26 de diciembre de 2013
‘Gravity’ ha sido una de las películas más vistas de la segunda mitad del año. No en muchas ocasiones crítica y público ha coincidido de forma tan contundente. Quien ha conseguido tal logro es el mexicano Alfonso Cuarón. Este viejo conocido para los cinéfilos de habla hispana lleva unos años nadando sin ahogarse en las procelosas aguas de Hollywood. Es extraño que en una película de producción norteamericana no saque a relucir las bondades del país de las barras y estrellas, ni haya gestas heroicas imposibles. Quizás sólo un extranjero pueda poner distancia y salir de los tópicos del cine de ¿ciencia-ficción? estadounidense.
Casi la totalidad de la película transcurre en ingravidez, orbitando en torno a nuestro planeta. Los protagonistas cumplen una misión de reparación de un telescopio espacial. Poco pueden imaginar que su tranquila tarea va a ser interrumpida por una catástrofe que los dejará indefensos en un entorno hostil. Sólo el ingenio y el arrojo podrá salvarlos en un argumento que parece –salvando las distancias– una mezcla de ‘2001: A Space Odyssey’ y ‘Apollo 13’.
A lo largo de todo el metraje la idea de la fragilidad humana y su supervivencia en un entorno extraño es una constante que flota en el ambiente. Salvo alguna escena, las situaciones son creíbles y Cuarón ha conseguido un ambiente espacial bastante realista y un guión sólido, sin trampas ni giros imposibles y bien llevado. La cinta transmite la angustia de los protagonistas, su impotencia y sus esperanzas. En buena parte gracias al trabajo de George Clooney y sobre todo el de Sandra Bullock, que son de primera calidad, y ha conseguido romper los prejuicios que tenía antes de ponerme delante de la pantalla. Y eso no es nada fácil.
Creo que ‘Gravity’ se ha merecido con creces estar entre las mejores películas de este 2013. Recomendable.
23 de diciembre de 2013
Como suele ser habitual en estas fechas de vacaciones navideñas, me pertrecho de las que –según diferentes críticos de varios medios y países y a grandes rasgos– son las mejores películas del año. Uno de esos largometrajes que están en todas las listas es ‘La Grande Bellezza’, una producción italiana realizada por Paolo Sorrentino. No es mi intención polemizar con los críticos, pero no he encontrado nada en ella digno de tal valoración.
Ni que decir tiene que este humilde aficionado al cine ni tiene los conocimientos ni la sensibilidad necesaria para poder paladear semejante película, pero he visto ya muchos clásicos y grandes películas y creo saber reconocer cuando me encuentro ante una gran obra. Tal vez al comenzar el visionado esperaba otro tipo de registros. No lo sé. Leyendo críticas –todas ellas positivas– veo comparaciones con el surrealismo de Fellini. Cierto que tiene bastantes toques surrealistas y que el planteamiento global de la cinta puede recordar al grande de Rímini, pero los parecidos terminan aquí. Se ha dicho también que es un trabajo rompedor. Nada más fácil que hacer algo rompedor. Lo complicado es dotarlo de un alma, de un punto de vista que la haga especial y sea de interés para el espectador. ‘La Grande Bellezza’ no creo que lo tenga.
El discurso de la película tampoco es original. Ricos extravagantes y decadentes montan fiestas nocturnas en los lugares más selectos de Roma o discuten en conversaciones previsibles. El protagonista, un ricachón con ínfulas de escritor, comienza a tener ataques de nostalgia. Y punto. Sorrentino tiene talento visual, eso es innegable, vistiendo a la obra de unas secuencias y unos planos estéticamente espectaculares. Pero eso puede ser más aprovechable para un anuncio de perfumes o un videoclip del artista de moda que para una película de dos horas y cuarto.
En definitiva, una película bastante inconexa, sosa, aburrida y pretenciosa, aunque estéticamente impresionante. Nada más.
21 de diciembre de 2013




Cuatro nuevas galerías se incorporan a mi web de fotografías Cromavista, todas ellas relacionadas con Sevilla. He retratado la Catedral, los Reales Alcázares, la Plaza de España, la Casa de Pilatos y otra con imágenes variadas de la capital andaluza.
16 de diciembre de 2013

