Hace unos días me metí a instalar Ubuntu bajo Windows con VMWare, un software de virtualización bastante bueno. Hoy he tenido la oportunidad de volver a probarlo con Mac OS X 10.4.1 Tiger para Intel y lo cierto es que me ha sorprendido para bien. Sinceramente no pensaba que llegara a funcionar.
Creé una nueva máquina virtual de tipo FreeBSD (el BSD es el «corazón» del sistema operativo de Apple) y un disco duro de 8 Gb. Nada más comenzar la instalación, el propio sistema tiene una aplicación para crear una partición MacOS, todo ello muy intuitivo. La instalación en sí es algo pesada. En el equipo en el que lo hice (un Pentium 4 a 2,5 GHz con 512 Mb de RAM y 64 Mb de gráfica) tardó casi una hora en completarla. Después, durante la configuración del equipo (nombre de usuario, hora local, red) se me colgó. Salir de VMWare no fue suficiente, así que tuve que reiniciar el ordenador. A la segunda vez completé la configuración sin problemas, aunque justo antes de arrancar por primera vez se me volvió a colgar. De nuevo tuve que dar un «botonazo». Pero por fin (a la tercera va la vencida) vi MacOS X Tiger virtualizado.
La primera impresión es que el sistema iba mucho más fluido de lo que esperaba. No estaba sobrado, porque a veces tardaba en responder, pero los efectos visuales no se veían nada ralentizados. Aún no he conseguido hacer funcionar la red ni la tarjeta de sonido. De todos modos, mi instalación es puramente experimental y no creo que pueda ser útil para uso cotidiano. En el vídeo que he colgado en YouTube puede verse el sistema en acción.
En definitiva, un nuevo mito (o reto) ha caído. Quizás ahora el objetivo sea instalarlo sin VMWare. En teoría es posible, aunque todos los intentos hasta la fecha han resultado inútiles.
El otro día me llegó el paquete con la distribución de Ubuntu 6.06 LTS que puede solicitarse grauitamente desde la página web. Existen varias opciones. Yo opté por elegir la de 3 CDs. El primero es la versión para PC, el segundo para PC 64 bits y el tercero para Mac. Junto con los CDs, también me mandaron algunas pegatinas. Así que si alguien de Ubuntu lee esta bitácora, pues muchas gracias por el envío.
Como no quería machacar mi instalación de Mandriva Linux 2007 Powerpack y tenía pendiente probar el VMWare, decidí probarlo con Ubuntu. Para quien no lo sepa, VMWare es un software de virtualización (o emulación) que permite instalar sistemas operativos ajenos dentro del propio Windows. Esto tiene bastantes limitaciones si nuestro ordenador no es muy potente. Yo he conseguido instalar Ubuntu en unos cuarenta minutos y el sistema no va todo lo fluido que debiera. Si se va a utilizar intensivamente es mucho mejor tener dos particiones y que se ejecute nativamente. Sin embargo para probar nuevos sistemas operativos me parece la mejor opción. Donde esté la ejecución nativa que se quiten las virtualizaciones.
Aún no me ha ocurrido, pero puede ocurrir que nos encontremos en un lugar con un ordenador público conectado a internet (por ejemplo en un cibercafé o en una biblioteca) y necesitamos tomar unas notas y guardarlas para mirarlas después en casa, realizar algún cálculo rápido o cualquier otra tarea. Para estas ocasiones han surgido una serie de utilidades íntegramente basadas en web que nos permiten realizar todos estos trabajos de manera bastante aceptable y que nos pueden sacar de algún apuro. Personalmente creo que el tema del software lleva ese camino: utilizar herramientas basadas en web para realizar nuestras tareas más comunes.
Las aplicaciones que he seleccionado son las siguientes (todas ellas gratuitas):
Google Reader. Un lector de fuentes RSS que yo uso a menudo. Admite la importación de listas de fuentes OMPL.
Ajax13. Una suite ofimática para la web que cuenta con un procesador de textos (ajaxWrite), una hoja de cálculo (ajaxXLS), una aplicación de dibujo (ajaxSketch), una aplicación para realizar presentaciones (ajaxPresents) y un reproductor musical (ajaxTunes).
