Es muy complicado resumir en un cuatro tomas de un clip de muy pocos minutos todo el modernismo que encierra la ciudad española modernista por excelencia. No ha sido ese el objetivo de este quinto capítulo de nuestro viaje a Barcelona. Simplemente he tratado de hacer un pequeño resumen de aquellos edificios por los que pasamos casualmente o aquellos que fuimos a buscar expresamente. Aparecen el Palau de la Música Catalana, la Casa Martí (donde está ‘4 Gats’), La Casa de Les Punxes, La Pedrera, La Casa Batlló y algún otro edificio del Paseo de Gracia. También aprovecho para añadir unas tomas de esta clásica avenida y de sus farolas, también modernistas. Gracia es uno de los ejes comerciales más importantes de la ciudad. Finalmente, este es el resultado:
La edición 87 de Muestra Musical, mi recopiatorio musical personal, se ha hecho esperar más de tres meses. A la falta de tiempo había que unirle una sequía de nuevos discos que llevarme a los oídos. Finalmente, hace apenas quince días decidí ponerme manos a la obra y buscar y rebuscar nuevos sonidos y nuevas bandas. El trabajo dio sus frutos y salieron a la luz quince o veinte trabajos nacionales e internacionales. Aunque no todos han pasado a mi recopilatorio, se puede decir que once se incorporaron a última hora (Edwyn Collins, Ellos, Thelemáticos, Aias, Lykke Li, Lana del Rey, Comando Suzie, Ornamento y Delito, Reina Republicana, Sujfan Stevens o Smoke Fairies).
El resto del reparto lo forman ya conocidos, incluso clásicos (Belle & Sebastian o Ladytron) con otros que llevaban tiempo en el «congelador» (Trembling Blue Stars, Of Montreal, El Guincho, Brisa Roché, Karen Elson, Klaxons o Nadadora). En total 20 temas, que no es poca cosa. Hay que remontarse hasta la edición 56 para encontrar otra recopilación con tantos cortes. De hecho sólo 15 ediciones lo igualan o lo superan. También marca un recórd en cuanto a videoclips. En este caso son nueve, casi la mitad. Son estos:
El cuarto capítulo del vídeo sobre mi viaje a Barcelona ha sido posiblemente el más complicado de montar. De hecho tuve que volver a montarlo varias veces por los constantes cambios de concepto. La idea de hacer una entrega dedicada a algunas de las calles y las plazas más importantes de la ciudad fue mi salvación. Eran un montón de secuencias inconexas que no sabía qué sentido darles de la Via Laietana, de la Plaza de Cataluña, de las Ramblas y de la Plaza de Sant Jaume. Definitivamente no encajaban en ninguna parte. Pude haber incluido esta última dentro del capítulo sexto, dedicado al Barrio Gótico o haber incluido las tomas de la Plaza del Rey dentro del que hoy os presento en vez de en el Barrio Gótico. Al final me he dejado guiar por lo que estéticamente quedaba mejor.
La banda sonora tampoco ha sido sencilla de seleccionar. Finalmente la componen tres temas: ‘Time I wasn’t here’ de Beaumont, ‘La Rambla’ de Quimi Portet y la sardana ‘La vaca cega’ de La Cobla de Barcelona. Creo que el resultado final es bastante bueno. Espero que a vosotros también os guste.
Tercera entrega del vídeo de nuestro viaje a Barcelona. En esta ocasión el motivo es la Sagrada Familia, en famoso templo ideado por Gaudí y que ha sido actualidad muy recientemente con motivo de la visita del Papa a la ciudad. Técnicamente el montaje ha sido bastante complicado, pero no cuenta con ninguna alteración en postproducción. Las escenas son tal cual fueron grabadas originalmente.
Una parte importante del clip son los juegos de luces con las vidrieras. Es la base del vídeo. Igual ocurre con los techos recién cerrados. Al mismo tiempo la música despoja a las imágenes de todo el posible significado religioso para dejar paso a la arquitectura pura y dura. Pasamos toda una mañana en el templo y mereció la pena. Salí con muchísimo material. Después de su procesado, éste es el resultado:
Aquí está el resultado de mi trabajo del pasado 1 de noviembre en Zamora. Dura menos de un minuto, pero está compuesto por casi 900 imágenes procesadas con Adobe Premiere Pro y Adobe After Effects. Siendo objetivo no he quedado muy contento, sobre todo por esos cambios de tonalidad y esos movimientos indeseables, pero teniendo en cuenta que está hecho «a mano» (sin intervalómetro), más o menos me doy por satisfecho.