En el plano nacional, el panorama ha sido, como siempre, muy variado. Pero esta temporada cuesta encontrar un denominador común, una tendencia clara o, si lo preferimos, una «moda» musical. Tal vez la electrónica ha tenido un año de madurez, siguiendo los sonidos que llegan de fuera. Pocos como Delorean o Grises han sabido digerir toda esa corriente de los sintetizadores ochenteros y ritmos con cierta tendencia a lo étnico. De hecho, Grises ha sido para mi gusto una de las revelaciones del año junto, por supuesto, con León Benavente.
Mis discos nacionales favoritos de 2013

Delorean ‘Apar’. La banda de Zarautz siguen creciendo, evolucionando, limando su sonido… Tras la senda de su gran trabajo ‘Subiza’, este año nos presentaron ‘Apar’, un conjunto de canciones más etéreas, donde el sonido sintético –esas voces sampleadas son bastante evocadoras– se mezcla con el analógico dando como resultado unos temas bastante elegantes. Muchos ecos de los ochenta pero sin dejar de mirar al presente con los ligeros toques africanistas que ya comenzamos a ver en su disco anterior.

Grises ‘No Se Alarme Señora, Soy Soviético’. Una de las sorpresas de la temporada. Los donostiarras presentaron su segundo disco largo a comienzos de año. Unas canciones imparables en su vitalismo y optimismo, con toques épicos, guitarras potentes y toques electrónicos. De nuevo, igual que veíamos en Delorean, teclados ochenteros y toques étnicos. Aún estamos esperando su mejor disco.

Lori Meyers ‘Impronta’. Qué podemos decir a estas alturas de los granadinos… Ya convertidos en clásicos del indie patrio, estos chicos son habituales en mis listas de lo favorito del año. Disco a disco, su sonido evoluciona hacia sonidos más contemporáneos y menos sesenteros, pero dejando de un lado el exceso de electrónica que nos les sentaba excesivamente bien. En esta ocasión nos muestran un conjunto de canciones sólidas e incontestables, muy accesibles e incluso diría que bastante comerciales. De hecho la promoción de ‘Impronta’ ha salido de los circuitos independientes para presentarse en radios y televisiones generalistas.

Triángulo de Amor Bizarro ‘Victoria Mística’. Para mí son la eterna promesa del pop-rock independiente nacional, los gallegos han estado a punto de convertirse en la confirmación definitiva. Este arrollador trabajo de nueve canciones son como un tornado que no admite medias tintas. Si entras dentro ya no podrás salir. Guiños a Esplendor Geométrico abriendo el disco en su tema más kraut-rock. Enigmáticos, crípticos, salvajes, inteligentes… Triángulo no hace concesiones. La voz de Isabel en la mayoría de las canciones es otro de los grandes aciertos. Grandes.

León Benavente ‘León Benavente’. El debut del año tiene nombre de dos ciudades en medio de la nada, un cruce de caminos como los componentes de la banda, que provienen de varios rincones de España y de grupos como Schwartz, Nacho Vegas o Tachenko. Hace poco escuché que los nuevos movimientos sociales –vulgarmente conocido como 15M– no tenían banda sonora ni artistas que cantaran ese descontento. Estaban equivocados. Junto a la iniciativa de la Fundación Robo también están León Benavente, con sus letras generacionales y reivindicativas, echando a veces la vista al pasado para saber de dónde venimos. Un trabajo sin desperdicio en el que mucho nos podemos sentir identificados o quisiéramos hacerlo. En definitiva, un disco de nuestro tiempo, de nuestra generación. 2013 suena a León Benavente.
Mis canciones nacionales favoritas de 2013
- Gasca ‘Verano del 95’
- BLA ‘Himno reaccionario’
- Espiritusanto ‘Femenino’
- Joe Crepúsculo y Russian Red ‘Leyenda’
- Grises ‘Cactus’
- Band À Part ‘Franny y tú’
- Alborotador Gomasio ‘Las sombras’
- Lori Meyers ‘Una señal’
- León Benavente ‘Ánimo, valiente’
- Triángulo de Amor Bizarro ‘Estrellas místicas’
Para terminar, los videoclips:
15 de diciembre de 2013

