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La bitácora personal de Ricardo Martín
Comentando cosas desde 2004
11 de marzo de 2010

Mis divagaciones sobre la definición de dictadura

Los hechos sobre la muerte del disidente político en huelga de hambre Orlando Zapata ha reabierto otra vez más el asunto del régimen cubano. Lo que me ha llevado a preguntarme ¿Qué es una dictadura? En un principio creí (ingenuo de mí) que esta pregunta sería sencilla de responder. Me he llevado una sorpresa al buscar en el diccionario de la RAE la definición de dictadura. Cuenta con seis acepciones:

1. f. Dignidad y cargo de dictador.
2. f. Tiempo que dura.
3. f. Gobierno que, bajo condiciones excepcionales, prescinde de una parte, mayor o menor, del ordenamiento jurídico para ejercer la autoridad en un país.
4. f. Gobierno que en un país impone su autoridad violando la legislación anteriormente vigente.
5. f. País con esta forma de gobierno.
6. f. Predominio, fuerza dominante. La dictadura de la moda.

Según esto, la clave de que un régimen sea o no dictatorial depende de si viola la legislación vigente en el momento de la toma del poder. Pero ¿Y si, como en caso de Cuba, esa legislación proviene de otro régimen no democrático como el de Fulgencio Batista? Supongo que pensaréis que estoy siendo demasiado puntillista y tomándome las cosas al pie de la letra. Para vuestra tranquilidad, yo soy de los que piensan que Cuba es, hoy día, una dictadura en en sentido en el que todos la aceptamos. Una vez dicho esto, volvemos al tema. Como digo me choca estas definiciones demasiado «correctas». Por suerte, en la redacción propuesta para la próxima edición del diccionario, encontramos una acepción bastante más clara, pero que creo que sigue siendo inexacta:

En la época moderna, régimen político que, por la fuerza o violencia, concentra todo el poder en una persona o a veces en un grupo u organización y reprime los derechos humanos y las libertades individuales.

¿Es que en los régimes democráticos no se reprimen los derechos humanos o las libertades individuales? Yo me inclinaría más por orientar la definición hacia la participación ciudadana libre con algo así como: «En la época moderna, régimen político que, por la fuerza o violencia, concentra todo el poder en una persona o a veces en un grupo u organización y niega la participación ciudadana en ese poder a través en elecciones libres.». Hace no mucho tiempo las asociaciones de recuperación de la memoria histórica sobre la guerra civil española alertaban de la «blanda» definición que la RAE hacía del término franquismo, que viene a decir lo siguiente:

1. m. Movimiento político y social de tendencia totalitaria, iniciado en España durante la Guerra Civil de 1936-1939, en torno al general Franco, y desarrollado durante los años que ocupó la jefatura del Estado.
2. m. Período histórico que comprende el gobierno del general Franco.

Es verdad que llama la atención eso de «de tendencia totalitaria», mientras que si consultamos la definición de fascismo nos encontramos con «de carácter totalitario», algo más duro, aunque tampoco demasiado. Podría seguir casi eternamente con decenas de casos similares. Entiendo que la RAE ha de ser siempre escrupulosamente neutral con temas políticos, pero eso no implica añadir a las definiciones algunas de las características inherentes y demostrables. Por ejemplo, me he preocupado en buscar la definición que de fascismo (fascism) hace el Oxford English Dictionary y es, desde luego, mucho más corta, menos ambigua y más dura:

1 an authoritarian and nationalistic right-wing system of government. 2 extreme right-wing, authoritarian, or intolerant views or practice.

Y dictadura (dictatorship) la define inteligentemente como:

1 government by a dictator. 2 a country governed by a dictator.

Nos envía a dictator (dictador), una definición muy corta y muy práctica con esa capacidad de simplificación que tanto admiro de la lengua inglesa:

a ruler with total power over a country.

Curioso, ¿no?

10 de marzo de 2010

Mis bandas de los noventa (III): The Boo Radleys

Resulta muy complicado a veces esta tarea mía de exhumar «viejos» grupos. Aquellos que llegaron poco antes de la era internet y de los que hay muy poca información en la red. Es –en contra de lo que yo pensaba– lo que ha sucedido con The Boo Radleys, una de las bandas británicas de pop independientes que, por ejemplo igual que Blur, ya estaban antes del britpop y que no resistieron a su decadencia. Se puede decir que el éxito los arrastró. Lanzaron su primer disco en 1990 y se separaron en 1999, así que son, en el sentido más estricto, una banda de los noventa. Siempre bien considerados por la crítica, supieron recoger las esencias de cada época que les tocó vivir. Comenzaron con la psicodelia pop y el shoegazing, uno de los movimientos de moda en aquella época (recordad los comienzos de The Verve también por entonces) para luego ir añadiendo nuevos registros que enriquecieron su música.

