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La bitácora personal de Ricardo Martín
Comentando cosas desde 2004
7 de julio de 2008

El orgullo musical de la clase trabajadora

Estos días de vacaciones he escuchado mucho el disco de Martín ‘La Vida en General’, publicado por el sello de Los Planetas El Ejército Rojo. Confieso que ha sido uno de esos trabajos que he dejado aparcado mucho tiempo porque no llegaba a convencerme, hasta que me he puesto en serio con él. Todo después de leer cosas sobre ellos en internet.

‘La Vida en General’ es un disco conceptual pensado desde la particular forma de entender la música y el movimiento pop de sus artífices, Chema y Chilín. Martín se mueve dentro de la militancia mod, pero muy a su manera. Aunque el artwork de su disco y todo su merchandising está repleto de referencias a este movimiento juvenil con ambiente british, union jacks por todas parte, lemas anarquistas, martillos, banderas, pancartas, ruedas dentadas y demás imaginario izquierdista «retro», su música está muy lejos del pop-punk o del rock. Más bien se aproxima a un pop intencionadamente amateur con cajas de ritmos, guitarras punteadas y sobre todo muchos sintetizadores. Casi parece música de juguete. Quizás esa poca concordancia entre continente y contenido fue lo que me hizo aparcarlo. Me esperaba otra cosa.

Pero la verdad es que después de retomarlo no me arrepiento de haberlo hecho. ‘La Vida en General’ no es un disco difícil, pero hay que escucharlo con atención. Como dije, se trata de un álbum conceptual que plantea el dilema de los ideales utópicos de la izquierda contra la realidad del amor y el desamor. La chica encarna la movilización política y el chico la vida contemplativa (según el texto de su página web). Como es de suponer la relación se resquebrajará, sentimental y también ideológicamente.

Tras unas cuantas escuchas, me fijo en que las letras son bastante buenas y que muchos de los temas son notables, llegando a conmover por su sencillez y apartente ingenuidad. Un disco a tener en cuenta.

27 de junio de 2008

La semana musical (y V): Grandes decepciones de 2008

Es pronto aún para hacer un balance de lo bueno y lo malo del año. Pero me parece que al cumplirse los seis primeros meses de la temporada es un buen momento para recopilar algunas de las muchas decepciones que me llevado este año. Se suele decir que cuando algo es muy esperado, siempre decepciona. Hemos tenido muchos retornos excepcionales, pero también otros que se han quedado en humo. Ahí va la lista:

  • ‘Songs in A&E’ de Spiritualized. Jason Pierce y los suyos vuelven a recrearse en las mismas fórmulas que le dieron tan buen resultado en ‘Ladies and Gentlemen we are Floating in Space’ (1997). Pero por supuesto repetir fórmulas y mucho más si lo hacen si la brillantez necesaria, el fiasco está asegurado. Ya pincharon en su día con ‘Amazing Grace’ (2003) y en menor medida con ‘Let It Come Down’ (2001). Una pena.
  • ‘Magic Monsters’ de April March. La norteamericana que quería ser francesa nos entregó varios trabajos memorables, especialmente ‘Triggers’ (2003), que elegí como mi disco favorito internacional del año. Elinor Blake ha ido perdiendo fuelle y cayendo en una sofisticación elegante muy interesante, pero que en ‘Magic Mosters’ suena plano y aburrido. ¡Quién lo diría en los tiempos de ‘Mignonette’!.
  • ‘Cronolánea’ de Lori Meyers. Quizás esta haya sido la mayor decepción de todas. Los de Granada lanzaron esa maravilla llamada ‘Hostal Pimodán’ hace tres años. Su éxito fue inmediato y se convirtieron en uno de los grupos punteros de indie nacional. Al escuchar el excelente primer sencillo de ‘Cronolánea’ ‘Luces de neón’ pensé que los chicos seguirían en forma. Pero la decepción ha sido mayúscula al escuchar todos los temas. Me parece loable su empeño en avanzar, en explorar nuevos terrenos, en dejarse llevar por la psicodelia, pero quizás aún no estén preparados, porque para mi gusto se quedan a medio camino. ‘Cronolánea’ es un disco muy irregular.

La lista podría ser mucho más larga, pero con tres ejemplos es suficiente. En otra ocasión hablaré de los retornos gloriosos, que afortunadamente han sido muchos.

25 de junio de 2008

La semana musical (III): Una de rock sinfónico

De vez en cuando viene bien sacudir el polvo a las viejas canciones, a los clásicos que, aunque no pertenezcan a nuestra generación, también nos han marcado. Hacía años (casi una década) que no escuchaba a The Moody Blues y a Procol Harum. Si no recuerdo mal, la última vez que las oí fue cuando hice mi recopilación de la historia del pop-rock en 12 CDs. Me llevó dos años en unos tiempos en los que internet y las redes de intercambio de ficheros casi ni existían. Todo a golpe de biblioteca, de discos prestados y también de bolsillo.

