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La bitácora personal de Ricardo Martín
Comentando cosas desde 2004
16 de junio de 2009

Oasis y la calle Berwick

A la mayoría de los lectores Berwick Street (la calle Berwick) no les dirá absolutamente nada. A unos pocos conocedores de la ciudad de Londres les sonará e incluso habrán estado en ella y prácticamente nadie sabrá que esa es la calle que Oasis inmortalizó en la portada y contraportada de su disco ‘(What’s the Story) Morning Glory?’. Las fotografías fueron tomadas por Michael Spencer Jones y el diseño de todo el artwork fue cosa de Brian Cannon. Si observamos atentamente la foto de portada veremos a tres personajes. De espaldas en primer plano está el propio Cannon, a punto de cruzarse con Sean Rowley, un conocido locutor musical de la BBC de Londres, algo así como un Jesús Ordovás a la inglesa. Al fondo, en la acera de la izquierda está otro personaje, Owen Morris, el productor del disco, que sostiene en alto lo que se dice que es la cinta abierta con el máster del disco. Una escenografía que representa el trajín que supuso la grabación y posterior postproducción del que fuera el álbum señero de los de Manchester. Para evitar el tráfico, la sesión fotográfica tuvo lugar sobre las cuatro y media de la madrugada.

Anécdotas aparte, la calle Berwick es una de las principales arterias del Soho londinense y está repleta de tiendas de discos, como puede verse si nos damos un paseo con el Street View de Google Maps. Yo lo he hecho, y la zona donde se tomó la fotografía del disco ha cambiado. Las tiendas ya no son las mismas, pero es perfectamente reconocible. Supongo que Oasis quiso hacer, una vez más, un homenaje a los Beatles y crear un lugar de peregrinaje para fans a imagen y semejanza del paso de peatones de la Abbey Road, frente a los estudios de grabación de EMI en Londres. Personalmente, cada vez que veo la foto del ‘(What’s the Story) Morning Glory?’ me viene a la mente la calle San Torcuato de Zamora antes de que la «semipeatonalizaran», vista a la altura del Havana si miramos hacia la plaza de Alemania… Alguna broma hemos hecho con eso… En fin.


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11 de junio de 2009

El arte del «mashup»

Vivimos en una época donde la información de todo tipo fluye con libertad hasta el exceso. Imágenes, vídeos, sonidos, música, textos… Navegamos por un mar de datos que somos incapaces de digerir y que es ya nuestro ambiente natural. Pareciera que la información, igual que la energía, ni se crea ni se destruye, sino que sólo se transforma en otras cosas. Quizás fue así como surgió el «mashup», que podríamos traducir en castellano como remezcla o más bien como mezcla. El «mashup» es un agregado de varios elementos para crear uno nuevo con nuevas funcionalidades o un nuevo significado. Este concepto se aplica a muchos y muy diversos campos.

Desde el nacimiento de la llamada «web 2.0», el concepto de «mashup» se ha convertido en uno de los más populares. El hecho de que las webs intenten ser cada vez más participativas y abiertas han llevado a publicar sus APIs (para los profanos, la «caja de herramientas» y/o el «manual» para modificar y adaptar el sistema a nuestras necesidades) y a permitir su combinación con otros servicios que proporcionan otras webs. Posiblemente los pioneros del «mashup» de la web son Google. Todas sus aplicaciones y servicios están abiertas a todo aquel que quiera manipularlas para su uso particular. A día de hoy son ya miles los sitios que combinan servicios de terceros para ofrecer a sus visitantes un nuevo servicio híbrido que tal vez de otro modo no podría ser posible. Algunos ejemplos son:

Y así podríamos seguir hasta el infinito… Pero sin duda el aspecto más vistoso de los «mashup» es la mezcla de vídeos o de música. Por internet, especialmente en los sitios de vídeos, encontramos auténticas joyas de la mezcla, algunas de ellas de lo más disparatado, como este donde se recrea la cabecera de McGyver con secuencias de Star Wars:

Y si nos metemos con el tema musical, el filón se hace interminable. He elegido un par de ellos que tienen su gracia. El primero de ellos se titula The Escobars y mezcla un tema de nuestro españolísimo Manolo Escobar con unos raperos:

Por último, ¿Cómo sonarían los Beatles + LCD Soundsystem + The Kinks?. Aquí está la respuesta:

9 de junio de 2009

Scopitone, Cinebox y Color-Sonics

Scopitone, Cinebox o Color-Sonics son palabras que nos suenan más bien poco. Son los nombres de algunos inventos precursores de otros que ahora nos son muy familiares. Se trataba de una especie de jukebox visual que proyectaban en una pantalla videos musicales de los artistas más conocidos de la época. Fueron muy populares en los Estados Unidos durante la década de los sesenta y desaparecieron con la llegada del siguiente decenio. Son, como se suele decir, un producto de su tiempo. Curiosamente, y a pesar de ese éxito al otro lado del Atlántico, tanto el Scopitone como el Cinebox son invenciones europeas.