Cuando yo los descubrí allá por mayo de 1995 acababan de lanzar su sencillo ‘Wake up Boo!’, sin duda su mayor éxito. Tanto que llegó incluso a verse el videoclip en las televisiones españolas (bueno, realmente sólo en Los 40 de Canal+, mi única fuente de vídeos por entonces). Años después conseguiría el disco sencillo de esta canción. Tenía mucha curiosidad por conocer más temas suyos, pero la información sobre la banda era nula, así que terminé por olvidarme… Hasta el año siguiente. En 1996 publicaron el que sería, en mi opinión, su mejor disco y también el que más dio que hablar. Suerte que por aquella época ya existía el programa ‘Viaje a los Sueños Polares’ en Los 40 (siempre tengo que nombrarlo) y en él pusieron casi todos los temas de ‘C’mon Kids’, que así se llamaba aquel trabajo. Tenía grandísimas canciones, pero sobre todas ellas resplandecían tres: La titular ‘C’mon kids’, ‘Ride the tiger’ y ‘What’s in the box?’. Aún las tengo en mi iPod y las escucho bastante a menudo. En 1998 publicaron su último disco ‘King Size’, una obra bastante decepcionante. Se esperaba mucho más de ellos y resultó ser un triste final para un grupo que me gustaba tanto.

Esta decepción me llevó, una vez que ya tuve internet, a buscar discos y canciones antiguos, anteriores a ‘Wake up Boo!’. No era tarea fácil. Ni siquiera hoy, como dije al principio, es tarea fácil conseguir esos primeros discos en internet. Quizás pensando en aquellos fans tardíos, en 2005 se publicó un doble disco recopilatorio con sus grandes éxitos bajo el título de ‘Find the Way Out’… En definitiva, The Boo Radleys tuvieron la suerte o la desgracia de tener que convivir en la misma discográfica que Oasis o Primal Scream (Creation Records, filial de Sony Music). Por un lado les sirvió de lanzadera cuando el britpop eclosionó, pero también les hizo sombra… Pero al final lo importante es que quedaron sus canciones, así que vamos con algunos videoclips. Antes de comenzar, he de decir que es una pena (por no decir una vergüenza) que YouTube permite la opción de no poder insertar determinados vídeos. Cada vez los odio más. Por su culpa no puedo pegar los clips de ‘C’mon kids’ o ‘What’s in the box’. Os dejo los enlaces por si los queréis ver.

Empezamos con ‘Wake up Boo!’ ¡Seguro que os suena!:

‘Lazarus’ (1992), uno de sus grandes temas:

‘Does this hurt?’ (1992):


The Boo Radleys "Does this hurt ?"
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Y para terminar este parcial repaso de videoclips, el de ‘The answer with in’, también de 1992:


The Boo Radleys – The Answer With In
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9 de marzo de 2010

¿Qué vio Maximiliano Iglesias?

Siempre que hablo del tema OVNI hago referencia a lo resbaladizo de estos asuntos, donde nada es claro, ni hay pruebas concluyentes, sólo testimonios. Soy consciente de ello. El asunto que os cuento hoy debéis tomarlo, por tanto, a título de curiosidad y no como hechos probados. El caso de Maximiano Iglesias Sánchez es uno de los que, de pequeño, más me impresionaron (y de paso aterrorizaron). Principalmente porque ocurrió en un entorno cercano cultural y geográficamente, ya que se desarrolla en el sur de la provincia de Salamanca, casi en el límite con Cáceres, en plena sierra de Béjar. También porque se trata de uno de los pocos testimonios de encuentro cercano con supuestos seres «no humanos». Recopilemos:

Todo sucedió en torno a las 2 de la madrugada del jueves 21 de marzo de 1974, cuando Maxi Iglesias conducía un camión de transporte de materiales de construcción entre las localidades de Pinedas y Lagunilla. Venía de vuelta de descargar la mercancía y se había entretenido más de la cuenta con su novia, vecina de aquel pueblo. Cuando se encontraba a un kilómetro de Valdehijaderos (dirección Béjar), contempló como unas potentes luces invadían la calzada. Maxi pensó que se trataría de otro camión con las luces de largo alcance. Pero no, se trataba de un objeto luminoso y semitransparente. Paró a unos cien metros para poder verlo mejor. Del artilugio salieron dos seres de «apariencia humana» y uno de ellos le señaló. Acto seguido volvieron al aparato y éste emprendió el vuelo aunque sin desaparecer. Maxi logró colocarse en la vertical del OVNI, aunque poseído por un ataque de terror reemprendió rápidamente la marcha hasta su pueblo.

