Otros años –prácticamente todos diría yo– el asunto musical solía estar bastante descompensado entre lo nacional y lo internacional a favor del primero. Quizá fuera la cercanía, el entender mejor las letras o el identificarse más con las historias… Este año ha sido al revés. En cuanto a discos, han tenido mucho más peso los publicados más allá de nuestras fronteras. Con esto no quiero decir que lo de aquí no me interese tanto como otros años, sino que la cosecha ha sido algo más escasa que en otras ocasiones. De todos modos, como veréis, la selección ha sido excelente. Al igual que lo que ocurrió el año pasado con Triángulo de Amor Bizarro, esta vez –sin tanta contundencia, eso es verdad– el fenómeno Niña Polaca ha arrasado. Su disco de debut ha sido estupendo y lo he situado como mi disco español favorito de 2021. Los granadinos Unidad y Armonía –músicos experimentados de bandas consolidados– sorprendieron a mitad de año con su segundo trabajo… En cuanto a temas, la cosa cambia y los diez magníficos del año lo son de verdad y para que estén, muchos otros se han quedado fuera. Pero vayamos ya con la lista:
Discos nacionales favoritos de 2021
Alexanderplatz – Parques Nacionales Españoles. Alejandro Martínez, mitad del grupo murciano Klaus & Kinski, se había mantenido casi mudo desde que la banda se disolvió en 2013. Era evidente que seguía trabajando en la sombra con un nuevo proyecto. Este disco de debut de Alexanderplatz es deudor del sonido de su anterior grupo, que podían haber firmado perfectamente, pero sin la voz que echamos de menos de Marina Gómez. Quizá sea esa la pieza que falta para un disco que compositivamente es impecable, revelando una vez más algo que ya sabíamos, y es que Alejandro es uno de los mejores autores del panorama independiente español.
Exnovios – Un Nuevo Día. El tercer disco de los pamplonicas es, sin duda, el mejor. Especialistas en el difícil arte de emparejar la herencia musical de la psicodelia patria de finales de los años sesenta (los últimos Brincos por ejemplo) y el space-rock de los ochenta (sí, Spacemen 3), aquí suben un escalon más. Distorsión, sintetizadores, también guitarras folkies y un toque Jesus and Mary Chain: así es la unión tranquila y amable de estilos que destilan en ‘Un Nuevo Día’. Un disco genial.
Kokoshca – Kokoshca. Otros navarros ilustres. La banda ya veterana lanzaron este 2021 un disco homónimo a priori extraño, como un cajón desastre, heterogéneo y con canciones que evolucionan como la rara ‘Himno de España’. Según comentan ellos mismos, este trabajo es más positivo, más alegre… Puede que así sea, pero la mala leche en algunos cortes está presente, la crítica social y política y un estilo siempre reconocible que, si pierde el equilibrio, siempre cae del lado más punk.
Unidad y Armonía – Un Verano Invencible. Cuando hablé en su momento de este disco me pareció la sorpresa nacional inesperada del año. Y así se ha confirmado con el tiempo. ‘Un Verano Invencible’ es psicodelia, un poco (o un mucho) de Pink Floyd, un poco de Triana, algo de post rock y unos arreglos ampulosos y barrocos repletos de instrumentaciones de otras décadas y un aire elegante y nostálgico. No es habitual encontrar trabajos así en el mundillo independiente nacional. Actitud, oficio e inspiración.
Niña Polaca – Asumiré la Muerte de Mufasa. Ha sido la sensación del año. Tanto que incluso ha trascendido la hermética indiesfera para sonar en radios generalistas a donde solo llegan Supersubmarina, Vetusta Morla y pseudogrupos similares (que algunos llaman indies). Y desde luego todo el mérito es suyo. El debut de los madrileños nos trae ecos de la movida, de Los Enemigos y unas letras desgarradoras, irónicas y muy personales (no sabemos si basadas en hechos reales o no). La fuerza, las guitarras, y a la vez la sensibilidad. Una mezcla interesante con melodías inmediatas y una capacidad para fabricar himnos de la nada poco vista. Sin duda el disco del año.
