Atravesamos aún lo más duro del verano, con sus calores y su parón de actividad en medios de comunicación y también en la vida cotidiana. Aunque en mi caso no tengo más ni menos tiempo que durante el resto del año, me gusta explorar nuevas propuestas dentro del panorama podcast. Soy gran consumidor de audio a lo largo de toda la temporada, pero ahora con la ruptura (a veces involuntaria) de la rutina con motivo del periodo estival, apetece ponerse a buscar cosas que quizá se me habían perdido entre la gran oferta de podcasts que tenemos hoy día. Os voy a ofrecer tres de lo último que ha llegado a mis orejas este verano. Uno documental, otro de ficción y otro que es un programa de radio experimental.
‘Arcadia. Auge y caída en la Edad de Oro del videojuego español’ es posiblemente uno de los mejores podcasts que he escuchado nunca (tal vez junto con ‘Blum’, ‘La Firma de Dios’ o ‘Valencia Destroy’). Como su nombre indica, documenta con minuciosidad aquellos años ochenta donde los estudios independientes de programadores y grafistas sorprendieron a España y en muchas ocasiones también al extranjero, con videojuegos frescos y de calidad. Cuenta con intervenciones de sus protagonistas, ambientación musical de 8 bits con adaptaciones de temas populares de la época y muchas anécdotas y curiosidades.
‘La Quiebra’ es un podcast de ficción que parte de una premisa muy simple: ¿Qué ocurriría si todos los datos bancarios desaparecieran de un día para otro? Eso es lo que nos propone desde un punto de vista cotidiano en una pequeña comunidad, un pueblo ficticio de Vizcaya. Lleva la inconfundible firma sonora de Teo Rodríguez, con efectos de sonido muy cuidados. Sólo pondría un pero: son capítulos demasiado cortos y la primera temporada (prometen más) tiene un final bastante abierto.
‘Vuelo de Brujas’ es un programa semanal de la Cadena SER dedicado a los relatos de terror. Este espacio adapta historias de autores y autoras foráneos a nuestro entorno. La particularidad y lo que lo hace muy original es que son grabaciones encontradas o archivos sonoros los que cuentan la historia (grabaciones del interrogatorio de la policía en el primero, contestadores automáticos en el segundo y una audioguía turística en el tercero). Hasta la fecha se han emitido tres programas de los que sin duda me quedo con el primero. ‘El Pueblo Más Bonito de España’ es sin duda una obra maestra del podcast, si que es esto puede existir…
El mundo podcast explotó hace ya unos cuantos años. Por aquí hemos comentado algunos podcast de ficción. Otros, sobre todo documentales, no han pasado por este humilde blog. Tal es el caso del imprescindible ‘Valencia Destroy’ si te gusta la música y tienes prejuicios que romper con la mal llamada «Ruta del Bakalao». En esta misma línea musical hace unas semanas me topé con ‘Principales de 40’ un podcast cuya primera temporada (tiene vocación de continuidad) me ha resultado muy interesante y revelador. Es cierto que lo disfrutamos más aquellos que escuchábamos los 40 Principales en los ochenta y los noventa.
A lo largo de ocho programas su autor, Jorge Sánchez, aún joven locutor de 40 Classic se las ha ingeniado para entrevistar a ocho puntales de la historia de la cadena musical, algunos de ellos fuera de la empresa desde hace muchos años. Concretamente mis episodios favoritos son el primero, sobre el creador del concepto, Rafael Revert y los dedicados a José Antonio Abellán (alucinante y delirante, tanto que cuesta creer que lo que cuenta es cierto), a Fernandisco o a Pepe Domingo Castaño (aunque a mí me pilla joven y evidentemente sólo lo escuché en la SER como animador del ‘Carrusel Deportivo’).
Esperemos que en una segunda temporada tengamos, por ejemplo, a Guillem Caballé (aunque no sea santo de mi devoción), a Juanma Ortega o a Julián Ruiz. Quizás incluso se pueda recuperar alguna vieja entrevista a Joaquín Luqui si es que existe. En definitiva, este podcast es un cachito de nuestra vida que traerá a la memoria sintonías, canciones y anécdotas que vivimos muchos como espectadores u oyentes y ahora podemos ver desde el otro lado.
