14 de agosto de 2007

Hace unos meses comenté por aquí la creación de la marca «Gobierno de España» para designar genéricamente a toda la Administración del Estado. Además de esta creación se convocó un concurso para diseñar el logotipo de esta marca. Y ayer precisamente se conoció el diseño ganador. El premio, además de que figure en toda la cartelería, webs e impresos oficiales del Estado, consta de 12.000 euros. El afortunado ha sido Juan Repullés, creativo profesional de Margen Multimedia. Según la nota de prensa de Moncloa, se han presentado 320 diseños. Para opinar sobre el elegido tendría que ver el resto, o al menos los finalistas para ver si hay otro que me gusta más.

Pero independientemente del resto de participantes, el diseño de Repullés no me parece mal. Es muy fácil criticar un diseño una vez realizado a la vez que es muy difícil idearlo. Porque no es nada sencillo concebir un logotipo que a la vez muestre la seriedad de una institución tan importante como el Gobierno de un Estado y la modernidad de los nuevos tiempos. Para probar me he puesto a diseñar un logo deprisa y corriendo con alguna idea que tenía por la cabeza. El resultado no es muy bueno (demasiado serio y un poco cutre), pero a lo mejor con algunos retoques se podría utilizar.
Como todo lo que rodea al Gobierno, algunos han querido crear polémica por su semejanza con el diseño institucional alemán. Ciertamente es muy parecido, pero he encontrado otro como el suizo que también es muy similar. Así que nada, como dirían Gomaespuma, «enhorabuena a los premiados».
13 de agosto de 2007
No era este el tema que quería tratar en un principio, sino el de la credibilidad de los medios en internet. Pero buscando documentos sobre el asunto con Google Scholar encontré uno de Núria Almiron titulado ‘Pluralismo en Internet: el caso de los diarios digitales españoles de información general sin referente impreso’ [PDF]. En este estudio se analizan los proyectos más exitosos de prensa puramente electrónica de España. Se ofrecen datos empresariales, colaboradores, afinidades o participación en otras propuestas ideológicamente identificables. El resultado es muy revelador: la mayoría de estos medios son propiedad de personas afines a la derecha o a la ultraderecha. Sólo unos pocos son definidos como de «centro» y uno (El Plural) como de centro-izquierda.
Todos conocemos el caso más paradigmático de este «nueva» prensa. Por supuesto hablo de Libertad Digital, una idea casi personal de la estrella de la COPE Federico Jiménez Losantos. LD mantiene el liderato de los medios electrónicos españoles casi desde su fundación sin competencia. Su ideología roza la derecha extrema y esta hábilmente a caballo entre la prensa electrónica y los confidenciales. Es decir, cuenta con gran cantidad de artículos de opinión, la columna vertebral de su información «objetiva» son noticias de muy poco calado, en su mayoría ignoradas por los medios tradicionales, que siempre van a favor de su línea ideológica. Su objetivo es construir una «realidad paralela» a imagen y semejanza del mundo que ellos y sus lectores querrían.
Estas características son una constante en el resto de medios de este espectro. Y quizás también de su éxito. Sus lectores tipo son generalmente personas situadas a la derecha, defraudadas por el rumbo de los acontecimientos políticos en España desde hace unos años y que se han radicalizado al socaire de estos medios. En mi opinión se ha producido una curiosa retroalimentación entre el medio y el lector. ¿Y no hay lectores para diarios electrónicos de izquierdas? Yo creo que sí. Tengo la teoría de que prefiere los medios tradicionales, o sus versiones en internet. Políticamente dominan el país y no necesitan ese «alimento espiritual» para guerrilleros. Y también, por qué no decirlo, la izquierda suele tener menos iniciativa, menos capacidad empresarial y menos apoyos económicos. La atomización de la prensa ideologizada de izquierdas es un hecho. Existen multitud de pequeños medios situados en toda la franja a partir del centro-izquierda que no han conseguido cuajar tan bien como los de la derecha. El único intento con cierto éxito ha sido el de El Plural, pero aún está muy lejos de Libertad Digital en cuanto a influencia entre sus lectores.
Para completar esta reflexión quizás haya que esperar algún tiempo. Un cambio de signo político en el Gobierno, por ejemplo, sería muy revelador para comprobar si se producen variaciones en el panorama de los medios puramente digitales.
6 de agosto de 2007
No sé si será una percepción personal o no, pero esta mañana al intentar caminar sobre los restos de lo que fue la calle de San Torcuato fue como caminar entre un caos absoluto. Los peatones circulábamos por las zonas que a nuestro criterio considerábamos más estables mientras pequeñas máquinas perforadoras sobre ruedas de oruga daba marcha atrás sobre una montaña de adoquines. Detrás un ciudadano se apresuraba por cruzar una de las pasarelas metálicas emulando a Indiana Jones antes de que llegara la máquina. Los obreros se mezclaban con el resto de viandantes taladrando, excavando y realizando otras tareas.