Mis canciones nacionales favoritas de 2021
Bala – Agitar
Unidad y Armonía – Somos excusa
Niña Polaca – Joaquin Phoenix
La La Love You – La canción del verano
Emilia, Pardo y Bazán – El paso honroso
Alba Messa – La noche
Kokoshca – Himno de España
The Ribbons – Cobardía
Betamax – Corazones de papel
Exnovios – Luz, espacio, tiempo
Para terminar, los videoclips y video lyrics que he encontrado, en orden inverso:
Cerramos el año 2021 con el clásico repaso a mis discos y canciones favoritas de fuera y de dentro. Muchos discos que revisar estos días, muchos recuerdos que vuelven… Terminamos una temporada repleta de emociones donde la música ha estado presente todos y cada uno de los días. Los primeros meses recibimos una avalancha de música excelente como hacía mucho tiempo que no ocurría. Digerir y racionalizar todo este torrente no ha sido sencillo. Para poder haber incluido todo lo interesante que se ha producido este año deberíamos ampliar la lista de diez a, tal vez, veinte temas. Se han quedado fuera muchos grandes bien por haber sido publicados antes de diciembre del año pasado o bien por el simple hecho de que todo es limitado, y las listas también. Todas las clasificaciones son, en última instancia, injustas y mutables. Pero también me alegra saber que la música que me gusta de un modo u otro se sigue desbordando y es cada vez más complicado atender a todo. Siempre he tenido el temor de que con la edad la música que se hace ahora mismo no me dijera nada y prefiriera refugiarme en los discos del pasado, como algunos nostálgicos que conozco. Afortunadamente es todo lo contrario.
Vamos ya con el repaso a la lista de mis favoritos internacionales de 2021. Como veréis, es un listado bastante francófono. Una rareza que es posible que nunca se vuelva a repetir. ¿Esto a qué se debe? Cualquiera sabe… Cosas del azar y de los dioses de la música.
Discos internacionales favoritos de 2021
Wolf Alice – Blue Weekend. Los británicos publican este tercer trabajo que ha sido bien tratado por la crítica. Está claro que la riqueza compositiva e instrumental, la variedad de estilos dentro de una línea personal y el recorrido por el pop-rock de las últimas tres décadas, ha hecho de este su disco más sólido hasta la fecha. Ahí tenemos temas contundentes como ‘Smile’, ochenteros como ‘How can I make it OK?’, nuevaoleros como ‘Play the greatest hits’ y sobre la mayoría sobrevuela un aire dream pop que lo envuelve todo.
Mogwai – As the Love Continues. Mogwai son unos viejos conocidos. Vengo siguiendo a la banda desde que estos escoceses afiliados al post-rock publicaran su debut ‘Young Team’ allá por 1997. Es verdad que años después les perdí la pista y ahora me sorprenden –a mí y creo que a muchos que nos gustó su debut– con un estilo al que siempre han sido fieles, pero que han sabido moldear y adaptar a los nuevos tiempos. Un disco muy disfrutable con temazos como el que abre el disco ‘To the bin my friend, tonight we vacate earth’, ‘Ritchie Sacramento’ o ‘Drive the nail’ que nos recuerda tanto a aquel ‘Summer’ legendario.
