19 de enero de 2008
Anoche, y casi improvisadamente, La 1 de Televisión Española emitió los 16 episodios de ‘Enigmas’ en un sólo programa especial de dos horas. El espacio sobre misterios y temas paranormales presentado por Javier Sierra estaba inicialmente previsto para las noches de los miércoles. Desconozco cuales son las razones de este cambio, pero la verdad es que el programa pintaba bien a priori, aunque tratara los mismos temas clásicos de siempre sin aportar ningún punto de vista nuevo. A saber, OVNIs, reencarnación, la Sábana Santa, casas encantadas, sociedades secretas y un largo etcétera. Son asuntos de lo más interesantes, pero ya tan repetidos que cansan un poco.
No sé si la idea era hacer una especie de ‘Cuarto Milenio’, pero desde luego, y después de ver algunos de los reportajes emitidos anoche, no creo que funcionara bien. Aunque el tratamiento fue bastante correcto y no demasiado sensacionalista, había muchas cosas que no me encajaban. Quizás un escenario con bombillitas y pantallas de leds en plan ‘Noche de Fiesta’ no era lo más indicado para un espacio sobre misterios, pero sobre todo daba la sensación de que ‘Enigmas’ era un programa rutinario, como para completar un contrato con alguna productora (por cierto, la de ‘Enigmas’ era Gestmusic).
No comprendo como una persona como Javier Sierra puede prestarse a semejante experimento ramplón. Y eso que ya tenía tablas delante de las cámaras, porque fue presentador hace unos años del programa ‘Al Otro Lado de la Realidad’ en Telemadrid junto a Carmen Porter. No hay duda de que los temas del misterio tienen mucho tirón, pero también hay que ganárselo semana a semana, ofrecer nueva información y reportajes interesantes. Al final me he convencido de que emitir todos los capítulos de ‘Enigmas’ en un sólo especial ha sido lo mejor.
18 de enero de 2008

El otro día me puse a ver ‘Holocausto Caníbal’, una de las películas que tenía pendientes y sobre la que se ha dicho de todo. Esta producción italiana dirigida por Ruggero Deodato en 1980 ha dado mucho que hablar y se han dicho tantas cosas que no podía pasar más tiempo sin verla. Supongo que todos conocéis más o menos que ‘Holocausto Caníbal’ pasa por ser una de las películas de cine «comercial» más polémicas de la historia debido a sus crudas escenas de violencia extrema. A grandes rasgos el argumento viene a contar el contenido de unas cintas encontradas en la selva amazónica por unos antropólogos que acuden al rescate de unos colegas desaparecidos misteriosamente tiempo atrás. En esas cintas, que originalmente deberían contener un documental sobre una tribu de nativos, se revela el destino cruel del equipo de científicos, mostrando todo tipo de mutilaciones, rebanamientos y abundante material cárnico. Yo antes que filmar el descuartizamiento de mis colegas hubiera corrido selva a través como alma que lleva el diablo… pero bueno, cuestión de licencias cinematográficas…
Hay muchos elementos en esta película que son de lo más interesante y otros que lo son mucho menos. En primer lugar, el planteamiento general del argumento (las cintas perdidas) me parece impecable y de lo más original en aquella época. Después fue bastante copiado (véase si no ‘El Proyecto de la Bruja de Blair‘). Otro asunto interesante es el tratamiento realista que tiene la película. Si la producción hubiera sido más espléndida, el resultado hubiese sido más falso. Usar cámaras baratas (nada de Panavision) y escenarios selváticos y nativos auténticos le dan una pátina de verosimilitud. El tercer punto a favor es la sabia combinación de maquillaje y vísceras reales (se supone que de animales), aunque seguramente un cirujano o un forense encontraría los desmembramientos de la película como un puro disparate. Debieron dejar todas las carnicerías de la región sin existencias. De todos modos algunas de las escenas no son tan realistas como se ha querido hacer ver (por ejemplo, la chica empalada se nota demasiado que es un muñeco).
Pero ‘Holocausto Caníbal’ también tiene algunas cosas que se le vuelven en contra. Lo principal es que los actores son un poco malos, con interpretaciones ramplonas y poco creíbles en determinados momentos. Lo segundo, el maltrato animal. Aquí no hay muñecos ni maquillaje que valga. Las muertes y descuartizamientos de animales son tal cual, reales como la vida misma. Tercero: las connotaciones racistas hacia los indígenas, dando a entender que realmente existe una tribu tan sanguinaria como la que aparece en la película, cuando es evidente que en el Amazonas la inmensa mayoría de los nativos llevan ya camisetas de Ronaldinho. Quizás si la ambientación se hubiera localizado en las selvas de Nueva Guinea…
En definitiva, ‘Holocausto Caníbal’ ha tenido la suerte de haber sido prohibida en multitud de países europeos tales como Reino Unido, Finlandia o Noruega. Ha sido una publicidad tremenda y una forma de aumentar el mito que la rodea. Pero no deja de ser un ejercicio cinematográfico mediocre que, eso sí, ha sabido jugar muy bien con sus limitaciones. Y ese es su gran mérito.
17 de enero de 2008
A estas alturas ya se ha dicho casi todo sobre la exclusión del alcalde de Madrid en las listas del Partido Popular por la capital en favor de Esperanza Aguirre. A lo largo de los últimos días hemos visto y leído un montón de elogios, sin duda merecidos, a Gallardón. En mi opinión, el PP pierde tal vez su principal activo, un personaje político que es difícil que caiga mal y que tiene algo, prudencia y brillantez, de lo que carecen los actuales figurones del partido, repleto de mediocridad.
Pero no nos engañemos, Gallardón tampoco es un santo, y su ambición no conoce límites. Tras una vida política en un discreto segundo plano, sólo alzó tímidamente la voz cuando se jugaba algo gordo. Su aspiración a ser candidato a La Moncloa está, de momento, truncada, pero dudo que deje la política después del 9-M como se ha dicho. Precisamente si Rajoy fracasa, y especialmente si ese fracaso es rotundo, podría suponer un punto y aparte que abriría las puertas a una renovación, y Gallardón debería estar allí.
17 de enero de 2008