Sería la noche siguiente cuando sucederían hechos aún más increíbles. Según el testimonio del camionero, a las once y media, volvió a avistar un fenómeno similar. Era el mismo lugar, pero ahora los objetos eran tres, uno en la carretera y dos en un campo sembrado cercano. Y, como el testimonio directo tiene mucha más fuerza, transcribo las declaraciones que publicó el suplemento del diario ABC Blanco y Negro el 6 de abril de aquel año:

Había unas cuatro figuras que buscaban algo con unas barras al borde de la carretera. No pude aguantarme de miedo y comencé a correr en dirección a Horcajo, a campo traviesa. Y ellos comenzaron a perseguirme. Caí en una zanja. Pasaron cerca de mí, a unos cuatro metros. Pasado un rato volví al camión. Pensaba que lo más prudente era huir, pero no podía dejar el camión allí. Volví a él. Las naves continuaban allí. Yo había dejado la puerta del camión abierta y ahora estaba cerrada. No arrancaba. Pude ponerle en marcha y regresar a Lagunilla.

El artículo de Blanco y Negro merece la pena leerlo y puede encontrarse en la hemeroteca. Proporciona información detallada sobre este asunto. También, buscando, encontré un artículo de El Norte de Castilla publicado en 2007 con algunos datos reveladores, como algunas pinceladas de la última entrevista hasta la fecha, realizada por el investigador zamorano Roberto Calles, a un Maximiliano residente en Madrid y ya convertido en policía (ese fue siempre su deseo), en la que se reafirmaba en lo sucedido. Otra referencia son las dos columnas que le dedicó el diario La Vanguardia el 30 de marzo de 1974. Y para los que quieran abundar más aún, en cualquier libro clásico que recopile casos OVNI españoles está. Incluso rebuscando por la red he encontrado una revista ufológica norteamericana llamada Skylook que reproduce el caso en su número de diciembre de 1974 recogiendo parte de los datos de Blanco y Negro y con algo de información propia.

De esta última fuente extraemos que Maxi vio como, en su segundo encuentro, los seres llevaban dos herramientas que utilizaban en la cuneta como haciendo algún tipo de prospección. Una en forma de T mayúscula invertida y otra que se asemejaba a una herradura gigante. El caso es que, al día siguiente, acompañado por la Guardia Civil, volvieron al lugar de los hechos sin encontrar pruebas ni señales irrefutables de la presencia de seres ni de objetos posados en los campos. Sólo algunos vagos aplastamientos de la maleza. Nada, en definitiva, que corroborara el increíble testimonio.

Después de estos hechos comienzan otros de los que no he podido obtener una fuente fidedigna, como que investigadores de la NASA acudieron al lugar para tomar muestras del terreno. Todo queda ya dentro de la nebulosa que mezcla realidad y ficción. Además, comparando los relatos de las tres principales fuentes que he tomado (la revista Blanco y Negro, el diario La Vanguardia y la revista Skylook), he encontrado algunas contradicciones e inexactitudes en los hechos, no sabemos si culpa del periodista redactor de la noticia, del propio protagonista o, en el caso de Skylook, de una traducción apresurada.

Siempre que me pongo a revisar un caso de este tipo, localizado en una zona geográfica muy delimitada, me gusta echar un vistazo a un mapa. Para mi sorpresa, el área que ocupan las localidades de Pinedas, Lagunilla y Vadehijaderos está a una treintena de kilómetros de otro pueblo con misterio como es Vegas de Coria, ya en la provincia de Cáceres, donde en 1983 se registraron presuntas apariciones de seres, algunas de ellas también en la carretera. ¿Tendrán estos hechos algo que ver entre sí? ¿El terreno, el clima u otros parámetros condicionan estas visiones tan disparatadas? ¿Vio algo Maxi Iglesias? ¿Qué fue?

7 de marzo de 2010

Oscars 2010: Mejor película de habla no inglesa

Como digo todos los años a estas alturas, la ceremonia de entrega de los Oscars no suele interesarme, porque no me interesan las películas candidatas ni creo que sean unos premios que verdaderamente premien las mejores películas. Pero aún así, la categoría de mejor película de habla no inglesa suele ser interesante, porque los diferentes países presentan las que consideran las obras más representativas de sus actuales filmografías. Suelo fijarme especialmente en las «listas largas» de candidatos antes de hacer la selección de las cinco afortunadas que optarán al galardón. Este año, de esa «lista larga» he visto un par de ellas. Por aquí han pasado ‘Frygtelig Lykkelig’ y ‘Kelin’ sin contar las candidatas finales.

