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La bitácora personal de Ricardo Martín
Comentando cosas desde 2004
18 de abril de 2013

Sobre ‘Juego de Tronos’

No hay duda de que la serie ‘Juego de Tronos’ (o ‘Game of Thrones’ en su versión original en inglés) es uno de los fenómenos televisivos del momento. Está basada en la serie de libros de «fantasía medieval» ‘Canción de Hielo y Fuego’ de George R. R. Martin. El estreno de su tercera temporada ha reavivado ese interés por el serial de la cadena de pago HBO. Más movido por la curiosidad que por otra cosa llevo algo más de una semana viendo los primeros episodios. Lo cierto es que la temática a priori no me interesa, pero eso no significa que no pueda gustarme. Y con esto es con lo que me he encontrado.

El planteamiento inicial es inteligente, puesto que no se ofrece ninguna explicación de cuál es el estado de la cuestión cuando la serie comienza. El espectador ha de ir averiguando por sí mismo quién es quién y qué lugar ocupa en el enorme tablero de ajedrez que parece el mundo de los Siete Reinos. Esto exige algo más que ser un televidente pasivo, lo que es interesante en sí mismo. Siete familias nobles y siete señores con un solo rey. Intrigas, sexo, violencia, guerras, traiciones y también amistad. Esos son los principales ingredientes que mezclados adecuadamente nunca fallan.

Como he comentado, el comienzo de la serie puede desanimar hasta al más interesado por la sensación de que no entendemos lo que sucede y que algo se nos escapa. Pero según avanza esa sensación va desapareciendo, cubriendo las lagunas de nuestro conocimiento con nuevos datos sobre las familias, su pasado y las relaciones entre ellos. Pero en el fondo no deja de ser una producción de corte clásico, con un tratamiento visual prácticamente perfecto pero en el fondo poco innovador. En el plano dramático, los actores son bastante buenos. Sobre este tema y, a título de curiosidad, decir que aunque se trata de una producción norteamericana, sólo dos de los protagonistas son estadounidenses. El resto son de nacionalidad británica, irlandesa, holandesa, danesa, alemana y española (Oona Chaplin, nieta de Geraldine Chaplin, en el papel de Talisa Maegyr). Otra curiosidad (o «frikada», según se mire) es que el idioma Dothraki es una lengua inventada para HBO por la Language Creation Society.

Para terminar os dejo con la cabecera de la serie, que me parece buenísima:

9 de abril de 2013

‘Heimat’

‘Heimat’ es una de las series alemanas más conocidas y seguidas. Aunque su primera etapa fue emitida en 1984, mantiene gran cantidad de fans sobre todo en Alemania y en su momento fue uno de los grandes fenómenos televisivos del país centroeuropeo. Podemos considerarla como una serie «de culto». Esta obra magna escrita y dirigida por Edgar Reitz, es en realidad un proyecto muy personal, una serie de autor.

A lo largo de sus once episodios se cuenta la historia de la familia Simon y la de su pueblo, Sabbach (comarca del Hunsrück), entre 1919 y 1982. Los avatares, aventuras y desventuras de cuatro generaciones que son cuatro generaciones de alemanes que vivieron la convulsa historia del siglo XX desde el fin de la primera guerra mundial hasta la guerra de las galaxias de Reagan. Junto a ellos, la evolución de las costumbres, de la tecnología (se presta especial atención a este aspecto) y, en definitiva, de la vida.

‘Heimat’ pasó desapercibida en España, y sólo fue emitida por TV3 en 1985 y por La 2 de TVE en 1989. Es lo que suele ocurrir con estas grandes series. Reitz entrega una serie de una calidad cinematográfica muy notable, con un guión prodigioso y un muy buen trabajo de los actores que aportan una vida especial a los personajes. Capítulo a capítulo se va tejiendo el laberíntico árbol genealógico de los habitantes del pueblo y sus evoluciones a lo largo de su existencia. Sin temor a ser grandilocuente, probablemente ‘Heimat’ sea uno de los mejores seriales realizados en la historia de la televisión. Así lo piensan al menos muchos críticos y profesionales del medio.

La serie tiene otras dos etapas, ‘Die Zweite Heimat’ (1992) y ‘Heimat 3’ (2000). Las últimas noticias es que en octubre de este año se estrenará un largometraje para televisión, ‘Die Andere Heimat’, donde se relatará el origen de la familia Simon en el siglo XIX.

23 de marzo de 2013

‘In the Flesh’

El pasado domingo se emitió en la BBC Three el primer capítulo de ‘In the Flesh’. Podría ser la réplica británica a la fiebre zombi que llega del otro lado del Atlántico sobre todo gracias a ‘The Walking Dead’. Pero en la televisión pública inglesa se han cuidado mucho de marcar las diferencias, algo que es evidente cuando se ve este primer episodio. De momento hay previstos tres capítulos. Uno ya emitido y dos que saldrán al aire el 24 y 31 de marzo respectivamente.

