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La bitácora personal de Ricardo Martín
Comentando cosas desde 2004
8 de mayo de 2008

Frank J. Tipler y ‘La Física de la Inmortalidad’

Hace unos meses hablé por aquí de Rupert Sheldrake, uno de los científicos más heterodoxos y polémicos que existen en la actualidad, vapuleado y admirado a partes iguales por su teoría de los campos morfogenéticos. No menos polémico es Frank J. Tipler, físico y matemático de la Universidad de Tulane en Nueva Orleans. Tipler es un investigador de reconocido prestigio en todo el mundo y ha publicado sus trabajos es las revistas más importantes del sector. En mi opinión es el vivo ejemplo de cómo usando las leyes de la física se puede teorizar sobre absolutamente cualquier cosa sin que nadie pueda rebatirlo con argumentos. Y es que Tipler utiliza argumentos tan sólidos, como volátiles y difíciles de comprobar.

Su principal obra, y la que provocó todo el revuelo hace unos años es ‘La Física de la Inmortalidad’ (1994), un ensayo donde expone una compleja teoría sobre la posible existencia de una conciencia superior (o más bien una suprainteligencia artificial), creada por las propias especies inteligentes, cuyos avances científicos llegarían a tal nivel que conseguirían controlar el comportamiento del universo y del tiempo. Esta ciencia todopoderosa conseguiría recrear el pasado, el presente y el futuro, de forma que podría simular la vida de todos los seres que han vivido. Sí, suena muy raro. En la Wikipedia creo que lo explican algo mejor:

El científico argumenta que la evolución natural de las especies inteligentes dará como resultado el crecimiento exponencial del progreso científico, posibilitando un control absoluto sobre el universo, incluso a la mayor escala.

Tipler predice que este proceso debe culminar con una inteligencia artificial casi todopoderosa cuya velocidad de computación y capacidad de almacenamiento informático crecerán del mismo modo exponencialmente, y a un ritmo que impedirá el colapso del universo, proporcionando así un infinito «tiempo virtual», el cual será utilizado para desarrollar simulaciones informáticas de toda forma de vida inteligente que alguna vez haya existido en la historia del universo. Dicho ejercicio de realidad virtual es lo que Tipler denomina la «resurrección de los muertos».

Juzgad vosotros si este hombre está para que lo encierren o si tiene razón. Yo no he leído el libro, pero tengo la sensación de que no hubiese servido de nada… Ah, por cierto, en el programa número 170 de ‘Redes’, Eduardo Punset le hizo una entrevista. No he podido verla porque no la he localizado.

7 de mayo de 2008

El Barómetro del Real Instituto Elcano

Esta semana ha salido en los medios de comunicación algunos resultados sobre la 17ª Oleada del Barómetro que realiza el Real Instituto Elcano, una fundación privada creada en 2001, pero con vocación de servicio público. Su principal misión es la de analizar las interacciones y relaciones de España y los españoles frente al mundo exterior. El barómetro está compuesto por una encuesta realizada a ciudadanos de todo el país y en la que se interroga al encuestado sobre diferentes asuntos de la actualidad internacional.

De esta 17ª oleada, se pueden sacar un montón de datos interesantes sobre nuestras opinión del mundo que nos rodea. Para un 56% de los españoles, la situación internacional es bastante mala. Somos pesimistas. El 26% piensa que es bastante buena y sólo el 4% que muy buena. Y aquí empiezan las conclusiones: a mayor edad, peor percepción. Los votantes declarados de la derecha también tienen una visión más pesimista de la situación del mundo. En cuanto a la visión del futuro, la cosa se reparte entre el 32% que cree que irá a peor, el 30% que cree que seguirá igual y el 28% que opina que mejorará. De nuevo aquí la izquierda es más optimista que el centro y la derecha.

En otra pregunta se radiografía a la perfección cómo piensan las ideologías. Los resultados son del todo previsibles. Se pregunta por las principales amenazas del mundo. Mientras que para el centro y la derecha, la principal es el terrorismo internacional, la izquierda se inclina más por el calentamiento global y para quienes ni la inmigración ni los gobiernos populistas en América Latina suponen una gran amenaza. Y siguiendo con la política, casi la mitad de los encuestados pensaron que la primera legislatura de Zapatero no presto suficiente atención a la política exterior.

Y aquí llega quizás el titular de toda la encuesta. O al menos es lo que más han recalcado los medios, sobre todo la prensa escrita. A la pregunta de qué candidato le gustaría que ganase las elecciones de noviembre en los Estados Unidos, un abrumador 38% apostaba por Barak Obama, mientras que Hillary Clinton se quedaba con un 23% y McCain con un testimonial 5%. Entre los encuestados de 18 a 64 años, Obama duplica a Clinton en preferencias. Sólo entre los jubilados gana Hillary con un 26% frente a un 25% de Obama. ¿Hay alguna forma de explicarse esto?. Barak Obama, como era previsible, arrasa entre los que tienen estudios más altos y entre los votantes de izquierda.