Estas candidatas son: ‘Das Weisse Band’ (Alemania), ‘La Teta Asustada’ (Perú), ‘El Secreto de sus Ojos’ (Argentina), ‘Un Prophète’ (Francia) y ‘Ajami’ (Israel). Así visto, creo que la cosa está bastante clara. Pienso que la obra maestra de Haneke se va a llevar el Oscar, pero si hay alguna otra candidata que se lo puede quitar es ‘Un Prophète’. En su contra tiene el estilo, demasiado arisco y crudo para una película de Oscar. Aunque las otras tres no las he visto, la tercera en discordia quizás sería ‘El Secreto de sus Ojos’, pero esto ya sería mucho aventurar. La sorpresa llegaría si la estatuilla dorada se fuera a Perú o a Israel. A priori no parecen favoritas…

En cualquier caso, los que trasnochen y sigan la ceremonia de esta madrugada lo verán en directo. El resto de los mortales nos enteraremos cuando despertemos… ¡Que gane el mejor! Por cierto, para quien quiera más información, en la web de La Información (valga la redundancia) hay un estupendo especial con todas las candidaturas y sus trailers.

5 de marzo de 2010

Miedo a un planeta negro

Con el hip-hop (el de verdad me refiero) me ocurre una cosa extraña: Me da mucha pereza ponerme a escucharlo pero una vez puesto me suele parecer genial, sobre todo cuando las letras se entienden, o al menos entiendo su sentido general. Se percibe una conexión real y auténtica con el mundo cotidiano, con lo que vivimos día a día. No sé si esto le ocurre a mucha gente. Por lo general los de mi generación detestan el hip-hop solo de oídas, sin haberse puesto realmente a escucharlo como se debe. Hace algún tiempo me preocupé en documentarme sobre la historia de este movimiento musical, y es realmente fascinante. Pero esa no es la misión de este post. Únicamente quería hablar sobre Public Enemy.

¿A quién no le suena ese símbolo de un punto de mira circular sobre una silueta humana? ¿Y esa tipografía stencil con las palabras «Public Enemy»? Todos las hemos visto en camisetas, en carteles, en portadas de discos, en televisión… Pero detrás de un nombre hay también un gran grupo que sin temor a equivocarme pasan por ser de los más influyentes en la historia de la música popular del siglo XX. Cierto que no inventaron en hip-hop ni el rap, pero lo reinventaron y con ellos llegó su madurez y se puso serio. Hasta entonces –hablamos desde sus orígenes hacia 1979 hasta su fin en torno a 1985 o 1986)– se utilizaban loops sencillos y ligeros, con pocos adornos y unas letras simples y con poco contenido político y social. Es lo que se llamó posteriormente la old skool, frente a las nuevas tendencias de ritmos más complejos y elaborados y todo un repertorio de efectos, sonidos sampleados y, por supuesto, unas letras con fuerte carga reivindicativa. El hip-hop pasó a ser de un simple movimiento musical a convertirse en un altavoz de la gente afroamericana y de sus problemas e injusticias. Fue entonces cuando sobrevino el gran boom del rap.

Y Public Enemy estaban allí, en primera fila. De DJs universitarios en 1982 pasaron a debutar discretamente en 1987. Pero fue en 1988 cuando lanzaron su segundo disco ‘It Takes a Nation of Milions to Hold Us Back’, que fue considerado unánimemente como una de las piedras angulares del hip-hop y de la música popular (por ejemplo con ese gran tema que es ‘Don’t believe the hype’). Era el adiós definitivo a la old skool. Pero la fiebre por la refundación «hiphopera» llega en 1990 cuando se publicó el impresionante y apabullante ‘Fear of a Black Planet’, la confirmación de que estos chicos no iban en broma. La banda se popularizó en todo el mundo y obtuvo el reconocimiento unánime no sólo de los críticos de rap, sino también de los del pop y del rock. Parte de esta popularidad hay que buscarla en Spike Lee. En su grandísima (su mejor) película ‘Do the Right Thing’ (1990) suena el tema ‘Fight the power’, con toda seguridad su himno por excelencia. Los neoyorkinos se han ganado el respeto de todos siguiendo una carrera coherente y siempre inteligente. Nunca han dejado de experimentar y, por ejemplo, en 1991 regrabaron el tema ‘Bring the noise’ junto al grupo de heavy metal Anthrax y abrieron otra nueva senda… Como consejo os recomiendo que escuchéis sin prejuicios ‘Fear of a Black Planet’ y encontraréis muchas claves de lo que vendría después (los más evidentes son DJ Shadow, The Chemical Brothers o Prodigy, por ejemplo).

