Aunque me he enterado hoy, el 1 de febrero se puso en marcha la tan rumoreada nueva web de la revista musical Rockdelux. Casualmente en marzo se cumplirán 15 años desde que pasé por primera vez por el kiosko a comprarla y justo hoy acabo de ir a por el último número de febrero. En los tiempos que corren, era una anomalía que el magazine de referencia de la música independiente en España no tuviera una página web a la altura de su importancia. Hasta la fecha se limitaban a incluir un sumario del contenido de la revista, un playlist y la tienda Shopdelux.
Pero al fin los fans tenemos un sitio a la usanza, con artículos, críticas de discos y conciertos, entrevistas, vídeos, música para escuchar y, en definitiva, las secciones clásicas de la Rockdelux de siempre, pero ampliadas, mejoradas y actualizadas. También es verdad que la maquetación de la web es, por llamarlo de algún modo, «extraña», compuesta por bloques que se despliegan para acceder a la información. No sé si es el modo más práctico de mostrarla. El tiempo lo dirá.
Hay dos cosas de la web que me han gustado especialmente. La primera de ella es la recuperación de artículos antiguos. El fondo documental de la revista, fundada en 1984, debe ser impresionante. Conscientes de ello, la gente de Rockdelux ha exhumado algunos de esos textos para nuestro regocijo y disfrute. Un gran acierto. Y la segunda tiene que ver también con la mirada atrás. En la Shopdelux pueden adquirirse las legendarias Factory, la revista hermana de Rockdelux que se publicó entre 1993 y 2000. Yo tengo los tres últimos años completos y puede que complete la colección. La pena es que no ocurre lo mismo con la Rockdelux. Sólo están disponibles desde 2002. Quién sabe si en el futuro se reeditarán desde el primer número. Otra novedad es que las últimas revistas ya pueden comprarse en edición digital por 3 euros (un poco cara).
Completan la oferta informativa el ya casi imprescindible canal de Twitter y la página de Facebook. En definitiva, una web tan completa como extraña y que saca partido a los fondos que una revista tan veterana como esta tiene. Ya la he añadido a mi barra de favoritos.
Cuantas más cosas leo sobre Twitter más me doy cuenta de lo poco útil que es. Primero porque se puede volver contra ti si no piensas lo que escribe. Y si no que se lo digan a Arturo Pérez Reverte o el más reciente de David Bisbal, que se han tirado encima –no entro si con o sin razón– con mensajes absurdos. Salvo excepciones, Twitter es comunicación lúdica y pocas veces (muy pocas) es información verdaderamente útil. El caso de Nacho Vigalondo es otro, este un poco más grave, ya que le ha costado el cierre del blog que tenía en El País y la cancelación de la campaña publicitaria del diario de PRISA. El motivo: unas declaraciones desafortunadas en clave humorística sobre el Holocausto judío.
Twitter parece ser el lugar idea, donde se mueven como pez en el agua, los polemistas más verborreicos y supuestamente ocurrentes. También aquellos que pretenden provocar por provocar, o simplemente los que van de graciosos. Por supuesto éstos solo son cuestiones aisladas, pero como bien dice Vigalondo en su último post (se cerrará inminentemente), si se publica en Twitter con asiduidad, cualquier seguidor podrá hacerse una idea bastante fidedigna de cómo es su personalidad. Y la mayoría de los casos, si los mensajes son muy personales, suelen salir perdiendo por culpa de la inmediatez y la impulsividad.
Mientras que en un blog, el post ha de estar meditado, aunque sea mínimamente, Twitter es el resultado de una ocurrencia o un hecho puntual e impulsivo. E incluso a veces, cuando no hay nada importante de contar, de banalidades sin interés. Por eso es mejor mantenerse calladito antes que soltar una perla y que nos monten un topic a la mínima. Es muy fácil caer en las obviedades. Casi tan fácil como ser un listillo…
España seguía siendo uno de los pocos países europeos que carecían de la figura del organismo regulador de los medios audiovisuales. Veintiún años después de la liberación de los servicios de televisión, por fin el Ministro de la Presidencia, Ramón Jaúregui, ha anunciado la creación del Consejo Estatal de Medios Audiovisuales. Se trata de un organismo que viene previsto en el Título V de la Ley 7/2010, de 31 de marzo, General de la Comunicación Audiovisual [PDF]. A su vez, viene a desarrollar la posibilidad abierta en la Ley 6/1997, de 14 de abril, de Organización y Funcionamiento de la Administración General del Estado. Queda definida en el artículo 45 de la LGCA como:
[…] autoridad independiente supervisora y reguladora de actividad de los medios de titularidad del Estado o que estén bajo su competencia, tiene por finalidad velar y garantizar el cumplimiento de los siguientes objetivos: El libre ejercicio de la comunicación audiovisual en materia de radio, televisión y servicios conexos e interactivos en las condiciones previstas en la presente Ley. La plena eficacia de los derechos y obligaciones establecidos en esta Ley: en especial todo lo referente al menor. La transparencia y el pluralismo del sector de los medios de comunicación audiovisual. La independencia e imparcialidad del sector público estatal de radio, televisión y servicios conexos e interactivos, y el cumplimiento de la misión de servicio público que le sea encomendada.
