18 de mayo de 2006
En los momentos en los que estoy escribiendo este artículo se están celebrando las semi-finales de la edición 2006 del Festival de la Canción de Eurovisión, que este año tiene lugar en Atenas. Treinta y siete son los países que participan este año. Mi intención inicial era hacer una especie de ‘quiniela’ con mis canciones favoritas, pero no tengo mucho tiempo para escucharlas todas y seleccionarlas, así que para hacerlo mal, prefiero no hacerlo. De las semi-finales saldrán los países que disputarán el sábado la gran final.
Como siempre, o mejor dicho, como los últimos quince años, Eurovisión es el escaparate de lo kisch y lo estravagante. Esto se está comenzando a notar en el tono de los participantes. Cada vez más países utilizan el humor o la puesta en escena como forma de llamar la atención del público europeo que vota, en detrimento de la calidad musical. Como espectáculo, el festival gana, pero musicalmente y salvo excepciones, hace años que está muerto.
Las votaciones de los telespectadores es, a priori un método justo, pero en la práctica se ha demostrado que importa más la geopolítica que la música. Buena prueba de ello son las votaciones entre países vecinos o afines (no se me olvidan los 12 puntos que dió Andorra a España en uno de los últimos festivales). Pero bueno, si lo que se busca es espectáculo, aquí está el espectáculo. Mejor dicho, el sábado por la tarde en La Primera de TVE.
15 de mayo de 2006
Vamos de aniversario en aniversario. Recordando me he dado cuenta de que este mes de mayo se cumplen diez años de fidelidad a rockdelux, la revista que a mi juicio es más interesante en cuanto a música se refiere. Aquel mes de mayo de 1996 la abrí por primera vez y también se abrió para mi un nuevo mundo hasta el momento sólo intuído en mis escuchas de Radio 3. Y desde entonces, mes a mes he acudido al kiosco para comprar religiosamente cada ejemplar de la revista.
Su línea ecléctica y sin hacer ascos al mainstream (han pasado Oasis, Mónica Naranjo, Madonna o REM) , pero sin olvidar lo más minoritario y radical, su afán didáctico y su redacción clara consiguieron engancharme.
Aquel lejano número 130 incluía artículos sobre Tortoise, que por entonces era lo último (y casi hoy lo sigue siendo) o Ocean Colour Scene, una de las revelaciones de aquel año con ‘The Riverboat Song’ (segunda mejor canción internacional de aquel año en mis listas). En portada posaban Rage Against the Machine, una banda que no era demasiado de mi gusto, pero que marcó una época.
Han sido hasta ahora 110 revistas que guardo cuidadosamente ordenadas por años y perfectamente apiladas esperando a clasificarlas y poder hacerlas «consultables».
14 de mayo de 2006

The Organ son una banda canadiense que acaban de conseguir distribuir su disco fuera de su país a través del sello Too Pure Records. Por este motivo ha llegado a mis oídos el primer y único trabajo de la banda, publicado originalmente en 2004. Y de entre la cantidad de discos que escucho a lo largo de la semana, ‘Grab that Gun’ me ha gustado mucho y me ha llamado la atención. Por sus temas generalmente cortos, por el tono crepuscular y neoromántico de la instrumentación, que nos recuerdan a The Cure, The Smiths, Joy Division o New Order, y sobre todo por la voz melancólica de Katie Sketch, que parece la versión femenina de Morrisey.
Tal vez estas cinco chicas de Toronto quisieran haber vivido a principios de los ochenta en una ciudad brumosa del Reino Unido, pero a juzgar por su sonido, tampoco desentonan en el panorama del pop y del rock de hoy día. Ojalá que con la distribución a gran escala que se espera, The Organ lleguen a un público más amplio, porque merecen la pena.
12 de mayo de 2006

La banda escocesa Camera Obscura publicarán (en exclusiva por el sello español Elefant Records) su nuevo disco el 5 de junio. Lo han titulado ‘Let’s Get Out of this Country’ y he tenido la suerte de poder escucharlo ya. Me he encontrado con un gran disco, con canciones más complejas y más alejadas de sus maestros y mentores, los también escoceses Belle & Sebastian. Es con este disco con el que consiguen afianzar un estilo propio, algo muy visible ya en el sencillo de adelanto ‘Lloyd, I’m Ready to be Heartbroken’ (Elefant Records, 2006) publicado el 8 de mayo.
