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La bitácora personal de Ricardo Martín
Comentando cosas desde 2004
22 de diciembre de 2007

¡Esas farolas!

Algunas imágenes de las farolas de la plaza de Alemania

Había oído hablar mucho de ellas, me habían contado muchas cosas, pero no podía escribir sobre ellas hasta que no las viera personalmente. Y esa ha sido una de las primeras cosas que he hecho al llegar a Zamora. En realidad me las encontré de camino hacia casa. Era ya noche cerrada y he de reconocer que me impresionaron esos focos al más puro estilo de los de los campos de fútbol y que «abrazan» maternalmente la plaza de Alemania. Coomonte ha ejecutado una de sus obras más… inclasificables, que yo calificaría benevolentemente como de enigmático futurismo.

Aunque me cueste, voy a hablar en serio. En realidad las farolas en sí no me parecen mal, pero como suele ocurrir, nuestro querido ayuntamiento no acierta con las ubicaciones adecuadas para el mobiliario urbano. Por su tamaño y su forma parecen diseñadas para ser emplazadas en lugares abiertos. La plaza de Alemania desde luego no lo es. Está rodeada por edificios de considerable altura que encajonan la glorieta. El añadir unas farolas como éstas acentúan esta sensación. Ahora la plaza parece más pequeña y angosta. En cuanto al color, quizás pintadas de un tono claro ganarían mucho… En fin, intercambiando opiniones parece que estas impresiones mías son bastante comunes entre los zamoranos.

30 de noviembre de 2007

‘Zamora en imágenes’ se renueva

Una captura de la web

Por fin, y tras varios meses de preparativos y desarrollo, está lista la nueva web de ‘Zamora en imágenes’. Con esta son ya seis las versiones realizadas, mejorando a cada nuevo paso. Este es, posiblemente, el cambio más profundo que sufre la web. No por la estética ni por la programación, que también han mejorado, sino porque he renovado absolutamente todas las fotografías. Si hasta ahora ‘Zamora en imágenes’ tenía 171 vistas a un tamaño máximo de 400×300 píxeles, ahora son 243 a una resolución máxima de 2000×1330 píxeles. La mejora salta a la vista. Pero este tamaño máximo es sólo una opción. Por defecto las fotos salen a 600×400 píxeles y las miniaturas a 125×75 píxeles. Tampoco he escatimado en la calidad de compresión. Cada una de ellas «pesa» entre 700 Kb y 1,5 Mb, con lo que el nuevo ‘Zamora en imágenes’ ha «engordado» bastante hasta llegar a los 230 Mb.

Como novedad he incluido una opción que he llamado ‘La caja de zapatos’ y que permite descargar todas las viejas fotos de las antiguas versiones en un paquete comprimido. Y hablando de opciones, como siempre me queda la asignatura pendiente de las panorámicas. Prometo incluir algunas dentro de poco, cuando investigue lo suficiente para poder manejarme con el QuickTime VR.

Breve diario de ‘Zamora en imágenes’

Las primeras ideas sobre la nueva web surgieron a finales del año pasado. No eran más que buenos propósitos y no llegué a concretar nada. Simplemente tenía algo en la cabeza que aún no sabía como plasmar. En mayo de este año intenté poner en claro qué es lo que quería hacer, cómo quería organizar la web, cómo tendría que estructurar la base de datos y algunos otros aspectos generales.

Hacia junio tuve que elegir cómo quería programarla. Si quería reforma o ruptura. La ruptura suponía comenzar desde cero. Nueva programación, nuevo concepto de web… Aunque tenía tiempo, no me apetecía meterme con nuevas tecnologías de desarrollo. Pensé que lo realmente importante eran las imágenes, y el contenedor de esas imágenes debía ser atractivo, pero no requería grandes alardes de programación. Además los usuarios no notarían mucho esos cambios.