El segundo capítulo del troceado vídeo de Barcelona trata sobre la zona costera de la ciudad. Viaje en barco aparte –eso merecerá una entrega en sí misma–, he querido organizar un clip sólo sobre el puerto, especialmente el Muelle de España y la Marina del Port Vell, y sobre la playa, las más populares, que son las de la Barceloneta y de San Sebastián. En este segundo caso he experimentado con la modificación de la temperatura del color, dándole un tono más cálido, con exceso de naranjas y amarillos. Otro de los aspectos con los que he experimentado es seguir un montaje condicionado a la música, cortando y pegando las tomas a nivel de fotograma.
En la parte musical, he querido darle un toque casi tropical y multiétnico. Para ello la mejor banda sonora posible es Vampire Weekend, unos neoyorkinos que mezclan el pop de toda la vida con los sonidos africanos y caribeños. También he usado el tema de El Guincho ‘Bombay’. La combinación de imágenes y música, en este episodio, es muy importante. Espero que os guste.
Tengo la impresión personal de que la religión (sea cual sea esta) ha ganado territorio e importancia en las últimas dos o tres décadas a nivel mundial. Los diferentes credos se han enarbolado como seña de identidad de un pueblo, de un territorio o de una forma de entender el mundo. En Europa es algo evidente. Se recupera el cristianismo frente a las religiones importadas, principalmente el islam. Muchos establecen la peligrosa dualidad cristianismo=mundo desarrollado occidental y islamismo=bárbaros que vienen de fuera. En este sentido no distaría mucho del comportamiento de «occidente» en otras y aciagas etapas de la historia. Pero por lo visto nunca vamos a aprender.
Pero no nos salgamos del asunto que ha provocado esta reflexión. La visita del Papa a Santiago de Compostela y a Barcelona ha levantado la polémica en unos y en otros. En muchos casos es una polémica interesada y se mezclan (intencionadamente o no) conceptos que nada tienen que ver. La llegada de cualquier personalidad de importancia planetario es siempre bienvenida. Su influencia proyectará los lugares por donde pase en todo el mundo. Como dijo Jordi Hereu, alcalde de Barcelona, es una cuestión de publicidad. En el caso de Benedicto XVI no podía ser menos. El Estado y el resto de los poderes públicos han de garantizar con todos los medios a su alcance que el desarrollo de este evento se produzca con la mayor normalidad posible, encargándose de la coordinación y, sobre todo (mucho más cuando prevén grandes masas de personas) de la seguridad. Todo ello al margen del tipo, ideología o cariz de la personalidad visitante.
En el caso del Papa, nada tiene que ver la aconfesionalidad del Estado para que el Gobierno y los demás organismos se vuelquen para que todo salga como está previsto. Como es el caso, Ratzinger no llega a España como jefe de estado, sino como líder de la Iglesia Católica. Pienso que el Gobierno no está obligado a asistir a ninguno de los eventos que se celebren (yo desde luego no lo haría). No importa que pertenezcan a un estado tradicionalmente católico, ni que se tire de estadística diciendo que el 73% de los españoles lo sea. Eso, si queremos separar Iglesia y Estado, no puede ser un argumento. Cada uno que profese la fe que crea conveniente, que el Estado ha de ser neutral ante todas ellas (o favorecerlas del mismo modo a todas como dice la Constitución).
Otro tema polémico es el de las protestas antipapales. Y no entiendo por qué. Ejercer la libertad de expresión es poder manifestar cualquier idea siempre que no atente contra la dignidad o el honor. Es verdad que esa línea es muy borrosa y dada a las interpretaciones. Por supuesto, también entra dentro de ese derecho criticar a los que critican. Es parte del juego. La clave de todo ello está en el respeto mutuo y en criticar con argumentos comprobables. Pero eso es ya mucho pedir, sobre todo para algunos…
Yo no estoy ni a favor ni en contra de la visita. Como dije antes, es un hecho importante, pero nada más. Ni lo seguiré por televisión ni le dedicaré más tiempo. Para mí no es más que un acto religioso y, como agnóstico, no me produce rechazo, sino más bien indiferencia.
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