Cambiando de asunto, pero todavía centrados en los Estados Unidos, se preguntó a los españoles sobre la guerra de Irak. Las cosas siguen más o menos igual que hace cinco años. Un aplastante 91% piensa que la guerra no mereció la pena. Incluso entre votantes del PP ese porcentaje asciende hasta el 79%. La mitad opina que la situación en Irak es ahora peor que con Saddam Husein, incluso entre los votantes de derecha.

Podría estar destripando la encuesta un rato más, pero lo mejor es que, si os interesa le echéis un vistazo, porque se tratan otros temas de actualidad como el boicot a los Juegos Olímpicos de Pekín, la independencia de Kosovo, el «choque de civilizaciones» y otros muchos.

6 de mayo de 2008

Nombres de dominios ministeriales

Ya me había dado cuenta antes, pero a raíz de leer la noticia de que un «okupa» cibernético había registrado los nombres elegidos por los nuevos ministerios para sus direcciones web (llamados nombres de dominio de segundo nivel) me he dado cuenta del caos que hay montado en la internet ministerial. Para muestra, un botón: mientras el Ministerio de la Presidencia es www.mpr.es, Presidencia del Gobierno es www.la-moncloa.es, el Ministerio del Interior es www.mir.es o el de Vivienda es www.mviv.es. Es decir, no existe una estandarización, ni los nombres de los dominios son muy significativos. Lo único en común es la «m» de ministerio, y quizás fuera lo que sobra. Lo mejor (y más intuitivo) es utilizar la estructura de dominios de internet que ya está prefijada por la ICANN. De este modo se utilizaría un dominio de segundo nivel del tipo «gob» (como el otros países de habla hispana), relegando al tercer nivel el nombre del organismo gubernativo.

Siguiendo esta pauta, la Presidencia del Gobierno sería www.gob.es, el Ministerio del Interior sería www.interior.gob.es o bien interior.gob.es, el de Vivienda sería vivienda.gob.es, el de Igualdad igualdad.gob.es, el Ministerio de Presidencia presidencia.gob.es y así con todos. Los que engloben varios departamentos, como el nuevo Ministerio de Medio Ambiente, Medio Rural y Medio Marino podría entrarse por cualquiera de estos: medioambiente.gob.es, mediorural.gob.es o mediomarino.gob.es, redireccionando posteriormente a una sección de la web ministerial.

Además de estar bien organizado, cumplir ciertos estándares no escritos y ser más fáciles de recordar, evitaríamos los episodios de «okupación» cibernética y también que el ministerio de turno tenga una abreviatura como nombre de dominio que ya exista. Sin ir más lejos, el Ministerio de Igualdad según esa lógica debería ser www.mig.es o www.mi.es. Este último no puede asignarse, ya que la ICANN no permite nombres de dominio de dos letras. Y www.mig.es es una web de diseño catalana.

Aunque existe un Reglamento que permite a la Administración «expropiar» los dominios .es que se sospecha que pudieron ser registrados con mala fe, en la práctica no es un procedimiento sencillo y puede llevar mucho tiempo. Veremos en qué queda todo esto.

5 de mayo de 2008

Ladytron: Tecnopop no tan pop

Ladytron, reviviendo la fantasía romántica de los ochenta

Ladytron es una de mis bandas favoritas de la última década. También, por lo que veo, se han hecho un hueco en los gustos de mucha otra gente. Han pasado ya tres años desde que publicaran el magnífico ‘Witching Hour’ (que comenté aquí), en el que viraron el rumbo de su sonido hacia aguas más turbulentas. El próximo 3 de junio publicarán ‘Velocifero’, un trabajo en el que los de Liverpool siguen avanzando por el mismo camino que su predecesor.

Hasta la fecha siempre han sido muy consecuentes con su evolución. ‘Velocifero’ ofrece más sintetizadores, bases programadas, más guitarras y más presencia de Mira, la chica búlgara con aspecto «severo», que canta cuatro temas ella solita (dos en su lengua materna: ‘Black Car’ y ‘Kletva’). Ladytron siguen conservando pegada y talento para esas melodías ochenteras tan pegadizas, que al fin y al cabo es lo que buscamos en ellos.

Se nota la producción de Alessandro Cortini, productor, por ejemplo, de algunos trabajos de Nine Inch Nails. Su sonido se ha vuelto un poquito (no mucho) más áspero que en ‘Witching Hour’ y en cierto modo más intimista y reflexivo. Su primer sencillo ‘Ghosts’ se publica el 12 de mayo, pero ya podéis escuchar buena parte del disco en el MySpace de la banda. Además allí podréis descargaros ‘Black Car’, el primer tema del álbum.