En julio llegaron las vacaciones en Zamora. Era el momento perfecto para pasar a la acción y hacer las nuevas fotos que irían en la web. Entre los meses de julio y agosto tomé 1329 fotografías de casi todos los rincones de la ciudad. No hace falta que diga que el trabajo de selección de las imágenes fue muy largo y constó de varias fases hasta que por fin quedaron las afortunadas. A él dediqué prácticamente todo el mes de septiembre y parte de octubre, salvo algunos días para crear los primeros prototipos (por cierto, todos fracasados) del futuro interfaz de la web.

Una vez que seleccioné las imagenes, era el momento de procesarlas, corregir el color, crear los diferentes tamaños y encontrar el ratio de compresión óptimo para cada uno de los formatos. A continuación era el momento de la documentación, de buscar información de todos y cada uno de los monumentos y lugares para incluirla en la base de datos. Éste fue el trabajo más tedioso. Me tomé mi tiempo para hacerlo.

Las últimas dos semanas de noviembre las dediqué a la programación y el diseño del interfaz. En cuanto a la programación resolví algunos problemas con el buscador de imágenes y mejoré el método de carga de las fotos.

El interfaz

A la hora de ponerse delante del ordenador a diseñar el interfaz de una web es bueno tener una idea de lo que se quiere hacer, aunque en el caso de ‘Zamora en imágenes’, esto no fue del todo productivo, porque me cerré demasiado al diseño que quería hacer y me olvidé de otras posibilidades mucho más rápidas y con resultado tan bueno o mejor. Es cierto eso que dicen de que más vale mejorar algo que tengas hecho que comenzar de cero en cada nueva versión. Esa máxima la he aplicado en este caso. Lo importante eran las fotos, por eso el interfaz debería ser lo menos «intrusivo» posible. Opté por colores uniformes que no molestaran y que realzaran las fotografías, que es el objeto de la web.

La programación

Tenía bastante claro que quería mejorar la navegabilidad de la web y eliminar la recarga de toda la web cada vez que se quiera visualizar una fotografía. Para ello he tenido que traicionar en cierto modo el uso de los estándares de la W3C. Esto suponía dar un salto al vacío, porque me podía crear nuevos problemas a la hora de probar la web en varios navegadores y sistemas operativos (Internet Explorer y Firefox en Windows, Safari y Firefox en Mac OS X y Firefox y Konqueror en Linux). Por suerte, las pruebas fueron bastante bien y los errores se solucionaron, aunque no sin algunos esfuerzos y disgustos por mi parte. Tal fue el caso del Internet Explorer, al que me costó «domar» un par de días.

Pero como siempre pasa en estos casos, muchas buenas ideas que quería aplicar se han quedado por el camino, víctimas de las incompatibilidades y de las inconveniencias graves. Es el caso de las capas semitransparentes, las animaciones de precarga o los mapas de Microsoft Virtual Earth.

En definitiva…

Ahora ya sólo queda disfrutar de la web y desearos que os gusten las fotos. ‘Zamora en imágenes’ está licenciada bajo Creative Commons, que permite el uso libre de las imágenes para propósitos no comerciales siempre que se cite la fuente donde fue obtenida y se me comunique dónde aparecerá.

15 de noviembre de 2007

Publicidad en Zamora a comienzos del siglo XX (y IV): Otros

Llegamos al final de esta serie de artículos que son el resultado de mi curiosidad y de la Biblioteca de Prensa Histórica. En episodios pasados vimos publicidad sobre tecnología, viajes y salud. Podría haber añadido temáticas infinitas. Así que esta última entrega es un cajón desastre donde cabe un poco de todo.

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Academia de Don Antonio Pina Cuenca (1896). Para «carreras militares y civiles».

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«Carnecería» Luciano de Anta (1899). «¡No confundirse!».

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Comercio de Francisco P. Casaseca (1900). «Toda aquella persona que no quiera desperdiciar la ganga de hacerse rica, que es precisamente lo que la ofrezco, puede pasar al Comercio de FRANCISCO P. CASASECA, y obtener el deseado y simpático Gordo de Navidad, con sólo emplear unas cuantas pesetas en su acreditado establecimiento.