A Apple hay que reconocerle al menos un mérito: hacer sencillo lo que otros hacen complicado. Por eso siempre digo que si quieres tener un ordenador y no tener quebraderos de cabeza, cómprate un Mac. Cuánta gente que conozco se ahorraría miles de problemas si en vez de tener un PC con Windows (que el XP no me parece un mal sistema operativo, pero sí demasiado complicado para un usuario básico) se pasaran a Macintosh. Adiós a los problemas de virus, antivirus, ventanitas raras, mensajes de seguridad a todas horas, falta de archivos, mensajes ininteligibles, pantallazos azules, mal rendimiento, tener que formatear el disco de vez en cuando y un larguísimo etcétera.

Seguramente el mejor exponente de esta filosofía de simplicidad es el sistema de copias de seguridad automáticas Time Machine. Windows XP tiene también una aplicación que hace copias de nuestros datos. Pero, lo sé por experiencia propia, uno puede echar al menos una tarde en intentar configurar el maldito programa para que haga las copias de seguridad en otro ordenador conectado por red local, y que esas copias sean a una determinada hora. Aún no lo he conseguido. La idea de Time Machine es bien sencilla: hace copias de seguridad de todo el sistema cada cierto tiempo en un disco externo. Si el disco no está conectado no la hace. Así de simple. Lo único configurable son las carpetas que no queremos que sean copiadas. Cuando el disco externo se llena, en la siguiente copia reemplazará a la primera que se hizo y así sucesivamente, de forma que tendremos unas cuantas versiones de nuestro sistema almacenadas.
Lo mejor de todo y también lo más visual es el modo de recuperar la información antigua. Lo hace mostrando una batería de ventanas (ver la primera foto), cada una de ellas correspondiente a una copia almacenada. Podemos movernos tranquilamente por nuestras carpetas del disco duro y a la vez «retroceder en el tiempo» para rescatar un archivo que quizás borramos hace unos días.
La entrada ha quedado casi como si yo fuera un «MacEvangelista», pero lo cierto es que me ha sorprendido lo sencillo del funcionamiento de este sistema. A ver si Windows, por el bien de sus usuarios, se inventa algo parecido y que nunca más pierdan sus datos. O mejor, que se pasen a Mac.
16 de enero de 2008
El pasado lunes se abrió la nueva Biblioteca Pública de Cáceres, un momento que llevaba esperando bastante tiempo, así que me pasé por allí para hacerme socio y así poder pasar mis solitarias tardes cacereñas entre libros. Me gustó el diseño del edificio, las enormes cristaleras que han puesto y el detalle de que además de los típicos puestos con ordenadores para consulta de internet, haya internet vía wifi en todo el recinto. Muchos usuarios ya tenían sus portátiles plantados en las mesas.
Pero también he podido comprobar como no andan muy allá en cuanto a fondos. Para una ciudad de 90.000 habitantes y un campus universitario con unas cuantas carreras, me parece una biblioteca algo escasa. Pocos libros técnicos, pocas novelas. No cuenta con una sala específica de lectura, sino que las mesas están repartidas a lo largo de las dos plantas.
Algo decepcionado me voy a la zona de audiovisuales. Aquí se me cae el alma a los pies. Poquísimas películas, poquísimos discos y mal colocados. Una decepción. Y a pesar de todo había bastante gente y parece que la inauguración ha sido todo un éxito. Conozco ya unas cuantas Bibliotecas Públicas a lo largo y ancho de nuestra geografía y tengo que decir que sin duda la que gana es la de Zamora. ¡Cómo la echo de menos!