22 de febrero de 2008
Hace ya más de un año y medio, cuando Fidel Castro anunció la delegación del poder en su hermano Raúl, hice una reflexión sobre la que por entonces parecía inminente transición cubana. Después de que conociéramos el otro día que Fidel renunciaba a la Jefatura del Estado, el tema vuelve a estar de actualidad. Y es que todos los movimientos políticos que vienen de nuestra ex-colonia generan miles de artículos de los analistas internacionales más sesudos. Posiblemente muchos se equivoquen.
Buena parte del futuro de Cuba depende de Estados Unidos y de España. Y como todos sabemos este año electoral es clave en ambos países de máxima influencia cultural, económica y política en la isla. Probablemente el resultado de las urnas en marzo y noviembre sea capital para las negociaciones hacia la instauración de una democracia. Si obtiene el triunfo Zapatero y Obama estoy seguro de que se tenderán nuevos puentes y las cosas serán mucho más fáciles. Probablemente Obama se reunirá con Raúl Castro para tratar el tema y aflojará las sanciones económicas que asfixian al pueblo cubano. Por parte de España se estrechará la colaboración para asesorar a un futuro comité de transición que lleve a cabo las reformas necesarias y que asegure un cambio sin traumas.
Este es sólo el escenario más favorable. Si gana Hillary Clinton el asunto será distinto. Ya ha dicho que no se reunirá con ningún dirigente cubano, lo cual no supone un buen comienzo para ayudar a cambiar. Y en España ocurrirá tres cuartos de lo mismo. Rajoy y el Partido Popular no son demasiado bien vistos por el régimen de la isla.
Pero como digo todo son especulaciones, y ni siquiera sabemos si Raúl Castro seguirá mucho tiempo en el poder o delegará en la Asamblea Popular la elección de un nuevo mandatario. El tiempo nos despejará las dudas.
20 de febrero de 2008
Al menos de momento la batalla de los formatos de la alta definición ha dejado un cadáver en el camino. Era previsible y yo desde siempre creí que el Blu-Ray ganaría al HD-DVD, no por cuestiones técnicas (los dos formatos son muy parecidos), sino comerciales. En los últimos meses, el HD-DVD iba perdiendo apoyos poco a poco hasta esta misma semana. Toshiba anunció que abandonaba el formato por el que había apostado hasta ahora. El camino queda libre para el Blu-Ray, al menos aparentemente.
Y digo aparentemente no porque el HD-DVD vaya a resucitar, sino porque el mundo de la tecnología audiovisual es cada vez menos «material». Los soportes físicos parecen estar en retroceso. En tiempos pasados existió cierta afición por coleccionar películas en VHS o en DVD, pero nunca pudo compararse con el fetichismo de vinilos y CDs. El cine no es la música y aunque a mí me gusta tener películas originales, reconozco que pocas veces vuelvo a ver una película o si vuelvo a ver una casi siempre es la misma. Supongo que la industria se ha dado cuenta de esto y aparatos como el Apple TV o los discos duros multimedia están sustituyendo a los reproductores tradicionales.
Con esta nueva transición audiovisual quizás ya no tengamos reproductores Blu-Ray como tal sino sistemas de almacenamiento. Aunque sólo sea por cuestiones económicas. Un reproductor Blu-Ray de gama media aún es bastante caro y muy poco versátil. Por la mitad de lo que cuesta uno podemos comprar un disco duro multimedia en el que podemos reproducir vídeos en cualquier formato, fotografías y almacenar otro tipo de datos. ¿Asistiremos al fin del formato físico con la alta definición? Comprobarlo sólo es cuestión de tiempo… Y a los que compraron un reproductor HD-DVD que lo guarden. Puede que dentro de veinte años sea una rareza pagada a precio de oro.
19 de febrero de 2008
Ahora que estamos a punto de entrar en campaña electoral, los medios nos bombardean con encuestas casi diarias. La encuesta vende, sobre todo en unos comicios que se presentan bastante más emocionantes que en otras ocasiones. De todo este maremágnum de datos hay una (bueno hay muchas) cosa que me llama la atención. Si bien hasta hace unos pocos meses la diferencia porcentual entre PP y PSOE era cómoda para los socialistas, de un tiempo hacia acá las cosas se han ajustado. Yo no me explico por qué. Ni en los peores tiempos del Estatut catalán la cosa estuvo tan igualada. ¿Es una estrategia para movilizar al electorado de uno y otro lado?