Google Docs & Spreadsheets. La versión de ofimática web de Google, que cuenta con un procesador de textos (comprado a Writely) y una hoja de cálculo. Ambas aplicaciones son bastante completas y permiten la colaboración en tiempo real de varios usuarios sobre un mismo documento, la conversión del documento a PDF o la importación desde archivos de Microsoft Office.
Fauxto. Puede considerarse casi como un Photoshop web. Permite retocar fotografías y crear dibujos. Cuenta con muchas y potentes herramientas que no tienen nada que envidiar a otras aplicaciones instalables. No necesita registrarse.
FormatPixel. Una aplicación de autoedición, con la que podremos crear pequeñas publicaciones como folletos, revistas sencillas con funcionalidades como insertar imágenes, establecer cuadros de texto y un largo etcétera. La versión gratuita permite almacenar en nuestra cuenta un proyecto de hasta 512 Kb.
Llevaba mucho tiempo buscando una aplicación para ver las estrellas al estilo del KStars de Linux. Hasta ahora tenía el famoso Coelli Stella, pero era una aplicación de pago. Hace no mucho tiempo descubrí Stellarium, un software que te ayuda a identificar estrellas, planetas y otros cuerpos celestes tanto si los observamos a simple vista, con prismáticos o con un telescopio. Y lo mejor de todo, se trata de una aplicación de código abierto disponible para Windows, Mac y Linux.
Lo primero que llama la atención al abrir Stellarium es su cuidada estética y que se ejecuta a pantalla completa. En la configuración podemos optar por utilizar aceleración por hardware para mejorar los gráficos. Cuenta con las típicas opciones de visualizar los nombres de los astros, constelaciones y demás cuerpos, de acelerar el tiempo, identificar un elemento concreto, pudiendo ver sus propiedades o cambiar el motivo del horizonte, que además podemos personalizar.
Para comenzar a utilizarlo debemos introducir nuestra latitud, longitud y altitud y orientar la bóveda celeste hacia el punto cardinal que deseemos ver. Se trata de un programa muy intuitivo ideal para llevar en el portatil al campo en las noches de verano. Para ello cuenta con un modo especial de bajo brillo. Quizás se eche de menos la posibilidad de ampliar la funcionalidad con plugins al estilo de otras aplicaciones de astronomía como Celestia. Es cierto que pueden añadirse scripts, pero es un método poco intuitivo para un usuario normal.
En definitiva, un bonito programa gratuito y muy útil para los aficionados a la astronomía que no quieren complicarse la vida con aplicaciones más complejas (y caras).
El buen software es aquel que cumple con las espectativas para las que fue creado. Existen muy buen software hoy día que, curiosamente, casi siempre es gratuito y de código abierto. Nadie duda ya que la colaboración desinteresada de varios desarrolladores en un proyecto a través de iniciativas colaborativas como, por ejemplo, SourceForge, es una forma muy potente de crear excelentes aplicaciones que nada tienen que envidiar con las comerciales.
Existen numerosos ejemplos de este tipo de aplicaciones, pero voy a destacar una especialmente que no deja de sorprenderme. Me quito el sombrero ante VideoLAN, una aplicación que reproduce todo tipo de formatos de video y audio. Hasta ahí existe mucho software que realizan estas mismas acciones. VideoLAN además permite ver televisión sobre IP (IPTV), como ya he podido comprobar configurándolo para ver los canales de Imagenio. Puede utilizarse como visualizador de canales que emitan a través de internet en directo. Eso sin hablar de la capacidad para reproducir DVDs a la perfección y con mayor calidad que el Windows Media Player que utilizaba hasta ahora. Una de las prestaciones más importantes es que cualquier flujo de entrada que estemos reproduciendo podemos también almacenarlo en nuestro disco duro en diferentes formatos. Incluso en la versión para GNU/Linux es posible usarlo para ver la TDT.
Existen versiones de VideoLAN para prácticamente todos los sistemas operativos (Windows, Mac OS X, GNU/Linux, Solaris, Unix, PocketPC, OpenBSD y muchos más). De hecho, en mi instalación de Mandriva Linux lo tengo como aplicación predefinida para todo tipo de archivos de vídeo y DVDs.