Gaspard Augé – Escapades. El cincuenta por ciento de los galos Justice nos presenta un disco instrumental y un ejercicio de nostalgia recuperando sonidos de los setenta y los primeros ochenta. Para ello desempolva viejos sintetizadores, echa mano de mucho humor (o más bien diríamos ironía) que se trasluce en los avances de los cortes de ‘Escapades’ en forma de videoclip que podemos ver en las redes. El retrofuturismo francés era esto. Un disco que nos recuerda a sus compatriotas Daft Punk años atrás en ‘Random Access Memories’. Para escuchar mientras conducimos un Citroën CX…
Coeur de Pirate – Impossible à Aimer. Es posiblemente mi gran sorpresa internacional de última hora de este 2021 y no me explico como no descubrí antes ninguno de sus discos. Esta quebequesa, de nombre Béatrice Martin, a pesar de su juventud (32 años), tiene ya una prolífica carrera como autora y cantante de la que aquí no tenemos referencias. En su estilo no encontraremos grandes innovaciones, pero sí un conjunto de canciones bien compuestas, exquisitas al estilo de la chanson francesa, con un toque retro, nostálgico y orquestaciones lujosas. Una pequeña maravilla que encantará a francófilos y, posiblemente, al público general.
La Femme – Paradigmes. Tenía muchas ganas de que La Femme, una de mis bandas francesas favoritas, lanzaran un disco verdaderamente contundente. Sabía que cuando lo hicieran iba a estar en lo más alto de mis favoritos. Y así ha sido. ‘Paradigmes’ es ese trabajo que los fans de los de Biarritz que estabamos esperando. Desde aquel ya lejano ‘Psycho Tropical Berlin’ (2013), su progresión ha sido ascendente. Ese estilo mutante e irrepetible del que hacen gala, esa batidora que consigue mezclar a la Virgen de la Macarena en un medio tiempo «gainsbourgiano», sonidos tropicales junto a sintetizadores y trompetas casi be-bop entre otros hallazgos. Y es que La Femme es puro mestizaje de estilos, donde todo termina por encajar. Y en ‘Paradigmes’ esto toma un cariz milagroso.
Mis canciones internacionales favoritas de 2021
La Femme – Le jardin
Coeur de Pirate – On s’aimera toujours
Pearl Charles – Only for Tonight
Gaspard Augé – Captain
Celeste – Tonight tonight
TEKE::TEKKE – Yoru ni
Billie Eilish – Happier than ever
Little Simz – Introvert
A Place to Bury Strangers – Playing the part
Mogwai – Ritchie Sacramento
Para terminar, los videoclips y video lyrics que he encontrado (que son todos), en orden inverso:
La serie ‘Historias para no Dormir’ es uno de los clásicos de nuestra televisión. Poco se puede añadir sobre esta obra de Chicho Ibáñez Serrador que revolucionó el casi inexistente panorama audiovisual de mediados de los sesenta. Entre 1966 y 1968 se emitió una primera etapa, pero no fue la única. En 1974 con ‘El Televisor’ de un inolvidable Narciso Ibáñez Menta, regresó en una única entrega. 1982 fue el año en el que vivimos (vivieron) una nueva tanda de episodios. Entre 2007 y 2009 también se emitieron en formato largo nuevas historias bajo el título de ‘Películas para no Dormir’. Por todo esto, el que llegara una nueva entrega no debe suponer una sorpresa. Las plataformas de streaming buscan crear nuevos contenidos y era cuestión de tiempo que llegara una etapa más de la serie. Esta vez en forma de cuatro episodios que son tres reinterpretaciones de antiguos episodios (‘La Broma’, ‘El Doble’ y ‘El Asfalto’) y un «metaepisodio» (‘Freddy’).
El elenco es de primer nivel, ya que podemos ver a Eduard Fernández, Dani Rovira (aquí no está acertado), Raúl Arévalo o Inma Cuesta. En la dirección están Rodrigo Cortés o Rodrigo Sorogoyen. No voy a desgranar el contenido de cada uno de estos cuatro capítulos, sólo comentar que me ha sorprendido especialmente ‘Freddy’. En esta versión la historia nos retrotrae a la grabación del ‘Freddy’ original en 1982 y a los supuestos acontecimientos extraños que sucedieron. La inteligencia de Paco Plaza en el planteamento para no realizar un simple «remake» actualizado ha sido notable.