De nuevo, y como es tradición que se pierde en la noche de los tiempos, ha llegado el momento de echar la vista atrás y recapitular toda aquella música que ha entrado por mis oídos. Alguna han entrado por uno y ha salido por el otro, otra se ha quedado un tiempo dentro de mi cabeza y ha terminado saliendo y finalmente, y aquí están los favoritos, ha entrado y salido de mi cabeza constantemente a lo largo de esta temporada que ya termina.
Muchos son los discos y canciones que han pasado por mi iTunes, por mi iPod y por mi cadena de música, pero sólo 5 discos y 10 canciones para las categorías nacional e internacional tienen el honor de formar parte de la historia. Vamos con el repaso internacional sin más esperas:
Discos internacionales favoritos de 2013

Alizée ‘5’. Aunque se presentó como una especie de nueva lolita francesa, Alizée ha construido una carrera sólida que desafortunadamente se ha situado en tierra de nadie, en una zona gris entre lo comercial y lo independiente. Este trabajo es brillante, entretenido y muy bien hecho donde se combinan sabiamente las influencias del pasado de la música francesa con el presente.

Veronica Falls ‘Waiting for Something to Happen’. Las londinenses consiguen con su segundo trabajo firmar un disco más redondo que su debut. Facilidad para la melodía, temas cortos que van desde el pop clásico, el punk, el folk, la new wave y nos recuerdan a gente como Red Kross o Ze Malibu Kids. Un disco entretenido e incluso adictivo.

Arcade Fire ‘Reflektor’. El de los canadienses ha sido uno de los lanzamientos más esperados del año para el mundillo independiente. La confirmación de que se trata de una banda de enorme calidad. Posiblemente hoy día la banda indie más grande del mundo en estos momentos. Eso al menos dicen los críticos. A pesar de todo, ‘Reflektor’ no es su mejor disco. Con un deje algo megalómano, han convertido los 13 temas en un álbum doble, estirando excesivamente un material de primera calidad y diluyendo parte de su intensidad original. Si hubieran metido la tijera para dejarlo en 40 o 50 minutos se habría convertido de inmediato en un clásico de nuestro tiempo. Una lástima.

Miles Kane ‘Don’t Forget Who You Are’. El componente de The Rascals y cincuenta por ciento de The Last Shadow Puppets presentó este año su segundo disco en solitario girando hacia el pop rock clásico con toques negros. Un trabajo vibrante de principio a fin que meteríamos dentro del cajón desastre que fue el brit-pop si a estas alturas no hubiera desaparecido. Erigido en representante de una nueva generación de «revivalistas» del sonido británico, su inspiración es bastante transparente para todo aficionado a la música: Desde los lejanos The Who a los cercanos Oasis. Por cierto, ¿No pensáis que Miles tiene un cierto aire a lo Liam Gallagher?