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Gran Taller de Coches de Bernardo Rodríguez Rollán (1901). «Constructor del invento del freno de seguridad en los carruajes y desenganche de los caballos del vehículo en toda ocasión que se desee». «Se cambian coches nuevos por usados».

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Coza House (1910). «La borrachera no existe ya» rezaba este curioso anuncio. Según se aseguraba, el «polvo Coza disgustaba al borracho del alcohol» y «ha reconciliado millares de familias, ha salvado millares de hombres del oprobio y del deshonor y les ha vuelto ciudadanos vigorosos y hombres de negocios muy capaces; ha conducido a más de un joven por el camino derecho de la felicidad, y prolongado muchos años la vida de ciertas personas».

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Nuevo Teatro. Grandes Espectáculos (1917). «El sábado próximo debut de Nati La Bilbainita». Tremendo.

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Academia Eymar (1917). «Se admiten señoritas».

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Depilatorio VENUS (1919).

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Mariano Prieto (1919). «¡¡Todos capitalistas!!».

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Teatro Principal (1919). Una buena oferta de cine para la nochevieja de 1919: el estreno de los episodios 7º y 8º de la «colosal serie» ‘Houdini y el Tanque Humano’.

4 de noviembre de 2007

Envidia por el eFindex

Banner anunciador del eFindex 07

Como he estado por Zamora este puente, al final me he perdido el eFindex 07 que se celebraba en Cáceres del 2 al 4 de noviembre. Hoy pues, era el último día. ¿Y qué es el eFindex? Se trata de unas jornadas de conferencias y actividades orientadas a las nuevas tecnologías y a la sociedad de información y de cómo estas están impactando en la ciudadanía. Los blogs, al ser la principal herramienta participativa de internet, tiene un lugar muy especial dentro de estas jornadas. También lo tienen la Administración y el Gobierno Electrónicos, la alfabetización digital de jóvenes y mayores, el software libre (a la cabeza de Europa aquí en Extremadura con el Linex) o el periodismo ciudadano.

Uno de los fines últimos del eFindex es fomentar la utilización de las nuevas tecnologías en la vida del ciudadano común, y cómo puede expresar sus propias ideas o colaborar en proyectos colectivos a través de internet. Choca ver a los viejetes hablar de blogs, de YouTube o de correo electrónico. Precisamente el eFindex ha creado un canal en YouTube con una decena de vídeos cortos con algunos contenidos sobre el evento.

Los talleres son la forma de participación de los asistentes. Blogs, videoblogs, podcasts y otras hierbas «neotecnológicas» dejaron de ser palabras desconocidas para muchos cacereños y foráneos que se acercaron a las jornadas.

Sinceramente, me produce una envidia tremenda este tipo de actividades, y sobre todo que se organicen en una tierra tan atrasada en temas tecnológicos (y no tecnológicos). Han demostrado que que existe iniciativa y voluntad y se sabe cómo atraer al aficionado, al curioso, al que quiere aprender. Cáceres, una ciudad pequeña, casi olvidada, como Zamora, pero con ganas e ideas de salir adelante y empleando su tiempo en programar actividades interesantes en vez de quejarse y pedir que los saquen del agujero. Pero me temo que en Zamora primero tendrán que cambiar las mentalidades. ¡Y eso sí que es difícil…!

30 de octubre de 2007

Publicidad en Zamora a comienzos del siglo XX (III): Salud

La salud es un tema muy importante, de eso no hay duda. Pero aún lo era mucho más en la Zamora rural de comienzos del pasado siglo. El hambre, la pobreza, la insalubridad y las ideas erróneas y los prejuicios morales hacían que la esperanza de vida de aquellos zamoranos fuera muy corta. Quizás buscando la salud de hierro ansiada, la publicidad de la época estaba repleta de anuncios sobre ungüentos milagrosos, pastillas y otros métodos de dudosa base científica.

