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La bitácora personal de Ricardo Martín
Comentando cosas desde 2004
12 de enero de 2011

WordPress propone escribir al menos una vez al día

No son muchos los blogueros comprometidos con su bitácora hasta el punto de escribir al menos una entrada diaria. Yo, que hasta hace poco cumplía con esta sagrada regla, apenas puedo hacerlo ahora, no por aburrimiento ni por dejadez, sino por falta de tiempo. Quizás por eso —me he enterado a través del diario El País de hoy— que la gente de WordPress pusieron el pasado día 30 de diciembre una iniciativa que instaba a todos aquellos que tenían un blog alojado en sus servidores bien a postear todos los días (Post A Day 2011) o, para los menos entrenados, una vez a la semana (Post A Week 2011).

Según estudios de la propia WordPress, en 2008 menos de un 6% de los blogs que alojaba escribían a diario. Presupongo que con el auge de Facebook y Twitter este porcentaje es aún menor. Así que para ayudar a quienes quieran seguirla ofrecen un blog donde proponen ideas, temas de inspiración y técnicas para conseguirlo. Animan a que los que no la tengan se hagan una cuenta en este servicio y que los que la tengan se comprometan con su página incluyendo en sus tags la clave PostADay2011 o PostAWeek2011.

Me hubiera gustado unirme a esta iniciativa, pero ya es un poco tarde para empezar y, además, puedo presumir de haber escrito más de 350 entradas anuales durante varios años, cosa que no todos los blogueros pueden decir. Pero esos tiempos creo que ya han pasado y, como dije antes, las obligaciones terminan mandando sobre las aficiones, y muchas veces el tiempo es nuestro peor enemigo. Mucho más que la pereza.

10 de enero de 2011

La nueva Cromavista

Curiosamente, mi web de fotografías Cromavista ha sido una de las que más visitas ha recibido a lo largo de los ocho años y medio que lleva colgada y la que menos rediseños ha sufrido. Surgió en julio de 2002 como una web experimental y ha ido transformándose poco a poco en un sitio donde mostrar todas aquellas imágenes de viajes o eventos que han captado mis cámaras. Desde julio de 2005 no se había modificado su diseño, sólo se habían ido añadiendo más y más galerías. Sin embargo, el planteamiento para la nueva Cromavista era ir un poco más allá que el de darle un mero lavado de cara. Era el momento de redefinir toda la web a la vez que se renovaban sus contenidos.

En esta tercera versión de Cromavista se han eliminado todas aquellas fotografías anteriores a 2007 y junto con ella la mayoría de las imágenes experimentales para dar paso a un contenido más convencional. El tamaño de las imágenes pasa de 1024 píxeles de ancho a 2000, el mismo que en mi otra web de fotos, Zamora en Imágenes. También la calidad de imagen experimenta una mejora, con menos compresión de los JPGs. Finalmente, tras un proceso de selección y procesado de las imágenes que ha durado algo más de un mes, han quedado 493 fotografías a tres tamaños (2000, 600 y 150 píxeles de ancho respectivamente), repartidas en 39 galerías, en su mayoría sobre lugares y algunas sobre eventos. El peso total de la nueva web es de casi 380 MB de espacio. Ese es el punto de partida de Cromavista 3.0.

En cuanto a la parte más técnica, la web lleva bastante más tiempo de programación que su predecesora, de la que conserva muy pocos elementos. Ha sido necesario un poco de código extra para tratar y controlar las imágenes verticales que por primera vez entran en una de mis webs de fotos. Por el contrario, la parte de diseño es mucho más sencilla, pero también más clara, más robusta y también muy probada en todos los navegadores y sistemas operativos que he podido. Otro de los puntos interesantes de la nueva Cromavista es el uso de direcciones URL amigables a través de reglas de servidor htaccess, de forma que las direcciones a las páginas creadas dinámicamente para cada fotografía puedan ser indexadas por los buscadores y accesibles más fácilmente para aquellos que busquen este tipo de recursos en la web.

Así que espero que la web os guste y que sea interesante para vosotros.

17 de diciembre de 2010

¿Será Freenet la nueva internet?

Si algo caracteriza a internet es que es libre. Cualquiera puede tener su hueco, su espacio, accesible desde todos los rincones del planeta y contar en él lo que quiera con la sola limitación de su imaginación. Desde hace un tiempo, los modos en que podemos expresar esas ideas se ha multiplicado con la aparición del contenido multimedia, ya sean vídeos, imágenes o sonidos. Pero como todos sabemos, la libertad es extraordinariamente frágil. Y por supuesto la censura es su principal enemiga. Se manifiesta con muchas caras, la mayoría de ellas no como tal, sino mucho más sutiles. Incluso en los países más libres existen formas de censura aceptadas y autocensura.