En definitiva, una miniserie muy disfrutable para todos aquellos que vieron las anteriores etapas y que son aficionados a la obra de Chicho. Es verdad que son propuestas muy diferentes y con resultados muy variopintos. En todo caso, echo en falta más episodios originales, quizás alguno de ambientación gótico-victoriana al que la serie original era tan aficionada. Curiosa. 6,5/10.
El cine surcoreano tiene mucha tradición ya en el mundo audiovisual. Desde los años 80 y sobre todo 90 nos han regalado excelentes películas con el toque especial que los diferenciaba de otras filmografías de extremo oriente. La moda de lo coreano lleva ya unos años instalada entre nosotros. El K-Pop o las series hacen que nos resulte cada vez más familiar este lejano país. Y para rematar la jugada, ‘El Juego del Calamar’ (‘오징어 게임’ en el original), un fenómeno televisivo de la mano de Netflix que ha descubierto al gran público (si no lo había hecho ya) la idiosincrasia de la sociedad surcoreana. Pero, ¿por qué ‘El Juego del Calamar’ ha tenido tal éxito? Probablemente no lo sepamos nunca, pero si hay varios factores que en mi caso me han atraído. En primer lugar, el enigma continuo. Los jugadores que son convocados no conocen nada, ni a los juegos a los que se enfrentan, ni quién está detrás de todo, ni quiénes son sus compañeros. Por otro lado, el evidente dilema moral de matar o morir, que pone a los protagonistas en situaciones tensas y extremas, tanto que puede llegar a provocar angustia. Tampoco hemos de olvidar la estética novedosa. La serie huye de los convencionalismos y, a mi parecer, acierta de plano con el diseño de decorados, de vestuario y de fotografía. Y por último, la sensación de mundo distópico que ahora nos resulta tan familiar y que hace que nos podamos identificar con los protagonistas mucho mejor que si no hubiéramos vivido lo que hemos vivido.
Pero, ¿de qué va la serie?. El protagonista principal es Seong Gi-hun, un pobre hombre a la que la vida no le ha sonreído, en parte por sus adicciones al juego y por su mala cabeza. Un día un extraño le propone un juego con el que ganará mucho dinero. Descubrirá con horror que tanto él como los otros 455 jugadores, tendrán que sortear la muerte en cada una de las pruebas, dejando al descubierto las grandezas y las miserias humanas.
Aunque el desarrollo de la serie es correcta y a veces incluso deslumbrante y abrumadora, hay aspectos en el guión que no terminan de encajar o que al menos no son suficientemente explicadas, consiguiendo decepcionar en algunos episodios más o menos irregulares que empañan un poco el resultado final. En cualquier caso una buena obra audiovisual que no sabemos todavía si pasará a la historia o si la olvidaremos cuando llegue el siguiente fenómeno. De momento, recomendable verla. 7/10.
En mi búsqueda de filmografías exóticas (en las series para televisión o plataformas también) me he encontrado con cosas de todo tipo. Reconozco que lo primero que me llamó la atención es que ‘C’est Comme Ça que Je t’Aime’ (‘Felizmente Casados’ es su título en español) era una producción canadiense francófona de la región de Quebec realizada en 2020. Ambientada en los años setenta en un suburbio de Montreal, todo son mostachos extremos, coches enormes, decoraciones hogareñas estrambóticas y esa estética tan peculiar de la norteamérica de mediados de esa década. Por supuesto los actores nos son completamente desconocidos y el director, Jean-François Rivard quizá sólo sea conocido en su país natal por haber realizado telefilmes de bajo presupuesto.
Dos matrimonios vecinos y prácticamente de la misma edad, han entrado en crisis. La monotonía, los hijos, el intentar tener una vida ejemplar, les ha llevado hasta un punto en que el hastío se ha apoderado de ellos. Por causas accidentales se ven enredados en luchas entre las mafias de criminales locales. Pronto descubren que esto les hace sentirse más vivos que nunca, así que comienzan una orgía de sangre, asesinatos y drogas, convirtiéndose en el terror del hampa de Montreal.