‘In the Flesh’ se centra, más que en los estragos de los zombis callejeros, en la problemática de su rehabilitación tras haber encontrado un tratamiento que permite sobrellevar el Síndrome de Muerte Parcial. Pero muchos de estos «semivivos» han cometido asesinatos. Por eso, el deseo de venganza de algunos ha hecho que se organicen en comandos paramilitares y se dediquen a buscar a los reinsertados y acabar con ellos.

Resulta curioso que el nombre de la serie sea también el de una canción del disco ‘The Wall’ de Pink Floyd, donde precisamente se trata la temática de destruir al diferente, de la intolerancia al fin y al cabo. Desconozco si esto es intencionado o es mera casualidad. Este punto de vista es novedoso y muy original. Además está llevado a cabo con inteligencia, buen guión y buenos actores. Para pasar un buen rato y, en vez de pasar miedo, reflexionar un poco.

17 de febrero de 2013

El grotesco regreso de ‘Black Mirror’

La que según mi parecer es la mejor serie de los últimos años, ‘Black Mirror’, regresó a las pantallas británicas del Channel 4 el pasado lunes con un nuevo episodio. Con el título de ‘Be Right Back’ (algo así como ‘Ya Vuelvo’) se nos ofrece una visión de un futuro muy cercano perfectamente realista, lleno de teléfonos móviles y portátiles ultraplanos y coches inteligentes. También el software ha avanzado mucho, hasta tal punto de resultar siniestro y macabro. No quiero contar más para no destripar el argumento a los posibles espectadores. Lo que a priori puede resultar una ayuda para determinadas personas, pronto se convierte en una especie de pesadilla tecnológica factible dentro de unos pocos años.

Como ocurre siempre en ‘Black Mirror’, hasta el último detalle está perfectamente estudiado y cuidado. Pero sin duda lo mejor de todo es que es realista. Eso es lo más inquietante. El trabajo de los actores es muy sólido y el guión de Charlie Brooker, como siempre, perfecto. La serie sigue manteniendo en esta segunda temporada toda la calidad de la primera. Veremos los otros dos episodios qué es lo que nos ofrece… Por cierto, aquí en España, será la TNT quien la emita.

13 de enero de 2013

‘White Heat’

La producción de series dramáticas en el Reino Unido es ingente. Cada año surgen nuevas creaciones de las que muy pocas traspasan el Canal de la Mancha. Y ya no digamos llegar a España. Buscando información acerca de las mejores series de las islas en el 2012 di con ‘White Heat’, una desconocida producción de la BBC en colaboración con la ITV que acabo ver. Consta de tan solo seis capítulos de una hora cada uno en los que se narra las aventuras y desventuras de siete estudiantes, compañeros de piso, que a lo largo de 25 años sufren los avatares de la historia británica.

Cada uno de estos episodios transcurre en una fecha emblemática: 1965 (la muerte de Winston Churchill), 1967 (la guerra de Vietnam), 1973 (la crisis del petróleo), 1979 (la llegada de Margaret Tatcher al poder), 1982 (la guerra de Las Malvinas) y 1990 (la caída del Telón de Acero). La trama de cada una de las entregas está, por tanto, fuertemente influenciado por la historia. Cada personaje, con sus propias circunstancias, representa de algún modo un sector de la sociedad inglesa, por lo que podemos contemplar su evolución en esas dos décadas y media. Otro de los temas troncales es el fin de los idealismos, del peso de la realidad y del pragmatismo por encima de todo.

Al contrario que otras series de relumbrón de la BBC, ‘White Heat’ es más bien discreta. Su ambientación es perfecta pero no brilla, ni en actores ni en guión, como otras. De alguna manera, las tramas son tópicas y previsibles. No aburre, pero arrastra una languidez en la puesta en escena que puede hacerse pesada en algunos momentos. Recomendada para aficionados a la historia británica de la segunda mitad del siglo XX.

30 de noviembre de 2012

‘Homeland’

Estoy a punto de terminar de ver la primera temporada de ‘Homeland’, una de las series norteamericanas de moda del momento y que empecé con ella por una recomendación. Y no puedo decir que me haya defraudado, pero tampoco me ha entusiasmado. Comenzó a emitirse en Estados Unidos en 2011 y constó en su primera entrega de 12 capítulos de unos 50 minutos cada uno. Si no me he puesto a verla antes es porque el argumento no me llamaba la atención en absoluto.