Los miembros del CEMA serán elegidos por el Congreso de los Diputados por mayoría de 3/5, con lo que se garantiza la independencia del organismo. Pero ¿Significa esto que por fin se va a regular la emisión de determinados contenidos ofensivos o insultantes? ¿Se acabará con la telebasura? Personalmente lo dudo mucho. A pesar de que la ley incluye claramente un régimen sancionador (Título VI), me temo que para lo único que va a servir es para crear más polémica. De hecho, sin ir más lejos, los medios de la ultraderecha (Hazte Oír, Libertad Digital o Intereconomía entre otros) ya la están tachando de censura y «ley mordaza». Será porque ellos tienen mucho que perder…
De lo que no me cabe duda es de que hay que establecer unas reglas del juego dentro de la jungla que son hoy día los medios audiovisuales, sobre todo radio y televisión, y tiene que haber una institución autónoma e imparcial que garantice y nos defienda con esas reglas, tal y como existe en todo país homologable al nuestro. Pero su efectividad real, lamentablemente, está por ver. Si se aplica bien y con rigor funcionará, pero si no se quedará como otra bonita organización sin poder real. El tiempo lo dirá.
A lo largo de los últimos días, el cierre de la cadena de noticias CNN+, ha venido provocando multitud de reacciones sobre todo en internet, todas contra su fin. Pero lo cierto es que, una vez que el muerto está en el ataúd, todo son parabienes. Está claro que en España la calidad en televisión no vende. Ofrecer contenidos serios, argumentados y un poquito más profundos que la media (que está muy baja por estos lares), no es rentable ni económicamente ni a nivel de audiencia.
También es verdad que en este caso no todos los males provienen de las audiencias. Sobre esto habría mucho que hablar. Los propios extrabajadores de CNN+ aludían a la mala gestión empresarial de sus directivos, pero lo cierto es que la audiencia de los canales de noticias en la TDT nunca ha sido rentable en nuestro país. Sólo una emisora pública como TVE puede mantener en España un canal de noticias 24 horas con una audiencia de menos del 1% de la cuota de pantalla.
El fracaso de la televisión de calidad, o al menos la televisión «reflexiva» y más compleja que el resto, en España es un síntoma preocupante. Muchos dirán que los programas que vemos no es lo que somos. Es cierto, porque no todo el mundo ve ya la televisión. De hecho según los recientes estudios de Barlovento Comunicación en base a los datos de audiencia de Kantar Media (que son quienes miden estas cosas), los jóvenes entre 13 y 24 años son los que menos televisión ven, probablemente porque prefieren otros medios como internet. En cambio los mayores de 65 años son los que más tiempo pasan delante del televisor.
CNN+ cierra y vende la frecuencia a Telecinco, que lleva ya dos días con su nuevo canal, Gran Hermano 24 Horas. Estoy convencido de que lo multiplicará varias veces. Es lo que hay. ¿No es una metáfora perfecta de en lo que se está convirtiendo la televisión? ¿Tanta TDT para esto? ¿No habrá nadie que aproveche de verdad las ventajas de esta tecnología? Menos mal que (de momento) tenemos a Televisión Española…
Os dejo con un reportaje de la serie ‘Abierto en Canal’ que emitió Canal+ en 1999 donde se cuenta la gestación de CNN+. ¡Qué tiempos aquellos!:
A lo largo de las últimas dos semanas, nombres como WikiLeaks, cable o Julian Assange se han escuchado y leído más allá de los medios de internet. Ya en agosto di mi opinión sobre WikiLeaks y lo que pensaban algunos más conspiranoicos que yo. La publicación de los mensajes diplomáticos, la detención de Assange por unos delitos que aparentemente nada tienen que ver con las filtraciones, el boicot de varias grandes empresas como Amazon, PayPal o MasterCard a WikiLeaks y la posterior «venganza» de los hackers de Anonymous han conseguido que vuelva a escribir sobre el tema.
Es un asunto muy complejo y lleno de matices que hay que enfocar necesariamente desde un punto de vista. En mi caso me permito citar el post de David de Ugarte en el blog de Las Indias, titulado «Del estado de alarma a WikiLeaks y por qué Assange no nos hace más libres», con el que estoy muy de acuerdo. Llama la atención que un sitio web tan subversivo y poco convencional «ceda» los documentos productos de las filtraciones a cinco medios de comunicación escrita «mainstream» de todo el mundo (The New York Times, El País, Der Spiegel, Le Monde y The Guardian), que a su vez son cabeceras de poderosos emporios mediáticos, en vez de colgarlos todos de su web, o al menos irlos distribuyendo para evitar una indigestión de información. Como bien dice De Ugarte, los medios interpretan los mensajes diplomáticos según sus intereses económicos y políticos. Vamos, que los «cocinan» de algún modo, bien sesgando o bien interpretando. De igual manera, la información vuelve a estar en manos de unos pocos medios como hace décadas. Es como si internet hubiera sido relegado en favor de volver a centralizar el conocimiento.