Aquí os dejó el ‘Fight the power’:

4 de marzo de 2010

Orbyt: Un dudoso modelo de prensa digital de pago

Voy a ser absolutamente parcial comentando el próximo lanzamiento de Orbyt. Aunque lo parezca, no se trata la famosa marca de chicles, sino de un invento de pago que se pondrá en marcha el lunes y que será el apéndice «de calidad» del diario El Mundo. No voy a entrar a comentar lo que pienso del rotativo de Pedro J. Ramírez, creo que eso ya está bastante claro y he tenido ocasión de explayarme en varias ocasiones, así que no entremos al trapo porque me pierdo. Me voy a centrar solamente en la idea, en si es pertinente abrir un sitio de noticias de pago en un momento como el actual (social, económico y de gran oferta informativa). Lo cierto es que reabre una senda que prácticamente todos los medios digitales habían abandonado y que pretende suplir el desplome de los ingresos publicitarios.

A mí me parece muy bien cobrar por contenidos siempre que nos ofrezcan algo diferente, un valor añadido que no podríamos tener de otro modo. Yo mismo estoy suscrito a la edición PDF de El País desde hace un tiempo y me lo llevo en mi memoria USB todos los días al trabajo (donde no tenemos internet). Aquí el valor añadido es tener en el ordenador el diario tal cual se ha publicado, algo que a mí me gusta particularmente. Pero si se quiere encontrar información de calidad, fiable y actualizada, existen diarios digitales muy buenos y totalmente gratuitos a poco que busquemos. El ejemplo más claro es La Información.

Por lo que he estado leyendo, no creo que Orbyt sea nada novedoso ni que ofrezca nada que no se pueda conseguir gratuitamente por ahí. En mi caso lo que buscaba era tener contenido sin conexión a internet para poder llevármela a cualquier parte. Puede que este sea un primer paso y que su fracaso está prácticamente asegurado. La relación valor añadido/precio no creo que merezca la pena, ya que el coste rondará la nada despreciable cifra de 60 céntimos diarios (frente a los 20 que pago actualmente por El País en PDF).

3 de marzo de 2010

Reflexiones desde la barrera: Crisis y empresa privada

Hace bastante tiempo que tengo claro que el mundo de la empresa privada es un lugar inhóspito e inseguro para trabajar. Lo descubrí en mis propias carnes y, como diría Scarlett O’Hara, juro que nunca más volveré a trabajar para la empresa privada. Ya nadie puede dudar de que las condiciones laborales están empeorando a pasos agigantados. Cualquier excusa es buena para que los gobiernos siempre den su brazo a torcer ante los empresarios, que son el verdadero poder de los países capitalistas. Ahora toca la crisis.

En economía estudiábamos que las compañías siempre buscaban maximizar beneficios. Al menos esto en teoría es así, pero ¿No es ya un punto de partida absolutamente descarnado?. Me repito mucho, pero España es uno de los países europeos con jornadas laborales más largas y con trabajadores menos productivos. Por otro lado ayer saltó la noticia de que los empresarios barajaban el poner sobre la mesa de la negociación con Gobierno y sindicatos un contrato laboral sin indemnización por despido y sin cotización a la Seguridad Social y, por tanto, sin derecho a prestaciones por desempleo. Además su duración sería de seis meses prorrogable hasta un año y con sueldo –de esto no se ha especificado mucho– que rondaría el salario mínimo interprofesional (unos 630 euros mensuales ¿netos?). En otras palabras, sería la legalización del trabajo sumergido, de una semiesclavitud. Que alguien me explique lo productivo que va a ser un empleado y lo motivado que va a estar sabiendo que le van a dar una patada en el culo en unos pocos meses y va a cobrar una miseria independientemente de lo bien o mal que desempeñe su trabajo.

¿Dónde están las conquistas sociales de los últimos cien años? ¿Para qué ha servido esa lucha cuando ahora cualquier empleado tiene que plegarse a lo que le den y callarse? Tengo la sospecha de que hay grandes (y pequeños) empresarios que no tienen ninguna intención en arrimar el hombro –más bien al contrario– para salir de esta situación que ellos mismos, por culpa de su codicia y sus prodigiosas dotes para la especulación, nos han metido. Esta reflexión mía os puede sonar simplista, quizás lo sea, pero lo cierto es que cada vez lo veo mucho más claro. Cada día que pasa me alegro más de trabajar para el Estado. ¡Viva el orgullo funcionario!



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