En el CD dedicado al período 1967-1970 estaban entre otros ‘Nights in White Satin’ de The Moody Blues, un tema muy famoso que se ha utilizado de banda sonora en películas, en anuncios de televisión y en recopilatorios de música «romántica», uno de ellos llevaba precisamente el título de ‘Noches de Blanco Satén’ en alusión a este tema. The Moody Blues se formaron en Birmingham en 1964 con la intención de convertirse en una banda británica más a rebufo de los Beatles, tocando temas norteamericanos sin mayores pretensiones.

Pero en 1967 se cruzó en su vida la Decca, el sello discográfico de los Rolling Stones, con la idea que una banda de rock grabara un disco de música clásica junto con la London Festival Ochestra. En principio se optó por Dvořák y la ‘Sinfonía del Nuevo Mundo’. A The Moody Blues le pareció buena idea. Aceptarían sólo si en vez de usar una sinfonía clásica se les dejara grabar sus propios temas con arreglos orquestales. No olvidemos que hasta la fecha muy pocos grupos pop-rock habían grabado con orquestas clásicas y siempre habían sido temas puntuales.

Fue así como nació ‘Days of Future Passed’ (1967) y con él un nuevo subgénero, el rock sinfónico, un término que se degradaría a lo largo de los años setenta hasta convertirse en un insulto con la llegada de la new wave. El disco es notable, pero cometieron el error de incluir en él un tema tan sobresaliente que eclipsó por completo el resto del contenido. Si tenéis oportunidad escuchad la versión larga de ‘Nights in White Satin’ de casi ocho minutos, aunque la del sencillo, de cuatro minutos y medio tampoco está nada mal:

La otra banda es Procol Harum, un grupo formado en Londres en 1967 y casi «hermano» de The Moody Blues. Fueron los dos arietes que levantaron el género del rock sinfónico desde el sello de ambos, Deram Records. Procol Harum también tuvieron su éxito incontestable con ‘A Whiter Shade of Pale’ y su ya legendaria melodía de órgano Hammond, muchas veces copiada después. El extraño título casi intraducible y la críptica letra del tema es una velada referencia al romanticismo literario del siglo XIX:

Y como «bonus» no previsto voy a hablar de Barry Ryan. A Ryan podemos encajarlo también dentro de estos «pioneros sinfónicos». En 1968, el de Leeds obtuvo sus mayores éxitos con temas compuestos por su hermano Paul, el cerebro pensante, siempre en un discreto segundo plano por problemas médicos. El principal legado que nos deja el tándem de los hermanos Ryan es ‘Eloise’ (aquí se conoce por la apoteósica versión que hizo Tino Casal en 1988):

24 de junio de 2008

La semana musical (II): Hidrogenesse no son de este mundo

Carlos Ballesteros y Genís Segarra (también el cincuenta por ciento de Astrud) son el dúo barcelonés Hidrogenesse, posiblemente una de las bandas más estrafalarias y a la vez inteligentes del panorama del pop nacional. Comenzaron su andadura allá por el año 1997. Desde entonces han venido puliendo disco a disco su peculiar forma de entender la música. Clasificarlos es imposible, porque Hidrogenesse son el post todo, están de vuelta de todo y se ríen de todo… Pero todo ello con mucho criterio y con un talento para letras y música que ya quisieran otros muchos que van de serios.

Yo reconozco que no los he seguido mucho. Había escuchado algunos temas sueltos como el romántico ‘Échame un kiki amor’ incluido en un recopilatorio que venía con la revista Factory hace ya bastantes años o el genial ‘Disfraz de tigre’, pero nada más. Ha sido hace poco, con la publicación de ‘Bestiola’ (Austrohúngaro, 2008), una especie de cara B gigante con versiones y descartes de ‘Animalitos’ (2007), su cumbre artística hasta la fecha. Pero antes ya habían publicado ‘Gimnàstica Passiva’ (2002), que fue su debut en largo, y más atrás dos EPs, ‘Así se Baila el Siglo XX’ (2000) y ‘Eres PC, Eres Mac’ (2001).

Nunca me gustaron los grupos «graciosetes», pero el caso de Hidrogenesse poco tiene que ver con este calificativo. Se les podría aplicar otros miles de ellos: estrambóticos, psicodélicos, iconoclastas, rompedores, locos, drogados, etc, etc… A mi me recuerdan a la faceta más bizarra de la movida, a bandas como Kaka de Lux o Derribos Arias.