Al cabo del año instalo todo tipo de herramientas y desinstalo la mayoría de ellas, pero VideoLAN ha venido para quedarse. Y con el tiempo me he dado cuenta de que es la navaja suiza de los reproductores multimedia. Su interfaz es como a mi me gusta: simple, pero efectiva. Su ejecución es muy ligera, infinitamente menor que el Media Player. Así que olvidaros de todos los demás reproductores y quedaros con VideoLAN. Un inconveniente: no reproduce archivos de Real Video.
Como ya he tenido oportunidad de contar por aquí en la pequeña serie sobre mis videojuegos favoritos, siempre me han gustado las aventuras conversacionales y las aventuras gráficas. Incluso en mis «tiempos jóvenes» hice mis pinitos programando algunas, como la legendaria ‘Castle’, una aventura en modo texto programada en Pascal y bastante compleja. O mucho antes, otra con gráficos en 256 colores para mi MSX2, programada en Basic.
Entre mis planes estaba sopesando utilizar la web como plataforma para desarrollar una aventura gráfica aprovechando las ventajas de los modernos ordenadores y la facilidad para hacer fotografía digital. No pensaba que fuera una idea original, pero esta tarde he descubierto una aventura gráfica basada en web, programada en PHP y que como mínimo es curiosa. Su título es ‘La Villa del Seis’ y su creador es Joan Alba Maldonado, que cuenta en su haber con un buen puñado de juegos de todo pelaje.
En ‘La Villa del Seis’ es autodenominada como «aventura de terror psicológico» y cuenta, para mejorar la ambientación, con gran cantidad de fotografías digitales que le aportan realismo. Para jugar podemos utilizar el ratón o el teclado (o ambos). Contamos con una serie de acciones posibles sobre los objetos que aparecen en cada escena o tenemos en nuestro inventario. A mi personalmente me ha llegado a enganchar.
Enhorabuena a Joan (y también a su novia Yasmina, que ha colaborado en el desarrollo) por este tipo de videojuegos y que seguro que anima a otros muchos (espero que a mi también) a diseñar y programar una aventura gráfica sobre web.
Gnome, KDE y en general todos los gestores de ventanas de GNU/Linux siguen teniendo pequeños detalles feos y cutres que hacen que no acabe de convencerme. Por suerte en las últimas versiones de los principales escritorios se ha mejorado mucho. Aún así, todavía quedan algunos aspectos que deberían corregirse y que no creo que supongan grandes conocimientos técnicos, sólo un poco de estilo y sentido estético.
El que es, a mi entender, el más molesto es el de la renderización de fuentes. Esto es, cómo se «dibujan» las fuentes de letras en el escritorio. En Windows no tenemos ningún problema en usar unas fuentes pequeñas con el sistema ClearType, que «suaviza» los contornos para monitores LCD facilitando su lectura. Su equivalente en GNU/Linux es bastante pobre. Es por esto que forzosamente tenemos que utilizar fuentes de tamaño grande (10 puntos o más) para que se vean correctamente. Esto supone un desperdicio de pantalla comparado con Windows. En cuanto a MacOS X, que tiene tronco común con GNU/Linux, cuenta con un algoritmo de renderización de fuentes a nivel de subpíxel mejorado (y patentado) que además establece el hinting más adecuado, al igual que Windows. En principio este sistema podría ser compatible también con las distribuciones linux habituales, pero debido a su caracter propietario no se ha implementado.
El gestor de preferencias de tipografía de Gnome.
Otro capítulo merece la renderización de fuentes en los navegadores web bajo GNU/Linux. Tanto en Mozilla Firefox, como en Konqueror o en Epiphany, las fuentes de las webs son interpretadas de forma muy diferente a Windows incluso si hemos importado las fuentes TrueType a linux.
Como ejemplo os muestro un detalle de mi web tal y como se ve en Mozilla Firefox corriendo bajo Gnome. La fuente es una Georgia de 12 píxeles. Nada que ver con Windows. La cuestión es que no lo hace diferente, sino que lo hace mal. El suavizado en este caso simplemente no existe.
Espero que alguien que desarrolle habitualmente para GNU/Linux recoja el guante y plantee modificar el modo de renderizado de fuentes. A pesar de ser sólo un asunto puramente estético, no es menos importante sentirnos a gusto con el interfaz con el que trabajamos.
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