4 de mayo de 2008

‘Los Falsificadores’

La coproducción germano-austríaca ‘Los Falsificadores’ (2007) es una de las películas europeas del momento. En parte por haber ganado el Oscar a la mejor película en habla no inglesa y sobre todo por el buen hacer de su director Stefan Ruzowitzky. La materia prima, el libro en el que está basado el guión, también daba para una buena historia. Y es que ‘Los Falsificadores’, a pesar de parecer una trama de ficción, refleja fielmente las memorias de Adolf Burguer, un judío eslovaco condenado a morir en un campo de concentración nazi. Lo único que pudo salvarlo fue su habilidad artística.

El régimen de Hitler lo reclutó junto con otros judíos presos para poner en marcha la Operación Bernhard. Esta operación secreta absolutamente verídica trataba de fabricar billetes falsos de libras y dólares para inundar el mercado y provocar la bancarrota de los sistemas financieros británico y estadounidense. De no haber sido por el inteligente retraso que provocó Burguer, quizás el final de la segunda guerra mundial hubiera sido muy diferente.

La historia es ya de por sí atractiva, pero Ruzowitzky la sabe dirigir en el tiempo justo (menos de 100 minutos), con las palabras justas y los planos justos. Nada sobra y nada falta. La trama se desarrolla con una asombrosa agilidad sin descuidar los detalles ni la crueldad propia de los campos de concentración. Buena parte del peso de la película recae sobre su protagonista Salomon Sorowitsch, interpretado por el magnífico actor Karl Markovics, que borda su papel.

La vida, la muerte, la lucha por la supervivencia… Todo choca en una historia repleta de dilemas morales. ¿Estaríamos dispuestos a ayudar al enemigo a ganar la guerra a cambio de salvarnos y vivir un futuro quizás incierto?

3 de mayo de 2008

Género y sentido común

Vivimos en una sociedad en la que nos gusta sacarle punta a todo. No importa de qué asunto se trate; siempre habrá alguien que le busque las vueltas al asunto y retuerza cualquier argumento con tal de favorecer sus ideas. Uno de esos temas «polémicos» es el del género y las dichosas discusiones a cuenta del masculino, el femenino, las profesiones, que si «españoles y españolas» o sólo «españoles» y una larga hilera de disquisiciones estériles por el estilo.

Según mi opinión, estamos justo en un punto de inflexión sobre este asunto. Hace unas décadas nadie discutía que palabras como «jueza» no debían existir. Sin embargo hoy está admitido por todas las Academias del español. Imagino que lo mismo ocurrirá con otras palabras, cuyo femenino ahora nos suena extraño pero que por el uso terminará por imponerse. Otras, por las extrañas razones y caprichos de los hispanohablantes (que son los que finalmente deciden), desaparecerán o quedarán sólo en ámbitos reducidos. Es ley de vida.

En cualquier caso me parece bien que se fomente un lenguaje no sexista (en lo que afecta a este tema) y que al final la «selección natural» haga su trabajo. En el caso de los masculinos genéricos (decir niños para niños y niñas) no veo con malos ojos el uso de los dos géneros, tal y como nos tiene acostumbrados el lehendakari Ibarretxe. Al fin y al cabo, las lenguas se inventaron para entendernos entre nosotros. El uso de uno o dos géneros no va a interferir en esta tarea. Dejemos que las cosas ocupen su lugar.

2 de mayo de 2008

Bicentenario del cainismo

Como supongo que todos sabéis, hoy se celebran los doscientos años desde que el pueblo de Madrid se rebeló contra la invasión francesa. Durante muchos años, el nacionalismo franquista (bueno, y mucho tiempo antes también) exaltó esta revolución popular contra los invasores como un gran hito dentro de la historia española y demostración de la «raza» de este pueblo aguerrido. Supongo que es cierto que fue aguerrido, pero también fue fácilmente manipulable por las autoridades.

Las tropas de Napoleón fueron brutales en su avance por la península, arrasando y violando a su paso, pero no menos brutal fueron las acciones de las guerrillas españolas, que actuaban sin ley ni medida. Se puede decir que las dos Españas afloraron por primera vez durante esta contienda. Los conservadores o defensores del viejo régimen absolutista y religioso y los que abogaban por un estado constitucional moderno. Por tanto no podemos caer en maniqueismos de franceses contra españoles. El asunto es más complejo porque aquellos años dirimieron temas muchos más trascendentales que la mera expulsión de unos invasores.

Esta complejidad pudo verse con toda su intensidad después del fracaso del «conato constitucional» de Cádiz de 1812 (con el inédito acuerdo entre ilustrados liberales y absolutistas). Nuestra primera constitución sólo duró dos años. El fin de la guerra supuso el retorno de los Borbones en 1814. Fernando VII abortaría todos los intentos de liberalizar el país. Una vez más, la lucha del pueblo llano, ignorante y que sin duda actuaba de buena fe, sirvió como herramienta para que los poderosos provocarán una involución. España volvió al absolutismo que duraría hasta la muerte del monarca en 1833.

Después de toda esta parrafada me pregunto, ¿Realmente hay algo que celebrar? ¿Quizás el nacimiento de una conciencia nacional, y por tanto de patriotismo español y del cainismo?



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