El vídeo de ‘Disfraz de tigre’ (por cierto, como sospechaba, los fragmentos de película que aparecen como fondo son de la película ‘La Ley del Más Fuerte’ de Fassbinder):

23 de junio de 2008

La semana musical (I): El triunfo nada fácil de Duffy

NOTA: He tenido la idea de última hora de dedicar esta semana, o por lo menos parte de ella a escribir sólo sobre asuntos musicales. Espero que los que no os interesan mis gustos o no os interesa la música no os aburráis 🙂

Es bastante complicado hoy día poner de acuerdo crítica, ventas y radiofórmulas. Y mucho menos en España, donde la cultura de la música pop es casi inexistente. Por eso siempre es reconfortante encontrar sonando en los 40 Principales o en otras emisoras «comerciales» el sencillo ‘Mercy’ de la galesa Duffy. Supe por primera vez de ella en marzo, en un anuncio en la Rockdelux de ese mes. Decidí echarle un oído y me gustó. Si recordáis la incorporé en el post sobre mi particular banda sonora Cáceres-Zamora y elegía su primer sencillo ‘Rockferry’ para ilustrarlo. Hasta la Cadena SER utilizó el magnífico ‘Distant dreamer’ como fondo musical para su autopromoción de las audiencias del EGM

2008 se está revelando como el de la renovación del soul con sabor clásico (desafortunadamente llamado por algunos «neo soul»), con nuevas y jóvenes divas que escriben sus propios temas como Amy Winehouse o la propia Duffy y que despiertan halagos en las críticas. Al contrario que la Winehouse, Duffy tiene en la sencillez y la discrección algunas de sus principales virtudes. Su álbum de debut ‘Rockferry’ cuenta con la producción del ex-Suede Bernard Butler y ya es sin duda una de las sorpresas del 2008. O por lo menos es uno de mis discos favoritos de la temporada.

En definitiva, Duffy es quizás el último ejemplo de que si se quiere (o más bien si se ficha por una multi como Universal) pueden aunarse las buenas canciones con la comercialidad, y además sonar en todas las radios del país.

16 de junio de 2008

‘Can’t Go Back’

Sí, Primal Scream vuelven. Lo harán el 14 de julio con el primer sencillo de ‘Beautiful Future’ llamado ‘Can’t Go Back’. Buenísimo. Para mi gusto de lo mejor que han hecho desde los tiempos del ‘Xtrmntr’. Juzguen ustedes mismos:

Primal Scream – Can’t Go Back

11 de junio de 2008

The Silver Apples

Hasta hace no mucho tiempo pensaba que Kraftwerk eran los primeros en mezclar electrónica y música popular. Eso era hasta que descubrí a los Silver Apples. Inexplicablemente, y aunque había oído hablar de ellos, nunca me había puesto a escuchar ninguno de sus discos. El descubrimiento ha sido muy revelador, más que por lo musical, por el valor que tienen como pioneros. Se puede decir que The Silver Apples abrieron una nueva puerta que muchos otros cruzaron después.

Para hablar de los orígenes de la banda tenemos que remontarnos hasta finales de los años sesenta. La psicodelia, las drogas, la expansión mental, la sensación de entrar en una nueva etapa de la humanidad y el creciente poder cultural de los movimientos juveniles estaba en su momento álgido. Los Beatles habían sorprendido al mundo con experimentos como ‘Revolution 9’, incluido en el álbum blanco de 1968. En este tema explotaron las técnicas de «copiar y pegar» loops, sonidos repetitivos y distorsiones que se atisbaban en el vanguardista y asombroso tema ‘Tomorrow never knows’ incluido en ‘Revolver’ (1966). Esa sería en definitiva la filosofía de muchas otras bandas que vinieron después. Una de las que siguió esta senda y la llevó hasta sus últimas consecuencias fue The Silver Apples.

El grupo se formó en la misma Nueva York de 1967 que vio nacer a The Velvet Underground. Danny Taylor (percusión) y Simeon (todo lo demás) no eran, desde luego una banda al uso. Su fama de excéntricos y su absoluto caracter experimental hizo que no fueran muy apreciados en su tiempo. El alma era sin duda Simeon, un personaje muy especial que había creado un instrumento electrónico, llamado como él mismo, que sería la marca de la casa durante su breve historia artística. Consistía en un extraño artefacto compuesto por osciladores de sonido y ochenta y seis conmutadores manuales que producían los sonidos electrónicos más sorprendentes escuchados hasta el momento. El mecanismo era accionado con las manos, los pies e incluso con los codos y las rodillas. Salvando la distancias, podría considerarse el simeon como un primitivo sintetizador.

Sólo grabaron dos trabajos, su debut ‘Silver Apples’ (1968) y ‘Contact’ (1969), pero quizás sea la banda que, siendo más desconocida, ha influido a más artistas en todas las décadas siguientes. En los setenta al movimiento del krautrock alemán e indirectamente al embrión de lo que sería después Kraftwerk, en los últimos setenta y primeros ochenta a bandas como Joy Division y sus herederos, y en los noventa al indie de factura electrónica (Stereolab o Broadcast, por citar los ejemplos más «luminosos»). En la actual década son citados por Portishead como una influencia decisiva en su reciente trabajo ‘Third’ (2008).



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