Este verano estoy escuchando varios podcast de ficción. A ‘Blum’ ya le he dedicado un post hace poco tiempo. La espectacular e imaginativa ‘La Firma de Dios’ también merecería otro. Desde luego es muy recomendable. Pero también me gusta echar la vista atrás y recuperar viejos programas de archivo ahora convertidos en podcasts. Tenía ganas de ponerme con ‘Historias para Imaginar’, un pograma emitido por Radio Nacional de España entre 1973 y 1974, cuyo creador es Chicho Ibáñez Serrador, aprovechando un receso en su exitoso programa de televisión ‘Un, Dos, Tres… Responda otra vez’ (que volvería en 1976). En ‘Historias para Imaginar’ se adaptan historias clásicas de la fantasía (de autores como Ray Bradbury) así como adaptaciones muy particulares e historias originales también bajo sus habituales seudónimos.
A pesar de haber transcurrido casi cincuenta años, la capacidad de entretener y sorprender es notable. Las voces del excepcional cuadro de actores de Radio Nacional de España junto con algún actor de cine bastante conocido (Daniel Dicenta, Aurora Redondo, Luis Varela o Carlos Larrañaga entre muchos otros) le da un empaque y una sonoridad pocas veces coseguida. Mención especial merecen los siete episodios de ‘El Fantasma de la Ópera’. Algunas de ellas como ‘El Trapero’ serían adaptadas a sus famosas ‘Historias para no Dormir’ en su segunda etapa de 1982.
En la web de RTVE se han colgado varios de estos programas (en la fecha de hoy hay 33). Desconozco cuántos son en total, ya que buscando información apenas he encontrado nada. Es de agradecer que la radiotelevisión pública se acuerde de su legado, enorme, más allá de los programas de televisión. También la calidad del sonido es algo a tener en cuenta. Es sorprendente que todos estos programas radiofónicos se hayan conservado en tan buen estado para que ahora las nuevas generaciones podamos disfrutarlos. Muy recomendable.
Desde que comencé a escuchar la palabra podcast allá por los últimos meses de 2004, este mundo tan extraño al principio ha evolucionado mucho. Al principio, como todo, el amateurismo era lo que imperaba, con sonidos precarios y locuciones poco ortodoxas. Tras unos años lejos del gran público, la aparición de Podium Podcast en 2016 con producciones propias como ‘El Gran Apagón’ impulsó en España este formato de consumo de audio. Pero fue con el comienzo de la nueva década cuando nuevas plataformas como Podimo, Spotify Podcasts y otras, incluso de pago (hasta el momento eso era impensable), llegaron a nuestros ordenadores y dispositivos móviles.
Lo que nos ocupa es, sin duda, uno de los mejores y más interesantes podcast de ficción que he escuchado hasta la fecha –y no han sido pocos–. ‘Blum’ sale de la mente genial y experimentadora de Manuel Bartual junto con Carmen Pacheco con la colaboración de turismo de Suiza. Lo que nos cuentan es la historia de Emma Castillo, una periodista que por azares del destino conoce la historia de Clara Pastor, que a su vez investiga la vida de Ursula Blum para su tesis. Blum fue una pintora suiza dentro del movimiento vanguardista El Jinete Azul, en el que también estaban, por ejemplo, Vasili Kandinski. La biografía de Blum que fascinó a Clara también lo hace con Emma. Recorrerá toda Suiza de museo en museo y de ciudad en ciudad, conociendo a gente a veces interesante, a veces enigmática, que aportarán datos sobre una extraña melodía oculta en sus cuadros. Pero hay algo más. Siempre algo más…
‘Blum’ tiene todo lo que necesita una buena historia: Viajes, lugares reales que no descubrirías de otra manera, misterios, suspense y una calidad de producción y un cuidado por el detalle que a mi me ha encantado, con pinceladas de música, de arte, de ciencia y de historia. Nueve capítulos que podéis encontrar en vuestra plataforma favorita de podcasts o incluso en YouTube.
En muchas ocasiones se utiliza la expresión «valor antropológico» –o sociológico– para justificar engendros artísticos. Se dice, por ejemplo, que tienen valor antropológico las películas de Paco Martínez Soria o las del landismo. También programas de telerrealidad del estilo de ‘Gran Hermano’ han recibido calificativos de este estilo. Pero si somos puristas, no hay tantos ejemplos a los que pueda aplicarse con propiedad.