Suede ‘Bloodsports’. He mentado el fantasma del brit-pop al hablar del bueno de Miles. Como si el tiempo no hubiese pasado, la banda de Brett Anderson retorna a la vida tras haber estado criogenizada desde hace al menos… –déjenme pensar– ¿Diecisiete años? Parece imposible que desde ‘Coming Up’, Suede no hubieran entregado un trabajo decente (es mejor olvidar ‘Head Music’ y ‘A New Morning’). Más que decente, yo diría que ‘Bloodsports’ está a la altura de sus grandes tres primeros discos. Volvemos a sintonizar con esas composiciones emocionantes que parecen extraídas de su debut o de ‘Dogman Star’. Sí, es verdad que son otros tiempos, pero los clásicos nunca mueren y es imposible no rendirse ante estos chicos.
Canciones internacionales favoritas de 2013
- Club 8 ‘Stop taking my time’
- Veronica Falls ‘My heart beats’
- Azure Blue ‘The road I know’
- Franz Ferdinand ‘Love illumination’
- Alizée ‘Boxing club’
- Girl Called Johnny ‘Heaven knows’
- Él Mató a un Policía Motorizado ‘Chica de oro’
- Miles Kane ‘Don’t forget who you are’
- Suede ‘Snowblind’
- La Femme ‘La femme’
Para terminar, vamos con los seis videoclips de mis favoritos internacionales del año:
10 de diciembre de 2013
Desde la llegada de internet, los aficionados a la música pop y rock vemos como poco a poco, con el avance de la tecnología, se publican más y más discos, canciones, nuevas propuestas… Nuevos artistas surgen, se fusionan, colaboran con otros… A la hora de recapitular todo lo que he escuchado este año para hacer las listas con mis favoritos de 2013, me he dado cuenta de que a cada año que pasa escucho más música, pero le dedico menos tiempo a cada uno de los trabajos. Esto puede ser un problema, porque en muchas ocasiones discos que merecen la pena se pierden entre el maremágnum. Es más, muchos álbumes poco accesibles a priori son los que finalmente son más disfrutables a largo plazo. Y viceversa. No siempre ocurre, pero es habitual.
A lo largo de esta temporada habré escuchado en torno a centenar y medio de discos –unas dos mil canciones aproximadamente–. La mayoría de ellos apenas con un par de escuchas como mucho. No hay tiempo material para más. Así, sólo los discos más inmediatos pasarán a lo mejor del año y por tanto serán más escuchados. Por otra parte aquellos trabajos más intimistas pasan casi desapercibidos.
La etapa que vivimos de democratización absoluta de la creación musical hace que un pequeño sello pueda competir casi en igualdad de condiciones con una multinacional. Cualquiera con ganas de contar algo en una canción puede hacerlo, y probablemente sea escuchado por un número de personas hasta hace inimaginable. Por eso hoy día hay mucha más música buena que antes. Y también más música mediocre. El verdadero aficionado tiene el reto de seleccionar. Separar el grano de la paja y quedarse con lo que considere de calidad…
23 de noviembre de 2013

Tal día como hoy, hace cincuenta años, se emitía por primera vez una de las series –¿La más?– longevas de la historia de la televisión que aún perdura. Años atrás escribí una entrada sobre ‘Doctor Who’ poco después de haber comenzado a ver la nueva etapa y coincidiendo con el 45º aniversario. Hoy puedo hablar con un poco más de conocimiento de causa sobre este fenómeno, que si bien no ha calado demasiado en nuestro país, mueve muchos fans y mucho dinero en todo el mundo. La prueba es que el doodle de Google desde ayer está dedicado a la serie, con un juego que nos recuerda a los 8 bits en el que tenemos que recuperar las letras del logo de la compañía, robadas por los daleks.
Pero mi intención era orientar este pequeño texto hacia mis impresiones personales. Lejos de ser una serie infantil –como mucho juvenil–, ‘Doctor Who’ tiene episodios con tramas endiabladamente complejas que muchas veces, sobre todo en las últimas temporadas, mantienen un hilo común. Posiblemente esa capacidad de mezclar tiempos pasados y futuros incluso dentro del mismo episodio sea una de las cosas más interesantes y que más me gustan. Por ejemplo, de la última temporada recuerdo ‘Hide’, en la que unos investigadores de lo paranormal investigan fenómenos extraños en un caserón, cuando estos tienen más que ver con el futuro que con el pasado. Y si hablamos de episodios favoritos, aunque no es fácil, me quedaría con ‘Blink’, los famosos «ángeles llorones» («weeping angels»), aliens camuflados de estatuas de ángeles que cobran vida en la oscuridad absoluta o cuando cerramos los ojos. Tampoco puedo olvidar el capítulo dedicado a Van Gogh, ‘Vincent and the Doctor’. Hay muchos más y si no los habéis descubierto, os lo recomiendo.
La última parte la quiero dedicar lo que los «whovianos» llaman –llamamos– la serie clásica. Es decir, las emisiones entre 1963 y 1989, en contraposición con la nueva, emitiéndose desde 2005. Pude hacerme con todos los episodios de esas 29 primeras temporadas. El trabajo de visionado es complicado, porque de la mayoría aún no hay subtítulos en castellano. Si algún distribuidor está interesado en editar en España la colección clásica, aquí hay ya un comprador.
Para terminar, al igual que hice en aquel primer post sobre ‘Doctor Who’, todas las cabeceras por orden cronológico en versión corregida y aumentada: