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La bitácora personal de Ricardo Martín
Comentando cosas desde 2004
28 de junio de 2007

‘Tasankokaiku’, el debut de Shogun Kunitoki

La portada del disco

Últimamente estoy un poco desconectado del mundo del post-rock, post-pop o post lo que sea y de la música instrumental experimental. Sinceramente hubo un momento en que me cansé, porque lo que llegaba a mis oídos no conseguía interesarme. De vez en cuando surgía una excepción. Ahora mismo me vienen a la memoria los recientes discos de Explosions in the Sky o de Schwarz. Lo último que he escuchado es ‘Tasankokaiku’ (2006), el disco de debut de los finlandeses Shogun Kunitoki.

‘Tasankokaiku’ es un recorrido por una música instrumental que sigue la estela de bandas como Stereolab, Boards of Canada o Broadcast. Es decir, instrumentación de corte retro-electrónico con abundancia de teclados, sonidos «marcianos» y sección rítmica analógica. Sí, su sonido puede calificarse como «retro» pero siempre mirando hacia adelante, proponiendo un nuevo lenguaje. Lejos de ser un sonido árido y difícil, todo el conjunto consigue una calidez inesperada partiendo de esta materia prima. El resultado es música hipnótica, repleta de espirales sónicas y minimalismo.

A pesar de que Shogun Kunitoki publicaron su primer álbum el año pasado, no son precisamente una banda nueva. Comenzaron su andadura a finales de los noventa como un grupo puramente experimental, componiendo su música utilizando varios ordenadores Commodore 64. Tuvieron que abanonar este peculiar método cuando un fallo eléctrico acabó con todo su equipo. Fue entonces cuando decidieron dar un giro a su carrera y cambiar su sonido hacia algo más orgánico y menos frío que el sonido electrónico puro y duro.

9 de junio de 2007

Los Manics vuelven a estar en forma

Los Manic Street Preachers con Nina Persson

La carrera de la banda galesa Manic Street Preachers es accidentada y repleta de altibajos. A pesar de estas irregularidades me parecen uno de los grupos más admirables del panorama internacional y también uno de mis favoritos. Esto no significa que no se les pueda críticar, a veces con razón, de mantener una pose política un tanto falsa. Comprometidos desde el principio con las posturas izquierdistas, siempre han incluido en sus letras proclamas, unas veces con más fortuna que otras. Quizás según avanzan los años esta postura sea más una pose que una realidad.

El primer disco que escuché de los Manics fue ‘Everything Must Go’ (Sony-BMG, 1996). Por entonces ya habían publicado tres trabajos ‘Generation Terrorists’ (1992), ‘Gold Against The Soul’ (1993) y ‘The Holy Bible’ (1994), con el que obtuvieron el reconocimiento de la crítica especializada. Pero en ‘Everything Must Go’ dieron un giro a su estilo. Su principal mérito fue combinar magistralmente las guitarras poderosas junto con una sección de viento que formaba un muro de sonido impenetrable que daba un toque épico a la vez que una combatividad creíble. Las melodías y las letras son de lo mejor y así fue reconocido por el público. Sin duda es uno de los mejores discos de los noventa. ‘A Design for Life’, ‘Australia’ o la titular fueron temas imprescindibles de esta época. Y los que no los conocían todavía los conocieron con ‘This is My Truth, Tell me Yours’ (1998), el álbum quizás más célebre de los de Gales. Sus canciones fueron utilizados para spots publicitarios hasta la saciedad e incluso Televisión Española lo usó en una de sus promociones (concretamente ‘Tsunami’). Otros cortes memorables fueron la emotiva ‘If You Tolerate This Your Children Will Be Next’, sobre la tolerancia frente al avance de la ultraderecha y basado en un cartel español de propaganda republicana, ‘You Stole the Sun From My Heart’ o ‘The Everlasting’.

Pero tras la cima llego la lenta (o no tan lenta) caída de la banda. En 2001 llegó el flojo ‘Know Your Enemy’ con algún tema destacable como ‘So Why So Sad’, pero en general olvidable. Tres años después ‘Lifeblood’ (2004) nos hizo perder la fe en la banda. Apenas le presté atención. Sólo ‘The love of Richard Nixon’ merecía algo de interés.

Hace tan sólo unos pocos días se publicó ‘Send Away the Tigers’. Reconozco que me acerqué a este disco con bastante escepticismo. No esperaba gran cosa, pero he aquí que me encuentro con un buen disco. Un resurgimiento que bebe de las mismas fuentes que los mejores álbumes de la banda que puede reconocerse claramente en cada uno de los temas. Buenas melodías (mejor que las letras) como en los buenos tiempos. El primer sencillo es ‘Your Love Alone Is Not Enough’ en el que colabora Nina Persson de los Cardigans, poniendo el contrapunto delicado a un tema contundente.