La arquitectura de internet por definición es descentralizada, pero no ocurre lo mismo con algunos servicios como el correo electrónico o la world wide web. Ésta se encuentra centralizada en servidores, generalmente de empresas privadas que comercian con este alojamiento. Si el contenido alojado es considerado «peligroso», «ilegal» o «no conveniente», el acceso a esos servidores puede ser restringido o suprimido por las autoridades de determinados países mediante procedimientos sencillos (por ejemplo un cortafuegos). Pero, ¿Qué ocurriría si en vez de usar servidores para alojar la información de nuestro sitio web, esta se almacenara en nuestras propias máquinas?

A grandes rasgos esta es la filosofía que subyace detrás del proyecto Freenet. Se trata de una iniciativa sin ánimo de lucro que ha desarrollado las herramientas necesarias para utilizar la web mediante arquitectura de pares (p2p) de forma que las conexiones se realizan de ordenador a ordenador, sin la necesidad de acceder a un host de información centralizada. Existe una clara analogía en la historia de la libre distribución de archivos MP3: El error de Napster fue crear una topología centralizada. Todas las peticiones tenían que pasar por el nodo central para poder ser servidas. Su final estaba cantado, con cerrar el servidor sería suficiente para hacer caer todo el sistema. Pero fue entonces cuando surgió eDonkey y su revolucionaria arquitectura de pares. Ya no había nodo central y (simplificando mucho) todas las peticiones pasaban directamente al ordenador destino, previa consulta de un índice (alojado, esto sí, en un servidor) de computadoras conectadas y compartiendo el archivo requerido. La gran diferencia es que ese índice podía estar alojado en cualquier servidor. De hecho hoy día clientes p2p como eMule pueden conectarse indistintamente a cientos de servidores diferentes.

Estos días pasados he estado probando Freenet y, aunque aún es un sistema lento (depende de las conexiones de los usuarios) y rudimentario (precisamente la velocidad condiciona la estética y el tipo de contenidos que pueden incluirse), es una poderosísima herramienta que deja a un lado el uso de servidores centralizados y supone un retorno a la información pura y dura. Probablemente el uso de Freenet se vaya popularizando con el tiempo y el proyecto crezca y mejore. La revolución y la expansión de los contenidos digitales es imparable y no existirá censura que lo pueda detener.

10 de diciembre de 2010

WikiLeaks, la personalización y el poder de la prensa tradicional

A lo largo de las últimas dos semanas, nombres como WikiLeaks, cable o Julian Assange se han escuchado y leído más allá de los medios de internet. Ya en agosto di mi opinión sobre WikiLeaks y lo que pensaban algunos más conspiranoicos que yo. La publicación de los mensajes diplomáticos, la detención de Assange por unos delitos que aparentemente nada tienen que ver con las filtraciones, el boicot de varias grandes empresas como Amazon, PayPal o MasterCard a WikiLeaks y la posterior «venganza» de los hackers de Anonymous han conseguido que vuelva a escribir sobre el tema.

Es un asunto muy complejo y lleno de matices que hay que enfocar necesariamente desde un punto de vista. En mi caso me permito citar el post de David de Ugarte en el blog de Las Indias, titulado «Del estado de alarma a WikiLeaks y por qué Assange no nos hace más libres», con el que estoy muy de acuerdo. Llama la atención que un sitio web tan subversivo y poco convencional «ceda» los documentos productos de las filtraciones a cinco medios de comunicación escrita «mainstream» de todo el mundo (The New York Times, El País, Der Spiegel, Le Monde y The Guardian), que a su vez son cabeceras de poderosos emporios mediáticos, en vez de colgarlos todos de su web, o al menos irlos distribuyendo para evitar una indigestión de información. Como bien dice De Ugarte, los medios interpretan los mensajes diplomáticos según sus intereses económicos y políticos. Vamos, que los «cocinan» de algún modo, bien sesgando o bien interpretando. De igual manera, la información vuelve a estar en manos de unos pocos medios como hace décadas. Es como si internet hubiera sido relegado en favor de volver a centralizar el conocimiento.