Vistos con los ojos del siglo XXI, mucha de esta publicidad nos parece ridícula, pero sin duda en su época debió ser muy efectiva y sobre todo muy rentable. De entre los muchísimos anuncios entre 1896 y 1920 he seleccionado algunos que son bastante representativos:

Anuncio de salud

«Tonicina Granulada Espinar» (1900). Se vendía como «el más poderoso tónico, nutritivo y reconstituyente conocido» y se aseguraba que «cura la anemia, clorosis, palidez, falta de nutrición, digestiones difíciles, etc». Junto a este anuncio otros tres no menos curiosos: las socorridas pastillas para las afecciones del estómago, los consejos que un tal Doctor Tosmae relata en un libro llamado ‘Higiene de la Belleza’ y que contiene recetas para (literalmente) el «aumento de pechos, hombros, caderas, etc, blanquear el cutis, quitar las arrugas» y también «corregir la deformidad». Por último las «Perlas Koch curan los males nerviosos por crónicos y rebeldes que sean».

Anuncio de salud

«Confites Antivenéreos» (1903). «Cura radicalmente la purgación reciente y crónica, gota militar, próstatas, úlceras, flujo blanco de las mujeres, arenillas, catarro de la vejiga, escozores uretrales, cálculos, retención de orina y en 20 o 30 días los extreñimientos uretrales (estrechez), aunque sean crónicos de más de 20 años, y evitar las peligrosísimas sondas».

Anuncio de salud

«Carne Líquida» (1903). «Eficacísimo y sin rival para combatir la inapetencia, debilidad, anemia, consunción, tisis, diabetes, escrófulas, etc».

Anuncio de salud

«Pastillas Preservol» (1910). «Mil veces remunera en salud su coste».

Anuncio de salud

«Depurativo Richelet» (1915). «Purificad Regenerad Fortificad vuestra sangre» espetaba este anuncio, añadiendo que debería tomarse «dos o tres veces por año».

19 de octubre de 2007

Publicidad en Zamora a comienzos del siglo XX (II): Viajes

Desgraciadamente, la situación económica española de las primeras décadas del siglo XX era crítica. Mientras algunas zonas comenzaban a industrializarse, en las regiones rurales el hambre y la falta de perspectivas eran una constante. Muchos tuvieron que emigrar a otras tierras en busca de una vida mejor o simplemente de una forma de ganarse la vida. Revisando la hemeroteca digital de El Heraldo de Zamora queda en evidencia esta realidad. Sobre todo en los últimos años del siglo XIX y los primeros del XX, los anuncios de viajes hacia la tierra prometida, ya sea Brasil, Cuba, Argentina o los Estados Unidos, eran abundantes y copaban casi todas las zonas dedicadas a la publicidad.

Grandes veleros, vapores transoceánicos que tardaban semanas en cruzar el Atlántico. Barcos que muchos zamoranos tomaron en los puertos de Coruña o Vigo, con poco equipaje y sin billete de vuelta. He recopilado algunos de estos anuncios que hoy nos recuerdan, más que nunca, a otros tiempos.

‘Compañía de Vapores-Correos De La Mala Real Inglesa’ (1901). Embarcaciones con nombres como Nile, Thames, Danuba o Clyde comunicaban España con Pernambuco, Bahía, Río de Janeiro, Montevideo o Buenos Aires. En llegar a tierras americanas tardaba 13 o 15 días:

‘Antonio Conde, Hijos. Chargeurs Reunis‘ (1904). De nuevo cargueros hacia Montevideo, Buenos Aires y diferentes ciudades costeras brasileñas. La ‘Línea de Vapores de Arrotegui’ comunicaba mediante una línea regular España con Cuba. «Admiten carga y pasajeros a los que se da un trato esmerado, con vino y pan fresco en todas las comidas y asistencia médica gratuita. A los pasajeros de 3ª clase se les permite pasear por el buque de popa a proa sin obstáculo alguno»:

‘Hulder Line’ (1906). Se aseguran «viajes rápidos y económicos» hacia Buenos Aires y Montevideo. De nuevo «el pasaje de tercera disfruta cómodo alojamiento, buena cama y comida sana y abundante». El pasaje tenía un coste de 201 pesetas, una auténtica fortuna por aquel tiempo:

‘R.P. Houston & Cº’ y ‘Compañías Hamburguesas’ (1910):

‘Compañía del Pacífico’ (1915):

‘American Line’ (1920). A partir de los años veinte, uno de los destinos más prometedores eran los Estados Unidos. La línea Vigo-Nueva York se anunciaba a comienzos de la década en la prensa zamorana. Sus barcos eran «de gran porte y lujo». Viajar en primera clase costaba entre 1490 y 5000 pesetas y en tercera el precio iba desde las 373’35 hasta las 565’75 pesetas:

9 de octubre de 2007

Publicidad en Zamora a comienzos del siglo XX (I): tecnología

Una de las cosas más chocantes de mirar los periódicos zamoranos de primeros del siglo XX son sin duda los anuncios. Publicidad que, con profusión, invadían los diarios de la época. Píldoras y ungüentos milagrosos, viajes en barcos de vapor a Nueva York, Montevideo o Penambuco, bombillas, balnearios y casas de salud, cámaras fotográficas y un etcétera muy largo.

He decidido hacer una pequeña selección de los anuncios más curiosos, tanto por su tratamiento gráfico como por lo novedoso o lo humorístico (a nuestros ojos) de su propuesta. Lo he dividido en cuatro temáticas: tecnología, viajes, salud y varios. Hoy comenzamos con la tecnología.

Dentro del mundo de la tecnología tal y como hoy la conocemos, las bombillas y otro aparataje eléctrico fueron las pioneras a la hora de anunciarse. Marcas que todavía perduran como OSRAM o Philips ya se publicitaban en la prensa pueblerina de Zamora a comienzos del siglo XX.

Bombillas OSRAM (1909). Prometía un bajo consumo (1 vatio por bujía), blancura de su luz y una duración de 1.000 horas, muy poco para los parámetros actuales:

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EGMAR, la única bombilla irrompible (1912). La «moda» de las bombillas irrompibles comenzaba. Se vendían como su principal característica. Desconozco la fragilidad de las bombillas antiguas, pero a juzgar por el bombo que se le da a la dureza, no dudo que fue un gran logro:

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Lámpara Philips (1913). Un hombre musculoso con una maza se dispone a golpear la irrompible bombilla Philips. «Desconfiad de otras clases que sólo significan imitaciones inferiores», reza el eslogan:

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Aparatos y Discos «Gramophone» (1913). Bajo el logo muy conocido de His Master’s Voice, el Gran Bazar de Salvador Álvarez vendía la «mejor máquina parlante». Me pregunto si también vendían los discos de música:

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«ODEON», Máquinas Parlantes (1914). La última tecnología de 1914 para la reproducción de música en otra «máquina parlante». Por 100 pesetas incluía el aparato y 10 discos «grandes dobles». Se remarca que «todos los discos de esta casa son dobles». Daría lo que fuera por ver esa tienda y esos discos:

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Máquinas de escribir «Meteor» (1914). Si las «máquinas parlantes» era la última tecnología de la época, no lo era menos las máquinas de escribir. Hoy podríamos equipararlos a los ordenadores personales. De hecho no había ninguna tienda en Zamora que las vendiera. Se dice que tiene «todos los adelantos de las marcas caras dentro de un precio reducido», un «tipo hermoso de letra», «pesa 5 kilos y se entrega con elegante maleta». Nada que envidiar a los modernos ordenadores portátiles…:

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Kodak, el complemento de la vida en el campo o en la playa (1917). Las primeras cámaras fotográficas portátiles fueron las Kodak. Baratas y populares, eran ideales para que los aficionados hicieran sus primeros pinitos en este arte. Se dice que «su manejo es tan sencillo que se domina en media hora» y que las fotografías se «revelan a la luz del día», algo que no acabo de entender:

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Calculadoras y sumadoras (1920). Las predecesoras de las calculadoras electrónicas de bolsillo eran estas máquinas que ayudaban al sufrido tendero a hacer sus cálculos:

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