1 de junio de 2007

40 años de ‘Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band’

La famosísima portada de Sgt. Peppers

He estado revisando los DVD de la ‘Beatles Anthology’. Hay una parte en el 6º DVD en la que John Lennon llega en un mini negro a los estudios Abbey Road de Londres. Un periodista apostado a la puerta le pregunta que si los Beatles se separarían en 1967. La misma pregunta se la hicieron a Ringo, a George Harrison y la Paul McCartney. Durante meses, la banda de Liverpool estaba muda. No había noticias sobre ellos. Pero, lejos de tomar carreras en solitario, los Beatles estaban preparando ya lo que sería su nuevo álbum. Un trabajo revolucionario en la historia del grupo y también en la de la música pop.

Primero llegaría un sencillo, quizás uno de los mejores publicados hasta la fecha. Ni más ni menos que ‘Strawberry Fields Forever’ (con un videoclip que es pura vanguardia incluso hoy) y ‘Penny Lane’ como cara B. Todos coinciden en que se trató de un avance de lo que posteriormente sería ‘Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band’. La idea de crear una banda imaginaria, alter ego de los Beatles, fue idea de McCartney tras un viaje a América. En realidad era una parodia de los largos nombres con que las bandas del hippismo norteamericano se bautizaban.

El álbum finalmente se publicó un 1 de junio de 1967 y se concebía como una sucesión de shows en falso directo, con un presentador que introducía a los artistas (Sgt. Pepper o Billy Sears), aunque la idea se quedó a medias. Tras los primeros temas, el resto se desarrolló como un disco «normal». Se tuvo total libertad de experimentación y cualquier idea para obtener un sonido que nunca se hubiera escuchado antes era bien recibida.

La portada no fue menos rompedora. Si famosa es la música, casi lo es más el diseño en sí mismo, con un collage de personajes famosos junto a la banda del Sargento Pimienta que, por supuesto, eran los Beatles con estrafalarios uniformes inspirados en los del Ejército de Salvación británico. En el aspecto formal fue la primera vez que en un disco pop se unían los temas y también el primero en el que se incluían las letras. Según se cuenta (yo no lo he comprobado) en las primeras ediciones, al final de la cara B el surco del vinilo entraba en un bucle de forma que no terminaba nunca, repitiendo una y otra vez una serie de sonidos, entre ellos un ultrasonido sólo audible para los perros.

Excentricidades aparte, ‘Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band’ nos ha dejado algunos de los mejores y más innovadores temas de la banda como ‘With a little help from my friends’, ‘Lucy in the sky with diamonds’ (y todo el asunto del LSD) o ‘A day in the life’ (mi favorita del disco).

El videoclip de ‘A day in the life’:

Pequeño reportaje en inglés sobre la portada del ‘Sgt. Pepper’s’:

23 de mayo de 2007

‘El Shock de Leia’, lo nuevo (y de lo mejor) de Lagartija Nick

La portada de El Shock de Leia

La banda granadina Lagartija Nick son, gusten o no, un referente de lo que debe ser un grupo de música pop-rock. La mente inquieta de Antonio Arias ha tenido claro el camino que en cada momento ha querido seguir. Y lo ha conseguido. Partieron en 1990 con un punk-rock de tintes postmodernos y apocalípticos (magnífico su tema de 1992 ‘Nuevo Harlem’) para pasar al rock con ‘Su’ (1995), un gran disco. La colaboración con el cantaor Enrique Morente hizo que la banda diera un giro completo para dar una visión del flamenco nunca vista antes. ‘Omega’ (1996) es posiblemente uno de los mejores discos de la historia de la música popular española. En una búsqueda de su propia identidad y de sus raíces dieron con Val del Omar, un desconocido artista pre-multimedia granadino al que dedicaron su trabajo ‘Val del Omar’ (1998), repleto de letras crípticas (adaptaciones de poemas del propio Val del Omar) y sonidos electrónicos. Después de estos apabullantes discos llegaron, para mi gusto, a un momento valle, en la carrera de la banda. Sus siguientes tres discos me parecen olvidables, sobre todo para una banda del nivel de Lagartija Nick.

Pero los de Granada nunca dejan de sorprender. Hace unas pocas semanas me encuentro con que ‘El Shock de Leia’ (2007) es su nuevo disco, publicado el 14 de mayo. Detrás de este título homenaje a ‘Star Wars’ se esconde un álbum luminoso, repleto de melodías y canciones de dos o tres minutos que rozan a veces el pop clásico (el primer sencillo ‘Carmen Celeste’ es prueba de ello). La lucidez recobrada de Antonio Arias se nota en cada uno de los temas, en cada una de las letras, que recuerdan a los mejores cortes de ‘Su’ (de hecho ‘El signo de los tiempos’ es un tema compuesto en aquella época). Lagartija Nick vuelven a emocionar y a entusiasmar como si se tratara de su primer disco.