Los primeros Scopitones, según se cuenta en la web scopitonearchive.com, fueron fabricados en Francia en 1960 y se extendieron por Alemania Occidental y Reino Unido antes de cruzar el charco en 1964. El mecanismo era idéntico al de un jukebox clásico con la diferencia de que contaba con una pantalla más bien pequeña para los canones actuales en la que se retroproyectaba la película en 16 milímetros del videoclip elegido. El Cinebox, siempre siguiendo la misma fuente, fue ideado en Italia en 1959. Puede considerarse, por tanto, como el primer jukebox de películas de la historia. El Cinebox cambió de nombre en 1965 para llamarse Colorama y posteriormente, en 1966, pasó a ser el Cinejukebox. El tercero en discordia fue el Color-Sonics, una creación norteamericana de los estudios cinematográficos Paramount lanzada en 1966. Al contrario que los anteriores, el Color-Sonics utilizaba cartuchos de película de 8 milímetros.

Cualquiera de estos tres fabricantes contaba con un catálogo de videoclips bastante amplio, llegando en algunos casos al millar de títulos. A lo largo y ancho de internet existen unas cuantas webs que se dedican a recopilar, digitalizar y colgar algunos de estos vídeos. La mayoría son de artistas muy conocidos y casi pueden considerarse como un antecesor directo del video musical. Si tenéis curiosidad por ver alguno de estos vídeos podéis buscarlos en YouTube, donde hay bastantes. También en la web Scopitones.com hay unos cuantos. Os aviso de que algunos son un poco frikis y hasta folclóricos. Aquí uno de los ejemplos más bizarros:

Este es el vídeo de ‘Comme Tant d’Autres’ de Françoise Hardy, moderno y con estilo, lejos de los tópicos sesenteros:

6 de junio de 2009

‘Gloria’, de Mando Diao

Hasta ahora tenía algún prejuicio sobre Mando Diao, sin saber muy bien por qué. ¿Por ser suecos y no ingleses? ¿Por ser sospechosamente accesibles y comerciales? No lo sé. El caso es que sus tres anteriores trabajos me parecieron bastante notables, con muchos buenos temas y una facilidad inusitada para la melodía pop (aunque siempre camuflada con guitarras). En febrero publicaron ‘Give Me Fire’ y ha sido ahora cuando lo he escuchado por primera vez. Trece temas bastante buenos, de entre los que destaca ‘Gloria’, en mi opinión la estrella del disco. Además es el segundo sencillo, publicado hace tres semanas, después de ‘Dance with somebody’. De ‘Gloria’ podrían decirse muchas cosas: su influencia del soul-pop de los sesenta con una poderosísima sección rítmica, esa voz tan potente y esos coros… Para mi gusto su mejor tema hasta la fecha. Pero bueno, lo mejor es que escuchéis (y veáis) el videoclip con homenaje a la nouvelle vague incluído:

5 de junio de 2009

Regreso «ochentero» de Mendetz

Han pasado casi tres años desde que Mendetz lanzaran su debut homónimo. Igual que por entonces, la publicación el pasado 4 de mayo de su nuevo trabajo ‘Souvenir’ (Sinammon Records, 2009), ha pasado de puntillas por los medios e incluso yo, que presumo de estar enterado de casi todos los lanzamientos, se me había escapado el sucesor del que fue sin duda uno de mis discos de 2007 (aunque en realidad es de 2006). Los de Barcelona vuelven más evocadores, más «ochenteros», algo más reposados y con un poquito menos de gancho que en lo que fuera su debut.

Yo me imaginaba que iba a ser muy difícil superar aquel disco, y supongo que ellos también. Por eso han cambiado algo el registro musical y han dado un paso más hacia el «ochenterismo» más clásico. En ‘Souvenir’ encontraremos sintetizadores, cajas de ritmos, guitarras eléctricas sampleadas y voces pasadas por el vocoder. En algunos momentos me ha recordado a ‘Discovery’, el fantástico trabajo que Daft Punk publicaron en 2001 y que pudiera ser perfectamente una de las biblias de Mendetz a la hora de hacer este disco. El resultado final es una asombrosa recreación actualizada del synth-pop e incluso rozando el italo-disco y el house de mediados y finales de los ochenta, con guiños impagables, como la estupenda portada que lo dice todo y que resume perfectamente el espíritu del disco, a medio camino entre el homenaje y, por qué no decirlo, también de cierta parodia.

En mi opinión los dos mejores temas son los que abren ‘Souvenir’, ‘Botino’s Beach’ y ‘Flashback’, dos pelotazos que sería una pena que pasaran desapercibidos para el gran público. Tampoco podemos olvidarnos de otros cortes como ‘Wolfdance’. Todos los temas tienen desarrollos bastante largos, pero que en ningún momento se hacen tediosos. A lo largo del minutaje del disco encontramos giros y evoluciones (como ya nos tienen acostumbrados) que no hacen sino agrandar cada canción. En definitiva, un gran disco que sería excelente si no hubiera un precedente llamado ‘Mendetz’ que marcó una época y que muchos tenemos en nuestro estante de discos favoritos.