Profundizan en sus puntos fuertes, su humor amargo, sus melodías frescas y se potencia la voz de Tracyann Campbell, que suena mejor que nunca y que para mi es una de las mejores voces del pop independiente actual.
Precisamente ayer vi el videoclip de este sencillo, una fantasía colorista, retro e intencionadamente hortera en el que una pareja baila entre decorados que parecen una tienda de Ikea.
7 de mayo de 2006
Las bandas «indies» norteamericanas hace tiempo que están ganando terreno en mis gustos particulares en detrimento de las británicas. La balanza se está inclinando hacia el otro lado del charco. Decepciones como la de Arctic Monkeys, una banda que está bien, pero quizás no sea lo que estoy buscando, son responsables de esto. Desde que descubrí a Mercury Rev, a The Flaming Lips o a The Polyphonic Spree (por poner algunos ejemplos) siempre estoy atento al pop que se hace en norteamérica. De hecho el año pasado triunfaron en mi lista internacional los canadienses The Arcade Fire.
Y este año la primera gran sorpresa que llega del otro lado son Band of Horses, un nuevo grupo nacido de las cenizas de Carissa’s Weird, y que me ha enganchado con su estilo cercano al clasicismo sin renunciar a las guitarras fuertes y con una voz emotiva que recuerda un poco al vocalista de Mercury Rev o incluso al Sting de su etapa en Police. Pero qué sería de esta banda sin sus melodías bien rematadas e imprevisibles y siempre brillantes. El ejemplo perfecto es la culminación de su primer disco ‘Everything All the Time’ (Sub Pop, 2006), un tema llamado ‘Wicked Gil’, que ya es firme favorito para encabezar mi lista de canciones internacionales.
Un punto a su favor es que han colgado en internet varias de sus canciones para que cualquier pueda descargárselas gratuita y legalmente. Todo un detalle.
22 de abril de 2006
Brasil era en los años sesenta un país en expansión a pesar de la pobreza y de las continuas dictaduras militares que la asolaron hasta los años ochenta. Fue en este contexto donde dos hermanos de Sao Paulo llamados Arnaldo Baptista y Sérgio Dias se unieron a Rita Lee (la vocalista) para formar una de las bandas más sorprendentes de la ya de por sí innovadora década de los sesenta. Corría 1966 cuando Os Mutantes comenzaban su carrera y en sus cabezas bullían mezclados los estilos tropicales clásicos de su país con el pop, el rock y la psicodelia que ya comenzaba a despuntar. Consiguieron que todo esto unido con maestría sonara bien, sonara nuevo y sonara original.
Entre 1968, fecha de publicación de ‘Os Mutantes‘ (Polydor), su primer disco, hasta 1972 en que publicaron el último, el grupo sufrió una evolución acorde con los tiempos, pero siempre sin abandonar sus delirantes ideas y sus ganas de experimentar con nuevos sonidos. Os Mutantes fueron los miembros más gamberros de lo que se ha llamado movimiento ‘tropicalia‘, una mezcla de bossa nova, pop y folk y símbolo de sofisticación en los sesenta y setenta.
La influencia que Os Mutantes han tenido en los músicos es evidente sobre todo desde la década de los noventa, cuando son rescatados del olvido al ser reivindicados por personajes como Kurt Cobain, Beck o David Byrne. Desde luego, son una banda bastante exótica, no sólo por su procedencia, sino también por su concepción de la música. Y por supuesto, totalmente reivindicables.
18 de abril de 2006
El otro día tuve noticia de que Nacho Vegas se pasará por Zamora dando un concierto en la sala Berlín. Será el día 12 de mayo, según informan las webs del propio Nacho y la de la sala Berlín. Sin duda será un gran evento, quizás el concierto más interesante que pase por Zamora en este año.
La cosa no es para menos. Nacho Vegas ha sido número uno en mi lista de discos nacionales de 2003 con el excepcional álbum doble ‘Cajas de Música Difíciles de Parar’ (Limbo Starr, 2003). También encabezó mi lista de las mejores canciones nacionales del año pasado con ‘El Hombre que Casi Conoció a Michi Panero’.
Quien acuda podrá disfrutar con la música y las letras inteligentes e imaginativas de este gijonés. Los chicos de la sala Berlín se apuntan un tanto.