, estrenado en 2014, trata sobre la vida y la obra del fotógrafo Sebastião Salgado. Salgado nació en la región de Minas Gerais en 1944 y, a pesar de haber viajado por todo el mundo, muy apegado a su tierra y la finca que heredó de su padre. Son estos tres aspectos sobre los que pivota el documental: Vida, obra y tierra natal. Todos ellos se entrelazan a lo largo de todo el metraje.

Su vida, desde que salió por primera vez de su región brasileña para estudiar economía y se encontró con la fotografía casi por accidente, su boda, sus hijos, sus largos viajes de trabajo fuera de casa… Su obra, desde aquella primera cámara hasta convertirse en un reputado retratista del género humano, de sus miserias y sus alegrías y su modo de vida a lo largo de todo el mundo. Y por supuesto, su tierra natal, la finca familiar que consiguió repoblar y vencer la aridez producida por la tala masiva de árboles. De ahí que Salgado considere al género humano como «la sal de la tierra», ofreciendo un mensaje positivo, amable y esperanzador sobre la humanidad del futuro.

Se le puede achacar a Wenders dotar al relato de un misticismo que, en manos de otro realizador, no tendría. Y no lo necesita. Esa imagen de Salgado apareciendo sobreimpresa, en blanco y negro, como un sabio ancestral es un poco chocante, posiblemente muy lejano a la realidad. Dicho esto, no quiere decir que ‘La Sal de la Tierra’ sea una obra impostada, pero sí me parece una loa excesiva a su protagonista. 7/10.

18 de mayo de 2016

‘Requiem for the American Dream’

Con 87 años cumplidos, el norteamericano Noam Chomsky es uno de los intelectuales, filósofos y pensadores vivos más importantes del último siglo. Su currículum sería muy largo de exponer aquí, así que es mejor que echéis un vistazo a su entrada en la Wikipedia. A pesar de su edad –o tal vez por eso mismo– su inteligencia, su lucidez y su capacidad de palabra, junto con un discurso indiscutible que se ha ido confirmando con el tiempo, hace que siempre sea un gusto escucharle.

‘Requiem for the American Dream’ (2015) es el documental imprescindible para aquellos que quieren conocer cómo es realmente el mundo y qué se mueve en la trastienda. Se puede considerar un resumen de todo lo que Chomsky ha ido exponiendo en sus conferencias y libros. Es una disección pausada, con un tono amable y nada catastrófico ni apocalíptico, del declive de la democracia en el mundo, el auge del poder empresarial sobre el estatal, la concentración de la riqueza y de la merma de los derechos de los ciudadanos corrientes. Un panorama que si no es cierto, está muy cerca de serlo. Es verdad que, al estar centrado en la historia de los Estados Unidos, algunos de los aspectos comentados no son aplicables aquí, pero la mayoría son inquietantemente parejos a los ya vividos, a los que vivimos y –lo que es peor– a los que viviremos en el futuro.

Noam Chomsky ha corrido el riesgo saliéndose del carril establecido y pensando por su cuenta a lo largo de toda su vida, pero por eso ‘Requiem for the American Dream’ es un documento de obligada visión para todas aquellas personas con inquietud por conocer cómo es de verdad el mundo que nos rodea y con una mínima capacidad de reflexión más allá de lo que nos cuenta la televisión. 8,5/10



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