Sobre la figura de Assange yo me vuelvo a preguntar, como ya hice en aquel post, en el por qué de una cabeza visible en una organización virtual que opera íntegramente en internet y que lo hace con un material tan sensible. Personalizar en un solo personaje el trabajo del grupo de voluntarios de WikiLeaks es un error. En cualquier caso, la filtración de esos 250 000 documentos de la diplomacia de los Estados Unidos (aunque en la web se vayan colgado de poco en poco) se ha convertido en una pequeña revolución digital que ha removido conciencias y poniendo negro sobre blanco las manipulaciones de presión de la superpotencia sobre el resto del mundo.

30 de noviembre de 2010

Google Earth 6, la evolución de los mapas

Google anunció ayer el lanzamiento de la nueva versión de Google Earth, la sexta. Reconozco que últimamente suelo consultar los mapas a través de web que de su aplicación específica. La navegación sobre todo a través de Street View me gustaba bastante más. Google Earth 6, todavía en versión beta, modifica algunos aspectos de la navegación, a veces para bien y otras veces, en mi opinión, para mal. Veamos pues cuales son esas novedades y esos cambios que hacen de esta versión un avance sensible con respecto a su predecesor:

  • Imágenes históricas. Esta nueva herramienta es posiblemente lo que más me gusta del nuevo Google Earth. Permite visualizar las imagenes de satélite de todos los años que estén disponibles. Por ejemplo, si sobrevolamos Madrid, veremos que nos aparece en la zona inferior de la ventana una cifra que indica un año, que es el año más antiguo del que se tienen imágenes. En este caso es 2000. Si pulsamos nos aparece una barra deslizante con todas las fechas en las que se tomaron imágenes para el área que estamos viendo.
  • Nuevo Street View. Esto no sé si me gusta o no. Ahora en vez de cambiar de una imagen a otra cuando navegamos por Street View, el programa tiene en cuenta la tridimensionalidad de los edificios y otros elementos, dando una sensación de volumen y de «transición suave». También tenemos más libertad de movimiento, a costa de perder calidad de imagen y hasta de realismo. Las fotografías en la mayoría de los casos se ven demasiado distorsionadas.
  • Navegación continuada entre el modo satélite y el modo Street View. Quizás a imitación del estupendo (cada vez mejor) Bing Maps, los mapas de Microsoft, Google ha incluido en Earth 6 la posibilidad de cambiar automáticamente del modo aéreo a la vista a nivel de calle cuando la altura se acerca a cero.

En conclusión, Google Earth 6 mejora la usabilidad y facilita la navegación por los mapas, haciéndolo de forma más natural pero quizás sacrificando algo de calidad de imagen. En cualquier caso un paso adelante que hay que tener en cuenta. Puede descargarse gratuitamente desde su web.

2 de septiembre de 2010

Ping, la red social musical de Apple

Ayer, junto con la renovación de casi toda la gama iPod (faltó el iPod Classic), Apple presentó iTunes 10. La décima versión de esta ya veterana y emblemática aplicación de la compañía de la manzana mordida incluía entre otras novedades una especie de red social (sí, es el concepto de moda) musical asociada a la tienda iTunes Store. Esta misma mañana me he descargado la actualización del programa y hace un rato me he puesto a darme de alta y juguetear un poco con el invento.

Ping, que así se llama la cosa (muy originales no han sido, la verdad), está integrado en iTunes y sólo funciona con iTunes. Para mí eso no supone un problema, ya que toda la música que escucho y la sincronización de mis iPods lo hago a través de él. Lo que ya no me ha gustado tanto es que este diseñado para vender. Diciéndolo de otro modo: sólo funciona con la música adquirida –comprada– a traves de la plataforma iTunes Store. En un mundo donde Apple es la líder en el mundo de los reproductores de música, podía haber aprovechado todo el potencial que eso supone para crear una verdadera red social musical que acabaría –no tengo dudas– con otras como Last.fm o Spotify.