No sé si es algo intencionado, pero Rivard recuerda bastante en cuanto a personajes, situaciones y tipo de humor, a los hermanos Cohen de ‘Fargo’ o ‘El Gran Lebowski’. ¿Una copia mala de estos genios? ¿O el genio es Rivard por entrar sin complejos y con un envidiable desparpajo en el universo «coheniano»? Que cada uno juzgue. En mi opinión, la primera parte de la serie es realmente desternillante, algo descolocante al principio, pero cuando se ve de qué palo van, se vuelve más disfrutable… hasta llegar a los últimos dos capítulos, donde descarrila alarmantemente. Los actores están correctos y cumplen su cometido con una vis cómica bastante interesante. Por cierto, estupenda banda sonora. Recomendada para amantes de las rarezas. 7/10.
‘The Durrells’ es una rara avis en el panorama audiovisual actual. No es muy habitual encontrar una producción que aúna naturalidad, honestidad, sensibilidad y calidad. La serie basada en ‘The Corfu Trilogy’ escrita por Gerald Durrell es una adaptación excepcional, emitida por la BBC entre 2016 y 2019. Además cuenta con el aliciente de que se trata de una historia real, narrada por el pequeño de la familia, el que con el tiempo sería uno de los principales naturalistas del Reino Unido. También su hermano Lawrence Durrell consiguió ser un notable novelista.
La serie cuenta la historia de Louise Durrell, una reciente viuda que emigra del Reino Unido con sus hijos en busca de una vida más sencilla y económica. Llega a la isla griega de Corfú, a un país extraño, con una lengua, una cultura y una religión muy diferentes de la inglesa. Tanto ella como su descendencia tendrán que adaptarse a las nuevas circunstancias, dando lugar a un sinfín de situaciones. Allí conocerán a personajes variopintos que facilitarán o complicarán las cosas.
Dentro del elenco tenemos a uno de los actores británicos de moda, Josh O’Connor, conocido sobre todo por su interpretación magistral del Príncipe Carlos en ‘The Crown’. Aquí también es uno de los pilares que sostiene la serie a nivel de actuación. Eso no significa que el resto no estén al nivel, al contrario. La bis cómica de todos ellos es impresionante y las tramas a veces enrevesadas funcionan perfectamente dando como resultado una producción muy entretenida y divertida. Por contra, a medida que avanzan las temporadas (son cuatro en total) pierde algo de fuerza y frescura. Pero a pesar de todo una serie que gustará a todo tipo de espectadores y una de las mejores series de la pasada década. 8,5/10.
Os seguimos comentando discos interesantes que darán que hablar esta temporada. En esta ocasión tenemos a Niña Polaca, una banda a medio camino entre Madrid y Alicante y donde tenemos a un miembro compartido con Ginebras, Sandra. Los conocimos el año pasado con ‘Madrid sin ti’ y de inmediato algo nos removió. Supimos que no eran un grupo más. ‘Asumiré la Muerte de Mufasa’ es su debut en largo con material nuevo.
¿Y qué nos ofrece Niña Polaca? Un pop-rock (a veces tocando el punk por un extremo y el pop nuevaolero madrileño por el otro) descarado e inmediato con facilidad para la melodía y para letras trascendentes en lo cotidiano. Las letras enmarcan geográficamente la mayoría de las historias en Madrid con numerosas referencias. El toque chulesco de la voz de Álvaro nos recuerda a décadas pasadas (Burning, Los Enemigos o La Mode) y esa portada ochentera lo deja bastante claro.
De los once cortes que componen el disco es fácil hacer una escucha completa y darse cuenta de que sólo sobra ‘Magaluf’, por concepto y por lo anecdótico del tema. Una lástima, porque podía haber quedado un tracklist impecable. Por lo demás, un trabajo que merece mucho la pena y que estará en lo más alto del año. 8/10
rmbit está bajo una licencia de Creative Commons.
Plantilla de diseño propio en constante evolución.
Página servida en 0,041 segundos.
Gestionado con WordPress