A raíz de esto he leído en Merodeando un artículo interesante que analiza de forma diferente los datos de la última encuesta del CIS sobre intención de voto. Estoy de acuerdo con él en que los medios se quedan sólo con el titular. En este caso sería «Empate técnico», al ser la diferencia menor que el margen de error. Las encuestas del CIS recogen muchos datos que luego son «cocinados» convenientemente según criterios un poco subjetivos. Mientras que la estimación de voto es de un 40,2% para el PSOE y de un 38,7% para el PP, si hablamos de simpatía, el PSOE despierta el 16% de adhesiones y el PP el 8,9%. Paradójicamente el 36% no tiene simpatía por ninguno y el 21,7% no sabe o no quiere contestar. Sumada la simpatía a la intención de voto, la diferencia aquí es de 12,6 puntos a favor del PSOE.
«Yo bien, gracias»
En el sondeo realizado por Metroscopia para El País que se publicó el domingo hay un dato sobre la situación económica que me hace mucha gracia y dice mucho sobre la diferencia entre percepción de la realidad y realidad en sí mismo. A la pregunta de «¿Cómo calificaría la situación económica de España en estos momentos?», el 52% dice que mala o muy mala, el 27% que muy buena o buena y el 20% que regular. Sin embargo si la pregunta se personaliza en «¿Y su situación económica personal?» la respuesta es bien distinta: el 44% dice que es buena o muy buena y sólo el 27% dice que es mala o muy mala. Como mínimo es curioso…
18 de febrero de 2008
Primero Francia y ahora Reino Unido están preparando normas para intentar atajar las descargas de material protegido por los derechos de autor a través de redes p2p. Después de ver esto los internautas españoles que usamos asiduamente esta modalidad de descargas nos hacemos una pregunta lógica. ¿En España también? ¿Cuánto tardarán? Al hilo de esto he leído un artículo interesante en soitu.es sobre este tema y con el que estoy bastante de acuerdo. Para resumir, lo que viene a contar es que tanto Francia como Reino Unido legislarán contra las descargas, pero serán tan ambiguas y «descafeinadas» que apenas serán operativas. En España también se implantarán medidas similares, pero serán pura fachada. Todo seguirá como está.
No puede ser de otro modo. Pero me hago unas cuantas preguntas: ¿Qué gobierno en su sano juicio quiere ir en contra de millones de internautas? ¿Quién quiere ir en contra de las poderosas ISPs? Además ¿Cómo se puede legislar sobre un tema técnicamente complejo? ¿Cómo saben si las tramas TCP y UDP que recibe mi eMule corresponden a descargas «ilegales» y no a contenido Creative Commons? ¿Cómo van a controlar las descargas de, por ejemplo, BitTorrent? ¿Van a monitorizar todo internet?
Esto ya no es poner puertas al campo, sino puertas al mundo. Así de repente se me ocurren métodos técnicamente viables para poder enmascarar u ocultar los datagramas: tunneling IP, tal y como se hace en las VPNs, cifrado de las tramas u otras opciones. Tened en cuenta que ante un impedimento técnico siempre hay una forma de saltárselo. Incluso los algoritmos más complejos y los sistemas más inexpugnables han sido vulnerados. Siempre habrá alguien que lo haga, aunque sólo sea por puro activismo.
16 de febrero de 2008
Bajo este titular aparentemente contradictorio se esconde una reflexión muy personal al hilo de la proclamación de la independencia mañana de Kosovo. La provincia serbia de mayoría albanesa se separa unilateralmente del que ha sido su país desde los tiempos de Yugoslavia. Kosovo nunca antes ha sido independiente ni ha formado un reino. Es buena prueba de que no hacen falta justificaciones historicistas para reivindicar la identidad propia de un territorio, sea cual sea. Países como Alemania, Estados Unidos, Francia o Reino Unido reconocerán de inmediato a Kosovo como un nuevo estado europeo.
Desde 1991 han surgido quince nuevos países en nuestro continente. La causa proviene de la caída de los regímenes comunistas, que han explotado en multitud de estados, ya sin la articulación de los patriarcas pro-soviéticos. Lo que cabe preguntarse es si la antigua unión de esos territorios era artificial o ha sido el verdadero poder del pueblo quien los han dividido. Supongo que el planteamiento será más complejo pero…¿por qué un nuevo estado en el siglo XXI, donde las costumbres, los idiomas y el estilo de vida es cada vez más homogéneo?
En mi opinión creo que ahí está la clave. Los pueblos buscan una identidad propia, ya sea inventada o recuperada del pasado más allá de los Estados conformados actualmente. Es humano asustarse por la uniformidad de los hábitos en occidente. El inglés se impone como idioma universal, vemos las mismas series de televisión, escuchamos la misma música, conducimos los mismos coches, manejamos los mismos ordenadores, tenemos los mismos valores… ¿Qué nos diferencia de nuestros vecinos? Sin duda cada vez menos cosas. La religión, que en otros siglos separaba la Europa protestante de la católica, de la ortodoxa o de la musulmana está en retroceso y en proceso de mezcla inexorable.