Sobre la figura de Assange yo me vuelvo a preguntar, como ya hice en aquel post, en el por qué de una cabeza visible en una organización virtual que opera íntegramente en internet y que lo hace con un material tan sensible. Personalizar en un solo personaje el trabajo del grupo de voluntarios de WikiLeaks es un error. En cualquier caso, la filtración de esos 250 000 documentos de la diplomacia de los Estados Unidos (aunque en la web se vayan colgado de poco en poco) se ha convertido en una pequeña revolución digital que ha removido conciencias y poniendo negro sobre blanco las manipulaciones de presión de la superpotencia sobre el resto del mundo.
Siempre suelo estar al tanto de las oleadas que periódicamente publica el Estudio General de Medios. Para quien todavía no lo sepa, es la encuesta que más o menos oficialmente mide las audiencias en radio. En televisión y en medios escritos, existen otras formas, pero en radio no. El EGM es, desde hace años, el índice que utilizan anunciantes y emisoras para establecer las tarifas publicitarias. En esta ocasión la cosa era aún más interesante, sobre todo después del paso de varios periodistas deportivos de la SER hacia la COPE en uno de los trasvases de «estrellas radiofónicas» más importantes y sonadas de los últimos tiempos.
Esta mañana, la Asocación para la Investigación de Medios de Comunicación (AIMC) publicaba la nueva oleada del EGM, correspondiente al periodo entre febrero y noviembre de 2010. Hay varios titulares que podrían aplicarse a la situación que se ha creado. Por una parte la cadena de radio de PRISA ha experimentado un importante descenso de 228 000 oyentes respecto de la anterior encuesta, quedándose en 4 415 000. Pero a pesar de todo y como bien dice la promoción de la SER, es más que la suma de todas las demás radios. Muchos de sus programas han descendido en audiencia. Cabe pensar que ese trasvase de oyentes beneficiaría a la cadena COPE, pero no ha sido así, ya que esta emisora ¡pierde 343 000 adeptos!. Aun así sube hasta la tercera posición tras Onda Cero, que le saca más de 700 000. RNE1 sube en 171 000 nuevos radioyentes pero cae a la cuarta posición por muy poco (unos 20 000 oyentes).
En cuanto al episodio Carrusel Deportivo (SER) versus Tiempo de Juego (COPE), el aumento de la audiencia de este último es claro, duplicando sus oyentes desde la llegada de Pepe Domingo Castaño y compañía hasta un total de 890 000 y 919 000 sábados y domingos respectivamente. Pero claro, esto es un chiste comparado con los 1 567 000 y 1 718 000 del veterano programa deportivo de la cadena SER. Carrusel Deportivo, a pesar de las pérdidas, sigue duplicando prácticamente la audiencia de Tiempo de Juego. Y es que los chicos de Carrusel han sabido coger el testigo y renovar el programa por completo manteniendo la esencia con unos protagonistas que, a priori, podía ser arriesgada (Juanma Ortega, proveniente de Los 40 Principales, y un desconocido para la mayoría Javier Hoyos)… Para quien le interesen los datos concretos, se pueden ver en un magnífico gráfico de LaInformación.com.
No sé por qué, pero tenía la idea de que el veterano programa de vanguardias audiovisuales ‘Metrópolis’ de Televisión Española había desaparecido de la parrilla de la cadena pública hace años. Quizás porque estas emisiones son tan minoritarias que apenas tienen eco en los medios. Ni tampoco en internet. Pues no, ‘Metrópolis’ sigue vivo, y muy vivo. De hecho, en abril se cumplieron 25 años de su primer capítulo. Casi nada. La web de TVE ha recuperado ya varias decenas que programas que pueden verse online y promete ir añadiendo más.
No hace falta decir que la influencia del espacio a la hora de divulgar las nuevas tendencias experimentales en el campo de la cultura ha sido enorme, acercando a cualquiera lo último, lo que se estaba haciendo en cualquier parte del mundo cuando internet aún no existía. La televisión, junto a algunos fanzines muy especializados, era el único medio de conocerlas. Aquel primer espacio emitido el 21 de abril de un ya lejano 1985 estaba dedicado a las vanguardias en Japón.
Pero ‘Metrópolis’ también innovó en las formas, dando un paso adelante en el lenguaje televisivo. Las cabeceras del programa, tanto las que abren los espacios como los reportajes, hoy se consideran un clásico. Las mejores de ellas fueron recopiladas en una emisión especial el 15 de febrero de este mismo año bajo el título de ‘1001 Noches con Metrópolis’. Cualquier técnica era válida para crearlas, desde una inicipiente animación por ordenador hasta las formas más analógicas y tradicionales, pero siempre con el toque original y vanguardista propio del programa. Aquí podéis ver el vídeo (no se puede incrustar).
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