Y es que el terrorismo que proviene de próximo oriente nunca ha sido un tema de mi interés, no sé si por poco original o porque el enfoque en el imaginario norteamericano suele ser excesivamente maniqueísta. Pero en ‘Homeland’ esto es precisamente uno de sus puntos fuertes. Jamás cae en ese error de nosotros contra el resto del mundo. A lo largo de esta temporada vemos a un exmarine estadounidense —Nicholas Brody— que es rescatado en Irak tras permanecer como prisionero ocho años.

De inmediato surge la sospecha de que Brody pueda ser miembro de algún grupo terrorista dispuesto a cometer un atentado. Mientras tanto aparenta llevar la clásica vida familiar de héroe americano mediático con aspiraciones incluso políticas. Detrás tendrá siempre a Carrie Mathinson, una agente de la CIA experta en terrorismo, perspicaz, pero mentalmente vulnerable. Junto con Saul formarán –para mi gusto– lo más interesante de toda la serie. Carrie es soberbiamente interpretada por Claire Danes, que borda su papel, y Saul, su veterano compañero de trabajo, en un papel muy creíble.

Pero hay muchos pasajes de ‘Homeland’ que caen en el tópico más insoportable de las peores series norteamericanas, que parecen cortadas por el mismo patrón, las mismas secuencias, los mismos diálogos, etc. Por ejemplo esas reuniones de la CIA, el culebrón en la familia de Brody de los primeros episodios que a mí me resultan de todo menos interesantes o la visión del mundo árabe. El guión original de Gideon Raff, basado en su propia creación para la televisión israelí ‘Hatufim’, pierde fuelle hacia los capítulos centrales de la temporada para recuperarlo al final. No sé si la serie pasará a la historia, pero como entretenimiento medianamente crítico con el poder puede servir.

7 de marzo de 2012

‘Misfits’: Superhéroes normales

Me gusta mucho descubrir series sobre las que no había oído hablar nunca y, que al final, supongan un gran descubrimiento. Últimamente cuando me pongo a buscar nuevas series que ver suelo acertar de pleno. Salvo ‘The Walking Dead’, que me ha parecido entretenida aunque bastante floja, el resto son pequeñas (o grandes) obras maestras. La última de ellas ha sido ‘Misfits’, una producción británica de Channel 4 para su canal E4 que en breve estrenará su cuarta temporada con gran éxito. Aunque su calidad es bastante homogénea, la primera tanda de 6 capítulos son sencillamente geniales (soy muy poco dado a utilizar este adjetivo). Los personajes son creíbles a pesar de sus superpoderes, los guiones son prodigiosos y muy originales y todo encaja de una manera que pocas veces he visto antes en la televisión.

‘Misfits’, que puede traducirse como ‘Inadaptados’, cuenta la historia de cinco jóvenes condenados por diversos delitos a realizar trabajos comunitarios en un centro. Todo cambia cuando un rayo de una extraña tormenta cae sobre ellos dotándoles de poderes especiales, relacionados quizás con su personalidad. Simon, un tímido metódico e inteligente, es capaz de volverse invisible. Kelly, una «choni» a la inglesa, puede leer el pensamiento de los que le rodean. Alisha puede atraer a cualquier hombre con tan sólo tocarlos. Curtis, un exatleta condenado por tráfico de drogas, puede «deshacer» los hechos traumáticos que ocurran en su entorno y Nathan, el graciosillo,… mejor lo comprobáis vosotros mismos al final de la primera temporada.

Sin embargo la serie está más pegada a la calle de lo que en un principio pudiera parecer. Creo que el retrato que hace de los jóvenes marginados es bastante certera y cercana a la realidad. Lo curioso es que consiguen que siempre estemos de su lado aunque roben, mientan o incluso asesinen. Todos ellos tienen fuertes contradicciones internas y nada es blanco o negro, pero en el fondo siempre unos se protegen a los otros. La parte humorística tampoco es demasiado ortodoxa. El humor que cultiva la serie es profundamente negro y dispara en todas las direcciones. Su fuente es casi siempre fruto de situaciones absolutamente rocambolescas que ellos provocan o que soportan.

Otro aspecto muy importante en la serie es la música. La excepcional banda sonora impregna todas las vivencias de estos chicos. De hecho hay quien incluso ha hecho listas de reproducción para Spotify con los temas que aparecen. Algunos son muy reconocibles por todos los que hemos seguido la escena indie británica de los noventa (UNKLE, Underworld, The Chemical Brothers, Prodigy, Massive Attack o Blur entre otros) y los clásicos del pop y del rock o cosas más actuales (The Rapture, The Fratellis, The Horrors, LCD Soundsystem, Kasabian, Klaxons, Justice o Hot Chip). Además, y como curiosidad, Howard Overman (el director de la serie), ha basado el personaje de Simon en la personalidad y estética de Ian Curtis, el malogrado líder de Joy Division. Es algo que se ve claramente. Incluso en la música que escucha están bandas como Kraftwerk o The Cure.



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