En definitiva, y visto lo visto, no creo que Ping tenga mucho recorrido. Lo que muchos esperamos es que Apple la abra a todo tipo de contenidos reproducidos en iTunes y en los iPods

23 de agosto de 2010

Dudas y preguntas sin respuesta sobre WikiLeaks

No tenía claro como debía titular este artículo sin que sonara demasiado sensacionalista… El caso es que al final la palabra duda es que la define mi posición respecto a WikiLeaks. Supongo que todos vosotros ya conocéis que WikiLeaks es una web dedicada a filtrar documentos secretos de los diferentes gobiernos (principalmente el norteamericano y el británico) y colgarlos para que cualquiera pueda acceder a ellos. Su nombre apareció en todos los medios de comunicación cuando, el 26 de julio, la web publicó 90.000 documentos del ejército estadounidense sobre operaciones militares en Afganistán. La administración Obama ha acusado al australiano Julian Assange, el responsable de la web, de espionaje y revelación de secretos. Las cosas se enturbiaron un poco más cuando Assange fue acusado este mismo sábado por la fiscalía sueca de un delito de violación. A las pocas horas, y sorprendentemente, fue retirada. Aunque teóricamente no hay relación directa entre estos dos hechos, es complicado no establecer una causa y efecto.

Como en las películas de espías, las cosas no son lo que parecen. O eso, o nuestras mentes peliculeras ven más de lo que hay. Siguiendo con el símil, los espías nunca son ni totalmente malos ni absolutamente buenos. Se mantienen en un punto entre la heroicidad y la traición. Quién sabe si en el caso del ex-hacker Assange también hay una dosis de narcisismo. ¿Qué necesidad tenía de dar la cara en un asunto tan espinoso? Con dejar ver su trabajo en WikiLeaks hubiera sido suficiente. Mucho se ha escrito estos días sobre su persona. No hay duda que detrás de todo pirata informático hay algo de orgullo. El personaje es sin duda controvertido y su biografía tiene bastantes zonas oscuras. Por no saber, no se sabe ni la fecha ni el lugar exacto de su nacimiento.

Pero hablemos de WikiLeaks. La web fue montada y es mantenida mediante donaciones particulares (igual que la Wikipedia). Según su página principal:

Por el momento hemos recibido más de 1,2 millones de documentos provenientes de sociedades con regímenes críticos y de fuentes anónimas.[…] Estamos convencidos de que un gobierno basado en la transparencia tiene como objetivo la reducción de la corrupción y una democracia estable. Tanto los gobiernos como sus respectivos ciudadanos se beneficiarían de un mayor control a través de la comunidad global. Estos controles requieren sobre todo de información, la cual ha podido ser hasta ahora suministrada pagando un alto precio por ello, esto es, a costa de la violación de los derechos esenciales y de vidas humanas. Wikileaks hará posible la seguridad necesaria en el ejercicio de un «leaking» ético.

Echando un vistazo rápido a la web y buscando documentos (puede hacerse por países) de España, la mayoría de ellos me resultan a simple vista irrelevantes y no aportan nada realmente nuevo. Ni siquiera los tan publicitados papeles sobre Afganistán proporcionan información cien por cien nueva ni actual. Probablemente, el único documento que saltó a la prensa mundial y con cierto valor informativo es el vídeo en el que el ejército norteamericano dispara contra periodistas en Irak. Supuso un escándalo, pero muchos reporteros que cubrían informaciones de guerra en el país árabe ya lo sabían. Y nosotros también. Algunos tristemente no lo han podido contar, como es el caso del cámara de Telecinco José Couso.

Y yo no puedo dejar de preguntarme: ¿Quién gana con todo esto? ¿De verdad esto es transparencia? ¿Gana la democracia? ¿Es internet un nuevo poder que controlará la acción de los poderosos? Para algunos (los más conspiranoicos) WikiLeaks es más bien una enorme herramienta de propaganda de los gobiernos, especialmente los más poderosos, para tapar aquellos asuntos verdaderamente espinosos y polémicos y que, en cierto modo, justifican sus acciones. Para ellos (insisto, no es mi opinión) todo es una operación de maquillaje y Assange es un títere, un tonto útil, que da verosimilitud a una filtración casi provocada por los «grandes poderes».

Por mi parte (y esto sí que es mi opinión) y sin llegar a los niveles conspirativos, creo que hay que tomarse todo esto con cautela. Nadie se va a leer los 90.000 folios filtrados ni van a cambiar el curso de nada. Tampoco los gobiernos serán más transparentes ni internet será el contrapeso a los excesos del poder. Nada de eso ocurrirá. La opinión pública olvidará, con o sin filtraciones, las barbaridades ilegales de la guerra (sea cual sea) y mirará hacia sus problemas cotidianos. Por otra parte, la figura de Assange me merece todas las reservas del mundo. No sabemos cuales son sus intenciones. Si él aboga por la transparencia para los demás, no parece querer lo mismo para él y para su web. Algo sospechoso como mínimo… Esperaremos nuevos acontecimientos con interés sobre el caso.



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