Los más ancianos se detenían desesperados ante la vorágine buscando una vía para escapar acorde con su agilidad. Harto difícil, porque los desniveles y los obstáculos bien en forma de agujero o de adoquín suelto son la norma.
Es verdad que las obras suponen una molestia, pero también que debe organizarse y canalizarse a los peatones de manera clara para minimizar este impacto en nuestra vida diaria. No tengo noticia de que se haya producido algún incidente, algo que me extraña visto lo visto. La remodelación de San Torcuato llevan más de dos meses y aún no están muy avanzadas, así que la cosa parece que va para rato. No critico esta duración, sino la incapacidad de organizar la obra para que el transcurrir normal de la vida se vea poco afectada. Aunque quizás sea mucho pedir.
5 de agosto de 2007
Es muy extraña la situación que se ha creado en Navarra tras las pasadas elecciones municipales. El escenario de fragmentación de las fuerzas políticas resultante ha dado y está dando auténticos quebraderos de cabeza a los partidos políticos, tanto a nivel regional como nacional. La estrategia ante las elecciones generales del próximo año están tensando las negociaciones para formar un gobierno foral estable.
La incertidumbre ha sido total y los continuos giros han sorprendido incluso a las direcciones nacionales de sus propios partidos. UPN, filial del PP en Navarra, fue la lista más votada, aunque no lo suficiente como para obtener la mayoría. El PSN por su parte consiguió un notable ascenso junto con los grandes vencedores, Nafarroa Bai, que fue la sorpresa de las elecciones.
Con estos mimbres, las negociaciones comenzaron pronto. A primera vista la opción más lógica era la alianza entre los nacionalistas vasco-navarros de NaBai y los socialistas navarros del PSN. Quizás fuera esa la coalición natural. La segunda opción posible era que UPN gobernara en minoría. Las cosas habían cambiado mucho en cuatro años. La estrategia de los conservadores navarros de llevar el tema de la autonomía de Navarra y su presunta «venta» a Euskadi como un tejemaneje más de los supuestos acuerdos del Gobierno central con ETA no dieron resultado. La manifestación por una «Navarra española» fue un grave error que debería costarle a UPN la presidencia. Sería un buen escarmiento ante esas posturas tan radicales e irracionales. Es por esto que creo que la decisión de la dirección nacional del PSOE de pararle los pies al PSN ante su intención de pactar con NaBai es errónea y a la larga contraproducente.
Y es aquí donde entran las estrategias nacionales. Según el PSOE, este pacto sería contraproducente electoralmente, algo que yo no veo tan claro. El PP ha venido cacareando la misma cantinela de la increíble y delirante PSOE=PSN=NaBai=ANV=ETA. Pero no creo que este discurso tan fuera de la realidad haya calado verdaderamente en la gente. Un votante del PSOE no verá con malos ojos la alianza socialista-nacionalista. Al menos no veo motivos para ello.
Quizás lo que pueda pasar factura a los socialistas sea ese miedo, ese terror a que el discurso demagógico del PP pueda penetrar en el electorado. El veto a esta coalición es una prueba definitiva de que el Partido Popular escribe el guión y los demás lo llevan a la práctica. Para mí, esto es algo inaudito e inconcebible. Nunca un partido democrático y nada sospechoso de vender a España (por mucho que algunos digan) ha de estar al dictado de nadie ni nada que no sean los intereses generales de la comunidad. El espectáculo que ha dado la dirección del PSOE me parece de lo más lamentable.
1 de agosto de 2007
Escuché ‘Diario Pop’ por primera vez un sábado de marzo de 1995. Por entonces el programa se emitía en horario de tarde los fines de semana. Fue el comienzo de mi andadura por el mundo de la música independiente, aquella que permanecía al margen y que rara vez se podía escuchar en otros medios. Rápidamente me aficioné al programa y me sirvió para descubrir a muchas nuevas bandas. Apenas hacía unos meses que Los Planetas habían publicado su debut en la multinacional RCA y Manta Ray o Nosoträsh aún sonaban en maqueta. Al frente de este oasis de independencia estaba Jesús Ordovás, un tipo que trataba con un respeto exquisito a cualquier banda de chavales ilusionados con cuatro canciones bajo el brazo. Quizás eso fue lo que más me impresionó. Ordovás era un descubridor de talentos y jamás cerró la puerta.
Lejos de motivaciones comerciales, ‘Diario Pop’ fue un escaparate del Estado de la Nación Indie durante muchos años y supuso un poco de aire fresco. Yo aprendí sobre música, sobre las últimas novedades del subsuelo musical (cuando aún no había internet) y tomé conciencia de que había vida más allá de los estantes de discos de las grandes superficies. ‘Diario Pop’ cumplía la función de servicio público. Otorgaba unos minutos de gloria a las pequeñas bandas, sonaban sus maquetas por mal grabadas que estuvieran, todo de forma directa.