26 de mayo de 2009

El retorno de Tortoise

El próximo 23 de junio se publicará el nuevo disco de Tortoise, los inventores del post-rock y una de las bandas por las que siento especial debilidad. Han pasado ni más ni menos que cinco años desde que lanzaran el, para mi gusto, irregular ‘It’s Around You’ y consiguieran que por primera y única vez un tema instrumental (‘Crest’) llegara a lo más alto en mi lista de canciones internacionales en 2004. Aunque como he dicho, todavía queda un tiempo para que se publique, yo ya lo he podido escuchar unas cuantas veces ‘Beacons of Antecesorship’, que así es como se llamará este nuevo trabajo. En él vemos que su estilo sigue siendo inconfundible, coqueteando con el math rock, pero siempre desde su particular prisma de visión.

De entre los once temas que componen el disco destaca sobre todos ‘Prepare your coffin’, elegido por los de Chicago como sencillo y del que han hecho hasta un videoclip. Es casi con toda seguridad uno de los cortes más accesibles de toda su carrera, quizás para atrapar a los nuevos adeptos en sus complejos y atractivos planteamientos instrumentales. Aquí está el vídeo:

Aprovechando la coyuntura os dejo otro videoclip, posiblemente uno de mis diez favoritos de todos los tiempos. Es del tema ‘Seneca’, publicado en su disco ‘Standards’ (2001):

17 de mayo de 2009

Desastre en Eurovision

Aunque tenía previsto haber escrito ayer sobre el Festival de Eurovision, al final decidí dejarlo para hoy y comentar tanto la retransmisión como el resultado de la participación de Televisión Española. Como todos sabéis, la infame canción de Soraya ‘La Noche no es Para Mí’ quedó penúltima, por encima del puesto que se merecía. Andorra, Portugal, Grecia y Suiza acudieron a nuestro rescate e impidió que la cosa fuera todavía peor. Pero después comentaré la canción, porque merece un párrafo aparte.

La organización de la gala por parte de la televisión pública rusa fue impecable en las formas. Tanto el grafismo que acompañaba a la presentación de cada país concursante como la rotulación fue imaginativa, moderna y bonita con profusión de tipografías Myriad y coloridas cortinillas. El escenario, como estamos acostumbrados en las últimas ediciones del festival, es impresionante y muy versátil, con partes móviles y paneles LCD por todas partes. Pero claro, cuando las formas eclipsan el fondo es que algo va mal. En un festival de la canción lo principal debería ser la música y, quizás complementariamente, el espectáculo. Lo que vimos anoche fue un espectáculo tan vacío como apabullante. Posiblemente fue la retransmisión eurovisiva más abrumadora y variada que recuerdo. Y también la que menos imaginación y talento ofreció en el escenario.

Ya nos habíamos acostumbrado en años pasados a encontrar alguna canción salvable, algo que rescatar de entre la purpurina y las lentejuelas. Recuerdo a Lordi, ganadores en 2006 para Finlandia y a algún otro valiente. El año pasado con la participación de Rodolfo Chikilicuatre entre otros, fue la edición más friki de la historia y quizás una de las más divertidas. Detrás de todo eso había algún buen tema, como ‘Divine’ de Sébastien Tellier. Y pensar que La Casa Azul pudieron estar ahí… Volviendo a lo que ocurrió anoche, en la fase de votaciones se batió un récord: Noruega, el país ganador, lo hizo con la mayor cantidad de puntos de la historia (387) y con la mayor diferencia sobre el segundo, Islandia (218 puntos). El culpable de llevarse el festival a Noruega es Alexander Rybak, una suerte de Harry Potter sin gafas y con violín, que traía un tema llamado ‘Fairytale’. La canción no puede ser más empalagosa ni contener más tópicos en su letra.

Dicen que en el país de los ciegos, el tuerto es el rey. En comparación con el ‘La Noche no es Para Mí’ de Soraya, el tema de Rybak es puro Mozart. Podría llenar páginas y páginas con adjetivos no precisamente buenos para calificar a esta canción: Sosa, rutinaria, gris, trillada… Pero si hasta el nombre no es original (‘La Noche no es Para Mí’ era un tema de Vídeo, un grupo tecnopop de los ochenta). La melodía parece un «megamix» que recuerda sospechosamente a decenas de temas latinos baratos que hemos oído en discotecas y bares. Es, con toda seguridad, el peor tema que Televisión Española manda a Eurovisión en lo que llevamos de década, que es mucho. Además, la penúltima posición de Soraya duele más que otras veces. Ahora no vale echarle la culpa a las estrategias geopolíticas, porque anoche se inauguró un sistema mixto, donde jurados nacionales de cada país compuesto por profesionales de la industria musical aportan el 50% de las votaciones, mientras que el otro 50% se obtiene del televoto de cada país.

Y ahora ya sólo me queda gritar: ¡Que venga otro Chikilicuatre!



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