19 de mayo de 2007

El perverso Serge y la inocente France

El músico Serge Gainsbourg ha pasado a la historia casi como un sátiro pervertidor de niñas inocentes. Entre sus «garras» cayeron jovencitas como Jane Birkin o France Gall. Con la primera mantuvo un tórrido romance, tanto en su vida privada como en las canciones que él compuso para cantarlas a duo con ella. Todos recordamos su punto culminante con ‘Je t’aime moi non plus’.

Gainsbourg escribió temas para la gloria francesa de la canción juvenil France Gall. Algunos con un éxito apabullante, como ‘Poupée de cire, poupée de son’, ganadora del festival de Eurovisión en 1965, ‘Attends ou va-t’en’, ‘Laisse tomber les filles’ o la polémica ‘Les sucettes’, literalmente traducida como ‘Los pirulís’ sobre una chica a la que le gustan estos «caramelos». Ya os podéis imaginar por donde van los derroteros.

Tal y como se cuenta en un artículo del blog ‘El Predicador Malvado’, sucette es la palabra francesa para las golosinas de palo al estilo de los pirulís castizos. Se cuenta una anécdota según la cual este tema de Gainsbourg de 1966 está pensado para darle un doble sentido. Según parece la inocente de France Gall no se dio cuenta de la jugada. El asunto se puso en evidencia en una entrevista de ambos.

Traducción:

Gainsbourg (intentando reprimir una sonrisa malvada): Bueno… explíqueme el texto de ‘Les sucettes’.
France (con un tono algo escolar): Es una niña… que le gustan mucho los pirulís… que los compra en la tienda por pocos céntimos… (sonrisa buscando la aprobación) ¿eh? y, bueno… eso es todo ¿no?
(silencio tenso, France Gall parece preguntarse «¿me habré equivocado?»)
Gainsbourg : De acuerdo.
(sonrisa de alivio de France)
Gainsbourg: No es todo.

Estos comentarios provocaron el cabreo de France y el consiguiente regocijo malicioso de Gainsbourg.

15 de mayo de 2007

Papercuts, la California folk en estado puro

La portada del último disco de Papercuts

La verdad es que buscando información sobre los californianos Papercuts no he encontrado gran cosa. No tienen web oficial. Sólo he podido entresacar algunos datos de su página en MySpace y del sello de San Francisco Gnomonsong Recordings que publica sus discos. El primero de ellos fue ‘Mockingbird’ (2004) y parece ser que obtuvo muy buenas críticas entre la prensa musical británica. Su segundo trabajo ‘Can’t Go Back’ fue publicado originalmente en abril del año pasado. A pesar de esto y como los caminos de la distribución de los sellos independientes son inexcrutables, no ha llegado al gran público hasta hace poquito tiempo.

El avance de ‘Can’t Go Back’ era la excepcional ‘John Brown’, un adelanto que hacía presagiar un, al menos, buen disco. Hace sólo unos pocos días que lo llevo escuchando, tiempo suficiente para apreciar su calidad. Su música cabalga entre el folk y el pop, los sonidos que mezclaron los Byrds por primera vez hace cuarenta años. Quizás no sean el grupo más original del mundo, pero no defraudan al oyente que busca melodías equilibradas y variada ornamentación instrumental (hablar de los Beach Boys o de The Mama’s and the Papa’s sería caer en los tópicos).

En definitiva, un agradable descubrimiento como lo fueron en su día otras bandas «discretas» como The Essex Green.

11 de mayo de 2007

Dando una vuelta por el WOMAD

Una foto del WOMAD sacada esta tarde

Cáceres tiene posiblemente uno de los festivales de música del mundo más importantes de Europa. Desde su primera edición en 1992, por el WOMAD han pasado personalidades tan importantes como Peter Gabriel o Bob Geldorf. Este año el cartel es un poco más discreto. Mi principal interés era escuchar el sitar de Sheema Mukherjee, que ha participado en giras junto a Cornershop, pero al comprobar que su actuación sería en el Gran Teatro (de pago) cambié de opinión y me tuve que conformar con dar una vuelta.

Los tres escenarios al aire libre están repartidos por toda la ciudad monumental y por lo que he visto, repleto de gente de todo pelaje a cualquier hora del día. Las litronas y las rastas convivían sin complejos con las terrazas y los polos de Lacoste. Y es que el WOMAD es un festival para todos, incluídos los paisanos más mayores que se paseaban por la ciudad con un programa de la mano. Una de las zonas más nutridas de público cuando no hay actuaciones son los varios mercadillos (uno en la Plaza Mayor y otro en el paseo de Cánovas). Mercadillos auténticos con todo tipo de productos ecológicos, artesanía y ropa.

Han sido cuatro días en los que en toda la ciudad se ha notado la fuerte presencia de turistas, curiosos y extranjeros. Un acontecimiento que ha dado colorido y vitalidad a una ciudad pequeña como Cáceres donde casi nunca ocurre nada.



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