La culminación de esta admiración por Ordovás y por ‘Diario Pop’ tuvo lugar el año pasado en Zamora, durante las conferencias del Festival Proactive. En una de ellas pudimos pasar un largo rato con él y preguntar a placer sobre todo lo que se nos ocurría. Pero todo eso son sólo buenos recuerdos. Jesús Ordovás deja, después de 25 años, su ‘Diario Pop’ para acogerse a la jubilación anticipada como empleado de RTVE que es. Es la segunda marcha tras José María Rey y su ‘Bulevar’. Me inquieta pensar en cómo será la nueva Radio 3 post-regulación, pero temo que las cosas vayan a peor.
31 de julio de 2007

El 30 de julio ha sido un día en el que dos etapas se cierran. Han desaparecido dos grandes figuras que cambiaron el cine y por extensión el arte del siglo XX. Ingmar Bergman (Uppsala, 1918) y Michelangelo Antonioni (Ferrara, 1912) son dos realizadores de una calidad indiscutible, aunque de trayectoria muy diferente.
Una de las primeras entradas de rmbit era una reseña breve sobre mi descubrimiento de Bergman. Fue en 2004 y la película era, cómo no, ‘El Séptimo Sello’. De inmediato conecté con su propuesta, tanto en forma como en fondo. Bien es cierto que años antes ya había visto ‘Fanny y Alexander‘ (1982) y ‘Persona’ (1966), pero ver el ‘Séptimo Sello’ (1956) fue ver su permanente obsesión por los temas elementales del ser humano. La muerte, la culpa, el pecado, el sexo, el paso del tiempo. Poco a poco fui accediendo al resto de su obra. Pasaron por mis manos ‘Fresas Salvajes’ (1957), ‘Sonrisas de una Noche de Verano’ (1955), ‘El Manantial de la Doncella’ (1959), ‘Como en un Espejo’ (1961), ‘Los Comulgantes’ (1962), ‘El Silencio’ (1963), ‘La Hora del Lobo’ (1968), ‘Gritos y Susurros’ (1972), ‘Secretos de un Matrimonio’ (1974) y sobre todo ‘El Rostro’ (1958), mi película favorita de Bergman. Su filmografía es bastante extensa y aún me quedan muchas películas por ver.
El caso de Antonioni es algo diferente. Hasta hace muy poco era un completo desconocido para mí. Y aún lo es en cierto modo. Sus películas ‘Las Amigas’ (1955), la excelente ‘El Eclipse’ (1962) y ‘Blow Up’ (1966) son las únicas tres obras que he visto hasta la fecha. La carrera de Antonioni, igual que las de otros colegas suyos de la Nouvelle Vague, es bastante irregular. Su primera etapa quizás sea la mejor. A partir de la segunda mitad de los años sesenta su cine se vuelve más experimental y menos inspirado para mi gusto. El ejemplo es la antes mencionada ‘Blow Up’, que a mí personalmente no me acaba de convencer.
Bergman y Antonioni, dos referentes para la intelectualidad de los sesenta y setenta y que han dejado su huella en el complicado arte del cine.
30 de julio de 2007
Me he enterado de que hace unas semanas, un juez del Juzgado de Primera Instancia nº 5 de Getxo ha considerado culpable a Luis Alfonso Gámez por el delito de injurias y vulneración del honor por unas declaraciones contra el escritor e investigador Juan José Benítez. Luis Alfonso Gámez es un conocido «escéptico» famoso por su bitácora ‘Magonia’ en la que suele atacar con ferocidad y a menudo con descalificaciones personales a quienes suelen escribir o investigar temas del misterio. En su punto de mira habitual están Iker Jiménez, Bruno Cardeñosa, Enrique de Vicente y muchos otros divulgadores muy populares. Curiosamente esta otra parte no suele ser tan beligerante.
Cada uno puede tener las ideas que quiera y no estar de acuerdo con el contrario. Se puede ser escéptico y argumentar sus posturas desde la corrección. Pero el límite se traspasa cuando se entra en el terreno de los insultos y del ataque ad hominem. La enfermiza obsesión de gente como Javier Armentia y otros muchos no tiene límites. En el caso de Gámez desde su tribuna en ‘Magonia’ ha vertido auténticas barbaridades. En concreto, el origen de la denuncia de J.J. Benítez es un artículo publicado el rotativo navarro Diario de Noticias en el que arremetía contra la serie ‘Planeta Encantado’, contra su autor, contra la productora DeAPlaneta y contra TVE.
Quiero decir que ‘Planeta Encantado’ para mi no era más que una serie de entretenimiento a medio camino entre el documental y la ficción y que exponía unos puntos de vista muy personales de Benítez con los que quizás no esté de acuerdo, pero que me parecen dignos y respetables. No por verla nadie se va a convencer de que los moais son el fruto de una civilización extraterrestre ni que existen ruinas alienígenas en la luna.
Para concluir, me parece que el fallo del juez puede sentar ciertas bases que sirvan para parar los pies a esta gente, que a mi juicio cumplen un papel de talibanes e integristas de una ciencia a la que dicen defender. Pero tienen que saber que esos ataques furibundos tienen un límite y ya tenemos bastantes insultadores profesionales en los medios españoles como para que además se les unan algunos teóricos defensores del saber.