A mi me ha parecido que ‘La España de los Botejara’ sí cumple con la premisa de servir de documento de estudio para sociólogos y antropólogos de hoy y del futuro. Fueron diez documentales emitidos por Televisión Española en agosto y septiembre de 1978 sobre la idea del por entonces muy popular periodista bilbaíno Alfredo Amestoy. Lo he recuperado gracias al archivo de la corporación pública. En su momento se presentó casi como una superproducción, rodada a lo largo de dos años en varias localizaciones españolas y extranjeras. Y con música de Antón García Abril y Pablo Guerrero.
‘La España de los Botejara’ pretende radiografiar la diáspora de una familia, encarnada por los Botejara, una estirpe procedente de Villanueva de la Vera (Cáceres) y que a lo largo de cuatro generaciones son entrevistados por Amestoy allí donde se han asentado (Cataluña, Baleares, País Vasco, Madrid o Alemania). Casi todos los aspectos de la vida son analizados en el documental, desde la muerte hasta las finanzas familiares, los estudios de los hijos o la relación con otros miembros de la familia.
Sorprende cómo cuestiones como la política, la percepción de la cultura o la economía de 1978 se asemejan a las de 2015. Otras sin embargo son muy diferentes. El documento tiene aún más valor por tomar un terreno completamente virgen de experimentos audiovisuales que le dan una autenticidad que se palpa en cada minuto.
Viendo programas de televisión como ‘Cachitos de Hierro y Cromo’ me viene a la mente una idea: Dentro de unos años, será imposible hacer una nueva versión de este espacio con las décadas que vivimos actualmente. La música brilla por su ausencia en todas las teles de España. Otro de esos programas que explotan de manera inteligente los archivos casi inagotables de Televisión Española con fines musicales es ‘Música Ligerísima’. Emitido a finales del pasado año por La 2, lleva como subtítulo ‘Música Popular Española 1968-1978’. Queda claro que este espacio es bastante específico, centrándose no en el clásico estallido del pop español de los sesenta, sino en su evolución y su articulación en propuestas más complejas y a veces insólitas.
‘Música Ligerísima’ tiene la virtud de querer investigar y mostrar. Por eso sigue los rastros de los principales protagonistas de la escena musical de esa época, de su progreso y de sus relaciones con otros artistas y con los acontecimientos de su tiempo. Y si ya en ‘Cachitos de Hierro y Cromo’ creíamos que lo habíamos visto todo, la exhumación de imágenes realizada por el equipo del programa no deja de sorprendernos. Junto a estas grabaciones de archivo, se insertan entrevistas actuales a los compositores, intérpretes o artistas de otras disciplinas.
El director de la serie, Antonio Moreno, la ha dividido en nueve capítulos iniciales de casi una hora cada uno. Cada episodio cuenta con una profundidad notable un aspecto diferente de esa década en tierra de nadie poco rescatada, entre el boom ye-yé y la movida madrileña. Unos programas muy recomendables para todo aquel al que le interese la historia de la música popular española.
La segunda temporada de ‘In the Flesh’, la serie de la BBC sobre zombis –el fenómeno de moda– que acabo de terminar de ver, ha supuesto una mutación respecto al planteamiento inicial, agotado a todas luces. Una vez que los afectados por el Síndrome del Parcialmente Muerto parecían integrados, las posturas entre vivos y semidifuntos se radicalizan. Por un lado, un grupo revolucionario busca un Segundo Amanecer (otro levantamiento zombi, esta vez para aniquilar la raza humana viva) y se valen de drogas para volver a su estado salvaje y violento. Y por otro los votantes de Victus, un nuevo partido político emergente que defiende que los parcialmente muertos sean aislados o aniquilados.
Lo verdaderamente interesante de esta segunda temporada es que las situaciones son extrapolables a cualquier otra minoría, ya sea racial, social, sexual o de otro tipo y no deja de ser curioso que una serie de zombis tenga un tratamiento tan serio, dando lugar a momentos que nos llevan a la reflexión, como el hecho de que los no vivos se conviertan en la práctica en esclavos destinados a realizar trabajos gratuitos para la comunidad sine die con la excusa de recuperar la nacionalidad.
Al igual que en su primera parte, los seis episodios de esta entrega de ‘In the Flesh’ son de factura impecable. Los protagonistas, salvo alguna incorporación, como la inquietante representante de Victus en el pueblo, Maxine Martin, son los mismos –algunos ya entrañables como Amy–. Posiblemente, al menos para mi gusto, estos últimos episodios superan a los primeros, dándole un trasfondo que sobrepasa el mero mundo de los zombis para hacer un retrato preciso de cómo manipular a una pequeña comunidad en pos de unos intereses particulares y espurios.
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