Es humano querer diferenciarse de los demás. Buscar unas señas de identidad por pequeñas que sean. La nueva motivación, el nuevo orgullo de un pueblo es poder reafirmarse ante los otros, encontrar el factor diferenciador al margen de los estados establecidos centenares de años atrás. Pero esos nuevos estados que sin duda seguirán surgiendo en el mundo occidental delegan parte de sus funciones en organismos superiores. Ahí tenemos la ONU, la OTAN, la Unión Europea y otros muchos. En un futuro, no sé si lejano, España será una de esas entidades supranacionales y quizás Bélgica, Reino Unido o Francia también lo sean. Será un proceso natural y progresivo.
13 de febrero de 2008

Hoy toca artículo evangelizador cortesía de la «secta de la manzana». Ya he dicho alguna vez que Apple cuida mucho a sus usuarios, hasta el último detalle. La última actualización de Mac OS X Leopard, la 10.5.2, apareció en nuestros actualizadores el pasado lunes. Al contrario de lo que pasa en Windows, las actualizaciones de Mac OS X corrigen realmente los problemas y mejoran las funcionalidades del sistema operativo… y de paso parece que leen el pensamiento de los usuarios.

Una de las pegas que le vi desde el primer momento a Time Machine es que no se podía controlar el momento en el que queríamos efectuar la copia de seguridad. Tampoco podíamos acceder fácilmente a las preferencias. Pues voilá, en la 10.5.2 se incorpora un icono muy elegante y discreto (como siempre) para poder controlar Time Machine desde la barra de menús. Una barra de menús que (otra de mis pegas) ahora puede hacerse totalmente opaca. La tercera novedad es la posibilidad de ver los stacks del dock en forma de lista, un estilo de visualización que se une a las ya disponibles de retícula y abanico. Esta visualización resulta muy útil cuando tenemos muchos elementos, como por ejemplo la carpeta de aplicaciones.
Otra cosa que he notado mucho es que se han agilizado las animaciones notablemente y da una sensación de rapidez y fluidez mucho mayor que antes. Si hasta ahora estaba contento con cómo funcionaba Leopard, ahora estoy encantadísimo y doy vueltas por el interfaz por el simple placer visual.
12 de febrero de 2008
No hago más que confirmar a cada nueva sentencia de un juzgado o un tribunal que los medios de comunicación son el cuarto poder y tal vez el más poderoso de todos, ante el que nada puede hacerse. Ni siquiera juzgarse sus errores y difamaciones. El último caso lo leí hace poco. Supongo que conoceréis el asunto de la falsa noticia que publicó el diario El Mundo hace unos meses según la cual Juan Carlos Rodríguez Ibarra, entonces presidente de la Junta de Extremadura, había prestado un despacho a Rafael Vera para informar al PSOE sobre el 11-M. Sobre las motivaciones de ese supuesto favor o qué se pretendía hacer, sólo el delirante Pedro Jota puede explicarlo. Ibarra presentó una demanda contra el diario El Mundo por difamaciones y difundir informaciones falsas.
La cuestión es que el otro día, la Audiencia Provincial de Badajoz desestimó el recurso de apelación presentado en este tribunal contra la decisión de un Juzgado de Mérida desestimando la demanda de Ibarra. La Audiencia concluye que no se ha podido demostrar que las informaciones del diario fueran ciertas y por tanto Ibarra no abonará las costas del pleito.
Todo esto me lleva a la reflexión. Estamos asistiendo casi a diario, últimamente en la COPE, a descalificaciones continuas que van más allá de la libertad de expresión, y que atacan directamente al honor de determinados políticos y personajes públicos. Lo mismo ha ocurrido con el chaparrón que algunos han tenido que soportar estoicamente ante las informaciones falsas de El Mundo. Han sido muy pocos quienes se han enfrentado a esta maquinaria calumniadora y en la mayoría de los casos se han archivado las causas. Por suerte Ibarra no se ha amilanado y acudirá al Tribunal Constitucional.
Tengo la incómoda sensación de que en España, mentir desde determinados medios de comunicación es gratis o sale muy barato. Pero lo peor no son las personas atacadas, sino los seguidores de esos medios, porque terminarán viviendo en un país paralelo muy alejado de la realidad y a la vez muy conveniente para determinadas opciones políticas. ¿Dónde está la Justicia? ¿Es miedo al más poderoso de los poderes o es un «dejar hacer»? Ni una cosa ni la otra me tranquiliza.